FÍSICA CUÁNTICA Y MUNDO ESPIRITUAL: APROXIMACIÓN A LAS TEORÍAS DE HERNANI GÜIMARAES ANDRADE
22 octubre 2013 por
idafe
Por: Oscar M. García Rodríguez
INTRODUCCIÓN
Hace ya muchos años que comencé a leer
las obras del ingeniero brasileño Hernani Guimaraes Andrade (1913-2003).
También seguí durante mucho tiempo, con sumo interés, la serie de
artículos que bajo los seudónimos de Sergivan du Carric, Lawrence
Blacksmith y Karl W. Goldstein, publicaba mensualmente en la sección
Espiritismo y Ciencia del periódico brasileño “Folha Espírita”.
En el año 1990, Mauro Barreto, compañero
del Grupo Espírita de La Palma, realiza uno de sus varios viajes a
Brasil para conocer algunos aspectos del gran movimiento espírita que se
daba y se da en aquel país. En aquella ocasión tuvo la oportunidad de
conocer personalmente a Hernani y
entrevistarse durante unas horas con él. A su regreso a Canarias, Mauro
transmitió a todos los componentes del Grupo Espírita de La Palma sus
impresiones sobre Hernani, referidas todas ellas a un ser de una
sabiduría inmensa pero de una humanidad y una sencillez todavía mayores,
si cabe.

Relaciones
epistolares mantenidas después de este viaje, el envío de la revista
que por entonces publicábamos en el centro, “Ciencia Espírita” (Hernani
llegó a publicar y comentar uno de nuestros artículos referido a la
Transcomunicación Instrumental en Canarias) afianzaron nuestro aprecio,
valoración y consideración hacia su persona.
Por mi parte, el respeto y la admiración
hacia este estudioso fuera de serie, crecieron cada vez más,
convirtiéndome en fiel lector de cuantos trabajos de su autoría caían en
mis manos. Admiramos así sus monografías “Reencarnación en Brasil”,
“Poltergeist”, “Espíritu, Periespíritu y Alma“, “Muerte, Renacimiento,
Evolución”, su revolucionaria “Teoría Corpuscular del Espíritu”, primer
libro del autor, publicado en 1958, posteriormente traducido al español
por el Movimiento de Cultura Espírita CIMA de Venezuela y publicado por
la editorial Kier, de Argentina, en 1968; “Parapsicología
Experimental”, “Transcomunicación Instrumental”, recopilación de
artículos en torno a esta temática publicados en Folha Espírita, y “Psi
Cuántico”.
En este 2013 (25 de mayo) se han cumplido
diez años de la desencarnación de este investigador de primer orden,
cuando estaba a apenas a un mes de cumplir 90 años, así como el
centenario de su nacimiento.
Hernani es reconocido como el mayor
investigador parapsicológico de base espiritista de toda la historia de
Brasil, y sin duda también el mayor investigador científico en el ámbito
espírita en todo el mundo en los últimos 60 años.

Este
reconocimiento se lo ganó a pulso a través de innumerables años de
trabajo serio, meticuloso, silencioso, casi aislado. Porque hay que
decirlo bien claro: el medio espírita brasileño, salvo un reducido grupo
de estudiosos, lo mantuvo durante bastante tiempo en una cierta
marginación. A ello quizás haya contribuido bastante la seria oposición
que suscitó en algunos sectores su primera obra, “Teoría Corpuscular del
Espíritu” (1958), oposición encabezada por otro gran nombre del
Espiritismo brasileño e internacional, Herculano Pires, quien llegó
incluso a escribir una obra titulada “A Pedra y o Joio” (La Piedra y la
cizaña), donde con un estilo poco digno de aquel gran pensador que
también nos dejó hace unos años, se oponía radicalmente a la tesis
mantenida por Hernani en su libro, acusándolo de que pretendía
“materializar al espíritu”. Quizás el hermano Herculano, desde el plano
en el que se encuentre, piense hoy de distinta forma. Es posible que
entonces no recordara cierto pasaje del “Libro de los Espíritus” donde
Kardec pregunta al guía de sus trabajos sobre la diferencia última que
existiría entre la materia y el espíritu, el cual contesta
“en realidad es sólo una diferencia de grado”;
o, todavía más claro, lo que en la misma obra (cuestión nº 82), desde
el mundo espiritual contestan a Kardec cuando pregunta si
“sería exacto decir que los espíritus son inmateriales”, a lo que los guías del mundo invisible contestan:
- ¿Cómo podrá definirse una cosa,
siendo insuficiente el lenguaje y faltando términos de comparación?
¿Puede un ciego de nacimiento definir la luz? Inmaterial no es la
palabra y sería más exacto decir incorporal; porque debes comprender
perfectamente que, siendo una creación el espíritu, ha de ser algo, y
es, en efecto materia purificada; pero no tiene analogía entre vosotros,
siendo, además, tan etérea, que no puede impresionar vuestros sentidos.
Cuando ya hace una buena porción de años
leí el libro de Hernani Guimaraes Andrade “Psi Quántico”, quedé
impresionado. Tiempo después, con el objeto de facilitar su lectura a
los compañeros del Grupo Espírita de La Palma, me propuse iniciar su
traducción, trabajo que realicé en mis ratos libres.

La
primera edición de “Psi Cuántico” fue publicada por la editorial
Pensamento de Río de Janeiro, en 1984. Como obra de divulgación o
vulgarización científica, en ella el objetivo principal es hacer
asequibles e inteligibles conceptos complejos para cualquier persona con
una cultura media, aunque para su cabal comprensión se precisa de una
base mínima de conocimientos en Física.
En todo caso, les aclaro de antemano que
esta exposición no tiene carácter científico, pues yo no soy un
científico. Me interesa la ciencia, como me interesa la filosofía, el
arte y otros muchos campos del conocimiento humano, pero carezco de la
preparación necesaria en Ciencia para hacerlo según requerirían los
cánones del método científico clásico. Por otra parte, nuestra intención
es presentar el contenido de forma comprensible y no hacer una
exposición para especialistas. Quisiera, simplemente, contribuir a la
compresión de algunos conceptos desarrollados en la obra, conceptos que
estimo muy importantes, pero también me propongo alentar, sugerir y
motivar, por eso este trabajo es igualmente una invitación dirigida a
todos los lectores para que se animen a informarse para alcanzar un
conocimiento y comprensión más amplios y profundos sobre este campo
de ideas y planteamientos.
Finalmente, por encima de todo, quiero
llevar al ánimo de quienes posen sus ojos en estas palabras una
impresión de la que estoy firmemente persuadido: nos acercamos a gran
velocidad a las puertas de una revolución sin precedentes, una
revolución no de carácter parcial sino global, total, donde las
referencias sociales, culturales y científicas van a sufrir una
ensanchamiento que inaugurará una nueva época para la humanidad. Tengo
el firme convencimiento de que estamos presenciando los estertores de un
paradigma y el amanecer de otro paradigma distinto. Y en ese alborear,
conceptos como los expresados en “Psi Cuántico”, van a jugar un papel
primordial. Así pues, la obra que pasamos a comentar es,
pienso, portadora de algunas de las semillas del futuro.
PSI CUÁNTICO Y LA MISIÓN DE LAS NUEVAS IDEAS
Todo lo que viene a romper viejos
esquemas establecidos levanta, en primera instancia, muros de
incomprensiones. Hernani era perfectamente consciente de esto cuando
publicó su obra, de forma que ya al del capítulo II, declara:
“Para llevar a cabo nuestra tarea,
vamos a tener que hacer una serie de concesiones y proponer varios
postulados que contrarían las posiciones actualmente consagradas como
definitivas en el sistema vigente. En resumen, debemos contar con la
desaprobación del “establishment” científico.”

Seguramente
a las ideas que Hernani expresó en su obra, pueden hacérsele a día de
hoy algunos cuestionamientos, añadir varias aportaciones e introducir
ciertos matices e, incluso, rectificaciones, lo cual, no obstante, no
afecta al planteamiento fundamental del trabajo, ni a los caminos que el
autor abre. En este sentido y en el mismo medio espírita, por parte de
investigadores de base espírita como los integrados en el Núcleo
Espírita Universitario de Londrina (Brasil), donde hay científicos
preparados, - físicos, físicos nucleares, etc. -, han sido sugeridas
algunas propuestas o se han realizado ciertas observaciones, a partir de
los últimos descubrimientos en la Física, a algunas ideas expresadas en
“Psi Cuántico”. Pienso, no obstante, que Hernani está feliz con eso,
pues no otra cosa que elevar la comprensión de nuestra realidad,
incentivar el progreso y contribuir a crear un mundo sobre bases de
mayor conciencia, era su pretensión.
Pasemos, pues, de lleno a tratar del contenido de “Psi Cuántico”, esta estupenda obra de Hernani Guimaraes Andrade.
ESTRUCTURACIÓN, RESUMEN Y COMENTARIOS SOBRE EL CONTENIDO DEL LIBRO
CAPÍTULOS I Y II
La obra “Psi Cuántico”, subtitulada “una extensión de los conceptos cuánticos y atómicos a la idea del espíritu”,
se compone de trece capítulos. Los dos primeros pueden ser considerados
como una gran introducción que constituyen una primera parte, donde el
autor desglosa algunos conceptos previos, que son algo así como los
cimientos indispensables para entender lo que es el corazón del libro,
constituido por el contenido de la segunda parte de la obra. En estos
dos capítulos el autor realiza una excursión histórica tras los pasos de
la evolución del pensamiento y la investigación del ser humano a la
búsqueda de una respuesta al enigma de cómo está formado el mundo.

Comienza
Hernani con los griegos, con Leucipo y Demócrito, que vivieron entre el
siglo V y IV antes de Cristo, influidos por la escuela de los Eleatas,
creadores de la primera Teoría Atómica, es decir, la primera teoría que
proponía que la materia estaba formada por partículas indivisibles, tan
pequeñas que no podían ser vistas.
Explica posteriormente la pervivencia de
una teoría paralela, la teoría de los 4 elementos (tierra, aire, agua y
fuego), propuesta por Empédocles y que por influencia de la autoridad de
Aristóteles, que la adoptaría, predominaría en todo el pensamiento
occidental hasta que el inglés John Dalton, a comienzos del siglo XIX,
propusiera la primera teoría atómica moderna, reactualizando las viejas
ideas de Leucipo y Demócrito. Según Dalton la materia estaría
constituida de pequeñísimas bolitas sólidas indivisibles. En la
composición de cada elemento químico entraría un átomo con unas
características físicas y químicas determinadas.
Seguidamente hace una relación secuencial
de los problemas experimentales con que se iban encontrando los físicos
en sus investigaciones, y los modelos del átomo que en relación con
ellos cada vez se iban elaborando y proponiendo para darles respuesta.
Se suceden así los modelos atómicos de Thompson, de Rutherford, de Bohr,
la teoría cuántica de Max Planck, los descubrimientos de Luis de
Broglie sobre la dualidad corpúsculo-onda para las partículas
subatómicas, el modelo de átomo de Sommerfeld, los orbitales de
Schrödinger el Principio de Incertidumbre de Heisenberg, la aparición de
los modelos matemáticos, el descubrimiento de nuevas partículas
subatómicas como los mesones, etc.

Finalmente
Hernani propone al lector que se quede con la imagen del modelo
Bohr-Sommerfeld, aquel que presenta al átomo en base a una analogía con
un sistema planetario – donde el “sol” sería el núcleo del átomo y los
“planetas” equivaldrían a los electrones moviéndose en órbitas elípticas
alrededor – como el modelo más intuitivo para lo que a partir de aquí
va a estudiar, especialmente cuando – nos anuncia – aborde el problema
de la materia psi. Termina Hernani este capítulo diciendo:
“Nuestra posición delante de los
fenómenos paranormales tiene cierta semejanza con los físicos de los
siglos XVIII y XIX delante de los fenómenos normales, particularmente de
aquellos más ligados a la estructura de la materia. Últimamente han
surgido intentos de formular modelos que sirvan para abordar la
fenomenología paranormal. Sin embargo, los resultados de esos modelos
han sido prácticamente nulos. Los intentos de crear tales modelos se han
inclinado más hacia el sentido de la elaboración de estructuras
matemáticas y no modelos geométricos, o mejor, mecánicos como el de Bohr
para el átomo de la materia. La idea de intentar crear modelos
mecánicos e intuitivos para abordar los fenómenos psi puede parecer una
insensatez. Concordamos con esa posible calificación, además, en Física
hay mucha “insensatez aparente” que ha funcionado bien en la práctica.”
CAPÍTULO III
El capítulo III, titulado ¿Qué es PSI?,
se puede decir que es una transición donde, en forma sintética, el
autor preanuncia el contenido de la segunda parte de la obra.
Primeramente hace una distinción entre los fenómenos de la naturaleza
considerados normales, es decir, aquellos cuyas causas son explicables por medio de las leyes conocidas, y los paranormales,
es decir, los que si bien su existencia está perfectamente comprobada
por vía experimental, aún se resisten a una explicación basada en las
leyes conocidas y aceptadas.
Informa del porqué de la denominación PSI
para la función y los fenómenos tenidos como paranormales: PSI,
vigésima tercera letra del alfabeto griego y letra inicial de la palabra
griega PSYCKÊ, que significa alma, fue propuesta en 1953 en el 1º
Congreso Internacional de Parapsicología celebrado en la ciudad
holandesa de Utrech. Desde entonces pasaron a llamarse de función psi
las supuestas facultades de nuestra mente responsables de la producción
de los fenómenos paranormales, los cuales, a su vez, adquirieron la
denominación de fenómenos psi.
Incluye varias opiniones de
investigadores alusivas a que detrás de todo lo existente subyacería una
especie de realidad energética común, tras lo cual señala:
“Nosotros también somos partidarios de
la opinión de que las funciones y fenómenos psi resultan de algo
substancial, o mejor, de otras formas de estructuración de la energía
que actúan detrás de nuestra realidad común…parece existir – explica – otra realidad homóloga a la nuestra, aunque no enteramente análoga.”
A esa otra realidad le da el nombre de mundo psi en contraposición a nuestra realidad más habitual que denominamos mundo físico. Según él, el MUNDO PSI sería también material, aunque constituido por otro tipo de materia. Este es su primer postulado.
Esos dos mundos, es decir, ambas
categorías de realidad, no estarían totalmente separadas, sino que
existiría un campo de interacción mutua, concretamente el constituido
por el conjunto de los fenómenos biológicos. Estos serían el campo común
de manifestación de ambas categorías de realidad o, dicho de otra
forma, una zona de transición de una realidad hacia la otra. Según su
hipótesis de trabajo, los fenómenos biológicos serían resultantes de la
interacción de PSI con la materia. Este viene a ser su segundo
postulado.
Seguidamente pasa a analizar los dos grupos en que se divide la función psi según la Parapsicología. De un lado la función psi-gamma, que sería responsable de las facultades y fenómenos paranormales subjetivos, tales como la telepatía, la percepción extrasensorial, la pre y la retro-cognición; y de otro la función psi-kappa, que sería responsable de las facultades y fenómenos paranormales objetivos, tales como la psicocinesia y demás acontecimientos paranormales que impliquen la acción física de la mente sobre la materia común.
Siguiendo esta clasificación, los fenómenos paranormales se agrupan en subjetivos y objetivos. Lo subjetivos se detectan sólo en el medio biológico, y los objetivos
aunque dependan, en su mayoría, de los seres vivos, se manifiestan, en
gran parte, fuera de los mismos, alterando la forma, el movimiento y los
demás estados físicos de los objetos materiales normales.
Hernani analiza la probable naturaleza de
psi, a la que considera como una segunda realidad paralela a nuestra
realidad cotidiana, a la par que resalta la gran semejanza entre algunos
fenómenos biológicos y los fenómenos paranormales como, por ejemplo, el
origen de un acto voluntario puro o la evolución embriológica.
El autor hace referencia a la opinión de algunos parapsicólogos y físicos para los que el Factor Psi sería una especie de substratum consciente
de la naturaleza. Él, no obstante, cree que Psi no es todavía esta
CONCIENCIA SUBYACENTE (no psicológica), pero sí una creación de ella que
por ser anterior a la materia, contendría una mayor fracción de
participación de dicha Conciencia.

Nuestra
realidad estaría producida por la actividad creadora de esa Conciencia,
que es portadora de una cantidad de energía inconmensurable. Esta
energía que de ella emana se estructuraría en formas cada vez más
complejas, las que posibilitarían que una fracción de esa Conciencia se
fuera manifestando en niveles cada vez más elevados, alcanzando el
estadio máximo de manifestación – al menos el que nosotros por ahora
conocemos – en los seres humanos, aunque seguramente existen etapas
ulteriores más evolucionadas
Definiendo con concreción el concepto de PSI, Hernani dice:
“Psi es aquella
otra realidad, paralela a la nuestra, cuya manifestación sensible, en
general, se hace presente en los fenómenos biológicos y, en particular,
en las funciones y consecuentes fenómenos paranormales
Siendo una realidad capaz de manifestarse tangiblemente por sus efectos psicológicos y físicos, o como una causa organizadora en los fenómenos biológicos, psi debe corresponder a las propiedades de otra forma de materia, a la cual denominaríamos materia psi.
Acto seguido el investigador brasileño explica el título de su libro. Él supone que la materia psi,
aunque análoga a la materia física – es decir, que estaría compuesta
por ondas y corpúsculos capaces de interacción entre sí y con la materia
física – debe estar estructurada siguiendo otra geometría, una
geometría de cuatro dimensiones, y la naturaleza de esta materia psi, al
igual que la materia física, sería también cuántica, de ahí la razón
del título de la obra. Sobre esta cuestión señala:
Ciertos fenómenos paranormales sugieren que psi
debe poseer propiedades tetradimensionales (cuatro dimensiones). En
otras palabras, los fenómenos psi serían explicados mejor si
atribuyésemos al modelo del psiátomo una estructura energética
organizada siguiendo un “espacio 4 D” (de cuatro dimensiones). En este
caso diríamos que los átomos de nuestra materia física ocupan un
“espacio 3 D” (de tres dimensiones).
CAPÍTULO IV
En el capítulo IV, titulado “Psi y la
cuarta dimensión” el autor repasa una serie de experimentos realizados a
finales del siglo XIX y comienzos del XX, que fundamentan su hipótesis
referida a que la materia psi está estructurada en un hiperespacio de
cuatro dimensiones.

Cita
con cierto detalle las interesantísimas experiencias desarrolladas por
el investigador alemán Friedrich Zöllner en 1877, con el médium
norteamericano Henry Slade, durante las cuales varias monedas colocadas
en cajas herméticamente cerradas, fueron sacadas por los espíritus de
ellas sin abrirlas; o, también, el caso de tiras de cuero unidas por las
puntas y lacradas que sufrieron torsiones sin ser separadas sus puntas.
Todo esto dio base a Zöllner para
proponer la hipótesis de la existencia de un hiperespacio de cuatro
dimensiones como causa más probable para la producción de aquellos
hechos.
A fin de posibilitar el entendimiento de estos fenómenos, Hernani nos propone la historia de los superficianos,
unos seres imaginarios que habitarían un mundo de dos dimensiones y que
si presenciaran fenómenos análogos a los descritos anteriormente,
quedarían explicados en su caso por la existencia de una tercera
dimensión.
También decribe las experiencias del
italiano Ernesto Bozzano (1862-1943), con la médium Mme. D’Esperance,
donde se produjeron aportes de objetos y de plantas vivas. Bozzano
propuso otra explicación diferente a la de Zöllner, que implicaba la
transposición de la materia a través de la materia, mediante la
desmaterialización y posterior rematerialización de los objetos
aportados. Los espíritus explicaron a Bozzano que en los aportes de
pequeño tamaño se operaba la penetración de la materia a través de los
pequeños intersticios, o mediante la desmaterialización de sectores de
las puertas o paredes; en otros casos, particularmente el de una planta
que apareció en una de las sesiones y que había sido transportada desde
Egipto, los espíritus dijeron que ya estaba en el recinto de las
sesiones por lo menos una hora antes de que se produjera la
materialización. Hernani piensa que las dos explicaciones son posibles,
según los casos, pero que las informaciones dadas por los espíritus
asesores de aquellos experimentos, permiten apoyar la hipótesis del
hiperespacio. Para Hernani, en el espacio psi paralelo o contiguo al
nuestro, estaba ya el Modelo Organizador Biológico (MOB) del Lirio, y
también la materia componente del mismo en estado de ectofitoplasma, presto para la reestruturación de la planta.
El capítulo termina con la transcripción
de numerosas citas de investigadores de varios países, que apuntan en la
dirección de la existencia de una cuarta dimensión en la que la vida
humana estaría involucrada. Una de estas citas corresponde al matemático
brasileño Mello e Souza, y dice así:
“Es bien posible que nuestra
existencia se desarrolle, en parte, en la cuarta dimensión. La vida
psíquica, por ejemplo, debe tener su realización exclusivamente en el
sentido de la transaltura. Para el psiquismo no hay barreras, son nulas
las distancias. Todos los fenómenos psíquicos encontrarían plena y cabal
explicación, una vez admitida la hipótesis de la cuarta dimensión del
espacio”
Hernani termina este capítulo señalando lo siguiente: “PSI
es una realidad ligada a las funciones naturales de nuestra mente,
aunque los fenómenos paranormales resisten las explicaciones aplicables a
los demás fenómenos naturales. Muchos de esos fenómenos, como los de
aportes, parecen ignorar las barreras materiales del espacio
tridimensional. Del mismo modo, los fenómenos de clarividencia y
telepatía no parecen depender de esas barreras y tampoco de las
distancias físicas. La retro y la precognición escapan de las clásicas
condiciones de temporalidad; el pasado, el presente y el futuro son
franqueados por psi, tanto en cuanto a blindajes, como en distancias materiales.”
Visto todo lo cual, concluye:
“La cuarta dimensión parece lógicamente ligada a la realidad psi”.
CAPÍTULO V
El capítulo V se titula “El Psiátomo”.
En él se aborda la cuestión tal como lo hace la ciencia y en particular
la Física, es decir, proponiendo un MODELO para el supuesto átomo que
integraría la Materia Psi. Este modelo supone una interpretación
tetradimensional y cuántica para la realidad psi.

Para
dar forma a su modelo de ÁTOMO PSI, Hernani establece primeramente las
propiedades que debería tener la materia psi y las características que
tendrían las partículas o corpúsculos que la compondrían:
“Postulamos – expresa Hernani - que las propiedades de la materia psi
serían consecuentes a ese aumento en el número de dimensiones. Entre
las principales propiedades de esa nueva modalidad de materia, estarían
las siguientes:
1) Capacidad de vivificar la materia física;
2) Ser susceptible de sufrir la influencia modeladora del pensamiento organizado;
3) Poseer un psiquismo latente, capaz de desenvolverse por medio de la auto-organización;
4) Capacidad para transmitir, recibir y acumular información;
5) Posibilidad de influenciar, de cierta forma, a la materia física, prestándole algunas de sus propiedades.
Hernani deja claro que estas propiedades serían sólo las más inmediatas, sin excluir otras.
Para construir el modelo del átomo psi o del psiátomo,
el autor señala que las partículas constituyentes de la materia psi
deben prestar a la materia física a la que animan, tres propiedades que
son inherentes a los seres vivos:
1) VIDA: Representada por la coordinación de los procesos físicos, químicos y orgánicos del ser animado.
2) PERCEPCIÓN-MEMORIA: Que se
distinguiría por la receptividad y registro de las informaciones
originadas en el interior del propio organismo, o del medio exterior que
rodea al ente biológico.
3) INTELIGENCIA-CONCIENCIA:
Revelada por la interpretación y respuestas adecuadas a las
informaciones recibidas por el ser vivo; conforme al grado de
organización biológica, se observa un correspondiente índice de cualidad y cantidad de las respuestas a las informaciones recibidas; de ahí la asociación propuesta: inteligencia (cualidad) y conciencia (cantidad); podríamos, también, sin inconvenientes, englobar las dos categorías bajo una única designación: Conciencia; pero preferimos, únicamente por comodidad de nomenclatura, mantener la forma anterior.
Estas tres propiedades se expresarían
cuánticamente, es decir, habría una unidad básica para cada una de
ellas, un valor mínimo posible constante; es decir, habría un quantum de
de vida, un quantum de percepción-memoria y un quantum de
inteligencia-conciencia. Cada uno de estos componentes cuánticos tendría
las siguientes potencialidades:
VIDA - Propiedad de poder de
animar la materia física, dando como resultado las conocidas
manifestaciones típicas de los seres vivos, tales como: motilidad,
alimentación, crecimiento, reproducción y demás fenómenos físicos,
químicos y orgánicos coordinados en este sentido.
PERCEPCIÓN-MEMORIA - Propiedad de
percibir y registrar las informaciones recibidas tanto del interior del
propio organismo como del medio exterior que lo rodea, por más
rudimentario que sea el organismo.
INTELIGENCIA-CONCIENCIA – Propiedad o facultad para responder adecuadamente a las informaciones captadas por la percepción-memoria.
Cada uno de estos componentes cuántico anteriores, se correspondería con una partícula psi
capaz de poseer aisladamente tales propiedades en su nivel elemental
propio. Hernani propone los siguientes nombres para esas psipartículas:
BIÓN – Correspondiente a la propiedad Vida;
PERCEPTÓN – Correspondiente a la propiedad percepción-memoria;
INTELECTÓN – Correspondiente a la propiedad inteligencia-conciencia.
Con estas partículas ya definidas, el autor está en condiciones para componer su primer modelo de psiátomo, no sin antes dejar establecido que, igual que ocurre con los átomos de la materia física, habría diferentes modalidades de átomos psi dependiendo del número y orden de esas psipartículas.
Pero antes, todavía, estudia diversas
informaciones mediúmnicas, especialmente las proporcionadas por la
entidad conocida como André Luiz, sobre lo que los espíritus denominan materia mental (equivalente
a la materia psi en el modelo de Hernani), la cual, según esas
revelaciones, estaría constituida de manera análoga a la materia física y
obedecería a principios idénticos, aunque con manifestación de
propiedades particulares.
El Bión sería el equivalente psi del
electrón (psielectrón), con carga eléctrica negativa. Sería la partícula
encargada de VIVIFICAR la materia. Los biones podrían presentarse tanto
asociados a estructuras psiatómicas como en estado libre. Como
corrientes biónicas en movimiento producirían un campo de naturaleza
magnética, o mejor biomagnética (CBM). Este fenómeno sería la clave del
proceso de vivificación de la materia. El CBM sería el campo relacionado
con el Modelo Organizador Biológico (MOB), capaz de servir de eslabón
de unión entre éste y el ser vivo.
El perceptón es la psipartícula de la percepción-memoria.
Es el corpúsculo psi poseedor de la facultad de percibir los estímulos,
o informaciones, y registrarlos en una secuencia histórica
espacio-temporal. Esta percepción asociada a la memoria del evento
registrado, no hay que confundirla con la percepción sensorial y la
memoria corriente facultadas por los sentidos y el sistema nervioso
central en los organismos superiores, aunque remotamente habría sido el
origen remoto de los órganos de los sentidos y de la memoria de los
seres vivos, que estarían separadas por un abismo de complejidad.
Hernani destaca un importante
descubrimiento realizado en las investigaciones de laboratorio llevadas a
cabo en todo el mundo, acerca de la función psi: el de su profunda inconsciencia. Esto significa que la función psi
constituya, probablemente, un proceso extremadamente primitivo. Es lo
que pensaba, por ejemplo, Joseph Banks Rhine, uno de los padres de la
Parapsicología moderna, el cual consideraba que “la función psi
estaría fundamentalmente próxima a los procesos básicos de la vida,
habiendo surgido en los comienzos del esquema de la evolución biológica,
siendo probablemente anterior al origen no solamente del lenguaje y de
la razón, sino inclusive a la de las propias funciones sensoriales.”
Al amparo de todas estas consideraciones, Hernani se pregunta: “¿No habría participado el factor psi directamente en el proceso del origen de la vida y de la evolución de los seres vivos?” En este supuesto – añade – entre las actividades organizadoras del factor psi habría que incluir la progresiva elaboración de los órganos de los sentidos y la formación del sistema nervioso.”
El perceptón participaría también de la función psi y de los procesos de su concretización en órganos de los sentidos, y estaría igualmente implicado con la función psi-gamma, es decir, con la percepción extrasensorial (ESP).
El perceptón tendría la facultad
de percibir y registrar informaciones, archivándolas en su memoria
en una secuencia histórica espacio-temporal, propiedad fácilmente
comprensible admitiéndose para esta psipartícula una configuración
tetradimensional.
Hernani razona y establece que el perceptón
debe ser receptivo a cualquier estímulo, por lo que su naturaleza
energética necesita ser neutra. Postula, también que puede ligarse al intelectón para componer el núcleo del psiátomo. Esta unión es análoga a la que ocurre entre el neutrón y el protón al formar los núcleos de los átomos físicos. El perceptón haría el papel de un psineutrón; el intelectón el de un psiprotón.
El intelectón sería la psipartícula portadora de las características de una conciencia cuántica pura. Hernani
supone que al igual que el perceptón, el intelectón debe haber
participado en la organización y la evolución de los seres vivos
primitivos, imprimiéndoles la tendencia hacia la conquista de los medios
de expresión de la conciencia psicológica, a través de órganos adecuados.
Dice Hernani:
“Aliado al perceptón, el intelectón
debe ser capaz de interpretar el archivo mnemónico de aquél, en términos
de comprensión y respuestas inteligentes a las informaciones
registradas.
El intelectón representaría el “quantum” de conciencia-inteligencia activa y pura, manifestando un conocimiento trascendental
a priori elementarísimo. Sus nociones tal vez no excedan las
rudimentarísimas y apriorísticas concepciones de tiempo y espacio.”

Atribuye al intelectón una carga bioenergética
positiva. Por tanto, el intelectón, en el modelo del psiátomo, hace el papel del
protón en el átomo físico.
Todas las analogías anteriores hay que
considerarlas sólo eso, analogías, pues las propiedades de las
psipartículas son totalmente diferentes a las de las partículas del
átomo físico, derivadas de su estructuración en cuatro dimensiones:
Al final de este capítulo el investigador comenta:
“La configuración tetradimensional de
los psiátomos, a semejanza de lo que ocurre con las psipartículas, le
confiere un sinnúmero de propiedades nuevas que no son comunes a los
átomos físicos. A pesar de todo, deben existir algunas propiedades que
se asemejan y que, guardadas las debidas proporciones, sean
correlativas, existiendo en ambos tipos de átomos, el físico y el psi.
Entre tales propiedades hay una de gran importancia. Se trata de la
susceptibilidad a un campo de naturaleza magnética, al cual denominamos biomagnético (CBM) y al que aludimos ya anteriormente.”
¿De qué forma se produciría la
interactuación entre la materia física y la materia psi? De esta
cuestión es de la que se ocupa en el capítulo VI, titulado “El Campo
Biomagnético (CBM)
CAPÍTULO VI
En el desarrollo del capítulo, Hernani
destaca primeramente una serie de investigaciones, que aportan todas
ellas evidencias a favor de la hipótesis de que detrás de la materia
viva existiría un campo energético organizador, un campo vital.
Cita especialmente los trabajos del Dr.
Harold Saxton Burr, profesor de Anatomía en la escuela de Medicina de la
Universidad de Yale, en USA, quien junto a sus colaboradores desarrolló
trabajos durante cuarenta años que sugerían que los seres vivos poseían
campos energéticos (electrodinámicos) organizadores, algo así como
campos vitales que parecían estar implicados en el crecimiento,
organización y desarrollo de los seres vivos.
Hernani emite su opinión al respecto y expresa:
“Creemos que estos campos conectados
al medio biológico son, por lo menos en parte, originados por las
actividades electromagnéticas de los biones unidos a la estructura
atómica de los psiátomos.”
Otra investigación destacada por el
autor, es la del Profesor Wassermann sobre los campos morfogenéticos,
que serían de la misma clase que los familiares campos de la Física –
del electrón, del neutrón, del protón, electromagnéticos, etc.- pero sin
ser idéntico a ninguno ni a ninguna combinación de ellos.

El
concepto de Campo Biomagnético (CBM), es el de un campo psicobiofísico
de naturaleza magnética que por poder circular en dirección
perpendicular a nuestro espacio, puede pasar del hiperespacio hacia
nuestro espacio y viceversa
Visto que la principal característica del
CBM es su posibilidad de transitar del espacio físico hacia el
hiperespacio, y viceversa, del hiperespacio hacia el espacio físico, se
presupone que el CBM pueda ser generado también por los átomos de la
materia física. Según esto, todos los átomos materiales poseerían un
campo de naturaleza magnética dirigido hacia el hiperespacio. Así, desde
la perspectiva del hiperespacio, la materia física se caracterizaría
por poseer un CBM unido a ella. De ese modo, la materia psi situada en
el hiperespacio, podrá sufrir la influencia de nuestra materia común,
debido a la presencia constante de este CBM. Del mismo modo, la materia
física es susceptible de ser influenciada por la materia psi a través
del CBM generado por los biones en movimiento.
El CBM constituiría el medio de unión entre el Modelo Organizador Biológico -
MOB – y la materia orgánica en desarrollo biológico. Dicho en otros
términos: el CBM sería el lazo de unión entre el espíritu y el cuerpo.
CAPÍTULO VII
Llegamos al capítulo VII, titulado “El
campo biomagnético en la materia”. Aquí se trata de explicar como en CBM
puede ser generado por los electrones en las capas orbitales de los
átomos y como actuaría dicho campo sobre el CBM de los psiátomos para
capturarlos, lo que conlleva su deformación y polarización.
El electrón genera un campo magnético
debido a su spin (rotación sobre su eje). Los electrones generan un
campo magnético al circular en torno al núcleo. Estos dos campos no son
detectables y permanecen normalmente ocultos o cancelados. No obstante
pueden evidenciarse cuando sometemos la materia a la acción de fuertes
campos magnéticos; siendo el efecto variable según el tipo de substancia
de que se trate.
Para visualizar el porqué no se detecta
ese CBM de la materia física proyectado hacia el hiperespacio, el autor
acude nuevamente al ejemplo de los superficianos que tuviesen una
bobina plana por donde circulasen electrones bidimensionales también.
Puesto que el campo magnético generado por la corriente en esa bobina es
perpendicular a su plano, se proyecta hacia la tercera dimensión y los
superficianos no podrían detectarlo. No obstante, si los hipotéticos
físicos superficianos hicieran ciertas pruebas, revelarían
indirectamente la presencia de dicho campo.
Si ese campo biomagnético existe y no es
detectable corrientemente, ¿dónde se encuentra? Hernani se hace esta
pregunta y plantea la siguiente hipótesis para responderla.
Según él, habitualmente el campo generado
por los electrones en movimiento en los átomos de la materia física,
está compensado. Ante la acción de campos magnéticos fuertes, se produce
una especie de deformación en las órbitas electrónicas y ese campo
surge en nuestro espacio, evidenciándose en los efectos magnéticos
detectables en la materia (variables según cada substancia). Aunque no
lo detectemos, este campo de naturaleza magnética debe existir
proyectado hacia el espacio de cuatro dimensiones contiguo. Hernani
comenta al respecto:
“Un conjunto de átomos que forman una
molécula, debe producir en el hiperespacio una región que contenga un
CBM distribuido de acuerdo con la configuración de la molécula. El
fenómeno sería más o menos semejante al mostrado para el caso de los
superficianos…. Estos CBMs oriundos de la materia, deben actuar en la
materia psi adyacente, del mismo modo que un campo magnético común actúa
sobre la materia física. Esta influencia del CBM de la materia física
sobre la materia psi, puede provocar una polarización magnética de esta última. Esta polarización implica la deformación de los átomos psi.”
CAPÍTULO VIII
En el capítulo VIII, titulado
“Polarización magnética del psiátomo y vivificación de la materia”, se
estudia en profundidad precisamente este mecanismo de interacción entre
los CBM de las moléculas materiales y los CBM de los átomos PSI. Sobre
esa cuestión, el autor se expresa de esta forma:
“Para que ocurra la interacción entre la materia física y la materia psi,
es necesario que el CBM de la materia física pueda influir en la
psimateria, polarizándola magnéticamente. Y para que tal fenómeno
suceda, es necesario que el CBM de la materia física actúe con cierta
intensidad sobre la psimateria.”

Después
de estudiar las diferentes posibilidades para que dicho acontecimiento
ocurra, Hernani pasa a analizar diversas experiencias e informaciones
espirituales, a partir de las cuales se deduce que la materia psi debe
ser menos densa que la física, siendo el átomo psi más grande que el
físico. Si esto es así, la interactuación entre la materia física y la
psi a través de sus respectivos CBM, sólo es factible entre grandes
moléculas físicas y átomos psi. ¿Y dónde se encuentran estas grandes
moléculas? Entre las llamadas moléculas orgánicas.
¿Cómo se operaría esto? Según Hernani la
materia psi sufre una polarización magnética cuando se aproxima a la
materia física, lo que provoca a aparición de un CBM que promoverá una
interacción entre ambos tipos de materia.
“Si el CBM de los átomos físicos fuera suficientemente intenso – razona Hernani – ocurriría
una captura de psiátomos. Esta reunión de los átomos físicos con los
psiátomos podría ser eventual o más o menos estable, dependiendo de las
condiciones en que se diera la interacción. No obstante, puede
considerarse que donde hubiere materia física, habrá grandes
probabilidades de que se encuentre, del lado del plano astral, la
materia psi polarizada y capturada por aquella.”
Proteínas y ácidos nucleicos son
moléculas orgánicas muy grandes, con gran peso molecular. Dando por
hecho que este tipo de moléculas gigantes puedas capturar átomos psi “puede suceder – añade el investigador -
que los psiátomos capturados por estas últimas moléculas, compongan en
el espacio astral, en la vecindad inmediata de nuestro espacio,
aglomeraciones de psiátomos cuya disposición se asemeje al modo como se
unieron los componentes de la molécula mayor. De ese modo, tales
macromoléculas podrían ser considerados organismos moleculares vivos muy rudimentarios, poseyendo ya un cuerpo espiritual elementarísimo unido a ellas.”
Según Hernani, cuando los psiátomos son sumergidos
en el seno del CBM de la materia física, tienden a perder una de sus
cuatro dimensiones, polarizándose biomagnéticamente. Este fenómeno es el
que causa la atracción entre los átomos psi y las moléculas orgánicas
de materia física.
Junto a ello ocurre otro fenómeno: la deformación de los psiátomos.
Tal como se habló antes, el fenómeno de la polarización biomagnética
implica la tendencia del psiátomo a perder una de sus dimensiones, pero
sin llegar a convertirse en totalmente tridimensional. No obstante, esta
deformación sufrida con la polarización lo vuelve un tanto semejante a
los átomos de materia física, adquiriendo ciertas propiedades que lo
sitúan a medio camino entre la materia psi y la materia común. “Los objetos constituidos de psiátomos polarizados y deformados, pasan a gozar simultáneamente de propiedades físicas y psi”, afirma Hernani, que a continuación añade:
“Algo semejante ocurre con la materia
física, la cual, unida a los psiátomos polarizados y deformados, gana de
éstos últimos propiedades psi. Decimos que la materia física está vivificada.”
El investigador brasileño se pregunta si
en la naturaleza existirían organismos moleculares que representaran una
frontera entra lo inanimado y lo animado, poseyendo un cuerpo
espiritual rudimentarísimo y constituyendo verdaderas biomoléculas. La
respuesta es: sí, los virus. Según esto, los virus pueden considerarse
como moléculas vivas.
A estas alturas de la obra, Hernani anuncia su siguiente idea revolucionaria: su propuesta o hipótesis relativa al origen de la vida en la Tierra. De esto trata en el capítulo IX, cuyo título es, precisamente, “Biogénesis”.
CAPÍTULO IX
Aquí Hernani describe las que habrían
sido, según se desprende de las investigaciones científicas, las
condiciones iniciales de nuestro planeta durante su consolidación y
antes de la aparición de la vida sobre su suelo.
Seguidamente alude a la síntesis natural
de los compuestos orgánicos previos a la aparición de la primera forma
de vida, que fuera probada experimentalmente en base a los trabajos de
Alexandre Oparin, Harold C. Urey y Stanley L. Miller, y John Haldane, y
que habría dado lugar a la llamada “sopa primitiva”.
Según Oparin, la evolución de la materia en la Tierra en dirección a la Vida habría seguido estas tres etapas:
1.- Aparición de los primeros
hidrocarbonatos y de sus más próximos derivados, que servirán de
materiales para la formación de las diversas substancias orgánicas en el
curso de la evolución.
2.- Aparición de numerosos compuestos
orgánicos complejos, de altos pesos moleculares, en particular
polinucleótidos y polipéptidos proteinomorfos.
3.- Aparición de los sistemas proteicos dotados de metabolismo, es decir, organismos primitivos.
Seguidamente Hernani plantea el problema
de la ENTROPÍA, derivado del 2º principio de la Termodinámica, según el
cual y puesto que no hay creación ni destrucción de energía sino
transformación de una energía en otra, en un sistema cerrado se tendería
siempre al equilibrio térmico, es decir a la desorganización. La vida,
por el contrario, se manifiesta como un proceso neguentrópico pues, por el contrario, supone una continuada acumulación de energía y también aumento de la complejidad.
Bien analizado, la vida es tan compleja
que desde una perspectiva estadística es prácticamente imposible que
surgiera como producto del azar, lo cual hace decir a Hernani:
“Cuando examinamos la inmensa complejidad de una simple célula viva,
sea ella la componente de un organismo superior – de un metazoario, por
ejemplo – o sea la célula única de un mero protozoario de los más
sencillos, sentimos la tremenda improbabilidad de que haya surgido tal
cosa sólo por la intervención de las conocidas leyes de la materia. Es
increíble que en apenas 3.100 millones de años, de la mezcla caótica de
substancias orgánicas disueltas en las tibias aguas del Azoico, haya
aparecido, por causalidad, alguna combinación feliz que fuese capaz de
nutrición y reproducción y que, a través de ensayos y errores,
consiguiese evolucionar al punto de construir naves espaciales, bombas
atómicas y computadoras.
¿Dónde queda la entropía en esta historia?”, termina preguntando el autor
Todo esto puede resolverse, según Hernani, si consideramos la acción de un Principio Organizador:
“Hasta el organismo celular, las
fuerzas organizadoras son las funciones ciegas de la materia, las
propiedades físicas y químicas de las partículas, de los átomos y de las
moléculas. De ahí en adelante parecen surgir fuerzas inteligentes
capaces de llevar las moléculas a constituir corpúsculos vivos y éstos a
reunirse en sociedades celulares. Posteriormente estas mismas fuerzas
inteligentes parecen adquirir creciente experiencia transmitiéndola a
organismos sucesivamente más complejos. El mismo sentido social, la
misma tendencia al perfeccionamiento y a una organización cada vez
mayor, se irán manifestando en las formas superiores de vida.”
Y a continuación afirma:
“Indudablemente hay un principio organizador unido a los fenómenos de la vida; un principio que se contrapone a la entropía.”
Dicho Principio Organizador habría
sustraído a la primitiva materia orgánica del fatalismo de 2º Principio
de la Termodinámica y, por tanto, del fatalismo de la entropía.
Según Hernani estas fuerzas organizadoras
se originan del Factor Psi, que se habría asociado a la materia
orgánica desde los primordios de la historia de la vida en nuestro
planeta.
Pone el ejemplo de un experimento realizado por el biólogo Prof. H. V. Wilson con cierto tipo de esponja del género microciona,
que después de haber sido reducida a un puro sirope de células,
filtrado por un tejido finísimo y puesto un recipiente con agua de mar,
dichas células se fueron reorganizando paulatinamente hasta reconstruir
totalmente la esponja. Ante lo cual Hernani comenta:
“El ejemplo que acabamos de mencionar
nos muestra un hecho muy evidente: estamos delante de la acción de
fuerzas organizadoras que no se parecen con las conocidas fuerzas
químicas y de cohesión molecular. Más bien dan la impresión de un
“entendimiento” entre las células que hace recordar a la telepatía. Más allá de eso, la reorganización del animal sugiere la existencia de un modelo
preexistente, aunque no perceptible por los medios físicos comunes,
pero capaz de orientar al conjunto celular en la dirección de un
objetivo a ser alcanzado. En fin, la operación realizada por las células
de la esponja, en el sentido de rehacerla enteramente, es nítidamente
un proceso neguentrópico.”
Con todos los conceptos anteriores en la mano, el autor señala:
“Fue a través del aprendizaje en la
materia, como el factor psi encontró ese primer apoyo y recibió las
lecciones iniciales de sociabilidad e intercambio, capaces de hacerlo
ascender hasta los más altos niveles de la organización biológica.
Imantados a la molécula orgánica, inexpertos hasta entonces, los
psiátomos se sometieron inicialmente a las contingencias de las leyes de
la materia.”
En los primeros momentos de la vida el
predominio de las leyes de la materia era prácticamente total, y las
pequeñas “microconciencias” sólo eran capaces de registrar “eventos puntuales a través de percepciones infinitesimales.”.
Sin embargo, esto posibilitó que progresivamente, en virtud del poder
creador del factor psi orientado por el aprendizaje en la materia, se
fueran creando y perfeccionando los aparatos y funciones encargados de
la captación, digestión y asimilación de los alimentos, y
desarrollándose los órganos de los sentidos y los medios de locomoción.
El autor nos hace ver el panorama que a partir del inicio de este proceso, se daría a continuación:
“A medida que en el escenario de la
vida terrestre comenzaron a formarse millones y millones de seres
animados, sufriendo constante destrucción y recomposición, ampliando su
complejidad química y asociándose unos con los otros, desde el otro
lado, en el seno del hiperespacio, se polarizaban los psiátomos y se
multiplicaban los “cuerpos espirituales” todavía rudimentarísimos,
sufriendo variaciones casi infinitas.
La selección natural, en la lucha por
la supervivencia, se encargó de llevar a esos seres ultrarudimentarios, a
las etapas siguientes de evolución de sus formas de asociación, dando
lugar posteriormente a las organizaciones biológicas superiores
A cada fase de organización biológica
fue correspondiendo, simultáneamente, una forma de estructuración psi.
Paulatinamente se crearon “cuerpos espirituales” progresivamente más
complejos, más diferenciados y estables. Los organismos psi se ampliaron
plasmados en las matrices de la substancia viva, conquistando poco a
poco los estadios superiores, capaces de animar formas de vida más
perfeccionadas.”
Dando por supuesto que las mismas leyes
que rigen en la Tierra rigen también en el resto del Cosmos, el autor
extiende su pensamiento al Universo y supone, racionalmente, que la vida
ha debido surgir en innumerables mundos, alcanzando en ellos también la
fase de la autoconciencia. “No estamos solos”, asevera.
CAPÍTULO X
En el capítulo X, que tiene por título “Evolución y Selección natural”, aborda la cuestión de la evolución biológica.
Comienza su desarrollo haciendo una
revisión de la evolución del pensamiento humano a través de la historia
cuando encaraba el problema de la presencia de las diferentes especies
sobre la Tierra. Habla de las ideas y teorías de Aristóteles, que
consideraba a las especies inmutables por necesarias; las del
naturalista y biólogo francés Buffon, las del filósofo Emmanuel Kant,
las de Lamarck, llegando hasta Darwin y su obra “Sobre el Origen de las
especies” (1859), que revolucionó este campo introduciendo el concepto
de “selección natural”, planteamiento al que otro contemporáneo suyo,
Alfred Rusell Wallace, biólogo y espiritista, llegó de manera paralela.
Después analiza las evidencias
indiscutibles a favor de la evolución biológica propuesta por Darwin,
tales como la composición celular, la morfología estructural, las
homologías, las semejanzas fisiológicas, el desarrollo embriológico, los
fósiles, la presencia de órganos vestigiales, etc., tras lo cual,
considerando de manera global todo lo anterior, concluye:
“Las
especies vivas que contemplamos actualmente son el resultado de un
lento y continuo proceso selectivo desarrollado a lo largo de un
intervalo de tiempo enorme. La vida debe haberse iniciado hace cerca de
tres mil millones de años, y de allá hacia acá ha venido
perfeccionándose sistemáticamente. Según Darwin y sus adeptos, esta
evolución se debe a pequeñas y sucesivas mutaciones ocurridas de una
descendencia para otra, seguidas de una constante selección en la lucha
por la existencia, dando como resultado la sobrevivencia y posterior
reproducción de los más aptos, seguida de la eliminación de los
incapaces. De ese modo las pequeñísimas diferenciaciones sucedidas en
los individuos y heredadas genéticamente, fueron siendo transmitidas y
sumadas en las posteriores generaciones de una especie dada. A lo largo
de periodos de tiempo muy largos, esas alteraciones genotípicas dieron
como resultado las nuevas y diferentes especies ahora existentes.”
Si bien en esto hay acuerdo, donde la
hipótesis de Hernani se aparta de la de Darwin es en lo referente a los
mecanismos causales de la evolución.
El autor brasileño analiza el tema de la
información genética, donde el código conformado por las extensas
cadenas de la molécula de ADN contiene todas las informaciones
indispensables para la construcción de un ser vivo. El desarrollo de la
genética fue dando bases a la tesis mecanicista de la evolución
(mutaciones más selección natural) pero, no obstante, Hernani señala la
presencia de dificultades para justificar la evolución sobre bases
exclusivamente mecanicistas. Este es el tema que desarrolla en el
capítulo XI, que lleva por título “Insuficiencias de la teoría
Mecanicista”.
CAPÍTULO XI
Entre estas dificultades revisa algunas
muy destacadas. Por ejemplo, la presencia de órganos homólogos presentes
en diversas especies diferentes, dificultad que se agranda cuando se
constata que dichos órganos son producidos por complejos genéticos
totalmente diversos. Pone el ejemplo de la Drossophila, o “mosca de la
fruta”, que tras varias generaciones de cruzamiento entre moscas
mutantes sin ojos, las nuevas generaciones resurgen con ojos
perfectamente normales, caso que va en contra de la idea de una mutación
casual, sin objetivo ni propósito, como se cree generalmente.
Otras dificultades aludidas son:
La Ortogenesia.
Se constata que la evolución de ciertos linajes animales mantiene una
dirección recta, perfectamente definida, como si fuese orientada por
algún factor interno desconocido.
Los Instintos.
La presencia en diferentes especies de comportamientos complejos y
extremadamente especializados plantea la pregunta de cómo pueden haber
sido adquiridos.
El Mimetismo.
Ingeniosas y complejas formas de adaptación frente a la posibilidad de
ser agredidos por otros más poderosos, desarrolladas por muchos
animales, son en sí mismas un verdadero enigma.
La Perfección de los Órganos.
Es tal la perfección de los órganos, particularmente ojos y oídos y,
sobre todo, el cerebro, que eso ha hecho pensar a los investigadores más
en la intervención de un ingeniero proyectista extraordinario, que en
la clásica explicación de las mutaciones aleatorias seguidas de
selección natural.
Ante todas estas consideraciones Hernani termina el capítulo con esta conclusión:
“Creemos que no hay necesidad de más
ejemplos que los pocos presentados hasta aquí, para demostrar que la
teoría mecanicista presenta notorias insuficiencias. No estamos
sugiriendo con esto, que el darwinismo y el mismo neodarwinismo
sean totalmente inadecuados para explicar el mecanismo de la evolución
biológica. Pensamos que aclaran una gran parte de la evolución, pero no
completamente, pues dejan de tener en consideración otros aspectos del
fenómeno de la vida; entre ellos los que apuntamos y, también, los
recientes descubrimientos hechos por la parapsicología, ya incorporados
al conjunto de los hechos comprobados científicamente.”
CAPÍTULO XII
En el capítulo XII, titulado “La
Psicocinesia y su extraño Mecanismo”, el autor retoma el tema de la
evolución biológica, profundizando en la extraña forma en que se
manifiesta la psicocinesia, que en la hipótesis o modelo que él
sostiene, habría tenido un papel relevante en el mecanismo de las
mutaciones y, por tanto, en la evolución de las formas vivas.

Antes
de adentrase de lleno en el tema, Hernani realiza una breve síntesis de
todo lo desarrollado en su obra hasta ese momento. Seguidamente
recuerda las dos categorías en que se divide la función psi (Función
psi-gamma, y función psi-kappa), declarando en relación con la PK
(psicocinesia), lo siguiente:
“La psicocinesia, al ser
testada en laboratorio, mostró una notable singularidad: cuando el
agente psicocinético busca un objetivo dado, éste es alcanzado sin que
el promotor conozca conscientemente las operaciones intermedias
necesarias a la concreción del hecho buscado. En consecuencia, el agente
psicocinético no necesita realizar o pensar, una por una, las etapas
del proceso que culminará en el resultado esperado: le basta “desear” el
objetivo y éste es alcanzado; las operaciones intermedias se ejecutan
automáticamente, como si algo lógico o inteligente providenciase su
efectivación, con vistas al objetivo a ser alcanzado, de acuerdo con el
deseo del operador psicocinético.”
A partir de este punto, el investigador
brasileño relata un conjunto de experiencias de laboratorio destinadas a
probar la existencia de la psicocinesia, que resumen muchos miles de
pruebas y que después de ser tratadas estadísticamente, prueban sin
ningún género de dudas su realidad.
Entre estas investigaciones detalla las
desarrolladas por el Dr. Helmut Schmidt, quien diseñó una máquina
productora de números aleatorios que se usó con éxito por él en pruebas
realizadas con tiradas de dados, y posteriormente por otros muchos
investigadores. Refiere también los experimentos para verificar la
psicocinesia con animales, realizadas primero con una gata y luego con
cucarachas por el Dr. Schmidt, y por el Dr. Graham K. Watkins con
lagartos, que también probaron la acción psicocinética por parte de los
animales.
Otro tipo de pruebas diferentes buscando
comprobar la psicocinesia, a las que también hace referencia, incluyen
pruebas realizadas sobre la influencia psicocinética en el cultivo de
hongos in vitro, las relativas a la cura de ciertas afecciones o
enfermedades por el mismo efecto, y otras referidas a la influencia
psicocinética de agentes humanos sobre larvas de lepidópteros, sobre
ratones anestesiados, sobre la activación de ciertas enzimas e incluso
sobre la radiación emitida por determinadas substancias radioactivas. En
todos los casos se evidenció, sin lugar a dudas, la extraordinaria
acción que puede ejercer una mente sobre la materia, llegando incluso a
los ámbitos químico y cuántico.
Especial atención merece para Hernani el
relato de las experiencias realizadas en USA por el Prof, Carroll B.
Nash, relativas a la acción psicocinética sobre la mutación bacteriana.
De este investigador escoge una conclusión que vendría en apoyo de su
hipótesis, y que dice así:
“Las mutaciones ofrecen la materia
prima para la selección natural que, de acuerdo con el Neodarwinismo, es
el mecanismo de la evolución. Consecuentemente, un efecto PK sobre la
mutación tendrá implicaciones en la teoría evolucionista.”
Adhiriéndose a la opinión del Prof. Nash, Hernani añade aún lo siguiente:
“Creemos que la función psi-kappa (PK) tuvo un papel preponderante en la evolución biológica. Aliada a la función psi-gamma
(ESP), la PK debe haber auxiliado a los organismos vivos en la
adquisición de los equipamientos biológicos adecuados para responder a
las agresiones del medio, garantizando su sobrevivencia y promoviendo el
continuo perfeccionamiento de las especies.”
CAPÍTULO XIII
El capítulo XIII y último de la obra,
cuyo título es “Conciencia Subyacente y Evolución”, continúa el autor
con el tema de la evolución biológica, a la que aplica ya la conclusión
del capítulo anterior como solución a dicho enigma.
Hernani reflexiona sobre el asunto de esta forma:
“Si la función PK puede influir en la materia física, con mayor razón debería actuar sobre la propia materia psi.
Las evidencias de esta acción podrían ser obtenidas en el propio
espacio donde se sitúan objetos y entidades psi (espíritus
desencarnados).”
A partir de aquí trae y comenta diversas
informaciones de naturaleza espiritual o psíquica, que van en la
dirección de comprobar que en el mundo psi donde los espíritus moran, la
acción psicocinética también se produce. Entre los informantes están el
norteamericano Robert A. Monroe, fundador del Instituto Monroe que
investigó el fenómeno del desdoblamiento astral consciente o como se
define técnicamente en Parapsicología, “experiencias fuera del cuerpo”,
cuyas siglas en inglés son OBE, de las que él mismo era protagonista.
Otras experiencias comentadas son las de los brasileños Hamilton Prado y
Waldo Vieira, así como las de Sylvan J. Muldoon, cuyo caso fue
estudiado por Hereward Carrington. Todos estos autores aportan
substanciales testimonios que ratifican la manifestación psicocinética
en el mundo psi, de la cual en las obras mediúmnicas obtenidas en el
Movimiento Espiritista, hay tantas referencias.

Resulta
muy interesante referir alguna de estas informaciones en las que todos
coinciden. Transcribamos, por ejemplo, lo que Robert A. Monroe
experimentó en una de las zonas de ese mundo psi visitado por él
conscientemente:
“Un aspecto interesante de ese mundo
(o mundos) de pensamientos de la Zona II es que se percibe lo que parece
materia sólida, así como artefactos comunes al mundo físico. Son
traídos a la ‘existencia’, lógicamente, por tres fuentes. Primera: son
producto del pensamiento de aquellos que cierta vez vivieron en el mundo
físico, cuyos patrones persisten. Eso se efectúa casi automáticamente,
sin intención o propósito. Segunda fuente: son aquellos a los que
gustaban ciertas cosas materiales en el mundo físico, las cuales recrean
aparentemente para valorizar su medio ambiente en la Zona II. La
tercera fuente supongo que es un orden más elevado de seres
inteligentes, más concientes del medio ambiente de la Zona II que la
mayoría de sus habitantes. Su objetivo parece ser el de simular el
ambiente físico temporalmente, por lo menos para beneficio de los que
vienen en aquel momento del mundo físico, después de la ‘muerte’. Eso se
hace para reducir el trauma y el choque de los recién llegados, con la
presentación de figuras y ambientes familiares a ellos, en las primeras
etapas de entendimiento.”
En el mundo psi el pensamiento tiene un
poder ideoplástico inmediato, de tal forma que cada cual se manifiesta
de acuerdo a lo que realmente piensa, o lo que es lo mismo, de acuerdo a
lo que es. En este sentido, Sylvan J. Muldoon dice que
“todo el mundo astral está gobernado por el pensamiento”, añadiendo posteriormente que “la mayoría de las veces no bien hemos completado un pensamiento y ya alcanzamos aquello que estábamos pensando.”
Hernani resume todo ello como sigue:
“Como puede verse, el poder
psicocinético de la mente funciona de manera más decisiva en el mundo
psi donde, por lo que parece, el pensamiento tiene extraordinario
poder ideoplástico. En el capítulo anterior mostramos que el simple
“deseo” del operador psicocinético, bastaba para accionar todos los
procesos causales de una determinada operación. Ahora estamos viendo
que, en el mundo astral, la materia psi se muestra totalmente
dócil al gobierno de la voluntad, de las emociones y de las inducciones
mentales provocadas por las circunstancias. Por encima de nuestra mente consciente, ordenadora y organizadora, hay una supermente
– según todo lo indica, inconsciente – que tiene poder de decisión y
providencia automáticamente las transformaciones ideoplásticas, cuidando
de todos los detalles y procesos causales. Esta supermente parece
íntimamente relacionada con la totalidad circunstancial, representando
un cierto medio psi que lo interpenetra todo. Este substrato debe ser capaz de conocer y de realizar prácticamente todo lo que es posible. El pensamiento
– sea consciente o producido por la supermente - es el resorte maestro
que puede accionar el proceso ideoplástico creador de las formas.”
Acto seguido el autor se refiere a los
experimentos realizados con grandes dotados para la psicocinesia, como
Nina Kulagina, Boris Vladimir Ermolaev, etc., que a costa de una gran
concentración y pérdidas de peso considerables (en una sesión Nina
Kulagina llegó a perder entre 700 y 800 gramos de peso corporal), eran
capaces de provocar el movimiento de objetos sin tocarlos.
Alude también a los fenómenos de
movimiento de objetos en casos de poltergeist donde, sin embargo, no se
señalan alteraciones visibles en el llamado epicentro; es decir, aquella persona que parece concurrir con alguna forma de energía en la producción de los fenómenos.
Sintetizando todo lo anterior, dice:
“Nos parece, por tanto, que hay gran
congruencia entre los hechos analizados anteriormente. Ellos sugieren la
posible colaboración de dos factores energéticos en la producción de
los fenómenos psicocinéticos, tanto en el mundo psi como en el mundo
físico. A medida que “interiorizamos” la conciencia en dirección a la subconciencia, más contactamos con un cierto medio subyacente
que constituye el origen y sustento de nuestra realidad total. Este
“medio” parece ser la fuente mater de las demás substancias que componen
los mundos manifestados, tanto en lo físico como en el astral. Él está
en la base de todo y parece ser una fuente inagotable de energía, de
donde se originaron todas las cosas, tanto en el mundo psi como en el
mundo físico. Este “substrato energético”, actualmente postulado por la
Física moderna, parece gozar de las propiedades de un Conciencia
(no psicológica). De ese modo, nuestra “conciencia psicológica” podría
ser considerada como manifestación particular de aquella Conciencia
mayor, poseyendo, por eso, cierta porción de su energía. La
“subconciencia” se halla más próxima de la referida Conciencia
subyacente y puede extraer de ahí mayor porción energética, así como, en
ciertas ocasiones, accionar directamente parte de las actividades de la
Conciencia mayor.”

Otras
informaciones con las que ilustra el tema que estudia en el capítulo,
provienen de los experimentos de Transcomunicación Instrumental (TCI).
Menciona, pues, las grabaciones en cinta magnética realizadas por
Jürgenson, pionero en el campo de la TCI, en las que sus informantes
invisibles le hablaban de ciertos niveles astrales inferiores a los que
llamaban las “cavernas”, donde las entidades desencarnadas embargadas
por pensamientos de miedo, odio, envidias y sentimientos crueles,
creaban automáticamente, mediante sus ondas mentales, un ambiente
consecuente con su estado.
Hernani reflexiona sobre esta cuestión y dice que parece como “si
la materia psi participase, en su todo, en la construcción de las
creaciones mentales, contribuyendo con una parcela de conciencia,
revelándose una especie de lógica intrínseca”
“Podríamos concluir – añade – que
todo lo que existe, incluso nosotros mismos, se halla embebido y
formando parte de un “medio energético” que goza de las propiedades de
una Conciencia. En la realización de los fenómenos psicocinéticos
se observa la influencia de una “lógica intrínseca” que actúa
inteligentemente, propiciando las operaciones intermediarias necesarias
para alcanzar los fines previstos por la conciencia del operador. Esta
conciencia menor, de cierta forma, podría ser considerada también como
una fracción de aquella Conciencia subyacente, manifestándose como
desencadenadora del proceso psicocinético. De ese modo, el operador psicocinético es igualmente un participante del fenómeno, haciendo recordar el papel atribuido al observador en la Física moderna.”
En cuanto a la intervención del factor PK en las mutaciones, Hernani se expresa de este modo:
“Delante de los hechos de la
psicocinesia observados tanto en el mundo físico como en el mundo psi,
pensamos que es correcto considerar, en una hipótesis evolucionista, la probable influencia de la función PK, en el gobierno de las mutaciones, Esta influencia habría partido del factor psi, representado por las estructuras iniciales de la materia psi, polarizadas e imantadas a las grandes moléculas orgánicas, gracias al CBM (campo biomagnético).”
El punto titulado La Psicocinesia en la evolución de las Formas Vivas, viene a ser un buen resumen donde sintetiza su propuesta:
“A medida que en el mundo físico, en
los primordios de nuestro planeta, se formaron las complejas moléculas
orgánicas, también en el mundo psi los psiátomos capturados y adheridos a
aquellas estructuras químicas, plasmaron verdaderos “cuerpos
espirituales moleculares”… Surgieron así las primeras unidades
biológicas fundamentales, dotadas de una parte física y de otra psi.
Esta última es portadora de una “conciencia” que forma parte de su
estructura cuántica y está representada por los intelectones de los psiátomos.
Además de eso, los “cuerpos espirituales moleculares” debían estar dotados de la función psi
que, conforme fue sobradamente demostrado, escapa totalmente de las
características materiales. Por consiguiente, si aquella función existe
en el ser vivo, debe resultar de su segunda naturaleza, de su
contraparte psi. Este componente de los primeros organismos vivos
moleculares debía, inicialmente, haberse puesto en contacto con los
mundos externos, tanto el físico como el psi, por medio de sus
facultades psi. Cuando se hallaba capturada por la biomolécula, habría
sido la función psi-gamma (clarividencia) su mecanismo de
percepción del ambiente físico. Su relación con las demás biomoléculas
ocurriría a costa de la telepatía. Y su actuación dinámica sobre el
medio circundante se efectuaría en virtud de la función psi-kappa
(psicocinesia). Es posible que inclusive la precognición hubiese
cumplido su papel en la defensa de los microorganismos y en la previsión
de su futura morfología evolutiva, buscando la adquisición de
propiedades y funciones orgánicas capaces de garantizar su sobrevivencia
y la de sus descendientes. Debe comprenderse que todos esos procesos se
desarrollaron inicialmente en el ámbito cuántico y/o molecular.
Las alteraciones evolutivas se habrían originado a través de ideoplastias,
realizadas también, en el ámbito cuántico en el espacio psi, antes de
ser transferidas a las unidades biomoleculares primitivas. Tal mecanismo
es comprensible cuando se tienen en consideración los procesos
ideoplásticos testimoniados por los proyeccionistas, en el mundo astral.
Helo descrito de forma sucinta: cada unidad biológica psi se
ideoplastiza psicocinéticamente, en el sentido de adquirir la estructura
conveniente para operar ciertas funciones primordiales biológicas. Esta
ideoplastia es alcanzada por el mismo proceso de las plasmaciones
macroscópicas obtenidas por las supermentes inconscientes. Hay la
participación de la conciencia subyacente, funcionando operativamente
como aquella “lógica intrínseca” que se torna “extrínseca” en la
manifestación inteligente del proceso. La unidad biológica psi
ideoplasmada actúa sobre una de las unidades biomoleculares del mundo
físico a través de su CBM (campo biomagnético). De ese modo la unidad
biológica psi – o “cuerpo espiritual molecular” – transmite al medio
biomolecular la información relativa a la estructura morfológica
adquirida gracias a la ideoplastia. Ella funciona como un MOB (Modelo
Organizador Biológico) en el ámbito cuántico. El proceso psicocinético
opera, a su vez, creando los mecanismos intermediarios necesarios a la
formación de las estructuras biomoleculares destinados al fin buscado.

… Fueron esas mutaciones dirigidas por
una “lógica intrínseca” – y no sólo las mutaciones aleatorias – las que
imprimieron a los primitivos seres vivos una direccionalidad en el
sentido de alcanzar, en un tiempo relativamente corto, las
organizaciones biológicas complejas y altamente funcionales que ahora
observamos en los reinos vegetal y animal.
Naturalmente, la selección de los más
aptos funcionó como mecanismo de perfeccionamiento indispensable a las
especies en proceso de evolución. Y continua funcionando, todavía, en el
medio biológico y en los demás sectores donde ocurre, a través de
ensayos y errores, una búsqueda inteligente de la perfección y la
adaptación a las exigencias del medio ambiente.
La evolución continua de las especies,
obedece a un impulso permanente que emana de la Conciencia subyacente
que se traduce en operaciones semejantes a las que ocurren en los
procesos psicocinéticos, en los cuales los fines buscados promueven los
medios necesarios a su realización. La selección natural, por tanto, se
incluye también entre las operaciones automáticas intermediarias
promovidas por la “lógica intrínseca”, que se torna “extrínseca” en el
proceso biológico.”
Hernani anuncia que no es de prever que
la evolución se pare, sino que siga en niveles más altos, de tal forma
que cada vez habrá un mayor perfeccionamiento de las especies y los
individuos. A lo largo de este proceso la información adquirida por los
individuos vivos no se pierde, sino que queda memorizada en la
estructura psi asociada a sus organismos materiales. Según pasa el
tiempo, estos cuerpos psi se vuelven más perfectos, adoptando dos
estructuraciones diferentes. En una de ellas se almacena en una forma
tetradimensional espacio-temporal su experiencia biológica y la de su
especie, constituyendo el Modelo Organizador Biológico o MOB, y en la
otra, que él llama Cúpula Espiritual, se almacenaría la experiencia
psicológica individual a lo largo de las incontables veces en que usó
cuerpos materiales.
Todo lo explicado anteriormente, lo sintetiza Hernani con estas palabras:
“A medida que los organismos se
perfeccionan y se complican, nuevas facultades se irán manifestando,
tendiendo hacia un creciente dominio de la función psi sobre la parte
física. Paulatinamente, la Conciencia subyacente gana niveles cada vez
más altos de expresión en forma de “conciencia psicológica”. Es el
Espíritu que busca emanciparse de la materia.”
CONCLUSIÓN
Los principales postulados que Hernani Guimaraes Andrade propone en su obra son:
1º) Existencia de otra realidad, el mundo psi, en contraposición a nuestra realidad más habitual, el mundo físico, que sería también material, aunque constituida por otro tipo de materia.
2º) Ambas categorías de realidad, el
mundo físico y el mundo psi, no estarían totalmente separadas, sino que
existiría un campo de interacción mutua constituido por el conjunto de
los fenómenos biológicos. Estos serían el campo común de manifestación
de ambas categorías de realidad, o dicho de otra forma una zona de
transición de una realidad hacia la otra. Los fenómenos biológicos
serían, pues, resultantes de la interacción de PSI con la materia.
3º) La materia psi sería análoga a la
materia física, pero estructurada en cuatro dimensiones; es decir,
envolvería un hiperespacio de cuatro dimensiones, lo cual le daría un
conjunto de propiedades nuevas.
4º) La interacción entre la materia
física y la materia psi se daría por la presencia de campos
biomagnéticos tanto en uno como en otro tipo de materia, originados por
el movimiento de sus partículas constituyentes
5º) Los fenómenos paranormales
resultarían también de la interacción entre la materia psi y la materia
física, al trasladar de aquella a ésta algunas de sus propiedades.
Sobre la base de estos postulados erige un modelo que daría explicación a:
- Los fenómenos paranormales
- La biogénesis
- Los mecanismos de la evolución de la vida en la Tierra
- Los mecanismos de la evolución espiritual.
Y todo ello con una base trascendente, científica y espiritual al mismo tiempo, propia del Espiritismo.
Para terminar, permítanme que transcriba
aquí el epílogo con el que Hernani Guimaraes Andrade termina su obra.
Pero antes debo decirles que estas palabras del gran investigador
brasileño pueden suscitar diferentes sentimientos en los lectores: en
algunos quizá indiferencia, por ahora; a otros sumergirá en reflexiones
profundas, de donde manarán imágenes de grandiosidad
inmensurables; finalmente, a otros seguramente sumirá en una especie de
sentimiento desasosegante, profundamente inquietante, consecuencia de
nuestra incapacidad para vislumbrar tan amplios horizontes como los que
en estos párrafos se nos proponen.
He aquí, pues, las palabras con las que Hernani Guimaraes Andrade concluye su obra:
“La vida, actualmente, debe
representar el apogeo de una extravagante saga. Ella se encuentra, tal
vez, en la parte más excitante de la aventura del átomo, el principal
participante de esta lucha por la conquista de una experiencia cósmica.
Estamos presenciando la fase en la que el átomo físico comienza a ceder su primacía al psiátomo.
La teoría cosmológica más en boga,
llamada del Big-Bang cíclico, postula que nuestro Universo habría
partido de una gran explosión surgida de un punto (singularidad) donde
se concentraba toda su masa, por tanto, toda su energía. Por lo que
parece, tal acontecimiento se produjo hace aproximadamente 20.000
millones de años. Es probable que de aquí a unos 30.000 o 40.000
millones de años, toda la materia del Universo refluya hacia un único
punto del espacio cósmico, formando una nueva singularidad. Ésta, a su
vez, explosionará, produciendo un nuevo y espectacular Big-Bang, y todo
comenzará otra vez.
Así piensa una parte de los cosmólogos y nosotros nos adherimos a esas ideas.
Cuando se dé la gran explosión
final, los átomos físicos dejarán de existir temporalmente. Estarán
reducidos a una única masa concentrada en un punto – o singularidad – de
fantástica energía.
El átomo físico habrá así realizado
su alucinante e increíble aventura. Habrá cumplido, también, una
importante misión: posibilitar a la Conciencia subyacente expresarse en
términos de “conciencia espiritual”. Ésta emergerá enriquecida con toda
la experiencia cósmica y biológica que se cumple dentro de un ciclo
completo.
Y después, ¿qué podría ocurrir cuando quedase solamente el Universo psi?
Es posible que el átomo psi también
realice una trayectoria análoga a la del átomo físico. Tal vez el
Universo psi sufra igualmente una implosión, reduciéndose a una
singularidad, recordando lo que ocurrió con el Universo físico. Cuando
eso suceda, el psiátomo habrá contribuido a la construcción de otro
súper universo de un número mayor de dimensiones. Y así sucesivamente,
surgirán universos con dimensiones crecientes que continuarán,
indefinidamente, escribiendo la historia sin fin de la insondable
Conciencia Cósmica que está en la base de todo, de todos los seres y de
todas las cosas presentes, pasadas y futuras.
¿Y las singularidades que quedaron
atrás después de haber sido finalmente absorbidos los sucesivos
universos, en sus dramáticas implosiones?
Comenzarán a expandirse una después
de otra en sucesivos Big-Bangs, escribiendo indefinidamente nuevas
historias, nuevas sagas, nuevas experiencias de la “Suprema Conciencia”,
en perpetua repetición, sucesión y progresión cíclicas, a lo largo de
toda la eternidad”.http://grupoespiritaisladelapalma.wordpress.com/2013/10/22/fisica-cuantica-y-mundo-espiritual-una-aproximacion-a-las-teorias/
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