EL POR QUÉ DE UN NUEVO BLOG

Después de abrir y mantener actualizado el blog: CENTRO VIRTUAL DE ESTUDIOS

ESPIRITISTAS Y AFINES, para la formación doctrinaria dentro de los postulados eminentemente racionalistas y laicos de la filosofía espírita codificada por el Maestro Allan Kardec que exhibe la Confederación Espírita Panamericana, a la cual nos adherimos, creímos conveniente abrir un nuevo Blog de un formato más ágil y que mostrase artículos de opinión de lectura rápida, sin perder por ello consistencia, así como noticias y eventos en el ámbito espírita promovidos por la CEPA, a modo de actualizar al lector.
Esa ha sido la razón que nos mueve y otra vez nos embarcamos en un nuevo viaje en el cual esperamos contar con la benevolencia de nuestros pacientes y amables lectores y vernos favorecidos con su interés por seguirnos en la lectura.
Reciban todos vosotros un fraternal abrazo.
René Dayre Abella y Norberto Prieto
Centro Virtual de Estudios Espiritistas y Afines "Manuel S. Porteiro".



sábado, 19 de junio de 2010

JESÚS, EL HOMBRE POR DANTE LÓPEZ ACTUAL PRESIDENTE DE LA CEPA.

quarta-feira, 20 de janeiro de 2010

AMÉRICA ESPÍRITA - ANO XIII - N° 134 - JANEIRO/FEVEREIRO 2010

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A Palavra da CEPA
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Jesús, el hombre
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Hay suficientes evidencias históricas para asegurar que hace aproximadamente 2000 años vivió un hombre que dejó su huella indeleble en la humanidad. Su nombre fue Jesús de Nazareth y tuvo una actuación tan impactante en el momento histórico que le tocó vivir que nadie pudo olvidarse de él.
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Algunos lo llamaron Dios, porque para esa época, todo lo que no se comprendía se tildaba de sobrenatural o se deificaba; otros lo tomaron como Mesías para la base de una nueva religión. Los que ostentaban el Poder, lo eliminaron físicamente, porque su mensaje era de liberación individual. Hablaba de la trascendencia del espíritu sobre la materia, de que no hacían faltan edificios para construir templos, de que cada uno podía ser dueño de su destino.
Con el correr del tiempo se hizo leyenda y se tejieron mil historias acerca de su vida, pero la esencia de su mensaje era profundo y conciso: Sólo a través del amor el ser humano encontrará el sentido de la vida.
Como suele suceder entre los hombres, tan paradójicos, en su nombre se edificaron templos, se nombraron representantes y se construyó la más grande estructura religiosa de Occidente.

También con la excusa de “evangelizar”, se impuso su mensaje con violencia, se eliminó físicamente a quienes pensaban distinto y se organizaron guerras, se combatió a la ciencia y nuevamente prevaleció la ignorancia y la necesidad de unos de imponer a otros. Lejos de sus enseñanzas de amor.

Transcurrieron muchos años desde entonces, y conociendo la ley palingenésica, seguramente muchos de nosotros habremos vivido varias de esas circunstancias descriptas, ¿Habremos sido sacerdotes católicos, cruzados y/o inquisidores? Muy probablemente.
A través de esas experiencias y después de cometer errores en el camino, nos debemos la actitud de encontrar una nueva mirada hacia ese hombre que fue Jesús de Nazareth, un verdadero espíritu superior encarnado y como muchos otros, incomprendido.
Como Jesús; Mahoma, Confucio, Lao Tsé, Sidarta Gautama, fueron ejemplos, arquetipos, modelos a seguir que también fueron más o menos comprendidos.

En el siglo XIX , en la plenitud de la ciencia positiva, un hombre menos místico y más científico marcó un hito: Consiguió desentrañar el mecanismo de la comunicación con los espíritus desencarnados.
Lo que le transmitieron hacía recordar en algunos aspectos a las enseñanzas de Jesús, porque hablaban de la trascendencia del espíritu sobre la materia, de que cada uno es dueño de su destino y de que el sentido de la vida era una búsqueda personal, insistían los espíritus que nadie necesita ser salvado, porque nadie está condenado.
Esta nueva doctrina se llamó Espiritismo, sin aditamentos, ya que provenía de los espíritus, y porque Denizard Rivail era un hombre de ciencias y como tal buscó un nombre nuevo para algo nuevo.
Como la cultura que rodeaba a Rivail era influenciada por el Cristianismo derivado de las opinables interpretaciones que se hicieron de las enseñanzas de Jesús, se vio en la necesidad de estudiar las similitudes y comparó, como todo científico, para sacar conclusiones.
Se asombró al comprobar que las enseñanzas de Jesús podían ser descifradas de una manera distinta a la luz de la doctrina de los espíritus, y que casi 2000 años después había llegado el momento de llamar a cada cosa por su nombre.
Claro que otra vez, entre lo que un hombre esclarecido puede comprender y expresar, y lo que sus seguidores pueden entender, hubo diferencias.
La figura de Jesús fue y es motivo de controversia entre los espíritas también. Es posible encontrar quienes piensan que Jesús fue un agénere fluídico, o que el Espiritismo puede ser mixturado con el Cristianismo o con otras religiones.
Los que estamos identificados con un Espiritismo laico, humanista, adogmático y progresista no coincidimos con esa postura, pero la respetamos, y al pensar que todas las búsquedas de espiritualidad son convergentes, estamos confiados en que los caminos se encontrarán.

Admiramos a Jesús hombre, lo que él representa como arquetipo de ser humano, y anhelamos liberarnos del lastre del personalismo y la imposición. Aspiramos a ser parecidos a él, un hombre firme en sus ideas y amoroso en su accionar, solidario con sus semejantes, capaz de dedicar su vida a sus ideales, comprensivo con las limitaciones propias y ajenas, de pensamiento universal, que evalúa, pero no juzga ni condena. Seguros de que todos somos parte de un mismo proyecto en distinto momento de evolución.
Para los seres humanos, como nos mostró Jesús, también llegará el momento de “sentir” y “ver” el futuro con optimismo y seguridad al comprender que estamos transcurriendo el camino de un proceso progresivo, que nos incluye a todos, porque tenemos la seguridad que detrás de esta aparente confusión está Dios, Inteligencia Suprema, Causa Primera de todas las cosas.
Allí nos encontraremos, más tarde o más temprano, en un acto continuo y dinámico de Amor Universal.
Dante López – lopezfly@arnet.com.ar

N.R: A versão em português do presente artigo pode ser encontrada nos sites www.cepabrasil.blogspot.com e www.cepanet.org .
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LA VIGENCIA DE KARDEC NO ESTÁ EN DISCUSIÓN POR PROF. JON AIZPÚRUA TOMADO DE WWW.CEPANET.ORG

       


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LA VIGENCIA DE KARDEC NO ESTA EN DISCUSION

07/07/2005 - 08h25min

Una de las cuestiones más difíciles y delicadas que se han presentado en el Espiritismo desde sus propios inicios se relaciona con sus posibilidades para mantenerse actualizado frente a los avances que se producen continuamente en todas las áreas del conocimiento, y, al mismo tiempo, preservar los principios básicos que garantizan su identidad doctrinaria y constituyen la razón misma de su existencia. Identidad y cambio, son pues, los términos de una ecuación que exige una actitud abierta, equilibrada y prudente.

Una actitud, precisamente, como la que adoptó en su tiempo Allan Kardec, el ilustre fundador y codificador de la Doctrina Espírita, y es por eso, que la lectura de sus obras nos inspira tanta confianza y seguridad en la correcta orientación que él trazó, siguiendo además las pautas que le proporcionaron espíritus de altísima elevación moral e intelectual.

En El Libro de los Espíritus y demás textos que integran la Suma Kardeciana, encontramos de manera explícita los criterios que definen los rasgos progresistas de la naciente idea:

Doctrina evolutiva:
“El Espiritismo, avanzando con el progreso, nunca será rebasado, porque, si nuevos descubrimientos le demostrasen que está errado acerca de algún punto, él se modificará en ese punto y si una nueva verdad se revelase, él la aceptará”

Científica, filosófica y moral:
“El Espiritismo es a la vez una ciencia de observación y una doctrina filosófica. Como ciencia práctica, consiste en las relaciones que pueden establecerse con los espíritus; como doctrina filosófica, comprende todas las consecuencias morales que se desprenden de semejantes relaciones”

Abierta:
“El Espiritismo, so pena de suicidio no puede cerrar las puertas a ningún progreso”

Dinámica:
“La inmovilidad, en vez de ser una fuerza, se convierte en una causa de debilidad y rutina para quien no sigue el movimiento general; rompe la unidad, porque quienes desean ir hacia adelante se separan de los que se obstinan en quedarse atrás”
Racionalista:
“La fuerza del Espiritismo reside en su filosofía, en el llamamiento que hace a la razón y al buen sentido”

Arreligiosa:
“No teniendo el Espiritismo ninguna de las características de una religión, en la acepción usual de la palabra, no podía ni debía presentarse con un título sobre cuyo valor inevitablemente se habría equivocado. Es por eso, que simplemente se dice doctrina filosófica”

Universalista y fraterna:
“La fraternidad debe ser la piedra angular del nuevo orden social. Pero, no habrá fraternidad real, sólida y efectiva si no estuviese apoyada sobre una base indestructible; esta base es la fe; no la fe en tales o cuales dogmas particulares, que cambian con los tiempos y los pueblos se lanzan piedras porque, anatematizándose, mantienen el antagonismo, sino la fe en los principios fundamentales que todo el mundo puede aceptar: Dios, el alma, el futuro, el progreso individual indefinido y la perpetuidad de las relaciones entre los seres. Esta es la fe que da el Espiritismo y que será de ahora en adelante el centro en torno del cual se moverá el género humano”

Tales características, claramente puntualizadas en estas citas de Kardec, representan la mejor garantía de que el Espiritismo, no solamente vino en el momento oportuno, superando dialécticamente las carencias y errores tanto del materialismo como de la religión; sino que llegó para quedarse, mostrando a la humanidad un camino cierto hacia nuevos y superiores destinos.

Cerca de siglo y medio ha transcurrido desde que fue codificado, y en todo ese tiempo, rico en transformaciones sociales, científicas, intelectuales, culturales, económicas y políticas, los postulados básicos que definen al Espiritismo, lejos de resultar lastimados por el impacto de esos cambios, se han fortalecido, pues han aparecido nuevas evidencias que confirman su autenticidad y veracidad. Ahora, en la antesala del siglo XXI, con los nuevos enfoques de las ciencias naturales y de las ciencias sociales que han dado origen a concepciones emergentes como las que ofrecen la biología molecular, la física cuántica, la psicología transpersonal o la parapsicología, se está abriendo paso un nuevo paradigma del conocimiento que se define como holista, sistémico, dialéctico, ecológico y profundamente espiritualista. Un paradigma donde se representa al Universo como la cristalización del pensamiento y la voluntad de Dios, como un infinito sistema en continua evolución, y al hombre como una compleja unidad bio-psico-socio-espiritual. En ese paradigma, los principios fundamentales que integran el cuerpo doctrinario del Espiritismo: Dios, espíritu, supervivencia, reencarnación, evolución, mediumnidad y pluralidad de mundos habitados, se ubican con perfecta comodidad.

Si esto es así, ¿qué se debe entender, entonces, por actualización del Espiritismo? Pues, exactamente lo mismo que entendió y previó Kardec: mantenerlo siempre actual, de manos con el progreso y no a sus espaldas. Y eso es lo mismo que ya consideraron necesario pensadores de la estirpe de Léon Denis, Gabriel Delanne, Gustavo Geley, Ernesto Bozzano, Amalia Domingo Soler, Quintín López Gómez, Antonio Freire, Oliver Lodge, Cosme Mariño, Manuel Porteiro, Humberto Mariotti, Angelo Torteroli, Carlos Imbassahy, Herculano Pires, Deolindo Amorim, Soto Paz Basulto, Rosendo Matienzo Cintrón, Luis Zea Uribe, Ernesto Moog, Pedro Alvarez y Gasca, David Grossvater, Manuel Matos Romero, para mencionar solamente algunos de sus más insignes representantes en diversas épocas y naciones.

Actualizar el Espiritismo no implica, en forma alguna, la eliminación o la sustitución de ninguno de sus postulados centrales. Pero significa, eso sí, revisar la manera como son entendidos e interpretados, y adecuarlos a las nuevas conquistas del conocimiento científico. Encontramos numerosos temas y conceptos que apenas fueron insinuados en las obras kardecianas, y que requieren ser completados y desarrollados. La ciencia y sus aplicaciones tecnológicas han abierto rumbos que antes no existían y que el Espiritismo debe también incorporar. Y el lenguaje con que se comunican las ideas, con todas sus implicaciones semánticas y semiológicas, debe ser revisado, modificado y perfeccionado.

Eso, que es tan obvio y elemental, y que provoca tanto escozor a los espíritas de mentalidad conservadora y dogmática, ya lo hizo Kardec en su momento. En abril de 1857 publicó El Libro de los Espíritus conteniendo 501 preguntas y respuestas, y en 1860, dio a conocer la que sería la segunda y definitiva edición con 1018 cuestiones. ¡Había revisado diversas opiniones y más que duplicado el número de asuntos abordados! En 1858 publicó Instrucción práctica sobre las manifestaciones espíritas, y después tomó la decisión de no editar más esa obra y refundirla en El Libro de los Médiums. Tanto en sus libros como en la Revue Spirite, Kardec reconoce, con la honestidad que le caracterizaba, que en numerosas oportunidades se vio obligado a variar su opinión sobre ciertos temas e interpretaciones, e invita a los espíritas a actuar siempre de ese modo para evitar que la doctrina quede marginada del progreso en general.

Para nosotros está muy claro que se debe resguardar la integridad de la doctrina y la fidelidad a las directrices que fueron trazadas por la espiritualidad superior, y que se debe permanecer alerta ante las “innovaciones” de extrañas procedencias que han tratado de infiltrarla, presentándose a sí mismas como “revelaciones superiores”, y que en verdad, nada aportan de interesante o constructivo, y por el contrario, introducen ideas absurdas y extravagantes que desacreditan a quienes las admiten.

La actualización del Espiritismo es un planteamiento y una actitud que se sintonizan plenamente con la letra y con el espíritu de las enseñanzas de su ilustre Codificador. No otra cosa haría él en estos momentos y no otra cosa nos está reclamando que hagamos. Esta convicción nos mueve a expresar con firmeza y serenidad que la vigencia de Kardec no está en discusión, que su pensamiento es muy actual, y que el sentido dinámico y progresista de su obra es la mayor garantía de que siempre estará en sintonía con el progreso.

Es por eso, que la C.E.P.A. está convocando el XVIII Congreso Espírita Panamericano, que va a realizarse con gran éxito en octubre próximo en la hermosa ciudad de Porto Alegre, con la intención de comenzar a discutir sobre el tema de la actualización, inaugurando apenas un proceso que habrá de ser continuado en otros eventos, con la participación de todos los espíritas que aman esta hermosa doctrina y desean verla siempre fresca, dinámica y abierta.

La actualización del Espiritismo es una necesidad inaplazable y un desafío a la inteligencia, a la cultura y a la sensibilidad de los espíritas. Marchamos hacia ese proceso enarbolando la bandera de Kardec y sintiendo en nuestras almas la inspiración de ese mundo espiritual superior que orienta, anima e impulsa todo esfuerzo que contribuya a la superación de la humanidad.


Editorial da Revista América Espírita, número 56, de março/2000










jueves, 17 de junio de 2010

UN MÁS ALLÁ PARA LOS ANIMALES Y LAS PLANTAS POR CARLOS FERNÁNDEZ TOMADO DE CANAL DE ESPIRITISMO HISPANO.

Un Más Allá para los Animales y las Plantas
Por Carlos Fernandez
¿Qué pasa con los animales y las plantas cuando muere su materia biológica? ¿Hay un Más Allá para todos los seres vivos, o solo el hombre tiene la "exclusiva" de la trascendencia? Algunos de los argumentos que justifican la supervivencia del hombre también podrían ser válidos para la totalidad de los seres vivos.
Susana Abraham es una joven de origen hindú, afincada en La Coruña (Galicia, España). Estaba muy unida afectivamente a un hermoso gato gris, a quien cuidaba desde que este era muy pequeño. Los padres de Susana compartían también esa relación con la pequeña mascota, a quien consideraban como uno más de la familia. Quiso la fatalidad que el pequeño gato terminara sus días aplastado por las ruedas de un coche, en un trágico descuido del padre de Susana, llenando de tristeza a toda la familia. El pequeño felino fue enterrado en el propio jardín de la casa, en un último intento por mantener cerca la memoria de la mascota.
Imágenes de otra realidad
Las psicoimágenes son un fenómeno paranormal conocido desde fechas relativamente recientes, donde a través de una cámara de vídeo -y empleando unas técnicas adecuadas- son captadas diversas imágenes que podrían pertenecer a un espacio donde viven los seres que alguna vez estuvieron en la Tierra. Y aunque la parapsicología pretende explicar la naturaleza de estas imágenes con teorías centradas en las desconocidas potencialidades humanas, lo cierto es que la inmensa mayoría de quienes se han atrevido a experimentar en este curioso fenómeno, están convencidos del origen trascendente de estas imágenes. Pues bien, en numerosas ocasiones las psicoimágenes contienen rostros humanos, animales de diversas especies -muy especialmente los domésticos- e incluso plantas y árboles. Algunos de los rostros humanos obtenidos por los investigadores, han sido reconocidos como los de personas ya fallecidas, por lo que si se extiende esta comparación al resto de las psicoimágenes, podríamos suponer que también los otros seres -animales y vegetales- habrían sobrevivido a la muerte.
Y no es casualidad que en la filosofía que se desprende de la Transcomunicación Instrumental -que interpreta las psicoimágenes, las psicofonías y otros fenómenos paranormales como un contacto tecnológico con otros planos de existencia donde viven los seres ya fallecidos- también los animales y las plantas continúan viviendo en un mundo semimaterial. Una vez que dejan de existir aquí en la Tierra, continúan viviendo en el "mundo siguiente". Asimismo, se considera que todos los seres tienen conciencia, e incluso libre albedrío para vivir donde y con quien deseen. De todos modos, la vida en este plano, estaría condicionada por la premisa de que ningún animal debe morir para que la vida de otro siga desarrollándose.
Un ángel para cada brote de hierba
Las enseñanzas promovidas por el espiritualismo inglés, tienen muchos puntos en común con los mensajes obtenidos a través de la Transcomunicación Instrumental. Respecto a la supervivencia de animales y plantas, los espiritualistas sintetizan su punto de vista en frases como "Hay un ángel para cada brote de hierba", poniendo de manifiesto la importancia que tienen todos los seres vivos.
Leslie Flynt fue uno de los más famosos mediums de voces directas, enmarcado en las corrientes espiritualistas inglesas. En las sesiones de Flynt, las voces de los supuestos comunicantes no eran producidas por las cuerdas vocales del medium, sino que proyectaba la voz a un punto cualquiera de la habitación. Los comunicantes de Flynt eran a veces personas sencillas que habían fallecido, cuyas voces eran reconocidas por sus familiares. En otras ocasiones, se manifestaban personajes históricos como Gandhi, Frederic Chopin, Oscar Wilde, o Confucio. Estos personajes, habrían transmitido abundante información sobre el "Otro Mundo", donde frecuentemente se aludía a las plantas y animales que allí vivían; y del reencuentro de seres humanos con sus animales de compañía e incluso con "su jardín", o "sus flores".
Otro personaje relevante dentro del espiritualismo es la médium irlandesa Geraldine Cummins, quien habría recibido a través de psicografía, centenares de mensajes atribuidos a Frederic Myers, fundador de la Society for Psychical Research, primera asociación de investigación sobre fenómenos paranormales.
En el libro The Road of Inmortality (El Camino a la Inmortalidad), donde se recopilan buena parte de estos mensajes psicografiados, se hace mención al alma de otros seres vivos y a su evolución: "Deberéis comprender que si el alma humana continúa evolucionando en otra vida, en otro estado de existencia, necesariamente otras formas animadas que tienen la capacidad de evolucionar tienen también la posibilidad de desprender una esencia misteriosa que se puede equiparar a aquello a lo que llamamos alma en el hombre". Los escritos atribuidos a Myers, hacen mención también a grupos formados por minerales, vegetales, animales y humanos, que forman una unidad en los mundos siguientes a los mundos físicos como el nuestro.
A pesar de que las comunicaciones mediumnicas son la fuente de información tanto del espiritualismo como del espiritismo divulgado en los libros de Allan Kardec, existen algunas diferencias notables, que se reflejan en puntos muy concretos. Mientras el espiritismo kardecista refleja una visión ligeramente antropocéntrica, el espiritualismo propone una cosmogonía donde todos los seres tienen una importancia en la mecánica de la vida y la evolución.
Otro de los aspectos que los diferencia, es la creencia en la reencarnación. Mientras en el espiritualismo la idea de las sucesivas encarnaciones apenas aparece mencionada por algunos autores, en el espiritismo constituye uno de los pilares de la creencia en la supervivencia.
Según los postulados compilados por el espiritismo, evidentemente influenciados las religiones occidentales, presenta al hombre como uno de los ejes de la creación, relegando a los animales a un segundo término. Según los escritos de Kardec, los animales tendrían un alma que sobrevive a la muerte, y que -a diferencia del hombre- no tiene libre albedrío, encarnándose rápidamente tras la muerte en otro cuerpo físico de su misma condición.
Reencarnación de las almas
Si bien el espiritismo adoctrina que los hombres no pueden reencarnarse en animales y viceversa, algunas otras religiones milenarias defienden este particular tipo de reencarnación. En el hinduismo, la vida es una cadena de continuas reencarnaciones, donde el alma puede encarnarse en seres humanos o animales según el comportamiento y el sufrimiento que hayan experimentado en cada una de sus vidas. Aunque desde una perspectiva algo distinta, bastante menos clasista, el budismo sostiene también que existe una rueda de encarnaciones en las que el alma puede encarnar en animales o humanos. Y si bien el budismo no tiene dogmas, esta creencia es aceptada por la gran mayoría de las escuelas y sus pensadores. Incluso algunos sostienen que los vegetales entran también en esta rueda de migraciones del alma a través de distintos seres vivos, aunque esta opinión no es del todo unánime. En todo caso, se considera que rara vez un hombre reencarna otra vez en un ser humano, siendo lo más frecuente que lo haga en el cuerpo de un animal. La búsqueda budista consiste en liberarse de esa rueda de encarnaciones alcanzando el nirvana, cuando el deseo cesa y la conciencia se extingue. Entre la diversidad de cultos y creencias procedentes de Oriente, hay una que lleva el respeto hacia los animales y los seres vivos a su máxima expresión: los Jainistas.
No matar ni herir a ningún animal
Los Jainistas son una religión nacida en la India, presumiblemente fundada por Vardhamana Mahavira en el siglo VI a.C. que surgió como una reacción al sistema de castas hindú y a los sacrificios de animales. Comparten muchas creencias con los budistas, entre ellas la de la migración del alma entre seres humanos y animales a través de sucesivas encarnaciones. Esta consigna condiciona notablemente su vida cotidiana, ya que es uno de sus preceptos fundamentales el no matar ni herir a ningún animal. Así es que entre las costumbres jainistas, está la de barrer el suelo que van a pisar para no herir a ningún insecto ni siquiera accidentalmente, o de llevar mascarillas para no inhalar ningún pequeño ser vivo. Algunos jainistas llevan al extremo este precepto y ni siquiera se lavan para no matar sus piojos. El propio Mahatma Gandhi, impulsor de la no violencia, estuvo muy influido por los conceptos jainistas, a pesar de considerarse hinduista.
En Occidente fue la secta religiosa griega de los orfistas quien introdujo el concepto de reencarnación, primero influenciando en el pensamiento de Pitágoras y más tarde en el de Sócrates y Platón. A su vez, los conceptos de Platón sobre la supervivencia a través de la reencarnación, tuvieron su influencia en el surgir de doctrinas religiosas neoplatónicas y en algunas sectas medievales. Sin embargo, el cristianismo predominante en occidente las rechazó por ser la idea de la transmigración del alma, incompatible con la de la resurrección y el juicio final. En todo caso, la práctica totalidad de las teologías cristianas, consideran que el ser humano es el único dotado de alma, y niegan al resto de los seres vivientes la continuidad de su existencia tras la muerte. Y no es de extrañar esta actitud, que se antoja algo soberbia, cuando hace tan solo unos pocos siglos los más "sabios" hombres de la Iglesia Católica discutían si los aborígenes americanos o las mujeres tenían un alma trascendente. Y por más que San Francisco de Asis se empeñó en tratar a los animales y plantas como sus hermanos, en la teología aun no se acepta que posean un alma.
Los musulmanes también comparten la idea de que solo los humanos tienen derecho a un alma, que tras su muerte despertará -si acaso- en un paraiso. A pesar de ello, y al igual que los antiguos judíos hacían sacrificios rituales de los animales que iban a ser consumidos, tratando de provocarles el menor sufrimiento.Una postura más integrada en la naturaleza tienen las religiones animistas, quizá condicionados por dotar de alma a todos los seres vivos y creer en su supervivencia.
Los espíritus de los animales
El animismo considera que los animales, las plantas e incluso los objetos tienen un alma. En el siglo XIX el antropólogo Edward Taylor consideró -casi despectivamente- al animismo como la religión más primitiva, punto de vista que los estudiosos no comparten hoy en día.
Para los navajos, todos los seres, animados e inanimados tienen "alma de aliento", el cual equilibran mediante rituales en los que se extrema la precisión para lograr los efectos deseados. La mayoría de las tribus americanas sentían un profundo respeto por los seres vivos, considerando alguno de ellos sagrados, y al igual que el hombre, trascendentes.
También los chamanes de las tribus Siberianas creían en la supervivencia del alma de los animales. Entre las funciones de los chamanes Tungús, está la de llevar el alma de los animales al cielo, o en éxtasis "hablar en el lenguaje de los pájaros". En otras culturas, desde Laponia hasta Norteamérica, existían creencias similares. Incluso los antiguos pueblos europeos sentían un profundo respeto por los animales y las plantas. Romanos, celtas y otros pueblos que habitaban Europa antes de la llegada del Cristianismo, creían que todos los seres vivos tenían alma, y de una manera u otra ésta trascendía a la muerte.
Materialismo
El materialismo predominante del último siglo parece haber justificado la soberbia del hombre. Las ideas evolucionistas pusieron al ser humano en la cúspide de la evolución al proclamarlos como el ser que mejor se había adaptado al medio. Una vez más el hombre estaba a los mandos de la nave Tierra y -en un desborde de prepotencia- hizo y deshizo en la naturaleza despreciando el sufrimiento del resto de los seres vivos que comparten su planeta.
Pero quizá no fue la ciencia sino la escalada industrial y comercial las causantes de la arrogancia y el desprecio hacia los seres que ya las religiones dominantes habían privado de alma. Nuevas corrientes de pensamiento y nuevos descubrimientos científicos están devolviendo a los animales y las plantas, su justo lugar y su importancia en la gran maquinaria de la naturaleza.
Cuando Cleve Backster conectó un polígrafo a una planta, y descubrió que se adelantaba a sus estímulos, quizá comenzaba a descubrir que hay algo más en ellas que una simple máquina viviente. Hace pocos días científicos el Instituto de Tecnología de Massachusetts, dirigidos por Mathew Wilson, descubrieron que los animales soñaban y descifrando incluso de que manera lo hacían. Mañana, quizá la ciencia descubra más cosas sobre la naturaleza de los seres vivos, y si realmente sobreviven a la muerte.
Y si nuestra creencia en la supervivencia a la muerte puede modificar nuestra forma de vida, e incluso nuestras costumbres, el aceptar una oportunidad de trascendencia y una conciencia para todos los seres vivos, sin duda cambiará nuestro punto de vista sobre ellos. Seguramente no volveremos a ver con los mismos ojos a los bosques arrasados por intereses económicos, ni a los animales torturados por "deporte". Y paradójicamente, quizá esta actitud nos convierta en seres más humanos.