EL POR QUÉ DE UN NUEVO BLOG

Después de abrir y mantener actualizado el blog: CENTRO VIRTUAL DE ESTUDIOS

ESPIRITISTAS Y AFINES, para la formación doctrinaria dentro de los postulados eminentemente racionalistas y laicos de la filosofía espírita codificada por el Maestro Allan Kardec que exhibe la Confederación Espírita Panamericana, a la cual nos adherimos, creímos conveniente abrir un nuevo Blog de un formato más ágil y que mostrase artículos de opinión de lectura rápida, sin perder por ello consistencia, así como noticias y eventos en el ámbito espírita promovidos por la CEPA, a modo de actualizar al lector.
Esa ha sido la razón que nos mueve y otra vez nos embarcamos en un nuevo viaje en el cual esperamos contar con la benevolencia de nuestros pacientes y amables lectores y vernos favorecidos con su interés por seguirnos en la lectura.
Reciban todos vosotros un fraternal abrazo.
René Dayre Abella y Norberto Prieto
Centro Virtual de Estudios Espiritistas y Afines "Manuel S. Porteiro".



domingo, 16 de noviembre de 2014



                                   EN LA FOTO, EL DR. RAYMOND MOODY


DOSSIER EL TRÁNSITO

LAS NDE, UNA ABERTURA AL MÁS ALLÁ
por COLOMBE JACQUIN
LE JOURNAL SPIRITE N° 98 octobre 2014


Las NDE (Near Death Experience) o EMI (Experiencias de Muerte Inminente), son una aproximación de lo que puede ser la muerte. Son experiencias vividas en ciertas circunstancias extremas, especialmente durante enfermedades graves, accidentes, operaciones deli- cadas, donde el sujeto anestesiado o inconsciente da testimonio de haber abandonado provisionalmente el mundo material, en una forma de desincorporación, para vislumbrar lo que es la vida fuera de la materia.
Estos fenómenos han sido divulgados por el doctor Raymond Moody quien, habiendo estudiado numerosos casos, estableció en 1975 una suerte de “modelo estándar”. Fue seguido por otros investigadores en América y en el mundo, entre ellos hoy, en Francia, el médico anestesista Jean-Jacques Charbonnier. Moody no fue, sin embargo, el primero en interesarse en este asunto: en 1895, Victor Egger, un psicólogo y epistemólogo francés, utilizó por primera vez la fórmula “Experiencia de muerte inminente” en su libro El yo de los moribundos. Estas experiencias no son, pues, totalmente nuevas. En la antigüedad griega y egipcia, lo mismo que en la Edad Media, se encuentran numerosos testimonios. Desde el siglo XVIII, se observa un considerable aumento de testimonios gracias a los progresos científicos y médicos, pero también, y sobre todo, porque la auto- censura vinculada a una fuerte impregnación de ideas religiosas comenzó a reducirse como eco de las ideas preconizadas por los filósofos del siglo de las Luces.
Ernest Bozzano, que durante toda su vida estudió los fenómenos psíquicos, espíritas y anímicos, consignó en sus obras ejemplos de muerte inminente, en particular testimonios recogidos entre los heridos de la Gran Guerra. ¿Cuáles son las comprobaciones recurrentes de estas experiencias relatadas en las obras del Dr. Moody y otros médicos? Es de hacer notar que todos los testimonios no son absolutamente idénticos; se pueden encontrar elementos particulares en ciertos lugares y no en otros. Algunas personas, a pesar de varias anes- tesias o muertes clínicas, no manifiestan nunca haber vislumbrado sea lo que sea. Pero es una constante, la dificultad para describir con palabras humanas lo que se ha sentido.

LOS ELEMENTOS MAYORES:
(*)  Una sensación de calma : “En el momento de la herida, sentí momentáneamente un dolor muy vivo, luego el sufrimiento desapareció, tuve la sensación de flotar en un espacio oscuro. Aquel día hacía un frío intenso, pero mientras me encontraba en la oscuridad todo lo que sentía era un suave calor y un inmenso bienestar, tal y como no lo había experi- mentado nunca antes. Recuerdo haber pensado: «debo estar muerto».”
Ruidos : A veces desagradables o por el contrario una música suave y cristalina o hasta sonidos de campanas.
La descripción de un túnel oscuro: “Tuve una muy mala reacción alérgica a una anestesia local y se me cortó la respiración, un paro respiratorio. La primera cosa que se produjo (todo fue muy rápido) fue que andaba a través de aquel gran vacío negro a una velocidad loca. Podría compararse con un túnel. Me sentía como arrastrado por una de esas atracciones de feria tipo montaña rusa a una velocidad vertiginosa”.
Una luz extraordinaria : una claridad incomparable con la que existe en la Tierra.
La sensación de desincorporación : “Hace unos dos años, acompañaba a un amigo en mi auto. Al llegar a aquel famoso cruce, tuve mucho cuidado de mirar a derecha e izquierda y pasé justo al tiempo de escuchar a mi amigo lanzar un grito. Tuve tiempo de percibir una luz cegadora, los faros de un auto que se precipitaba sobre nosotros; oí un ruido espantoso y durante algunos segundos me sentí arrastrado a un agujero negro, un espacio cerrado, todo pasó muy rápido. Después de lo cual, me encontré flotando más o menos a un metro y medio del suelo y a unos cinco metros del auto. Escuché el eco de la colisión alejarse y apagarse; vi gente que llegaba corriendo y se arremolinaba alrededor del auto, luego vi a mi amigo apartarse visiblemente de la carrocería en estado de shock. También vi mi propio cuerpo dentro de la chatarra en medio de la gente que trataba de sacarlo, mis piernas estaban retorcidas y había sangre por todas partes”.
Contactos con otras personas muertas antes : “Al nacer uno de mis hijos, luego de un parto difícil, el médico había renunciado a salvarme y le informó a mi familia que yo moriría, pero durante ese tiempo me sentía muy lúcida y hasta cuando oí al médico hablar de mi muerte creí que recobraría el conocimiento. Fue en ese momento cuando me di cuenta de la presencia de una cantidad de gente, casi una multitud, que planeaba a la altura del techo de mi cuarto. Reconocí a mi abuela y a un antiguo compañero de clase y también a otros parientes o amigos; veía sobre todo sus rostros y los sentía allí, todos tenían aspecto de contento. Era una circunstancia feliz y sabía que ellos habían venido para protegerme o para guiarme. Era como si yo regresara a mi casa y habían venido a recibirme en el umbral para darme la bienvenida. Todo me parecía bello y sutil, fue un minuto magnífico todo de esplendores”.
El panorama de la vida que desfila : “Durante mi servicio en Vietnam, recibí heridas de las cuales «morí» pero ni por un instante perdí la noción de lo que sucedía. Recibí seis descargas de ametralladora y en el momento no me aturdí del todo. Más bien sentí un gran alivio al ser herido, me encontraba perfectamente bien, no tenía miedo. Al momento del impacto, toda mi vida comenzó a desfilar ante mí. Eso se remontó hasta la época en que era un bebé, las imágenes fueron progresando en el tiempo, me acordaba de todo y todo era increíblemente vivo, perfectamente claro ante mí. Se presentaba a partir de mis primeros recuerdos y llegaba hasta la hora presente, todo en muy poco tiempo. No había nada de ingrato en todo ello, yo asistía sin disgusto, sin experimentar el menor sentimiento de frustración, la mejor comparación que me llega al espíritu sería la proyección de una serie de diapositivas, como si alguien se encargara de hacer desfilar las fotos a toda velocidad”.
Un regreso difícil : “Me preguntaba si me quedaría allí definitivamente; pero al mismo tiempo me acordaba de mi familia, de mis tres hijos, de mi marido. Sé que es bastante difícil de admitir, en tanto que había sentido aquella deliciosa impresión de felicidad cerca de la luz. Realmente no tenía ningún deseo de regresar, pero siempre tomo a pecho mis responsabilidades y me sentía que tenía un deber hacia los míos; entonces tomé la decisión de regresar”. Las personas que han vivido estas experiencias generalmente están reticentes a dar testimonio, convencidas de haber vislumbrado una realidad tangible y sin embargo difícil de describir con palabras humanas. Tienen miedo de enfrentarse a las bromas, a la negación de aquellos que no ven allí sino alucinaciones, pero entonces habría que explicar cómo pueden las personas relatar detalladamente lo que ha ocurrido en un quirófano cuando estaban en estado de coma clínico.

Para muchos, estas experiencias han cambiado fundamentalmente su concepción de la vida que gana en profundidad, la reflexión recae más en los problemas filosóficos fundamentales que en las preocupaciones materiales que, después de tal experiencia, parecen efímeras y sin importancia. Las NDE nos informan sobre lo que es la muerte, el tránsito, y se corresponden con las revelaciones espí- ritas recibidas: “El movimiento circular de forma elíptica es el movimiento inicial de la vida terrestre. Cuando un ser humano muere, retoma la forma, el principio inicial de la vida; de hecho, retoma ese movimiento circular. Un paro cardíaco provoca siempre la impresión de una caída. Esa caída será seguida por un movimiento circular en forma descendente que cesará en un tiempo relativo según la entidad. El fin de ese movimiento se convierte en el encuentro de un túnel largo y estrecho, iluminado por un resplandor amarillento semejante al que podría producir la electricidad. Ciertos Espíritus penetran este túnel, otros no. Cuando se penetra el túnel, éste desemboca en un color azulado semejante a un cielo azul. Ese cielo azul está delante del espíritu que lo mira, con la certeza de encontrar por atracción a aquellos a quienes ha amado y la mayoría de las veces a su guía”. La sensación de calma, paz y felicidad, es percibida por los difuntos que han franqueado el túnel; encuentran su verdadera naturaleza, su naturaleza espiritual, fuera de las pesadeces de la materia, despojados de sus cargas terrenales (enfermedad, discapacidad, vejez). No tienen deseos de regresar a la vida encarnada; por otra parte, en la Tierra, la reencarnación es más angustiosa y difícil que la muerte. Los desencarnados se encuentran con su guía espiritual y sus parientes fallecidos anteriormente que con frecuencia vienen a recibirlos en el umbral de la muerte.
Las NDE negativas
 
 
Después de la muerte, el espíritu recupera su libertad pero se encuentra confrontado a sí mismo, a su propia conciencia, la muerte no cambia las personalidades y los caracteres. El espíritu comprende sus tropiezos y sus debilidades, relativiza las dificultades terrenales. Es p
por eso que, después de una NDE, muchos modifican su comportamiento. Es por eso también que ciertas NDE son vividas en forma negativa. Encontradas sobre todo en los casos de suicidio, las personas involucradas experimentan sensaciones desagradables. No hay luz astral ni personas amorosas que los reciban sino un estado confuso donde lo dominan la amargura, la duda y el miedo. Estos testimonios son comparables a lo que denominamos la turbación post-mortem: “Si no se penetra en el túnel, continúa el movimiento circular y el comienzo de imágenes fantasmagóricas relativas a la vida carnal. El espíritu ve lo que se resistía a mirar de frente en la Tierra. Su pesadilla puede durar muchísimo tiempo y dar lugar entonces a manifestaciones de obsesión en la Tierra. Al no estar más a su disposición el cuerpo, el espíritu en turbación utiliza su periespíritu y se convierte en un fantasma”. ¿Por qué estos testimonios son cada vez más frecuentes desde algunas decenas de años? ¿No son debidas las NDE más que al progreso de la medicina?
He aquí una respuesta ya antigua del espíritu Gabriel Delanne: “Los testimonios suscritos por Raymond Moody o por Elisabeth Kübler Ross no corresponden sino a una voluntad del astral que, así, de alguna manera, habría elegido esta fórmula para despertar a toda la humanidad a la idea de la supervivencia. Es mucho más interesante, y mucho más reconfortante, decir que estos testimonios serán cada vez más numerosos pues, en verdad, corresponden a una evolución global de la humanidad. Lo cual quiere decir entonces que, cada vez más, el espíritu humano se acordará del astral bajo todas las formas, lo cual quiere decir entonces que, cada vez más, después de la intervención quirúrgica, en el marco de la anestesia momentánea, después del coma temporal, los seres humanos percibirán la naturaleza que es extraña a su cuerpo, es decir la naturaleza periespiritual y la naturaleza espiritual, lo cual quiere decir también que cada vez más niños y adolescentes se acordarán espontáneamente de sus anterioridades. Los testimonios recibidos por el Dr. Moody corresponden pues a una evolución global de la humanidad. Si otros médicos emprendieran el mismo camino en Europa o en otra parte, su testimonio sería idéntico”. En efecto, eso va en el sentido de la evolución general de los Espíritus, el planeta Tierra evoluciona, los Espíritus que la pueblan también. La conciencia se volverá cada vez más viva y el sentimiento espiritual que anima a cada ser humano, puesto que todos somos el resultado de un amoroso impulso divino, dominará la vida encarnada. La reencarnación supone el olvido provisional de las vidas anteriores, inscritas en nuestra memoria peri- espiritual por razones evidentes en un planeta como la Tierra, donde las vidas están expuestas a toda clase de dificultades, traumatismos, conflictos y bajezas. Pero en la medida de nuestra comprensión, podremos tener conciencia de nuestras anterioridades, de nuestros encuentros astrales y afrontar con serenidad nuestro pasado por tumultuoso que éste sea. En los planetas superiores, la vida es mucho más etérea, la materia muy poco densa. Al superar los estados de inferioridad, los habitantes tienen conciencia de sus experiencias pasadas. Despojado de todos los sentimientos viles, domina el espíritu, y sus atributos se expresan con toda su fuerza. (*) Ejemplos extraídos del libro del doctor Raymond Moody La vida después de la vida



DOSSIER EL TRÁNSITO
por COLOMBE JACQUIN LAS NDE, UNA ABERTURA AL MÁS ALLÁ

LE JOURNAL SPIRITE N° 98 octobre 2014





Las NDE (Near Death Experience) o EMI (Experiencias de Muerte Inminente), son una aproximación de lo que puede ser la muerte. Son experiencias vividas en ciertas circunstancias extremas, especialmente durante enfermedades graves, accidentes, operaciones deli- cadas, donde el sujeto anestesiado o inconsciente da testimonio de haber abandonado provisionalmente el mundo material, en una forma de desincorporación, para vislumbrar lo que es la vida fuera de la materia.
Estos fenómenos han sido divulgados por el doctor Raymond Moody quien, habiendo estudiado nume- rosos casos, estableció en 1975 una suerte de “modelo estándar”. Fue seguido por otros investigadores en América y en el mundo, entre ellos hoy, en Francia, el médico anestesista Jean-Jacques Charbonnier. Moody no fue, sin embargo, el primero en interesarse en este asunto: en 1895, Victor Egger, un psicólogo y epistemólogo francés, utilizó por primera vez la fórmula “Experiencia de muerte inminente” en su libro El yo de los moribundos. Estas experiencias no son, pues, totalmente nuevas. En la antigüedad griega y egipcia, lo mismo que en la Edad Media, se encuentran numerosos testimonios. Desde el siglo XVIII, se observa un considerable aumento de testimonios gracias a los progresos científicos y médicos, pero también, y sobre todo, porque la autocensura vinculada a una fuerte impregnación de ideas

Conservo en la memoria una sesión en la cual par- ticipé. Aquella tarde, le había pedido a mis amigos espíritas hacer una cadena para una persona fallecida de mi familia, porque como espíritas sabemos, que es una misión a cumplir cuando una persona muere: ayudarla a encontrar su más allá y mostrarle el camino que lleva a la luz para que encuentre su verdadera naturaleza, su estado de espíritu desencarnado. Con las manos juntas, formados en ronda, al son de una música suave, todos le enviamos nuestras imágenes y nuestros pensamientos amorosos para que se sienta tranquilizada, calmada, para que cruce el túnel a la salida del cual la esperan los espíritus desencarnados. Seguramente, a esos Espíritus los ha conocido; en ese momento su guía estará presente entre ellos, y ella lo reconocerá. Por mi parte, los imagino en una luz intensa, con sus brazos etéreos extendidos hacia ella que, irresistiblemente atraída, será recibida, rodeada y asistida en esta nueva prueba. Durante esta acción de pensamiento que duró alrededor de tres minu- tos, con nosotros se encontraba Rosa, clarividente mediúmnica. Tuvo entonces una visión: había unas aves presentes en el túnel. Estaban cerca de la difunta, como para mostrarle el camino, estaban allí para tran- quilizarla. Ante esa revelación, mi alegría fue inmensa. En efecto, esta persona, cuando vivía, siempre había amado a estos volátiles. Le encantaba su plumaje, amaba su canto. Además, siempre había tenido aves en su casa: canarios, cotorras, inseparables, y fueron ellos los que, durante su tránsito, en el curso de nuestra cadena de pensamientos, se le presentaron. Para mí, era la prueba de esa etapa alcanzada. Este testimonio nos permite pensar que los animales, cualesquiera que sean, reciben nuestro amor y nos pueden aportar el suyo en un determinado momento, en este caso, el momento del tránsito de la vida encarnada a la vida desencarnada. Catherine Courtiol
LAS AVES DESPIERTAN A UN ESPÍRITU
religiosas comenzó a reducirse como eco de las ideas preconizadas por los filósofos del siglo de las Luces. Ernest Bozzano, que durante toda su vida estudió los fenómenos psíquicos, espíritas y anímicos, consignó en sus obras ejemplos de muerte inminente, en particular testimonios recogidos entre los heridos de la Gran Guerra. ¿Cuáles son las comprobaciones recurrentes de estas experiencias relatadas en las obras del Dr. Moody y otros médicos? Es de hacer notar que todos los testi- monios no son absolutamente idénticos; se pueden encontrar elementos particulares en ciertos lugares y no en otros. Algunas personas, a pesar de varias anes- tesias o muertes clínicas, no manifiestan nunca haber vislumbrado sea lo que sea. Pero es una constante, la dificultad para describir con palabras humanas lo que se ha sentido.
LOS ELEMENTOS MAYORES:(*)  Una sensación de calma : “En el momento de la herida, sentí momentáneamente un dolor muy vivo, luego el sufrimiento desapareció, tuve la sensación de flotar en un espacio oscuro. Aquel día hacía un frío intenso, pero mientras me encontraba en la oscuridad todo lo que sentía era un suave calor y un inmenso bienestar, tal y como no lo había experi- mentado nunca antes. Recuerdo haber pensado: «debo estar muerto».”
Ruidos : A veces desagradables o por el contrario una música suave y cristalina o hasta sonidos de campanas.
Ernest Bozzano
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La descripción de un túnel oscuro: “Tuve una muy mala reacción alérgica a una anestesia local y se me cortó la respiración, un paro respiratorio. La primera cosa que se produjo (todo fue muy rápido) fue que andaba a través de aquel gran vacío negro a una velocidad loca. Podría compararse con un túnel. Me sentía como arrastrado por una de esas atracciones de feria tipo montaña rusa a una velocidad vertiginosa”.
Una luz extraordinaria : una claridad incomparable con la que existe en la Tierra.
La sensación de desincorporación : “Hace unos dos años, acompañaba a un amigo en mi auto. Al llegar a aquel famoso cruce, tuve mucho cuidado de mirar a derecha e izquierda y pasé justo al tiempo de escuchar a mi amigo lanzar un grito. Tuve tiempo de percibir una luz cegadora, los faros de un auto que se precipitaba sobre nosotros; oí un ruido espantoso y durante algunos segundos me sentí arrastrado a un agujero negro, un espacio cerrado, todo pasó muy rápido. Después de lo cual, me encontré flotando más o menos a un metro y medio del suelo y a unos cinco metros del auto. Escuché el eco de la colisión alejarse y apagarse; vi gente que llegaba corriendo y se arremolinaba alrededor del auto, luego vi a mi amigo apartarse visiblemente de la carrocería en estado de shock. También vi mi propio cuerpo dentro de la chatarra en medio de la gente que trataba de sacarlo, mis piernas estaban retorcidas y había sangre por todas partes”.
Contactos con otras personas muertas antes : “Al nacer uno de mis hijos, luego de un parto difícil, el médico había renunciado a salvarme y le informó a mi familia que yo moriría, pero durante ese tiempo me sentía muy lúcida y hasta cuando oí al médico hablar de mi muerte creí que recobraría el conocimiento. Fue en ese momento cuando me di cuenta de la presencia de una cantidad de gente, casi una multitud, que planeaba a la altura del techo de mi cuarto. Reconocí a mi abuela y a un antiguo compañero de clase y también a otros parientes o amigos; veía sobre todo sus rostros y los sentía allí, todos tenían aspecto de contento. Era una circunstancia feliz y sabía que ellos habían venido para protegerme o para guiarme. Era como si yo regresara a mi casa y habían venido a recibirme en el umbral para darme la bienvenida. Todo me parecía bello y sutil, fue un minuto magnífico todo de esplendores”.
El panorama de la vida que desfila : “Durante mi servicio en Vietnam, recibí heridas de las cuales «morí» pero ni por un instante perdí la noción de lo que sucedía. Recibí seis descargas de ametralladora y en el momento no me aturdí del todo. Más bien sentí un gran alivio al ser herido, me encontraba perfectamente bien, no tenía miedo. Al momento del impacto, toda mi vida comenzó a desfilar ante mí. Eso se remontó hasta la época en que era un bebé, las imágenes fueron progresando en el tiempo, me acordaba de todo y todo era increíblemente vivo, perfectamente claro ante mí. Se presentaba a partir de mis primeros recuerdos y llegaba hasta la hora presente, todo en muy poco tiempo. No había nada de ingrato en todo ello, yo asistía sin disgusto, sin experimentar el menor sentimiento de frustración, la mejor comparación que me llega al espíritu sería la proyección de una serie de diapositivas, como si alguien se encargara de hacer desfilar las fotos a toda velocidad”.
Un regreso difícil : “Me preguntaba si me quedaría allí definitivamente; pero al mismo tiempo me acordaba de mi familia, de mis tres hijos, de mi marido. Sé que es bastante difícil de admitir, en tanto que había sentido aquella deliciosa impresión de felicidad cerca de la luz. Realmente no tenía ningún deseo de regresar, pero siempre tomo a pecho mis responsabilidades y me sentía que tenía un deber hacia los míos; entonces tomé la decisión de regresar”. Las personas que han vivido estas experiencias gene- ralmente están reticentes a dar testimonio, conven- cidas de haber vislumbrado una realidad tangible y sin embargo difícil de describir con palabras humanas. Tienen miedo de enfrentarse a las bromas, a la nega- ción de aquellos que no ven allí sino alucinaciones, pero entonces habría que explicar cómo pueden las personas relatar detalladamente lo que ha ocurrido en un quirófano cuando estaban en estado de coma clínico.
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Para muchos, estas experien- cias han cambiado fundamen- talmente su concepción de la vida que gana en profun- didad, la reflexión recae más en los problemas filosóficos fundamentales que en las preocupaciones materiales que, después de tal experiencia, parecen efímeras y sin importancia. Las NDE nos informan sobre lo que es la muerte, el tránsito, y se corresponden con las revelaciones espí- ritas recibidas: “El movimiento circular de forma elíptica es el movimiento inicial de la vida terrestre. Cuando un ser humano muere, retoma la forma, el principio inicial de la vida; de hecho, retoma ese movimiento circular. Un paro cardíaco provoca siempre la impresión de una caída. Esa caída será seguida por un movimiento circular en forma descendente que cesará en un tiempo relativo según la entidad. El fin de ese movimiento se convierte en el encuentro de un túnel largo y estrecho, iluminado por un resplandor amarillento semejante al que podría producir la electricidad. Ciertos Espíritus penetran este túnel, otros no. Cuando se penetra el túnel, éste desem- boca en un color azulado semejante a un cielo azul. Ese cielo azul está delante del espíritu que lo mira, con la certeza de encontrar por atracción a aquellos a quienes ha amado y la mayoría de las veces a su guía”. La sensación de calma, paz y felicidad, es percibida por los difuntos que han franqueado el túnel; encuentran su verdadera naturaleza, su naturaleza espiritual, fuera de las pesadeces de la materia, despojados de sus cargas terrenales (enfermedad, discapacidad, vejez). No tienen deseos de regresar a la vida encarnada; por otra parte, en la Tierra, la reencarnación es más angustiosa y difícil que la muerte. Los desencarnados se encuentran con su guía espiritual y sus parientes fallecidos anteriormente que con frecuencia vienen a recibirlos en el umbral de la muerte.
Las NDE negativas Después de la muerte, el espíritu recupera su libertad pero se encuentra confrontado a sí mismo, a su propia conciencia, la muerte no cambia las personalidades y los caracteres. El espíritu comprende sus tropiezos y sus debilidades, relativiza las dificultades terrenales. Es por eso que, después de una NDE, muchos modi- fican su comportamiento. Es por eso también que ciertas NDE son vividas en forma negativa. Encontradas sobre todo en los casos de suicidio, las personas involucradas experimentan sensa- ciones desagradables. No hay luz astral ni personas amorosas que los reciban sino un estado confuso donde lo dominan la amargura, la duda y el miedo. Estos testimonios son comparables a lo que denomi- namos la turbación post-mortem: “Si no se penetra en el túnel, continúa el movimiento circular y el comienzo de
imágenes fantasmagóricas rela- tivas a la vida carnal. El espíritu ve lo que se resistía a mirar de frente en la Tierra. Su pesadilla puede durar muchísimo tiempo y dar lugar entonces a mani- festaciones de obsesión en la Tierra. Al no estar más a su disposición el cuerpo, el espíritu en turbación utiliza su periespíritu y se convierte en un fantasma”. ¿Por qué estos testimonios son cada vez más frecuentes desde algunas decenas de años? ¿No son debidas las NDE más que al progreso de la medicina? He aquí una respuesta ya antigua del espíritu Gabriel Delanne: “Los testimonios suscritos por Raymond Moody o por Elisabeth Kübler Ross no corresponden sino a una voluntad del astral que, así, de alguna manera, habría elegido esta fórmula para despertar a toda la humanidad a la idea de la supervivencia. Es mucho más interesante, y mucho más reconfortante, decir que estos testimonios serán cada vez más numerosos pues, en verdad, corresponden a una evolución global de la humanidad. Lo cual quiere decir entonces que, cada vez más, el espíritu humano se acor- dará del astral bajo todas las formas, lo cual quiere decir entonces que, cada vez más, después de la intervención quirúrgica, en el marco de la anestesia momentánea, después del coma temporal, los seres humanos percibirán la naturaleza que es extraña a su cuerpo, es decir la natura- leza periespiritual y la naturaleza espiritual, lo cual quiere decir también que cada vez más niños y adolescentes se acordarán espontáneamente de sus anterioridades. Los testimonios recibidos por el Dr. Moody corresponden pues a una evolución global de la humanidad. Si otros médicos emprendieran el mismo camino en Europa o en otra parte, su testimonio sería idéntico”. En efecto, eso va en el sentido de la evolución general de los Espíritus, el planeta Tierra evoluciona, los Espíritus que la pueblan también. La conciencia se volverá cada vez más viva y el sentimiento espiritual que anima a cada ser humano, puesto que todos somos el resultado de un amoroso impulso divino, dominará la vida encar- nada. La reencarnación supone el olvido provisional de las vidas anteriores, inscritas en nuestra memoria peri- espiritual por razones evidentes en un planeta como la Tierra, donde las vidas están expuestas a toda clase de dificultades, traumatismos, conflictos y bajezas. Pero en la medida de nuestra comprensión, podremos tener conciencia de nuestras anterioridades, de nuestros encuentros astrales y afrontar con serenidad nuestro pasado por tumultuoso que éste sea. En los planetas superiores, la vida es mucho más etérea, la materia muy poco densa. Al superar los estados de inferioridad, los habitantes tienen conciencia de sus experiencias pasadas. Despojado de todos los sentimientos viles, domina el espíritu, y sus atributos se expresan con toda su fuerza. (*) Ejemplos extraídos del libro del doctor Raymond Moody La vida después de la vida  Elisabeth Kubler Ross
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“¡Aló! Es Mireille, Papá está peor, ¿puedes venir al hospital?” Era el 5 de junio de 1999. Informado por mi hermana, partí enseguida para ver a mi padre, hospitalizado desde hacía unos diez días por una insufi- ciencia renal y un estado general muy preocupante. Desde hacía ya varios años, había sido objeto de numerosas hospitalizaciones. Los cuidados y los tratamientos recomendados sólo habían tenido muy poco efecto sobre un hombre hastiado y muy fatigado, tanto física como psicológicamente. Cuando ingresé al Círculo espírita Allan Kardec en 1986, y descubrí todo el alcance filosófico y social del espiritismo, tuve el deseo natural de compartirlo con mi familia. Mi padre no pareció demasiado impactado en sus convicciones; habiendo recibido una educa- ción religiosa, concebía sin dificultad la evidencia de una vida más allá de la muerte. Sin embargo, surgían algunas dudas respecto a la idea de la reencarnación, pensando quizás ingenuamente que era necesario volver a empezar una nueva vida y pasar siempre por las mismas pruebas. Así, regularmente, durante las reuniones familiares, tuvimos a veces conversaciones y debates, pero cada uno permanecía dignamente en sus posiciones y al final, solamente el respeto mutuo parecía ponernos de acuerdo las más de las veces. Cuando entré en el cuarto del hospital aquel 5 de junio, encontré a mi padre en su cama, inmóvil con los ojos entornados, como dormido. Mi hermana y mi hermano estaban presentes; y los tres lo rodeamos, informados por el enfermero de que era el fin. Nos turnábamos para sostenerle la mano, escudriñando los aparatos de medición que daban testimonio de su muy débil estado físico. Seguro de que nos percibía y nos escuchaba en su somnolencia, le expresé a mi
hermana y mi hermano, el deseo de actuar, sosteniéndonos las manos para establecer una cadena fluídica: una oración común dirigida hacia su espíritu y hacia su guía espiritual, para acompañar su partida al otro mundo y atenuar su aparente turba- ción. Algunas decenas de minutos más tarde, todo había terminado. Mi padre acababa de desencarnar, acababa de cumplir setenta y dos años. Los aparatos ya no indicaban ninguna pulsación de vida, exhalado un último aliento, para abandonar la sombra de la Tierra y entrar en la luz del mundo de los Espíritus. En ese momento, se atropellaron en mí los recuerdos con múltiples sentimientos. Extrañamente, la partida de mi padre me hizo pensar en el nacimiento de mis propios hijos. Una misma espera, mezcla de angustia y recogimiento, pero, por supuesto, el orden de las cosas era invertido para un renacimiento en un mundo nuevo. El privilegio de ser espírita, me llevó algunos días más tarde, a encon- trarme alrededor de una mesa para una sesión espí- rita, precisamente una sesión de oui-ja, en presencia de un periodista de France Inter venido para hacer un reportaje sobre el Círculo Allan Kardec y el espiritismo. En esa oportunidad se manifestaron varios Espíritus a través de Michel Pantin. Fue entonces cuando vi la tablilla de la oui-ja despla- zarse hacia mí a manera de saludo. Las letras, dictadas una a una por el visitante del más allá y transmitidas por uno de los amigos espíritas, formaron un mensaje cuya integridad va a continuación: “Soy yo, Igor, soy yo, soy yo. Estoy feliz, soy libre, mis ojos estaban en el vacío pero los oía, los sentía. Muy pronto, Igor, vi el túnel y la música, rodeado por muchos compa- ñeros. Igor, estoy en un mundo nuevo. Deseo a mamá en
por IGOR MANOUCHIAN MI PADRE SE FUE PARA DESPERTAR EN OTRO LUGAR
DOSSIER

viernes, 14 de noviembre de 2014

                                   EL MÉDIUM D.D.HOLMES LEVITANDO



LA LEVITACIÓN
FENÓMENO
por RÉGIS BERTAUD


LE JOURNAL SPIRITE N° 98 octobre 2014



Nuestra Tierra es como un inmenso imán que atrae todos los cuerpos a su superficie. Salten en el aire y las veces que lo intenten, tercamente volverán a caer al suelo. Oblíguense a querer permanecer en el aire, al momento de impulsarse, y nada que hacer, el suelo les atraerá una y otra vez. Esta fuerza que mantiene en el suelo a los objetos y los seres vivos, es el peso; en nuestro planeta, toda la materia está sometida a esta fuerza. “Vaya”, me dirán ustedes, “la levitación no funciona, es una invención del hombre, un sueño, una ilusión que se encuentra sólo en los escenarios de los cabarets o en las películas fantásticas tales y como Harry Potter o Peter Pan”.
Probablemente ustedes conocen esta expre- sión: “Nunca hay humo sin fuego”. Les propongo que nos despojemos de ese espeso humo que rodea a la levitación. La levitación, ¿mito o realidad? De hecho, en nuestra época, la palabra levitación define un amplio abanico de fenómenos que producen la ausencia de peso. Cuando miramos lo que se practica como tipos de levitación, podríamos decir que existe una levitación racional, la de la ciencia materialista que, con las fuerzas conocidas produce el fenómeno de levita- ción, y existe una levitación irracional, que utilizando una fuerza aún desconocida hoy en día, permite a los cuerpos elevarse en los aires sin apoyo y permanecer allí en suspensión. Esta segunda manera de levitar plantea un verdadero problema de física. ¿Cómo puede un cuerpo, sin medio tecnológico, sin utilizar energía, sustraerse a la atracción de la Tierra? Sobre esta cuestión, volveremos un poco más adelante. Comencemos antes por diferentes ejemplos de levi- taciones tanto racionales como irracionales.

LAS LEVITACIONES RACIONALES
Si bien ha habido la utilización de propulsores cada vez más potentes para arrancar al hombre del suelo, este último siempre ha estado en busca de lograr una suspensión en los aires sin apoyo y sin máquinas directamente unidas a él; eso sigue siendo sorpren- dente, ¿no les parece? ¿Por qué desear seguir simplificando el fenómeno hasta ese punto? ¿Habrá un deseo inconsciente que impulsa al hombre a alcanzar un estado particular, como el de la levitación? Un deseo que tendría su origen en el carácter tan particular del ser humano, y sin embargo tan reprimido, el de ser ante todo un Espíritu, un ser espiritual cuya facultad es ser ante todo libre y no sometido a las fuerzas torpes y pesadas de la materialidad. He aquí tres casos de estas levitaciones calificadas de racionales, que caracterizan esa incesante búsqueda del hombre de ciencia en el campo de la levitación.
La levitación en avión o el avión Gravedad Cero
Para crear un entorno de ingravidez, basta con estar a bordo de un avión que maniobra en ascenso y luego en descenso, lo que se llama un vuelo parabólico. Así, durante veinticinco segundos, el tiempo de la caída libre del avión, los pasajeros flotan en el aire. En Europa, se realiza este tipo de vuelo desde hace muchos años con fines científicos y, progresivamente, abre su acceso al público mediante algunos miles de euros. Volvemos a bajar un poco sobre la Tierra para descubrir que los sonidos también pueden crear una forma de levitación.
La levitación acústica
Utiliza dos pequeños altavoces para generar ondas sonoras de frecuencias ligeramente por encima de la gama audible. Cuando los altavoces alto y bajo son alineadas con precisión, crean un fenómeno conocido con el nombre de “onda estacionaria”, que anula el efecto de la gravedad; entonces objetos ligeros son capaces de levitar cuando son colocados correctamente. La utilización de la levitación acústica es muy inte- resante, especialmente en el desarrollo de nuevos materiales para la electrónica o para la síntesis de medicamentos.
La levitación electrodinámica
 Ciertos materiales se vuelven superconductores cuando son sometidos a una temperatura que sobrepasa los -269°C. La supraconductividad es un fenómeno caracte- rizado por la ausencia de resistencia eléctrica y la expul- sión del campo magnético, creando así el fenómeno de levitación. Las aplicaciones han sido probadas en trenes como el JR-Maglev, prototipo japonés que desde 2003 ostenta el récord mundial de velocidad en 581 km/h (574,8 km/h para el TGV francés).

LAS LEVITACIONES “IRRACIONALES”
 Si bien la naturaleza espiritual del hombre puede explicar esa búsqueda de libertad en la suspensión de los cuerpos en el espacio, ¿no habría en la historia de la humanidad un período donde el hombre haya alcanzado el estado tan particular de levitación? ¿Alguna civilización habrá dominado la levitación hasta el punto de que eso haya propagado la idea en todo el mundo, hasta inspirar cuentos y leyendas?
Los que nos siguen desde hace algunos años, saben que nuestro Círculo da testimonio de la supervivencia del alma, de su ontología divina, de la posible mani- festación de los espíritus desencarnados y de la palin- genesia del espíritu por su reencarnación en el ciclo de las vidas. El Círculo Allan Kardec, es cuarenta años de comunicación con el más allá, pero es también cuarenta años de mediumnidad. Entre las mediumnidades que son desarrolladas, está el sueño magnético. Rodeado y protegido por los espíritas, el médium se desliza hacia un estado de conciencia modificada, una forma de sueño provo- cado por pases magnéticos. En este caso, el peries- píritu del médium, es decir su cuerpo energético, su doble semi-material, puede desplazarse en el más allá y, rodeado de espíritus que lo guían y protegen, regresar a eventos pasados y, vean ustedes lo que es formidable en esta facultad, que un hombre o una mujer del siglo XXI pueda viajar en el tiempo y volver a una época para describir lo que ve. Si existe una máquina de remontar el tiempo, quizás esté en esta facultad. Les ruego que volvamos así a una época muy lejana, y descubramos juntos un período donde el hombre no viajaba en avión, donde el hombre no utilizaba altavoces sino telepatía y donde las bobinas de imanes no eran necesarias para levitar, quiero hablar de una civilización perdida y descono- cida, la de los druidas.
Los druidas
Sumergido en un sueño magnético, el médium se remonta más de dos mil años, a Escocia, allí donde vivían los druidas. Describe los paisajes, el mar y sobrevuela los lochs, menos numerosos en
aquella época. Es otra Escocia la que descubre el médium, aquella donde aún no se habían formado todos los lochs, aquella donde el mar del Norte penetraba más en el interior de las tierras de lo que lo hace hoy, entonces, súbitamente el médium se detiene, acaba de ver pasar por delante de él algo increíble, he aquí lo que describe: “Es divertido, acabo de ver pasar por encima de los burros y sus viajeros, a varios druidas que se desplazan por levitación. Tienen las piernas replegadas, un poco como la posición del yoga. Tienen las manos sobre las rodillas. Eso parece irreal. Tienen el rostro serio. Los ojos están cerrados. Para desplazarse, deben mantener cierta forma de concentración antes de llegar al lugar deseado”. Los druidas constituían una micro sociedad en la civilización celta. Comenzó hace doce mil años y se extinguió ciento cincuenta años después de J-C. Los druidas representaban la elite intelectual y espiritual del pueblo celta del cual procedían. Su existencia se dedicaba a ejercitar su espíritu sobre la materia, para aprender a dominarla, no en un sentido vanidoso, sino en un sentido amoroso. Practicaban todos los ejercicios de la fuerza del pensamiento para probar la existencia del espíritu en el hombre. Se instruían en la geometría del cielo, utilizando las matemáticas, desarrollaban también facultades tales como la radiestesia, la telepatía, la clarividencia, y la levitación también formaba parte de las primeras enseñanzas druídicas. Aquellos hombres se servían principalmente de la levitación para desplazarse y dirigirse a lugares de difícil acceso. Así podían venir fácilmente en ayuda de alguno de ellos, sobrevolando peñascos y mares para llevar socorro. Esa levitación se llama provocada porque es el espíritu del hombre el que actúa voluntariamente sobre su envol- tura física. Evocar la levitación de los cuerpos en pleno mar nos lleva a un acontecimiento muy conocido del Nuevo Testamento.
La marcha de Jesús sobre las aguas He aquí el extracto que relata este fenómeno: “… En la madru- gada, Jesús fue hacia ellos cami- nando sobre el mar. Cuando los discípulos lo vieron andar sobre el agua, se asustaron y dijeron: ¡Es un fantasma! ¡Y con pavor, comen- zaron a gritar! Entonces Jesús les dijo, «Tranquilos, soy yo, no tengan miedo»…”
En los cuatro Evangelios existen silencios sobre la vida de Jesús, desde su primera visita al Templo. Cuando Jesús reaparece en los textos, es descrito como un hombre de experiencia y de certeza más firme en sus ideas. ¿Qué pasó en su vida durante esos años? A esta pregunta, los Espíritus han venido para traernos algunas respuestas que podrán sorprender, pues son infrecuentes ante todo lo que se ha podido leer, oír y ver, sobre la vida del profeta Jesús. Él viajó y se dirigió a las comarcas donde vivían los druidas. Jesús, espíritu superior, misionero en la revelación de un Dios único y apelando solamente al amor, presentía su existencia y deseaba conocer todo sobre el druidismo. Al reunirse con ellos, desarrolló a su lado todas las fuerzas del espíritu como la telepatía y la radiestesia; aprendió a servirse mejor de su magnetismo y también dominó la levitación. La levitación es ante todo una técnica adquirida por un largo trabajo de concentración. Para los druidas, levitar su cuerpo en el espacio se convertía en una capacidad y no en un milagro. Así, la marcha sobre las aguas no es un milagro. Jesús se reunió con los druidas y las ense- ñanzas que recibió allí le permitieron dominar mejor las fuerzas de su espíritu y cumplir lo que muchos han denominado milagros porque desconocían las posibles facultades del espíritu. En Oriente, encontramos testimonios sobre la levita- ción; esta práctica era desarrollada por una casta muy singular, la de los faquires.
Los faquires
Clasificados dentro de una rama mística de la espiritualidad brahmánica, son considerados sujetos capaces de producir impresionantes fenómenos psíquicos. El coronel Albert de Rochas, en su libro titulado Recueil Relatifs à la lévitation du corps humain (Selección Relativa a la levitación del cuerpo humano), menciona varios testimonios de observación de estos fenómenos. He aquí uno, el del Sr. Jacolliot, juez francés del tribunal de Pondichéry a mediados del siglo XIX. La escena tiene lugar en la terraza superior de la casa del Sr. Jacolliot; el faquir está casi completamente desnudo: “Habiendo tomado un bastón que yo había traído de Ceilán, el faquir posó su mano en el pomo y con los ojos fijos en tierra, se dedicó a pronunciar los conjuros mágicos de circunstancia. Apoyado en una sola mano sobre el bastón, el faquir se elevó gradualmente alre- dedor de dos pies del suelo, y con las piernas cruzadas
a la oriental se quedó en una posi- ción bastante parecida a la de los budas… Durante más de veinte minutos, traté de comprender cómo el faquir podía romper con las leyes ordinarias del equilibrio. Me fue imposible conseguirlo, ningún soporte aparente lo unía al bastón, solamente la palma de su mano derecha estaba en contacto”.
Las alfombras voladoras, mito o realidad
 Evocar el Oriente nos hace tras- ladar hacia una leyenda, la de las alfombras voladoras. La alfombra voladora está presente en los cuentos y películas fantásticas; fue popularizada por Las Mil y Una Noches. A través de la mode- lización, ciertos trabajos científicos han estudiado la factibilidad de una alfombra voladora, basándose en la forma de desplazamiento de la manta raya. Según los científicos, salvo en medios acuosos, la cuestión energé- tica sería demasiado importante. Entonces, ¿qué ocurre con ella? La alfombra voladora, ¿mito o realidad? Les hicimos esa pregunta a los Espíritus y he aquí lo que nos dijeron: “Las alfombras voladoras existen. La práctica sigue siendo oriental y corresponde al desarrollo de la levitación en el espacio. El objeto en sí mismo no tiene nada mágico; ese fenómeno está relacionado con el poder del espíritu sobre la materia y, por consiguiente, demuestra en forma objetiva las posibilidades del psiquismo encarnado. Sin embargo, es preciso subrayar que este fenómeno exige un gran dominio de su mente por parte del que lo vive”.
Occidente también ha conocido estos casos de levitación:
Teresa de Ávila (1515-1562)
 Es reconocida por sus reformas de los conventos carmelitas y considerada como una figura mayor de la espiritualidad cristiana. Tenía más de cuarenta y tres años cuando vivió su primera levitación que ella describió en estos términos: “Cuando emito alguna resistencia, me parece que una fuerza me levanta, por debajo. Debo confesar que al prin- cipio eso me causaba un gran temor: aunque el cuerpo sea levantado así y los Espíritus lo vuelvan a bajar con mucha suavidad, si no se opone resistencia, uno perma- nece siempre consciente, al menos, siempre estaba lo bastante como para verme levantada. Debo decir que, con frecuencia, cuando aquello terminaba, tuve la impresión de que mi cuerpo era muy ligero, como si ya no hubiera tenido más peso. De manera que, a veces, no estaba segura de que mis pies estuvieran posados sobre el suelo”.

José de Cupertino (1603-1663)
El caso de José de Cupertino es uno de los fenómenos más conocidos y autenticados de la religión cató- lica. Llamado “el santo volador”, José de Cupertino estaba sujeto a formas de éxtasis, antes de cada levitación. El fenómeno, que inquietaba a la Iglesia, fue objeto de investigaciones dirigidas por el cardenal Prospero Lambertini, conocido por su probidad intelec- tual y su rigor. Este último multi- plicó las objeciones e hizo realizar una investigación de extrema precisión sobre cada punto que, a veces, duraba varios meses. Evitó cualquier entusiasmo y sólo conservó los hechos debidamente establecidos. En el caso de José de Cupertino el fenómeno era causado por las cosas más anodinas, la vista de una imagen, un canto, la belleza de una flor, la textura de una hoja; todo era un pretexto para que José se elevara en el aire. En 1653, una orden del Papa Inocencio X lo hizo trasladar a los capuchinos de Pietrarubbia. Perteneció secues- trado el resto de su vida, lejos de las miradas y el último testigo presencial de sus fenómenos de levitación fue el cirujano Francesco de Pierpolo cuyo testimonio vemos a continuación: “Durante su última enfermedad, debí poner un cauterio a su pierna derecha, conforme a las prescripciones del médico Giancinto Carosi. José estaba sentado en una silla, con la pierna apoyada sobre mi rodilla. Como aplicaba el hierro para la operación, me di cuenta de que estaba arrebatado, fuera ya de sus sentidos. Los brazos estaban extendidos, los ojos abiertos y elevados hacia el cielo, la boca medio abierta y la respiración parecía haber cesado completamente. Observé que se había elevado alrededor de un palmo por encima de la silla. Para observar mejor a José, me arrodillé con el doctor Carosi que lo examinaba conmigo. Los dos reconocimos, muy visiblemente, que José estaba realmente elevado en el aire. Esa situación duró un cuarto de hora”. De acuerdo con el número de hechos certificados por una multitud de testigos directos, los casos de levita- ción de José de Cupertino son los más señalados y más incontestables de la tradición hagiográfica cristiana. La historia espírita no se queda atrás con los ejemplos de levitaciones de cuerpos humanos. Son casos más recientes y que han sido sometidos a controles científicos.

El médium Daniel Dunglas Home (Escocia 1833 - París 1886)
Médium que vivió en París de 1833 a 1886, Daniel Dunglas Home fue estudiado principalmente por el científico William Crookes (1832-1919), químico y físico
británico, célebre en el mundo de la ciencia especialmente por haber descubierto un nuevo elemento químico, el talio. Médium de efectos físicos, Daniel Dunglas Home fue también uno de los raros casos de levitación humana observada por los científicos. En su obra Recherches sur les FENÓMENOs du spiritualisme (Investigaciones sobre los fenó- menos del espiritualismo), William Crookes confirma el fenómeno: “En tres circunstancias diferentes, lo he visto elevarse completamente sobre el piso de la habitación. La primera vez, estaba sentado sobre una tumbona, la segunda estaba de rodillas y la tercera de pie sobre su silla. En cada ocasión, tuve toda la libertad posible para observar el hecho en el momento en que se producía. Rechazar la evidencia de esas manifestaciones equivale a rechazar todo testi- monio humano, cualquiera que sea, pues de hecho no
son la historia sagrada o la historia profana donde se apoyan las pruebas más imponentes”. El propio Daniel Dunglas Home describe sus impresiones cuando levita: “No experimento nada de particular en mí, excepto esa extraordinaria sensación a la que atribuyo la causa, de una gran abundancia de electricidad en mis pies. No siento ninguna mano que me soporta, por lo general me he elevado perpendicularmente y cuando llego al techo, mis pies son llevados a la altura de mis hombros. En algunas ocasiones, la rigidez de mis brazos se relaja y puedo trazar algunos signos y letras en el techo”.
¿Cómo funciona la levitación sobre un cuerpo humano? La levitación no puede existir sin la intervención del periespíritu, doble del cuerpo físico, que está dotado de múltiples propiedades como la función de memorizar, la de expandirse o de atravesar la materia. Y en ciertas ocasiones, el periespíritu puede producir la suspensión del peso de nuestro cuerpo. Es por eso que tiene un papel esencial en la levitación. La naturaleza periespiritual es una naturaleza vibratoria en su estructura celular, invisible al ojo humano. Esta misma estructura periespiritual puede tener todas las virtudes, desde el momento en que estas últimas son regidas por el espíritu. Así, el conjunto de las células periespirituales absorbe provisionalmente la envoltura física para quien, ejerciendo esta práctica, desee levitar. Cuando un ser humano le pide a su envoltura carnal que se eleve en el espacio, le pide simultáneamente a su envoltura periespiritual que actúe sobre el plano celular para aligerar el peso de su cuerpo. Un Espíritu viene a respondernos sobre este punto: “Toda experiencia de levitación deseada y realizada sólo puede llegar a buen término si el experimentador está advertido de su doble naturaleza, es decir de la existencia de su periespíritu, para ordenar a ese mismo periespíritu que transforme momentáneamente la naturaleza de su envoltura carnal. Eso quiere decir reducir la pulsación cardiaca a veinte latidos por minuto y transformar completamente el metabolismo físico a partir de una voluntad pensada por un espíritu. Eso quiere decir que se establecerá un conjunto de cambios a nivel de las partí- culas de la célula periespiritual que actuará directamente sobre la célula física para aligerarla provisionalmente. Eso quiere decir que el torbellino de la célula, que el torbellino del átomo, que el torbellino de la partícula, va a responder a una resonancia pensada y reflexionada. El movimiento vital del átomo a nivel de su forma, la manera en que se desplaza, se va a acelerar en un mismo torbellino y entonces eso quiere decir que, efectivamente, el sujeto podrá elevarse en el espacio”. Hay igualmente otra forma de levitación, la que no es deseada, una levitación que le ocurre al médium a su pesar, como en los casos de Daniel Dunglas Home o Teresa de Ávila. D. D. Home no pensaba la levitación y sin embargo era levitado, levitado a partir del pensa- miento de los desencarnados que actuaban entonces sobre su periespíritu para elevarlo en el espacio, de manera de demostrar y probar la posibilidad de ese fenómeno a los testigos que asistían a estas expe- riencias, dando testimonio de la manifestación de los Espíritus. Eso significa que la levitación puede ser
provocada pero al mismo tiempo también sufrida a veces. Así, la levitación que parece contradecir las leyes de la atracción terrestre, es en realidad una función natural inherente a la naturaleza humana. La elevación de un cuerpo humano se inscribía en las primeras ense- ñanzas druídicas; era el resultado de una toma de conciencia de la envoltura carnal como el estado yoga. Entonces, cuando un ser humana levita, realiza incons- cientemente una metamorfosis de sus moléculas que, bajo el efecto vibratorio de su pensamiento, se aligeran naturalmente. Entonces el cuerpo en su totalidad se eleva en el espacio, volviéndose tan ligero como su periespíritu. La levitación no es un espectáculo sino una educación del espíritu en el dominio de su envoltura carnal; necesita ejercicios largos y repetitivos. La levitación existe desde tiempos remotos.
Desde hace algunos milenios, los hombres han tenido cono- cimiento de esta práctica. Por mucho tiempo reser- vada a algunos iniciados o personajes religiosos, pudo en el siglo XIX, gracias a la intervención de los Espíritus y la participación de médiums, llamar la atención del hombre sobre su naturaleza espiritual. Abordar la levitación sin considerar la materia más que en forma de un agregado de células, no podría explicar el fenómeno. Por otra parte, si nuestras sociedades llamadas modernas y materialistas, tratan de reproducir más o menos este estado particular creando campos magnéticos, enfriamiento de super- ficies o utilizando aviones, es que les su falta un dato determinante: considerar como una realidad la natu- raleza espiritual del hombre, reconocer el espíritu en el hombre. Cuando el humano tenga conciencia de su naturaleza espiritual, de la fuerza de su pensamiento, de la existencia de su periespíritu, entonces levitar será para él una realidad evidente, pero antes de estos estadios avanzados, habrá sabido crear las circunstancias propicias que permitan ese estado de levitación, en la búsqueda de una paz sobre la esfera que habita, una paz indispensable para dejar eclosionar finalmente todas las facultades de su espíritu encarnado.

miércoles, 5 de noviembre de 2014

Entrada nueva en Grupo Espírita de La Palma

PRINCIPIOS PARA EL EJERCICIO DE UNA ESPIRITUALIDAD SOCIALMENTE COMPROMETIDA

by idafe

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“Como activistas espiritualmente comprometidos, no tenemos que demostrar nada para vivir; nuestra vida lo demuestra todo.” - Will Keepin

Activismo espiritual

Will KeepinComo facilitador de trabajo interior con líderes del cambio social durante muchos años, Will Keepin, del Instituto Satyana, EE.UU., desarrolló un conjunto de guías o principios como apoyo para la práctica de una 'espiritualidad comprometida'. Iban dirigidos a profesionales y activistas interesados en llevar más amor y sabiduría espiritual a sus vidas profesionales. Intentar formular principios universales de este tipo tiene un riesgo grande. Resulta más valioso entenderlos como estímulo para la inspiración que como principios objetivos. En conjunto, estos principios comprenden un sumario de ideas que han resultado muy útiles para activistas socialmente comprometidos e interesados en integrar sus valores espirituales 'interiores', con su trabajo práctico 'exterior'.

Will Keepin

“Como activistas espirituales socialmente comprometidos en el amanecer del tercer milenio, estamos llamados a servir en dos capacidades diferentes: como trabajadores de un asilo para una civilización moribunda, y como parteras de una civilización emergente. Ambas tareas se deben realizar simultáneamente. La cultura de la modernidad debe desaparecer y ser reemplazada por la civilización del amor, si queremos que la raza humana siga adelante y prospere. Estamos llamados a movernos por el mundo con el corazón abierto —estando conscientemente presentes en el dolor y decadencia de una civilización que agoniza—, mientras que al mismo tiempo mantenemos un entusiasmo sentido y focalizamos nuestras energías en una inspiración visionaria y en construir nuevas formas de comunidad no conocidas todavía, que han de servir para la evolución futura de la humanidad".

Principios para una espiritualidad comprometida

Durante muchos años Will Keepin trabajó con grupos ecologistas totalmente dedicados al cambio constructivo, pero a menudo acabó quemado y estresado. Esa observación le sirvió de inspiración para desarrollar los siguientes principios para una espiritualidad socialmente comprometida:

1. Transformar la motivación de ira/miedo/desesperación en compasión/amor/ propósito. Se trata de un cambio vital para los líderes actuales del cambio social, particularmente aquellos que se enfrentan a la injusticia en sus variadas formas. No se trata de negar la legítima emoción de la ira o la indignación ante la injusticia social. El cambio crucial consiste en pasar de luchar contra el mal a trabajar para el amor. Aunque las acciones externas puedan parecer virtualmente idénticas, los resultados a largo plazo son muy diferentes. Como reza el dicho sufí: 'la acción sigue al ser'. Por ello, 'de una mente llena de ira y desesperación no puede emerger un futuro positivo' (Dalai Lama).

texto Lewelyn

Martin Luther King enfatizó que antes de movernos hacia la acción directa para el cambio social debemos purificar nuestras intenciones. De otra forma es posible que lo que hagamos para avanzar en nuestro noble propósito, antes que ayudar puede estar minando nuestro trabajo. Como advierte Thomas Merton: “Si intentamos actuar y hacer cosas para otros o para el mundo sin profundizar en nuestro propio auto-entendimiento, libertad, integridad y capacidad de amar, no tendremos nada que dar a los demás; no comunicaremos nada más que el contagio de nuestras propias obsesiones, agresividad y ambición egocéntrica”.

2. No apegarse a los resultados. Esto es difícil de llevar a la práctica, pero mientras estemos apegados a los resultados de nuestro trabajo, tenderemos a subir y bajar con nuestros éxitos y fracasos, una receta segura para agotarse en el camino. Nuestra tarea es mantener la intención clara y desapegarnos de los resultados, reconociendo que siempre está operando una sabiduría más grande. Como Gandhi enfatizaba, “la victoria está en el hacer”, no en los resultados. Además, se necesita también ser flexibles frente a las circunstancias cambiantes: “planificar es imprescindible, pero los planes son inútiles” (Winston Churchill).

En los programas de formación de Satyana se da frecuentemente el caso de líderes del cambio social que reaccionan fuertemente ante este principio. Un abogado medioambiental tartamudeaba: "¿cómo puedo ir a los juzgados y no apegarme a los resultados? !Puedes apostar que me importa quién pierde y quién gana! ¡Si no estoy apegado a los resultados me pasarán por encima! ¡Y cuando yo pierdo, la Tierra pierde!”. Su exasperación subraya el pertinente reto de implementar estos principios en el mundo real de los conflictos políticos y sociales. Aún así, continuó volviendo a nuestros retiros y buscando activamente formas de amar a sus adversarios. Finalmente llegó a ver que no apegarse a los resultados no implica indiferencia pasiva ante los resultados. También reconoció que aunque era difícil amar a algunos de sus adversarios, una forma en la que lo podía hacer era amarlos por crear para él la oportunidad de convertirse en una apasionada voz por la verdad y la protección del medio ambiente natural.

ärbol en esfera de cristal

3. La integridad es tu protección. Si actuamos con integridad, estaremos protegidos de las energías y circunstancias negativas. Podemos eludir la energía negativa de otros siendo transparentes a ella, permitiendo que pase a través nuestra sin efectos adversos. Ésta es una práctica consciente que podría llamarse 'aikido psíquico'.

4. Integridad en los medios y los fines. No puede alcanzarse un objetivo noble utilizando medios innobles. La integridad en los medios cultiva la integridad en los frutos de nuestro trabajo. Algunos de los participantes en nuestra formación están implicados de forma regular en debates políticos, vistas y declaraciones. Le sugerimos que apliquen la práctica tibetana del tonglen para transformar la energía negativa en compasión y amor allí mismo, en la sala de declaraciones. Los que han experimentado con esta técnica de forma seria, comprobaron que ayudaba mucho a distender situaciones con mucha carga psicológica y reducir la tensión en debates acalorados.

5. No demonices a tus adversarios. Los hace ponerse a la defensiva y menos receptivos a tus opiniones. Las personas responden a la arrogancia con su propia arrogancia, creando polarizaciones rígidas. Sé un aprendiz permanente y cuestiona constantemente tus propias opiniones.

El ideal es que constantemente estemos abiertos a nuevos puntos de vista, que nos movamos de la certidumbre a la investigación constante. A veces es duro hacer esto, a menudo tenemos total certeza acerca de lo que pensamos que sabemos y de las injusticias que vemos. Como ha observado John Stewart Mill: “En todas las forma de debate, ambas partes tienden a estar acertadas en lo que afirman y equivocadas en lo que niegan." Dentro de un debate, somos plenamente conscientes de la corrección de nuestras afirmaciones, pero normalmente siempre hay una porción de verdad en las afirmaciones de nuestros oponentes, aunque sea pequeña. Necesitamos poner especial atención en lo que negamos, porque ahí es donde a menudo están nuestros 'puntos ciegos'.

6. Eres único. Cada uno de nosotros debemos encontrar y realizar nuestra verdadera vocación. Es mejor caminar humildemente por nuestra propia senda, que lograr el éxito en el camino de otro” (Bhagavad Gita). Cada uno de nosotros tiene una melodía única con la que contribuir a la sinfonía de la vida. Descubre la tuya y cántala con confianza, gozo y abandono, y deja que cada parte de la armonía se cuide por si misma.

7. Ama a tu enemigo. O al menos ten compasión de él. Este es un reto vital para nuestros tiempos. Esto no significa permitir la falsedad o la corrupción. Significa el movernos de un pensamiento del tipo 'nosotros-ellos' a la conciencia del 'nosotros', de la separación a la cooperación. Se trata de reconocer que todos los seres humanos tenemos muchas más cosas en común que diferencias. Esto resulta difícil con personas cuyos puntos de vista son radicalmente opuestos a los nuestros. Sé firme con los temas, suave con las personas. La práctica de amar a nuestros adversarios es obviamente difícil con personas cuyos métodos y puntos de vista son radicalmente opuestos a los nuestros, pero es ahí donde se da el verdadero crecimiento. A medida que descubrimos que los problemas de la humanidad se encuentran también en nuestros corazones y vidas, nos damos cuenta que el “ellos” del que hablamos, a menudo también nos incluye a nosotros. No estamos exentos y no somos diferentes.

8. El servicio desinteresado es un deber. Nuestro trabajo es para el mundo, no solamente para nosotros. Haciendo trabajo de servicio estamos plantando las semillas para el beneficio de otros. Puede que la cosecha completa de nuestro trabajo no tenga lugar en esta vida, pero sin duda los esfuerzos del ahora contribuirán a una vida mejor para futuras generaciones. Deja que tu satisfacción venga de la gratitud por tener el privilegio de ser capaz de llevar a cabo ese servicio, y por hacerlo con toda la compasión, autenticidad, fortaleza y perdón del que eres capaz. Este es el concepto tradicional de servicio desinteresado, pero como se refleja en el siguiente principio, lo opuesto también es verdad:

9. El servicio desinteresado es un mito. Sirviendo a otros, servimos a nuestro verdadero ser. Es dando que recibimos”. Somos sostenidos por aquellos a los que servimos, igual que somos bendecidos cuando perdonamos a otros. Como dijo Gandhi, la práctica delsatyagraha (“ceñirse a la verdad”) confiere “un poder universal sin igual” a aquellos que lo practican. El trabajo de servicio es auto-interés iluminado, y cultiva y expande un sentido de identidad que incluye a todos los demás. Así, aunque no estamos aquí para servirnos a nosotros mismos, nada nos sirve mejor que servir a los demás.

10. No te aísles del dolor en el mundo. Protegiéndonos para que no nos rompan el corazón impedimos nuestra transformación. Deja que tu corazón roto se abra, y aprende a moverte en el mundo con el corazón roto. Como decía Gibran: “Tu dolor es la medicina con la que el médico dentro de ti te cura”. Cuando nos abrimos al dolor del mundo, nos convertimos en la medicina que cura el mundo. Si apartamos el dolor, estamos en realidad impidiendo nuestra participación en el intento del planeta de curarse a si mismo. Esto es lo que Gandhi entendió con tanta profundidad en sus principios de ahimsa y satyagraha. Un corazón roto es un corazón abierto, a través del cual el amor fluye y comienza la genuina transformación.

Quino irresponsables trabajando

11. Te conviertes en aquello en lo que pones atención. Tu esencia es maleable, y finalmente te conviertes en aquello sobre lo que pones tu más profunda atención. Cosechas lo que siembras, así que elige tus acciones cuidadosamente. Si estás constantemente metido en batallas, tú mismo te volverás asediado. Si constantemente das amor, te conviertes en amor. Cada uno de nosotros es completamente responsable de su vida, por eso escogemos servir.

12. Dedica suficiente tiempo al retiro, la renovación y la escucha profunda. Saber cuando retirarse es parte de saber cómo avanzar. Los más grandes activistas y líderes espirituales  han realizado significativos retiros lejos de todo, para dar un mejor servicio al mundo. Los periodos de descanso prolongados ayudan a clarificar la visión y el pensamiento, relajar el cuerpo y la mente y purificar las intenciones. Esto expande nuestras capacidades para el servicio y cultiva una visión de nosotros mismos y nuestro servicio más amplia y prudente.

13. Confía en la fe y abandona la idea de que tienes que entenderlo todo. Hay fuerzas “divinas” trabajando, mayores que nosotros, y en las que podemos confiar completamente sin conocer exactamente sus tareas o agendas. Fe significa confiar en lo desconocido, y ofrecernos a nosotros mismos como vehículos para que la benevolencia y la sabiduría intrínseca del cosmos realicen su trabajo. “El primer paso para la sabiduría es el silencio. El segundo es escuchar.” Si preguntas de forma honesta a tu interior, escuchas su guía y la sigues cuidadosamente, estás trabajando de acuerdo con esas grandes fuerzas, y te conviertes en un instrumento de su música.

Establecer los cimientos sobre una confianza inquebrantable no es, como algunos “realistas” podrían interpretar, una fantasía infantil o inocente idealismo. Más bien implica un alineamiento instintivo y profundo con el misterio y maravilla de la vida misma. Invoca a algo real, aunque oculto, que va más allá de los principios científicos tradicionales. La fe no es una adherencia ciega a un conjunto de creencias, sino el conocer, a través de la intuición y la experiencia, las energías y fuerzas universales que están más allá de nuestra observación directa.  Podemos recurrir a estas fuerzas ocultas, primero sabiendo que están ahí, y segundo pidiendo o anhelando su apoyo, o de forma más precisa, pidiendo que nos permitan servir en su nombre. Darse cuenta de esto produce realmente un gran alivio, ya que reconocemos que no está en nuestra mano el saber todos los pasos necesarios para transformar el mundo. No somos más que agentes participando de una sabiduría  y voluntad cósmica mucho más grande que nosotros.

14. El amor crea la forma. No al revés. El corazón cruza el abismo creado por la mente, y opera a profundidades desconocidas para ésta. No te quedes atrapado por un“pesimismo acerca de la naturaleza humana que no esté equilibrado con un optimismo acerca de la naturaleza divina, o pasarás por alto la cura de gracia.” (Martin Luther King). Deja que el amor de tu corazón empape tu trabajo, y no puedes fallar, aunque puede que tus sueños se manifiesten en formas muy diferentes a las que te puedes imaginar. Es fundamental lo que Martin Luther King llama la “cura de gracia”, quizás mucho más de lo que la mente lógica pueda comprender. La gracia es invisible a los sentidos, pero no por estar oculta es menos real. Es el poder del amor en acción, y el amor es el mayor poder del Universo. En este punto, King refuta sólidamente incluso a los más convincentes pesimistas religiosos y sociales que se basan únicamente en análisis teológicos y políticos (ej. Hombre moral, sociedad inmoral de Reinhold Niebuhr). Pasar por alto la cura de gracia es pasar por alto el mismo origen y los cimientos de la vida.

Epílogo

Quizás te preguntes si estos principios pueden ser “probados” científicamente o filosóficamente de alguna forma. Es muy posible que esa prueba no exista en la forma objetiva o empírica apreciada por los materialistas o los escépticos. Sin embargo, como activistas espirituales socialmente comprometidos, no vivimos para demostrar, sino que demostramos con nuestras vidas. En las palabras del poeta y místico Rumi: “Si estás enamorado, ese amor es toda la prueba que necesitas, si no estás enamorado, ¿de qué sirven todas tus pruebas?”

idafe | 5 noviembre 2014 en 23:20 | Etiquetas: Ama a tu enemigoBhagavad Gitacompromiso socialConfía en la fe y abandona la idea de que tienes que entenderlo todocooperaciónDalai LamaDedica suficiente tiempo al retiroEl amor crea la forma. No al revésEl servicio desinteresado es un deberEl servicio desinteresado es un mitoEres únicoespiritualidad,espiritualidad socialmente comprometidaespiritualidad y compromiso socialGandhi,implicaciones sociales de los principios espiritualesInstituto SatyanaIntegridad en los medios y los finesJohn Stewart MillLa integridad es tu protecciónla renovación y la escucha profundaMartin Luther Kingno apegarse a los resultadosNo demonices a tus adversariosNo te aísles del dolor en el mundoPrincipios para una espiritualidad socialmente comprometida,Reinhold NiebuhrRumiSatyanasociología de la espiritualidadsociología espiritualistaTe conviertes en aquello en lo que pones atenciónThomas MertontonglenTransformar la motivación de ira/miedo/desesperación en compasión/amor/ propósitoWill KeepinWinston Churchill | Categorías: 2 - Divulgación3 - Formato4 – Temáticas5 - Estudioartículos,AutosuperaciónÉticaÉtica Espíritaética y filosofíaConcienciaEspiritualidadEvolución,FilosofíaPensamientosRelato de sabiduríatexto | URL: http://wp.me/pJXz0-Se

domingo, 2 de noviembre de 2014





Tenemos la costumbre de decir que el espiritismo
es un combate, lo cual discutíamos recientemente
con una pareja de amigos espíritas argentinos,
Antonio y Mirta Bruni, de paso por Francia, y que
vinieron a visitarnos. Antonio nos explicó entonces
que consideraba al espiritismo como un verdadero
desafío, con ese aire entendido que significa que
somos unos Quijotes en persecución de un ideal
que tan poco logramos compartir cuando salimos de
nuestros medios espíritas. Desafiamos a la religión, la
ciencia, la sociedad, el sentido común, incluso hasta
a la parapsicología en sus aspectos más reservados.
Esa noción de desafío me pareció muy justa, pues el
combate espírita es en efecto un llamado a una forma
de revolución de las mentalidades, dentro de una
conmoción de los conceptos comúnmente admitidos
a partir de la transgresión del tabú de la muerte.

Un desafío a las religiones
Por supuesto los espíritas no son los primeros en haber
vuelto a poner en tela de juicio las creencias religiosas,
pues ya el materialismo filosófico y científico se había
posicionado en la historia del pensamiento humano
desde hace varios siglos, y sobre todo de manera más
insistente a partir de Diderot, seguido más tarde por Karl
Marx y otros filósofos ateos. La oposición materialista
ha tenido el mérito de ser clara, en la medida en que
su demostración filosófica no tenía ambigüedades.
En cambio, no sucede igual con el espiritismo que
se encuentra en la situación incómoda de ser una
filosofía que desarrolla conceptos espiritualistas, los
mismos de la religión, pero de manera diferente. La
existencia de Dios, sí, ¿pero se trata del mismo Dios?
La reencarnación, sí, pero no ya dentro de una visión
orientalista del karma y el nirvana final, incluso a veces
de la metempsicosis. Los fenómenos que desafían las
leyes naturales admitidas, sí, pero no los milagros… La
comunicación con otros seres, sí, pero no los ángeles
o los demonios Y se podría proseguir la larga lista
de todo lo que pertenece a la vez a lo religioso y al
espiritismo, pero bajo formas diferentes.
Allan Kardec aclaró todos estos puntos, definiendo
precisamente las diferencias a partir de la revelación
espírita. Se desmarcó del fenómeno religioso, dándole
a la palabra “religioso” un sentido más amplio dentro
de la trascendencia de todas las creencias reunidas
y reinterpretadas a la luz de la enseñanza de los
espíritus. ¿Se trataba simplemente de una cuestión
de términos, de semántica? ¿Era necesario abandonar
la palabra religioso? Las posiciones fueron diversas
en la historia del espiritismo, unos que hacen de la
doctrina espírita una nueva religión, otros que asumen
un carácter no confesional y por lo tanto laico, y es
esta última noción la que nosotros hemos adoptado
para evitar todo menosprecio. En forma general, la
religión corresponde a una fe a partir de una verdad
revelada que los seres humanos han acondicionado
a su gusto. El espiritismo corresponde más bien
a un conocimiento, consecuencia de múltiples
experiencias que convergen en resultados idénticos,
un conocimiento que se ha formado a partir de la
comunicación con el otro mundo y a partir de una
reflexión filosófica sobre las enseñanzas del más allá.
Así pues, el espiritismo perpetúa su diferencia esencial
dentro de un enfoque metafísico que no debe nada
a lo religioso, y es probable que el abismo siga
profundizándose, sobre todo frente a las religiones
devenidas en integristas, dentro de las desviaciones
que evidenciamos, las de los evangélicos derivadas del
protestantismo y las del fundamentalismo musulmán.
Sin duda hay menos problemas con el catolicismo que
ya no se opone sistemáticamente a la manifestación
de los espíritus de los difuntos…
Y luego, al margen de los fenómenos religiosos,
podemos incluir el desarrollo de las nuevas
espiritualidades derivadas del esoterismo, y allí, la
oposición sigue siendo fuerte en la medida en que
nos encontramos frente a modelos de pensamiento
individualistas, desconectados del mundo real en busca
de una trascendencia ilusoria (desarrollo personal,
comunicación con los ángeles o seres de luz, etc.)

El espiritismo ante a la ciencia
El espiritismo está en la incómoda situación de asumir
su carácter científico, sin responder a ciertos criterios
requeridos por las ciencias duras, como por ejemplo la
capacidad de reproducir un fenómeno a discreción. Ya
existe desde hace mucho tiempo una oposición entre
las ciencias duras y las ciencias psicológicas o sociales,
lo que equivale prácticamente a la oposición entre
ciencias materialistas y ciencias que aceptan integrar
un factor espiritual. ¿Sería necesario entonces que la
inteligencia humana sea desconectada de la ciencia
aun cuando es gracias a esa inteligencia que se abordan
los temas científicos? ¿Será necesario entonces que el
sentimiento y la moral sean desconectados de todo
enfoque científico con el pretexto de que el estudio
de los fenómenos de la naturaleza puede prescindir de
toda apreciación y juicio de valor?
El materialista debe disociar todavía dos órdenes de
cosas, por un lado una verdad científica y por el otro
una pertenencia religiosa o filosófica desconectada de
las experiencias científicas, dicho de otra manera, una
convicción compartida en el plano del estudio de los
fenómenos naturales y otra no compartida sobre las
opciones religiosas o filosóficas de cada uno.
En el momento en que algunos vuelven a poner en
tela de juicio los principios mismos de la ciencia
clásica a partir de un nuevo enfoque, el de la física
cuántica, es preciso volver a exponer en detalle todos
los paradigmas antiguos para definir de allí los nuevos.
Se sabe que a nivel de la materia en sus estados más
ínfimos, no hay más que energía. Se sabe igualmente
que en ciertas experiencias esa energía reacciona ante
la presencia humana. Se llega a poner en evidencia
una fuerza espiritual que interacciona sobre la materia
para hacer científicamente la pregunta de Dios. Quizás
estemos en el alba de una nueva visión donde será
necesario establecer la indispensable unión entre
ciencia y espiritualidad…

Las cuestiones políticas y sociales
Según algunos, los espíritas se ocupan de lo que no les
incumbe puesto que se interesan por la marcha del
mundo en sus aspectos sociales y políticos, como si
estos temas no debieran interesar sino al vulgo, como
si la espiritualidad no tuviera que intervenir en todo
lo que concierne a la organización de la comunidad
humana. Cada uno debería permanecer en su papel:
el sacerdote se ocupa de la salvación de las almas, el
espírita se comunica con el más allá y el político se
ocupa de los asuntos del mundo… Habría pues que
disociar estas diferentes preocupaciones y considerar
que la evolución de las sociedades no interesa ni a los
espíritus ni a los espíritas. ¿Cómo podríamos hablar
entonces de evolución y de emancipación de los
individuos, si hiciéramos abstracción de lo que nos
relaciona con los demás dentro del vínculo social y las
estructuras de nuestras sociedades?
Mientras el mundo siga perdiéndose en una
desenfrenada carrera hacia el lucro, en una competencia
que todavía pudiera engendrar conflictos, todo espírita
normalmente constituido no puede sino interrogarse
acerca del funcionamiento de sociedades en las
que la hermandad, la solidaridad y la justicia siguen
siendo palabras vacías. Los buenos sentimientos de
compasión no bastan. Hay que mirar bien al mundo
tal y como va, estudiar su funcionamiento económico
y sus estructuras políticas, para comprobar que las
relaciones internacionales siempre están fundadas en
el interés, la explotación y el dominio del más fuerte,
en detrimento de los pueblos más desprovistos que son
víctimas de una competencia material que pertenece
a los poderes del dinero.
Si en espiritismo, se debe invocar la moral personal,
también necesitamos hablar de moral colectiva para dar
un sentido a la palabra solidaridad, ya sea uno cristiano,
espírita o de alguna otra disciplina humanista. Algunos
desearían que los espíritas se quedaran en su estricto
campo de la comunicación con los muertos, sin extraer
de ello las menores consecuencias filosóficas y éticas,
lo cual les volvería a llevar a no ser más que simples
espiritualistas que viven con los muertos y se olvidan
de los vivos.
Aún sobre este punto, nos encontramos ante a un
desafío no resuelto: conjugar un ideal filosófico con
sus consecuencias sobre los asuntos del mundo.
Muchos no lo aceptan, estimando que cada uno debe
permanecer en su lugar. Pues bien, nuestro lugar sin
embargo, es el de todo ciudadano que escucha al
mundo, en medio de los espíritus encarnados que
se han organizado en sociedades y que desean una
evolución de la humanidad entera.

Espiritismo y parapsicología
Sin perder de vista que la
parapsicología nació de la
antigua metapsíquica, es
preciso saber remontarse a
los orígenes: en otros tiempos
se trataba de estudiar
experimentalmente los
fenómenos de ectoplasmia
y de materializaciones, para
demostrar científicamente
la existencia de los espíritus
a través de sus manifestaciones. Eso fue realizado a
principios del siglo XX por numerosos investigadores
y especialmente por Gustave Geley, primer director
del Instituto Metapsíquico de París. Los precursores de
la parapsicología eran pues espíritas, por lo menos la
mayoría de ellos. El objeto de sus investigaciones estaba
relacionado con el espiritismo, en una continuidad
de búsqueda que se hacía más científica. ¿Quién se
acuerda todavía hoy de los orígenes? Los espíritas
sin duda alguna… pero los mismos parapsicólogos
fingen desconocer su propia historia. Su actividad
se inició hace un centenar de años, dentro de una
filiación espírita claramente definida. Actualmente,
ellos prefieren olvidar su propio pasado, considerando
al espiritismo como una hipótesis anticuada y seudo
religiosa. Sus antecesores trabajaron para poner en
evidencia al espíritu, estos (los de hoy) se han vuelto
hacia otras investigaciones, sobre las capacidades y
propiedades del espíritu humano, descuidando otro
mundo del que dicen que nunca se podrá probar su
existencia.
Así pues, el foso entre el espiritismo y la parapsicología
se ha profundizado progresivamente, hasta el punto
de que necesitamos tratar de reconstruir toda una
relación perdida entre gentes que ya no se comprenden
(apartando a ciertos investigadores calificados de
parapsicólogos que, en las investigaciones sobre
las NDE y la reencarnación —en la línea de Ian
Stevenson—, avanzan por la vía de un reconocimiento
del espíritu, para acercarse progresivamente a las tesis
espíritas).
Respecto a la parapsicología en general, estamos
todavía ante un reto, el de hacer renacer una
convergencia a partir de nuestra voluntad de reanudar
el diálogo y volver a abrir el debate. Trabajamos
en ello, pero hay que admitir que la tarea es difícil,
puesto que el espiritismo siempre es considerado
con condescendencia por parte de las y los que
reivindican un elitismo científico e intelectual alejado
de las investigaciones metapsíquicas de sus padres
fundadores.
Entonces, hay todavía grandes retos delante de
nosotros, y en todos los planos. El espiritismo sigue
estando marginado: por una parte arrastra todavía una
imagen deformada y por otra porta una utopía que
exige mucho en la transformación de las mentalidades.
Como filosofía, el espiritismo nos lleva a reflexionar
sobre todos los aspectos de la vida; ningún tema le es
ajeno puesto que se trata del sentido dado a nuestras
vidas encarnadas, tanto en el plano individual como
en el colectivo. La evolución individual es un asunto
que nos concierne a todos, pero no hay evolución que
pueda desconectar lo individual de lo colectivo, si esa
evolución responde al sentido primero del mensaje
cristiano íntimamente vinculado al mensaje espírita.
Qué significa “Amaos los unos a los otros”, si no es
sentirse implicado en una vida universal, la del más
allá de nuestros seres queridos difuntos y la de nuestra
humanidad de la que todos somos actores colectivos.