EL POR QUÉ DE UN NUEVO BLOG

Después de abrir y mantener actualizado el blog: CENTRO VIRTUAL DE ESTUDIOS

ESPIRITISTAS Y AFINES, para la formación doctrinaria dentro de los postulados eminentemente racionalistas y laicos de la filosofía espírita codificada por el Maestro Allan Kardec que exhibe la Confederación Espírita Panamericana, a la cual nos adherimos, creímos conveniente abrir un nuevo Blog de un formato más ágil y que mostrase artículos de opinión de lectura rápida, sin perder por ello consistencia, así como noticias y eventos en el ámbito espírita promovidos por la CEPA, a modo de actualizar al lector.
Esa ha sido la razón que nos mueve y otra vez nos embarcamos en un nuevo viaje en el cual esperamos contar con la benevolencia de nuestros pacientes y amables lectores y vernos favorecidos con su interés por seguirnos en la lectura.
Reciban todos vosotros un fraternal abrazo.
René Dayre Abella y Norberto Prieto
Centro Virtual de Estudios Espiritistas y Afines "Manuel S. Porteiro".



miércoles, 20 de julio de 2016





                                                                      DAVID FONTANA INVESTIGADOR DE LA AFAMADA SPR



Capítulo 6 - Experimento Scole


Capítulo 6

Examen de las películas fotográficas


Todas las pruebas en la vida real son engañosas
 en mayor o menor medida; lo único que cuenta
 es la calidad de la prueba, no si es perfecta
 o imperfecta. La prueba es una cuestión de niveles.

B.N.M. Tyrrell


Los protocolos fotográficos

En previsión de las probables críticas relacionadas con los fenómenos producidos en la oscuridad más absoluta, el profesor Fontana sugirió un protocolo en cuatro fases, de modo que los investigadores pudieran comprobar el momento en que se producían realmente las imágenes fotográficas. En primer lugar, los investigadores proporcionarían la película a utilizar; segundo, actuarían de modo que la película fuera conservada en un recipiente seguro, proporcionado por ellos; tercero, tendrían el control del recipiente durante toda la sesión; y, finalmente, el revelado de la película tendría lugar bajo su control. Según el Informe de Scole: «Un protocolo de este tipo excluiría toda posibilidad de intervención física. Ni los espíritus guías, ni el grupo de Scole pusieron objeciones a esta propuesta».

En este punto, se recuerda que el grupo de Scole estaba ya llevando a cabo experimentos en el campo fotográfico, y utilizaba varios tipos de película que habían sido cortésmente proporcionadas por Polaroid.


El sobre de seguridad


Antes de las investigaciones, Montague Keen había discutido con el profesor Richard Wiseman el tipo de protocolo que podría ser aceptado por los escépticos. El doctor Wiseman era miembro del consejo de la S.P.R. y ex-miembro de la sección de psicología de la universidad de Edimburgo.  Actualmente es lector de psicología en la University of Hertfordshire, y está especializado en criminología. Era considerado por tanto como una especie de consultor experto en relación a los procedimientos de seguridad.


El doctor Wiseman había proporcionado un sobre de seguridad a prueba de fraude, en polietileno opaco de tres capas. Los investigadores propusieron meter en el sobre una película de 35 mm todavía sellada en el sobre, con la esperanza de recibir transmisiones del mundo espiritual en forma de imágenes sobre la película.


Este sobre fue entregado al grupo después de la primera sesión en octubre de 1995, y fue objeto de una discusión durante la segunda sesión, la del 16 de diciembre, cuando la señora Bradshaw dijo:


Nos habéis dado a examinar un hermoso sobre. Lo hemos trasladado por la habitación y controlado, y en efecto es un sobre estupendo. No creo que tengamos problemas de momento, sin embargo, quisiéramos comenzar a hacer algún experimento con el grupo y con vosotros, sin más dilación, para ver cómo procedemos.

Montague Kenn estuvo de acuerdo. «Aquélla era la intención —un turno de prueba, como podremos definirlo—». Durante la sesión tuvo lugar esta discusión con los guías:


Joseph: «Gran parte de lo que os presentamos a vosotros y a otras personas será muy difícil de demostrar, y será muy difícil utilizar como pruebas algunas de estas demostraciones físicas... He aquí por qué estos experimentos específicos, en nuestro caso los experimentos fotográficos, son tan perfectos y tan únicos en el modo en que son planificados y por los resultados que se obtienen. Pero la última finalidad es esta: el experimento no se utiliza como un truco para atraer la atención de las personas, sino para producir fenómenos que permanezcan en el tiempo... Esto es lo que haremos en términos fotográficos en las próximas semanas. Monty —¿puedo hablarte?— ¿podrías adquirir una película en lugar de utilizar la que tenéis, concretamente una Polaroid de 12 fotos, que ya hemos utilizado anteriormente? Parece que funciona bastante bien».

Robin: «¿En colores o en blanco y negro?».

Montague: «Cogeré los dos, así podréis elegir».

Señora Bradshaw«Está bien, me huele que utilizaremos las dos, ¿no es así? Será perfecto. ¿Y la velocidad? ¿Con qué velocidad hemos obtenido buenos resultados?».

Robin: «Hemos obtenido buenos resultados con... la película en color tiene sólo una velocidad, ISO 40, y la otra con la que hemos obtenido mejores resultados, si no recuerdo mal, es la ISO 110, pero es en blanco y negro. Control normal».

Arthur: «Entonces la idea es que Monty lleve una película de cada tipo, cerrada en el mismo sobre. ¿Es esta la idea?».


La película con las estrellas

Con ocasión de la siguiente reunión, la del 13 de enero de 1996, el profesor Ellison cogió el estuche que contenía una Polaroid Polapan de 35 mm, adquirida por Montague Keen, quitó la casete con los agentes químicos y puso el estuche con el rollo en el sobre de seguridad de Wiseman. La casete con los agentes químicos fue puesta aparte pera ser utilizada para el revelado de las fotos al final de la sesión. Después de esto, el profesor Ellison selló el estuche todavía cerrado y lo llevó a la bodega en el experimento, poniéndolo en el suelo debajo de la mesa.

Después de la sesión, los investigadores abrieron el sobre, sacaron el estuche, extrajeron el rollo y lo metieron en la reveladora eléctrica que se encontraba en el piso superior. Los resultados, proyectados inmediatamente después por Foy en una gran pantalla que se encontraba en la biblioteca, mostraron sobre todo imágenes parecidas a formaciones estelares desparramadas con rayas que no podían atribuirse a deslizamientos debidos al proceso del revelado (ver foto 32 de la serie). Sin embargo, en un punto había una pequeña luz parecida al diente de un engranaje  con una sustancia indefinida detrás.

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Foto 32

Los investigadores pensaron que el resultado «indicaba la presencia de un fenómeno paranormal», en cuanto que las imágenes no eran ciertamente casuales, sino que, por el contrario, tenían una forma reconocible. En buena lógica, naturalmente, no debería existir nada visible. Aunque los resultados no se correspondían con las expectativas específicas de los investigadores, estos últimos no lograron encontrar ningún indicio de confirmación de que el procedimiento hubiera sido manipulado, ya que durante todo el tiempo del experimento el sobre había sido colocado en un lugar inaccesible entre los pies del profesor Ellison y de Montague. Por otra parte, la película había sido proporcionada por Montague Keen, y él y el profesor Ellison se habían ocupado del revelado. Y el sobre de seguridad y la película habían sido conservadas en todo momento por los investigadores. Fue así como iniciaron los experimentos fotográficos controlados científicamente —mediante un procedimiento que no podía ser falsificado y con un resultado que «indicaba la presencia de un fenómeno paranormal».


Las siguientes descripciones de los experimentos fotográficos se basan en las descritas en el Informe de Scole, que ofrecen una detallada explicación del modo como fue realizada esta innovadora investigación. Una vez más, quisiéramos expresar nuestro agradecimiento a los autores del Informe por habernos proporcionado por adelantado una copia de la publicación.



Letras griegas sobre película verde


El 17 de febrero de 1996, con ocasión de la quinta sesión, el procedimiento sufrió un cambio. Montague Keen adquirió directamente de Jessops de Leicester, el principal proveedor, una película Polaroid de 35 mm en color. También esta vez, la preparación fue iniciada por el profesor Ellison. Él quitó la casete con los agentes químicos y entregó la película a Montague quien la puso en el borde de la mesa exactamente frente a él. Robin Foy explicó que los guías le habían confiado que habían tenido mayor dificultad de lo que en principio era de esperar con el sobre de seguridad de polietileno negro que había sido utilizado a prueba en la tercera sesión.

Hacia el final de la sesión, Joseph y Emily Bradshaw hicieron su aportación:

Joseph: «Esperamos que encontréis algo muy interesante en la película. Recordad que éstas son sólo las primeras experiencias. Habrá progresos, creedme. Los guías que trabajan en este procedimiento me han explicado su dificultad y la confianza que tienen de conseguir lo que se han propuesto».

Señora Bradshaw: «Sólo puedo confirmar las palabras de Joseph. Esperamos haber logrado daros algo que os haga saltar de alegría cuando lo comprobéis. Hagamos una apuesta: ¡si no saltáis de alegría, la próxima vez traigo media corona!».

Arthur: «Ya no es de curso legal».

Señora Bradshaw: «Oh querido, apuesto no obstante que te gustaría tener media corona, ¿no es así? Pero no creo que te la mande».


Para resumir, la señora Bradshaw consiguió quedarse con la media corona. Cuando fue revelada la película inmediatamente después de la sesión, se descubrió por otra parte que era negra. Sin embargo, tres o cuatro fotogramas contenían imágenes en color. La más significativa de estas, mostraba tres letras griegas en mayúsculas sobre fondo verde: m e n (ver foto 15 de la serie). Estas letras en caracteres romanos, corresponden a «m», «e» y «n». Parecían estar iluminadas, como si una antorcha hubiera sido colocada encima de ellas. En un examen más atento se ve, aunque débilmente, que deberían estar precedidas y seguidas por otras letras.


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Foto 15



Los investigadores notaron que en este caso no había sido utilizado el sobre de seguridad. El estuche con la película no estaba marcado y no era visible, aunque sí se encontraba a pocos centímetros de Montague Keen, y muy cercano a los demás investigadores que se sentaban a su lado, en concreto los profesores Ellison y Fontana. Uno de ellos, o los dos, se habría dado cuenta casi con seguridad de un eventual intento de cambiar los contenedores por parte de los miembros del grupo, que habría tenido que pasar por delante de ellos y realizar el cambio en la oscuridad. Sin embargo, el control no podía considerarse perfecto, dado que subsistían posibilidades teóricas de un cambio.




La película con la frase en latín especular

El 25 de mayo de 1996, con motivo de un seminario en el que participaron diez personas, se presentó un mensaje en latín sobre la película. Los principales investigadores no estaban presentes. Sin embargo, un informe detallado del proceso fue realizado por el señor Denzil Fairbairn, un hombre de negocios.


Opiniones - DENZIL FAIRBAIRN

Había examinado con gran escepticismo las afirmaciones contenidas en los seis primeros números de la revista Spiritual Scientist. Todo me parecía más bien extravagante y en cierto modo exagerado.


Antes de entrar en la bodega para la sesión, se me pidió —por petición expresa de los espíritus guías— elegir, entre una decena de películas todavía preparadas y selladas, una película Polaroid en blanco y negro, y cuidar de ella. Después se me pidió sacar de la caja sellada el estuche de plástico que contenía la película, y consignarlo con mi firma. Conservé la película hasta que fue colocada sobre la mesa de la bodega, y no la perdí de vista en ningún momento hasta que se apagaron las luces.


Tengo que detallar que la película se encontraba al otro lado de donde se sentaban los miembros del grupo, y que la cúpula de cristal en el centro de la mesa les impedía verla. A mi juicio, por tanto, ninguno de ellos podía manipular la película, sobre todo porque cada uno llevaba una cinta fosforescente que indicaba continuamente dónde se encontraba dentro de la estancia oscurecida.


Después de darnos la bienvenida y de pronunciar unas palabras de ánimo, Manu procedió a mezclar los tres tipos de energía utilizada para llevar a cabo esta clase de fenómenos.

Fuimos presentados luego a una distinguida personalidad oriental de nombre Raji. En aquel momento, los médiums estaban controlados simultáneamente, uno por parte de Emily Bradshaw, una señora encantadora hacia la que sentí rápidamente una gran simpatía, y el otro por Joseph, un hombre moderado y modesto que daba la sensación de tener una gran cultura, sin ser sin embargo arrogante.


En primer lugar aparecieron las inconfundibles ráfagas de aire helado en toda la estancia, sobre todo debajo de las rodillas, donde, en algunos momentos, hacía verdadero frío.

Súbitamente saltó de la nada una pequeña luz fuera de la mesa. Fue tan rápida, que lo único que permaneció impreso en el campo visible fue la estela de luz a media altura. Esto sucedió repetidamente, y cada vez la luz aumentaba de intensidad y permanecía visible por períodos más largos.

Algunos oyeron ruidos de pasos y arrastrarse sobre el pavimento cubierto de alfombras, y la señora Bradshaw nos avisó de que había dos visitantes en la habitación. Después, desde un punto encima de la mesa, oímos a alguien que trataba de hablar. Inicialmente, la primera voz no fue demasiado clara; después una segunda, muy definida, que el grupo de Scole reconoció como la de «Reg Lawrence», habló desde la misma distancia. Estaba tratando de aportar «pequeños retoques» para ayudar al primer orador a hacerse oír con más claridad.


Pregunté a mi madre si había sentido que la tocaban o había notado golpecitos, pero respondió que no. Después la señora Bradshaw transmitió a mi madre algunas informaciones dignas de consideración de parte de mi padre, y mientras ella hablaba, sentí que me tocaban de una forma sólida en la muñeca y en el estómago.


Mi mujer, que estaba sentada a mi lado, sintió que la tocaban en la nuca, y poco después mi madre sintió el peso de una mano que se apoyaba en la suya. Verbalizó en voz alta lo que le estaba pasando, luego sintió que le levantaban la otra mano que fue dejada caer sobre el dorso de la mano del espíritu. Después le levantaron las dos manos y se las besaron en las puntas de los dedos. Inmediatamente, esto fue reconocido como un gesto que mi padre había realizado con frecuencia antes de declarar sus sentimientos a mi madre.


Nos informaron de que el equipo de espíritus encargados de las fotografías tal vez había logrado imprimir algo en la película. Se me pidió nuevamente tener cuidado de la película hasta el momento del revelado.

El rollo fue introducido en una pequeña reveladora proporcionada por la sociedad Polaroid, y todos nosotros esperamos con impaciencia la impresión final. Fue un verdadero y auténtico placer descubrir que sobre dos de los doce fotogramas había algo insólito. En realidad, se trataba de un mensaje en latín que no sólo era reproducido de modo especular en el mismo fotograma, sino que éste último era a su vez especular sobre el segundo fotograma, de tal manera que todo el mensaje aparecía cuatro veces en varios niveles de reproducción transparente.

El mensaje era: Reflexionis, Lucis in Terra et in Planetis (Reflexiones de la luz en la Tierra y en los planetas) (ver foto 33 de la serie).

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(Foto añadida por esta web, no pertenece al libro)

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Foto 33

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(Foto añadida por esta web, no pertenece al libro)

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(Foto añadida por esta web, no pertenece al libro)



Los investigadores observaron que, aunque no habían asistido a este experimento, la explicación obvia y normal de los resultados habría podido ser la de un cambio de película por parte de un miembro del grupo. Cosa realizable ya sea sacando la película de su contenedor y sustituyéndola con una elaborada anteriormente, ya sea sustituyendo totalmente el estuche con su contenido. Sin embargo, los investigadores opinaron que ni una ni otra explicación podía conciliarse con la presencia del sello de papel que el señor Fairbairn había aplicado al contenedor antes de que comenzase el experimento. Y esto, porque habría sido extremadamente difícil quitar y sustituir el sello in situ, en la oscuridad y sin ser vistos. Además, para poder coger el contenedor durante la sesión, los miembros del grupo habrían tenido, ante todo, que quitarse u oscurecer las tiras fosforescentes que llevaban en el brazo, quitar el sello sin ruido y sin dañarlo, abrir la caperuza en silencio, sustituir la película por otra, cerrar la caperuza siempre en silencio, reponer la contraseña y finalmente, volver a meter el contenedor en la posición original.

Según los investigadores, otra hipótesis podía ser la de que el señor Fairbairn estuviera de acuerdo con el grupo —en contra del testimonio de otros testigos independientes, a muchos de los cuales el señor Fairbairn jamás había encontrado antes—. Una hipótesis que, sin embargo, debería haberse presentado también cuando estaban presentes otros experimentadores.


El mensaje de la cadena dorada


El 13 de julio los mismos investigadores hicieron otro intento para obtener una prueba fotográfica. Además del profesor Ellison y de Montague Kenn, en la sesión estaba presente el profesor Archie Roy, especialista en astrofísica, que había llevado una película para diapositivas Polachrome de 35 mm en color, de 12 fotos, todavía selladas.


En esta ocasión, el profesor Ellison abrió la preparación sellada, sacó una caja, rompió el sello y extrajo el estuche negro, poniendo aparte, como de costumbre, la casete con los agentes químicos para el revelado. Después, Monatgue Keen aplicó un adhesivo fosforescente sobre un lado del estuche. El profesor Ellison se le metió en el bolsillo, y luego lo puso sobre la mesa de la bodega, entre una de las cuatro tiras fosforescentes pegadas a la mesa y un cristal, vuelto hacia el estuche. Al final de la sesión, el estuche se encontraba en la misma posición.


Una vez revelada, en la película se veía una frase escrita en pésima grafía, que podría ser la siguiente: Perfectio consummata seu quinta Essentia Universalis. (Perfección consumada o quintaesencia Universal) (ver fotos 16 y 17 de la serie).


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Foto 17

A la frase le seguía el dibujo de un círculo con un punto en el centro. El profesor Roy hizo notar que se trataba de un símbolo del sol, teoría que había sido tratada durante la discusión sobre astronomía que se había desarrollado poco antes con el espíritu guía.


Una amiga y vecina de Diana, Beverley Dear, encontró luego un libro, Magic Symbols (F. Goodman, Trodd, 1989), en el que están reproducidas ilustraciones contenidas en una publicación alemana de 1747, Aurea Catena, oder eine Beschreibung von dem Ursprung der Natur und Natürlichen Dingen. Entre estas, figura una ilustración de la cadena dorada de Homero (Aurea Catena Homeri). Sobre esta cadena están colgadas o suspendidas una serie de símbolos, uno de los cuales tiene un círculo con un punto en el centro y una pequeña cruz debajo. En la base la siguiente inscripción: Perfectio Consummata seu Quinta Essentia Universalis. (Del caos a la máxima cima de la humanidad).


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Magic Symbols (F. Goodman, Trodd, 1989)

Según el Informe de Scole, la frase está traducida, como la hemos transmitido, por un consultor, pero el doctor Gauld, miembro de la S.P.R., opina que estaría mejor interpretada como: «Perfección última, o bien quintaesencia universal: parte del sumo instrumento simbólico que inicia la cadena con el caos y la confusión y termina con la perfección, para representar el progreso del hombre hacia la luz».

Por tanto, de la comparación de Magic Symbols, lo que los investigadores al comienzo habían pensado que representaba al sol, ahora parecía corresponder más claramente al símbolo inferior del Aurea Catena Homeri. Digno de notar el hecho de que tal mensaje haya llegado cuando estaba presente un astrofísico, sobre todo desde el momento en que el tema del mensaje estaba relacionado con una discusión tenida exactamente durante la sesión.


La poesía en lengua alemana

En la misma falsilla[1], el resultado de la siguiente sesión fue un mensaje en lengua alemana, recibido cuando estaban presentes investigadores alemanes. Durante una sesión anterior, la del 31 de mayo de 1996, en que habían estado presentes Walter Schnittger, ingeniero de automóviles, y su mujer Karin, intérprete, ésta última había guardado durante toda la tarde el contenedor de la película. Parecía que los guías hubieran hecho un claro intento de grabar en la película una poesía en alemán, aunque el resultado estuviera desenfocado, y sólo en parte legible. La escasa definición se debía aparentemente al hecho de que Karin había agitado el contenedor en momentos de gran emoción, o diversión, durante la sesión.

La siguiente sesión, en la que participaron de nuevo los Schnittger,  tuvo lugar el 26 de julio de 1996. Es importante observar que esta vez fue Walter Schnittger el que guardó el contenedor con la película, que nunca apoyó en la mesa ni consintió que otros la tocasen. Fue él mismo el que controló luego el revelado.



Esta vez, la transmisión sobre la película fue mucho más clara (ver fotos 20,21 y 22 de la serie).


Ein alter Stamm mit tausend Aesen
Die Wurseln in der Ewigkeit
Neig sich von Osten hin nach Westen
In mancher Bildung Weit und breit.

Kein Baum kann bluthenreicher werden
Und keines Frucht kann edler seyn
Doch auch das «Dunkilste» auf Erden
Es reif auf seinem Zweig allein.

Un viejo tronco con muchas ramas
Las raíces hundidas en la eternidad
Se inclina desde el Este hasta el Oeste
De forma múltiple, de un lugar a otro.

Ningún árbol puede ser más frondoso
Y ningún árbol frutal puede ser más noble
Pero hasta el «más oscuro» en la tierra
Madura, mas sólo sobre sus ramas.



[1] Hoja de papel con líneas muy señaladas, que se pone debajo de otra en que se va a escribir, para que aquellas se transparenten y sirvan de guía. (Diccionario). Aquí la falsilla se refiere al parecer a la película. (N de T)

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Poema completo


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Foto 20


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Foto 21


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Foto 22



La película contenía también símbolos de planetas e ideogramas chinos, todos «dibujados de un modo concreto, claramente visibles y en colores vivos».

Según el Informe, esta película presentaba tres características interesantes. En primer lugar, la poesía estaba escrita en lo que los Schnittger y otros alemanes presentes consideraban un óptimo alemán, en un estilo típico de los años Cuarenta del siglo XIX. En segundo lugar, era una poesía de gran calidad y, a pesar de las mismas investigaciones hechas en Alemania por los Schnittger, por el doctor Kurt Hoffman y por otros, su autor permanece anónimo. En tercer lugar, según Robin Foy, los guías habían sugerido que había sido escrita o encontrada por un ascendiente de Walter Schnittger, ofreciendo así una prueba potencial ulterior de un nexo entre un participante y el contenido de la película.

Según una nota del Informe, el doctor Kurt Hoffman informó a los investigadores de que algunos expertos alemanes consultados por él, habían identificado la poesía como típica de Friedrich Rückert (1788-1866). Se hacía notar que Rückert era un poeta popular y fuente de inspiración de muchas óperas de Gustav Mahler. Él, además, era famoso por haber traducido el Corán al alemán, y alimentaba un gran interés por el misticismo oriental. Aunque Rückert fue un potencial candidato, investigaciones profundas hechas por competentes estudiosos alemanes en dieciséis universidades del Reino Unido no confirmaron la paternidad. No se encontró rastro de una publicación. La poesía no se encuentra en la antología de  versos de Rückert a disposición de los estudiosos, y es considerada «muy oscura».

A la luz de lo visto más arriba, los investigadores consideraron que sería posible encontrar una relación con la hipótesis general de fraude, en la medida de que tal hipótesis se funda en el acceso, relativamente fácil, a material ya de dominio público.


La película Wie der Staub

Aunque el protocolo utilizado en las sesiones en que se produjeron la primera y la segunda imagen con la poesía en alemán tuviera un punto débil (la película había sido entresacada de la reserva de los Foy), este inconveniente se resolvió con ocasión de la siguiente sesión en la que participaron los Schnittger, y en la que se recibió otro mensaje: Wie der Staub in... Wind (como polvo en el... viento). El resultado de esta película parece haber sido obtenido con un «protocolo perfecto», o bien no había posibilidad alguna de fraude (ver fotos 18 y 19 de la serie).


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Opiniones –WALTER SCHNITTGER

Una semana antes de nuestra cita, me telefoneó Robin Foy para informarme de que estaba previsto un experimento fotográfico para la semana siguiente. Me pidió que adquiriera una película para diapositivas en color Polaroid Polachrome de 35 mm y un candado. Nos recomendó también no manejar la película más de lo necesario.


Adquirí un candado, conservándolo con el preparado sellado, y encargué tres películas, una de 12 fotos, las otras dos de 36. Conservamos personalmente todo hasta la fecha prevista (viernes 22 de noviembre de 1996), manteniendo las películas en una bolsa de plástico.


En casa de los Foy examiné atentamente la caja de madera colocada sobre la mesa de la sala de estar, y noté que sólo podía contener un rollo en su estuche de plástico. Quité el candado y las dos llaves del preparado, y lo apoyé sobre la mesa frente a mí. Elegí el rollo de 12 fotos, quité el envoltorio de la casete con los agentes químicos del revelado y del estuche, poniendo rápidamente este último en la caja, que cerré inmediatamente con el candado. Dejé la casete con los agentes químicos en la habitación.


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Fotografía de la caja

Tomé la caja de madera y me dirigí hacia el coche, donde deposité las dos llaves del candado, después entregué las llaves del coche a Hans (Schaer), que se quedó todo el tiempo con nosotros. Todos los miembros del grupo fueron testigos de esta actuación.

Desde el momento en que fue cerrada hasta el revelado de la película al terminar la sesión, la caja permaneció siempre conmigo. Jamás la dejé sin custodia, ni permití que nadie la tocase. Cuando bajamos a la bodega, tuve la caja en mi regazo con ambas manos hasta que después de haberle dicho que no era zurdo, Edwin me pidió tener la caja con la mano derecha de tal modo que apoyase el dedo índice en la tapa y la yema tocase el candado. Con la mano en esta posición, Edwin me pidió poner la caja sobre la mesa, de modo que la base se apoyara sobre la superficie. El brazo derecho, desde la mano hasta el codo, estaba apoyado en la mesa, mientras la mano izquierda la tenía puesta en la rodilla.


En los minutos que siguieron, con la mano en esta posición, la mesa vibró en diversas ocasiones, a veces tan violentamente que los cristales empezaron a tintinear. En una ocasión, sentí que me levantaban la manga de la mano derecha del jersey y de la camisa y un dedo rodeó mi muñeca; después me soltaron la manga. Tuve la impresión de que hubiera al menos cinco manos tocándome simultáneamente el brazo derecho, algunas hacían una presión muy fuerte, como si estuvieran tratando de quitarme los dedos de la caja (cosa que impedí) o de forzarlos, tanto que me costó un poco mantenerla cerrada. En cierto momento sentí una sensación de frío, como si me hubieran puesto en el dorso de la mano un trozo de hielo.


Después me pidieron poner de nuevo la caja en el regazo, donde la guardé con ambas manos hasta el final de la sesión, cuando hice que Hans me devolviera las llaves del coche. Después de esto, sin abandonar nunca la caja, fui al coche a coger las llaves del candado. Cuando volví, controlé atentamente la reveladora, para comprobar que estaba vacía. Inserté la casete con los agentes químicos y finalmente abrí la caja, saqué el estuche de plástico, extraje la película y la inserté en la reveladora.


Después de haber cerrado la reveladora y activado el proceso de revelado —claramente audible y de una duración de unos dos minutos— quité la película, que todos habíamos inspeccionado. A lo largo de toda ella eran visibles un texto, símbolos y líneas además de palabras en alemán como wie e Staub  escritas a mano, y un extraño escrito alemán de modo especular.


La radiografía

Un protocolo similar fue seguido por Walter en la sesión del 6 de diciembre de 1996. Walter dejó en su coche las llaves del candado, lo cerró y quitó las llaves. También en este caso mantuvo la caja sobre la mesa con la mano derecha, y la tocó muchas veces, pero en esta circunstancia la presión ejercida fue menor respecto a la vez anterior. Lo que salió de la reveladora tenía el aspecto de una serie de radiografías de los dedos de la mano de Walter.


La película con el dragón


El 17 de enero de 1997 hubo otra sesión con Karin y Walter. Se adoptó el mismo procedimiento, salvo que la caja fue custodiada por Karin, mientras Walter guardaba las llaves del candado en el coche. La caja no fue tocada por ningún otro durante este breve intervalo.


Esta vez, el grupo permaneció arriba, mientras Walter fue a la bodega y colocó la caja en el centro de la mesa de tal manera que los ángulos opuestos de la misma estuvieran vueltos hacia los cuatro puntos cardinales, según lo indicado por las cuatro etiquetas fosforescentes. Una hoja de papel blanco, formato A 4, había sido ya colocada en el centro, que permitiera dibujar con la pluma el contorno de la caja y del candado colocado. A petición de Robin, Karin y Walter controlaron a fondo toda la habitación, sin encontrar nada sospechoso.


Walter confirmó que durante la sesión que siguió, ninguno de los seis participantes se movió de su sitio, a juzgar por las posiciones de las cuatro cintas fosforescentes que llevaban encima. Al final de la sesión controló que los contornos trazados en la hoja de papel correspondiesen a la posición de la caja y del candado. Una vez que subieron al piso superior, Karin  guardó nuevamente la caja, mientras el marido iba al coche a tomar las llaves del candado. Después de comprobar que la reveladora estaba vacía, Walter escribió sus iniciales tanto en la caja con los agentes químicos como en la película y, con la ayuda de Alan, puso ambas en la reveladora. Al terminar el proceso, confirmó que las iniciales sobre la película eran las suyas. Sobre esta última había símbolos herméticos (ver fotos 23, 24 y 25 de la serie).


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Foto 23


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Foto 24


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Foto 25




Se hicieron incorporar todas las imágenes a un único volumen publicado. Nada raro. En efecto, podría tener sentido que los espíritus transmitan, durante una sesión, material de una única fuente utilizable, más que utilizar numerosos textos distintos que no harían sino complicar el proceso sin incidir en modo alguno en el resultado final: prueba de que los espíritus guía estaban capacitados para reproducir imágenes reconocibles sobre la película.



La caja de madera

La caja de madera utilizada en estos experimentos había sido introducida a petición de los guías para aumentar la seguridad (ver fotos 34 y 35 de la serie). Entregada a los investigadores para una comprobación, era devuelta con todos los sellos rotos —hay que sugerir que era imposible abrir la caja sin romper los sellos. Si los investigadores hubieran logrado abrirla sin romper los sellos, lo habrían mostrado a todo el mundo. Algunos de los expertos que participaban en la sesión guardaron la caja durante todo el tiempo. Todos coincidieron en el hecho de que era físicamente imposible para los médiums falsificar la caja. Si alguien hubiera querido abrirla, aprovechando la oscuridad que reinaba en la estancia, debería haberla tenido con una mano y abrirla con la otra. Todo esto sin mover la caja o el candado de su posición que era indicada con una pluma al comienzo de cada sesión. 


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La caja



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La caja




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(Foto añadida por esta web, no pertenece al libro)

Los guías habían tenido algún problema, dado que aquellos experimentos fotográficos eran nuevos tanto para ellos como para el grupo y los investigadores. Durante la sesión del 10 de agosto de 1996, hubo una discusión sobre la naturaleza de la transferencia de energía  y de los problemas encontrados. Albert, hablando a través de Allan, trató de explicar lo que había sucedido.

Albert: «Estas fuerzas son utilizadas más o menos como es utilizada una onda portadora —para transmitir— y pueden penetrar la materia tanto en nuestro mundo como en el vuestro... El proceso del pensamiento o de la imaginación es transportado por esta onda (portadora), y así es como me imagino este proceso. Estas ondas portadoras son (utilizadas)para transportar señales como la modulación, la modulación de frecuencia».

Arthur: «Exacto. Las ondas de radio, produciendo una frecuencia alta, van arriba y abajo. La alta frecuencia transporta la energía, mientras la baja frecuencia es la inteligencia transportada».

Albert: «Me agrada que lo hayas dicho tú. Creo que es un buen ejemplo. Cuando utilizo la analogía de la radio comienzo a tener alguna dificultad. Coincidirás conmigo en que las ondas de radio no llegan a penetrar todos los materiales»

Arthur: «Sí, el metal».

Albert: «... tienen dificultad para penetrar también en otras sustancias, no necesariamente el metal. En el momento en que (estas fuerzas penetran materiales distintos) se produce un cambio. A veces, durante este (proceso) estas transformaciones se pierden; parte de la información se pierde y es imprevisible. No tenemos nada con lo que comparar nuestros resultados, debido a la imprevisibilidad de este fenómenoA esto se añade que sobre las ondas influyen sustancias distintas, por tanto se tienen diversas pérdidas, y según los materiales se producen distintos cambios. En lo que se refiere a las películas, ellas están en un estuche de metal. ¿Podéis confirmarlo?».

David: «Sí ».

Arthur: «Pensaba que fuese de plástico».

Montague: «Es una lámina».

Albert: «No, no es una lámina, es metal, con un espesor cercano a  una milésima de pulgada».

Arthur: «Es más bien gruesa».

Albert: «Esto no es un problema. Ya lo hemos resuelto hace tiempo, pero lo que nos ha dado problemas es cuando las películas vienen metidas dentro de otros objetos. Actualmente hay dos capas. También el negro es un problema. Ahora lo hemos resuelto, pero de vez en cuando nos da problemas. Cuando se utilizaban otras capas, entonces encontrábamos problemas que teníamos que superar con ulteriores experimentos. Este es el motivo de que hayamos tenido un resultado negativo cuando nos hemos encontrado frente a otra capa. Con el tiempo habría podido resolverse, pero hemos pensado que habríamos vuelto al punto de partida (y) habríamos tenido que continuar de manera ligeramente distinta».


Los guías esperaban que la caja pudiera ofrecer la misma seguridad y eliminar al mismo tiempo algunas dificultades. Quisieron que se hiciera con una tapa provista de una bisagra y un porta-candado fuerte. Lo que se buscaba era mantener la película en un lugar seguro, reduciendo, como consecuencia, la posibilidad de ser acusados de fraude en caso de que hubiera sido necesario dejar en custodia la película por unos días o por un período más largo, para permitir trabajar a los guías. La necesidad de adoptar esta garantía probablemente nació del hecho de que los guías no siempre conseguían obtener resultados en una sola sesión.

La caja de madera es utilizada también como contenedor «hermético» de las películas durante las sesiones. Como ha observado Walter Schnittger, los investigadores incrementaron las precauciones, como poner aparte las llaves del candado, colocar la caja sobre una hoja de papel y dibujar los contornos para demostrar que no había sido alejada, e incluso tener en la mano la caja durante toda la duración de la sesión experimental. Las imágenes continuaban apareciendo también en las películas depositadas dentro de la caja.

Por motivos que ya hemos explicado, los investigadores tuvieron la impresión de que si hubieran logrado dejar claro que tenían el control total de cómo y cuándo se producían las fotografías, aquella habría  sido la mejor prueba posible. Sin embargo, esto no justifica que todos sus experimentos tuvieran que ver exclusivamente con las fotografías.


Por ejemplo, en el experimento de la «esencia del cristal», a los investigadores se les pidió comprobar si conseguían ver y tocar un cristal visiblemente luminoso contenido en una taza puesta sobre la mesa. A pesar de que la bodega estaba inmersa en la oscuridad más absoluta, ellos veían la taza gracias a la luz creada por los espíritus. Los investigadores confirmaron que lograron ver y tocar el cristal. Después los guías les pidieron volver a probar. Esta vez, aunque lograron también ver el cristal, ya no podían tocarlo. Después los espíritus pidieron volver a probar una vez más. Y de nuevo consiguieron ver y tocar el cristal. (Una vez realizado lo que intentaban, el profesor Ellison apoyó el mentón tan cerca del borde como para impedir que alguien pudiera interferir con el cristal en la taza).



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(Foto añadida por esta web, no pertenece al libro - Reconstrucción de lo sucedido)


Los espíritus guías habían creado aparentemente algo similar a un holograma de los cristales. Explicaron que habían hecho este experimento para ilustrar lo que sucede al ser humano cuando muere. El elemento «físico» o terreno de una persona ya no existe, pero la esencia permanece y se sitúa «en otro lugar». En este caso, los guías habían apartado el elemento físico, haciendo visible la esencia de los cristales en la taza. Inútil decir que los científicos encontraron esta demostración fascinante, tanto más cuanto que parecía ser la prueba de un nuevo tipo de manipulación de la materia y de la energía.


Aunque los investigadores hicieron lo mejor que pudieron para ajustarse al protocolo científico, hasta cierto punto cada experimento controlado por ellos nunca era perfecto. Esto es verdad para cualquier experimento en que los científicos no pueden tener el control absoluto de todas las variables. Si esto os preocupa, hay que destacar que esto vale para muchos experimentos de biología o de medicina, lo mismo que para los llevados a cabo durante la experiencia de Scole. La falta de un control total de todas las variables no priva necesariamente a un experimento de su validez.


El grupo permitió siempre a los expertos aportar cualquier cambio al procedimiento para hacerlo más seguro. Aunque fueron los guías los que sugirieron el tipo de caja más adecuado, los protocolos fueron respetados siempre. Fueron los investigadores los que introdujeron los sobres de seguridad y otros controles para eliminar la posibilidad de fraude.


Sobre el mismo tema, un punto de especial importancia de la experiencia de Scole se refiere a qué hacer con los tensados «del hilo y de la cuerda». Todo hilo tiene un punto débil y se romperá cuando se tire por ambas partes. Sin embargo, si reunimos quinientos hilos y los entrelazamos entre ellos tendremos una cuerda que no se romperá. La debilidad de cada hilo se supera por la fuerza unida de todos los hilos puestos juntos.


Esto es también verdad para los quinientos experimentos llevados a cabo en Scole a lo largo de cinco años. Cada uno de ellos tenía su punto débil, pero tomados en su conjunto el resultado global es una prueba sólida y convincente de que la inteligencia humana puede sobrevivir a la muerte física: parecía exactamente que alguna forma de inteligencia estuviera tratando de comunicar desde «alguna parte».


Si hubo fraude, entonces debió envolver seguramente a todos los miembros del grupo experimental de Scole. Ellos deberían haber programado, hasta el mínimo detalle, todas las conversaciones que tuvieron a lo largo de las sesiones. Deberían haber sabido a priori cuándo, cómo y quién hablaría de una determinada materia, y cuándo, cómo y quién haría alguna cosa. Ellos deberían también haber previsto de algún modo si, por ejemplo, el profesor Ellison llegaría tarde en el tren, (cosa que sucede), y, por tanto si estaría o no presente en la inminente conversación.


Los miembros del grupo debían estar en situación de pasar sin discontinuidad, de las discusiones de los experimentos sin investigadores a otras con los investigadores. Los miembros del grupo, sobre todo los médiums, habrían tenido que conocer el objeto de las investigaciones de Montague Kenn, del profesor Quintana y del profesor Ellison (y de otros investigadores), y cuándo, dónde y hasta qué punto habían hecho progresos. La capacidad y los poderes necesarios para reunir tales y tantas informaciones —que habrían sido indispensables para elaborar un engaño de tal envergadura— resultan tan enormes que debemos preguntarnos si la comunicación por parte de entidades desencarnadas (con acceso a esas informaciones sobre «otro nivel») no será tal vez la explicación más verosímil.


Siguiendo esta pauta, es claro a nuestro parecer que de la transcripción del 16 de agosto de 1997 los espíritus guías dieron la impresión de conocer muchas cosas sobre la pasión de Montague Kenn por Rachmaninov y sobre la especial significación que una de las óperas de este compositor tuvo para él en la juventud.  Durante la sesión, de una grabadora (la que no tenía micrófono) salieron las notas de esta composición musical. Como nos contó Montague:


No sólo de la grabadora sin micrófono procedía el familiar «ruido blanco», sino que, superpuestas, había también una música y una voz. Reconocí casi inmediatamente que el fragmento formaba parte del Concerto per due pienoforti de Rachmaninov. Me emocioné profundamente porque aquélla música tenía para mí una gran significación. Había sido uno de los primeros fragmentos de música clásica que había conocido –una grabación del mismo Rachmaninov que había escuchado sobre un 78 revoluciones antes de la guerra. Aquel fragmento me trasladó a los días de mi adolescencia cuando andaba de un lado para otro. Estaba seguro de no haber contado a nadie este hecho, ni siquiera a los miembros del grupo de Scole, ninguno de los cuales parecía especialmente interesado por la música clásica.


Es interesante observar que en la cinta virgen fueron grabadas tanto la música como la voz que a ella se sobreponía, pero no las voces con la música de fondo de la habitación. El profesor Fontana había puesto personalmente una contraseña en la cinta virgen, insertándola en la grabadora al comienzo de la sesión. Estuvo también muy atento para que nadie del grupo se acercase a la cinta o a la grabadora sin micrófono.


Sopesamos la validez de la hipótesis de fraude a la luz de lo sucedido en esta sesión. Por un lado, Montague Keen declaró no haber revelado a ningún miembro del grupo o a otros su afición y el vínculo juvenil con la ópera «ejecutada» por la fuente espiritual. Por otro lado, algunos críticos avanzaron la hipótesis de que Montague debía haber revelado al grupo todos los particulares, pero que luego, inexplicablemente, se había olvidado de ello. La lógica consecuencia de esta argumentación es que los críticos que hicieron esta acusación habrían continuado haciéndola en todos los demás casos de «conocimiento» aparente por parte de los espíritus guías. El grupo habría tenido que recoger por anticipado todas las informaciones dignas de consideración, después habría tenido que esperar el momento oportuno para introducirlas en la conversación.


Para los que se han tomado el trabajo de analizar efectivamente el conjunto de pruebas relativas a los fenómenos mediúmnicos, recogidas en los últimos ciento y pico años, esta acusación de la «recogida de informaciones» buscando una estafa por parte de los médiums entra en la categoría «de lo absurdo». Los que avanzan el absurdo de la acusación de fraude afirman también con frecuencia que este es el motivo principal por el que la mayor parte de los críticos se inclina por la hipótesis de la super-PSI: desde el momento en que la super-SPI es intrínsicamente indemostrable, se convierte en el saco perfecto para todos los fenómenos inexplicables.


A veces se tiene la impresión de que, más que tomar en consideración la explicación de la supervivencia, se prefiere inclinarse por cualquier otra hipótesis, aunque sea inverosímil. Para algunos es absolutamente impensable que existan realmente entidades que sobrevivan a la muerte, que ahora se encuentran en otra dimensión, todavía conscientes de sí mismas, con recuerdos de su vida terrena y capaces de comunicarse en condiciones adecuadas con los que siguen todavía aquí.


Sin embargo, y este es el punto importante, que la hipótesis de la supervivencia esté más o menos en contra de algunos prejuicios teológicos, sociológicos, lógicos o de otro tipo no es relevante para los fines de su pretendida veracidad, aunque se ofenda a nuestras actuales convicciones. Si los espíritus guías son capaces de demostrar la exactitud de la supervivencia, al final tendremos que aceptar esta «nueva» verdad y adaptarnos a las implicaciones.


Keith McQuin Roberts tiene una preparación científica. Fue invitado a participar en una sesión experimental en Scole.


Opiniones – KEITH MCQUIN ROBERTS


Por naturaleza y por educación tengo una visión científica. Antes como ahora, parece que ilustrar a los demás sobre el tema de la supervivencia requiere una aproximación distinta, científica, si queremos que tenga una mayor posibilidad de éxito respecto al pasado.


Descendimos a la bodega, conocida como «cueva de Scole». La estancia había sido reestructurada de tal manera que se impedía cualquier fuente de luz y el único ajuar estaba formado por algunas sillas y por una mesa. Robin nos invitó a controlar la estancia y nos explicó cómo funcionaban los aparatos que se venían utilizando cuando participaban en una demostración representantes de la comunidad científica. Explicó su manera de proceder y las medidas de seguridad adoptadas para excluir cualquier riesgo de ser acusados de fraude o de manipulación del proceso.


Los fenómenos no defraudaron las expectativas y más que una sesión experimental fue una demostración, pero esto no la rebajó en modo alguno. Me dio más tiempo para observar y reflexionar y, aunque sabía lo que me esperaba, me quedé sin embargo muy impresionado.


Uno de los fenómenos fue el de una lucecita, parecida a una bola, que cambiaba de lugar por toda la habitación. Actuaba como si fuese un objeto sólido y parecía cambiar de lugar de forma deliberada de una persona a otra.


Estaba fascinado por el modo como sentí una ligera presión cuando me tocó. Todavía más sorprendente fue el modo en que descendió ruidosamente a través de la pesada superficie de la mesa, para volver a subir después a través de ella en el silencio más absoluto. Todo esto pareció una demostración de leyes científicas actualmente desconocidas.


En lo que a mí se refiere, el punto fuerte de la sesión fue cuando fui tocado por una mano materializada. Había esperado que se me concediera la posibilidad de hacer aquella experiencia, pero cuando sucedió me sentí abrumado por la emoción. Me recobré lo suficiente como para mostrarme educado y pregunté si por mi parte podía tocarla. Pero, en la excitación, olvidé saludar y preguntar quién era. Inmediatamente después de este episodio, la demostración comenzó a entrar en la fase final.


Aunque los fenómenos a los que he asistido me han fascinado, tengo la impresión de que en sí no son importantes. Son más bien señales importantes a lo largo del proceso que todos esperamos pueda conducir a resultados que sean repetibles y fiables en condiciones controladas.


Con el tiempo tal vez contemos con los progresos prometidos, y el mensaje de las dimensiones espirituales podrá llegar finalmente a muchas más personas que hoy en día. Sin embargo, no creo que esto pueda suceder en un inmediato futuro, lo mismo que no creo que este mundo esté ya preparado. Espero no obstante equivocarme, porque mi visión se ha transformado por lo que he aprendido, y mi deseo es que otros puedan tener la misma oportunidad.


Si los experimentos producen fenómenos fiables y repetibles, que pueden ser controlados por los científicos, y si estos demuestran de una forma irrefutable una forma de existencia más allá de la muerte, la humanidad deberá enfrentarse a conceptos que se encuentran tal vez entre los más comprometedores con los que nunca haya tenido que enfrentarse. Podrían resultar grandes implicaciones para la ciencia, si la tierra y los espíritus científicos colaborasen entre sí.


Los miembros del grupo nos dijeron que algunos investigadores implicados en el experimento de Scole, habían admitido tranquilamente que esperaban con impaciencia las sesiones, y que habían reconocido el potencial de los futuros experimentos, vista la colaboración entre las dos dimensiones. El grupo encontró útil aprender de estos expertos cuáles eran las pruebas necesarias para convencer a sus colegas más escépticos. Naturalmente, el grupo fue capaz de llevar a cabo los experimentos y proporcionar pruebas sólo dentro de los límites de lo que los espíritus guía lograban obtener utilizando sus métodos de comunicación «basados en la energía».


Desde un punto de vista más especulativo, se sugirió también que los espíritus guías serían capaces de crear un contacto «utilizando la ciencia de los átomos y de las moléculas», porque es sólo en la historia relativamente reciente, como individuos con grandes conocimientos de entre los muertos se han puesto a disposición para desarrollar el trabajo «desde la otra parte». Podemos hacer más que ofrecer esta explicación tal como hoy se encuentra.


Es interesante observar también que numerosos científicos eminentes, académicos y otros doctos investigadores del pasado se han implicado seriamente en la investigación parapsicológica y de lo paranormal; algunos han sido objeto de burlas por parte de sus colegas «más realistas» pero, a pesar de esto, han continuado con tenacidad por su camino, desde el momento en que los resultados logrados eran tan fascinantes. Sin embargo, actualmente se nota un interés sorprendente por los fenómenos paranormales que desafía toda explicación normal. Una rama del instituto de psicología de la universidad de Edimburgo se dedica actualmente al estudio de esta disciplina.


El profesor Fontana ha comentado que los fenómenos paranormales físicos podrían llevarnos a reformular algunas de las leyes científicas que nos son más queridas. Muchos ilustres investigadores han asistido personalmente y examinado atentamente las circunstancias en que se producen estos fenómenos. Otros científicos en todo el mundo están comenzando a analizar la experiencia de Scole y ha examinar también el nuevo trabajo experimental que se está desarrollando actualmente por otros grupos que han seguido el ejemplo de Scole.
TOMADO DE:  http://survivalafterdeath.blogspot.com.es/2012/11/capitulo-6-experimento-scole.html


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