EL POR QUÉ DE UN NUEVO BLOG

Después de abrir y mantener actualizado el blog: CENTRO VIRTUAL DE ESTUDIOS

ESPIRITISTAS Y AFINES, para la formación doctrinaria dentro de los postulados eminentemente racionalistas y laicos de la filosofía espírita codificada por el Maestro Allan Kardec que exhibe la Confederación Espírita Panamericana, a la cual nos adherimos, creímos conveniente abrir un nuevo Blog de un formato más ágil y que mostrase artículos de opinión de lectura rápida, sin perder por ello consistencia, así como noticias y eventos en el ámbito espírita promovidos por la CEPA, a modo de actualizar al lector.
Esa ha sido la razón que nos mueve y otra vez nos embarcamos en un nuevo viaje en el cual esperamos contar con la benevolencia de nuestros pacientes y amables lectores y vernos favorecidos con su interés por seguirnos en la lectura.
Reciban todos vosotros un fraternal abrazo.
René Dayre Abella y Norberto Prieto
Centro Virtual de Estudios Espiritistas y Afines "Manuel S. Porteiro".



miércoles, 24 de marzo de 2010

UN MENSAJE DE NUBE ROJA INDIGENISTA A LOS MIEMBROS DEL GRUPO NI COLÓN NI LOS VIKINGOS "DESCUBRIERON" AMÉRICA. HABÍA INDÍGENAS AQUÍ.


Nube Roja Lírica Indigenista
Nube Roja Lírica IndigenistaMarch 24, 2010 at 3:11pm
Asunto: IGLESIA CATÓLICA CRITICA A LA PELÍCULA AVATAR (2)
Al hacer esto, los militantes cientificistas fanáticos (los “ateos fanáticos”, como los denominaba Albert Einstein) se sitúan y (conscientemente o no) actúan frente a los pueblos indígenas igual que los fundamentalistas católicos, por dos motivos:

1.- La postura de que la única verdad o acercamiento adecuado a los objetos y a la naturaleza es la ciencia implica que todas las epistemologías indígenas son errores o supersticiones que deben ser rechazadas. Por tanto, en términos sociopolíticos es equivalente a la intolerancia de los fundamentalistas católicos. Para los católicos los indígenas “no tienen la verdadera fe”, para los cientificistas (que no son lo mismo que los científicos) los indígenas “no tienen verdadero conocimiento”.

2.- Dentro de la doctrina cristiana encontramos numerosos pasajes que llaman a asesinar a los pueblos de otras religiones, a los “paganos”. Más arriba cité varios de estos párrafos del libro bíblico Deuteronomio. Para los cientificistas todas las religiones son falsas y la ciencia es el único conocimiento verdadero. Pero en términos sociopolíticos eso constituye una postura idéntica a la de los fundamentalistas católicos, porque el desarrollo científico y el progreso occidentales están íntimamente ligados a la sobre explotación de la naturaleza (con el efecto del calentamiento global) y al arrebato de sus tierras a los pueblos indígenas. Además, los cientificistas tienen por una de sus teorías favoritas a la teoría de la evolución de Darwin, una teoría que no aporta nada para el cambio de las políticas occidentales actuales que están relacionadas con la crisis ecológica. Darwin, de hecho, era un racista que hizo afirmaciones como:

“En algún momento de un futuro no muy distante como para medirlo en siglos, casi con toda certeza las razas humanas civilizadas exterminarán y reemplazarán a las salvajes en todo el mundo. Al mismo tiempo, los monos antropomorfos… sin duda, serán exterminados. La diferencia entre el hombre y sus allegados más cercanos se presentará entonces más amplia, porque será la que corresponderá entre el ser humano con una civilización incluso mayor -como es de esperar- que la de los caucásicos y la de algunos monos tan inferiores como el mandril, en vez de como se presenta ahora entre el negro africano o el australiano y el gorila”

(Charles Darwin, The Descent of Man, 2nd edition, New York, A. L. Burt Co., 1874, p. 178)

“Entre los salvajes, el débil, físicamente o de entendimiento, es rápidamente eliminado, y los que sobreviven exhiben normalmente un estado de salud vigoroso. En cambio nosotros, las personas civilizadas, hacemos los mayores esfuerzos por controlar ese proceso de eliminación. Construimos asilos para los imbéciles, tullidos y enfermos. Instituimos leyes protectoras del pobre y nuestros médicos se exigen al máximo en sus capacidades para salvar la vida de cada uno hasta el último momento. Hay razones para creer que la vacunación ha preservado a muchas individuos de constitución física débil, que de otro modo habrían sucumbido ante enfermedades comunes (viruela, etc.). De ese modo los miembros débiles de las sociedades civilizadas propagaron su linaje. Nadie que haya prestado atención a la cría de animales domésticos dudaría que esto (el cuidado de los débiles) tiene que ser muy nocivo para la raza humana”

(Charles Darwin, The Descent of Man, 2nd edition, New York, A. L. Burt Co., 1874, p. 171)

En tiempos de Darwin, no existía la actual crisis ecológica. El blog “Alerta Religión” sostiene que una ecología adecuada debe ser científica. Estoy de acuerdo en que una ecología científica es probablemente necesaria y será muy aportativa, pero no estoy de acuerdo en que la única ecología correcta deba ser científica. Considero a las ecologías espirituales indígenas de la selva amazónica perfectamente legítimas. El respeto a las cosmovisiones indígenas es un acto político de pluralismo, que va en contra de la ya obsoleta teoría de la evolución, en contra de la deforestación del Amazonas, en contra del calentamiento global (íntimamente ligado a tal deforestación) y a favor de la humanidad y del medio ambiente.

Queda claro entonces que el cientificismo no es compatible con el pluralismo cultural ni con el respeto a los territorios indígenas y a sus modos de vida. Muchos fundamentalistas católicos y cristianos en sus blogs critican a los ateos cientificistas porque la teoría de la evolución es racista. Efectivamente esa teoría científica es racista, pero el cristianismo también lo es, y lo ha sido siempre. Difícilmente podríamos encontrar una doctrina que a lo largo de la historia haya cometido tantos asesinatos, violaciones y crímenes racistas como el cristianismo (el islam es, probablemente, la única que podría competirle, pero perdería la competencia).

Las críticas que hacemos al cientificismo y al darwinismo están basadas justamente en el hecho de que tienen mucho en común con el cristianismo. El cristianismo, en resumen, es por así decir el paradigma del mal en comparación con el cual medimos a estas otras doctrinas modernas, y encontramos en ellas semejanzas con la religión históricamente más criminal, en lo que se refiere a las implicaciones socio – políticas de la intoleracia cientificista y racionalista.

Criticamos al cientificismo porque se parece al cristianismo, y no al revés.

UN MENSAJE DE NUBE ROJA INDIGENISTA A LOS MIEMBROS DEL GRUPO NI COLÓN, NI LOS VIKINGOS "DESCUBRIERON" AMÉRICA. HABÍA YA INDIOS AQUÍ.

Nube Roja Lírica Indigenista El 24 de marzo a las 15:08 Responder
El Vaticano criticó a la película Avatar señalando que se trata de “una superficial parábola antiimperialista y antimilitarista que no tiene verdaderas emociones, emociones humanas”, en palabras del diario oficial de la iglesia católica L’Osservatore Romano.

Por su parte, la emisora Radio Vaticano sostuvo que Avatar no es más que “un guiño hacia las pseudo-doctrinas que han hecho de la ecología la religión del milenio”.

Que la iglesia católica se moleste ante las críticas al imperialismo y al militarismo es perfectamente entendible: la iglesia es, justamente, la institución que ha cometido más asesinatos en la historia de la humanidad. Y, además, todos ellos han sido cometidos de modo militarista e imperialista.

Hagamos ahora un breve repaso de algunas afirmaciones históricas de católicos:

“El padre de los judíos es el diablo”

—San Cipriano de Cartago (c. 210 – 258), santo católico del siglo III. De él retomaron los nazis este slogan.

“Dos clases de humanos, los cristianos y los judíos. La luz y las tinieblas. Pecadores, homicidas, basura revuelta.

—San Agustín de Hipona.

“El cristiano se gloría en la muerte de un pagano, porque por ella Cristo mismo es glorificado.”

—San Bernardo de Claraval

“¡Exterminio total de los Infieles — o conversión definitiva!”

—San Bernardo de Claraval

“Pérfido judío, perro inmundo, depravado y astuto gran judío, fingido cristiano y verdadero judío…”

—Fiscal de la inquisición de México refiriéndose al judío Tomás Treviño de Sobremonte, que luego iba a ser quemado vivo en 1649

“He seguido a la Iglesia al darle al programa de nuestro partido el carácter de finalidad inalterable, como el Credo. La Iglesia nunca ha permitido que se interfiriera con el Credo. Hace mil quinientos años que fue formulado, pero cada sugerencia de que fuera corregido, cada crítica lógica o ataque sobre él, han sido rechazados. La Iglesia se ha dado cuenta de que cualquier cosa y todo puede ser cimentado sobre un documento de esta clase, sin importar cuán contradictorio o irreconciliable con él sea. Los fieles se lo tragarán entero, siempre que al razonamiento lógico no se le permita nunca tocarlo.”

—Adolfo Hitler (1889-1945), dictador alemán, en “Rauschning”, “La voz de la destrucción”

“Estamos convencidos de que la gente necesita y requiere esta fe. Por lo tanto hemos llevado a cabo la lucha contra el movimiento ateo, y esto no sólo con unas pocas declaraciones teóricas: lo hemos aplastado.”

—Adolfo Hitler, en un discurso en Berlín, 24/10/1933

“El hecho de que el Vaticano esté concluyendo un tratado con la nueva Alemania significa un reconocimiento del estado Nacionalsocialista por parte de la Iglesia Católica. Este tratado muestra a todo el mundo, clara e inequívocamente, que la afirmación de que el Nacionalsocialismo es hostil a la religión es una mentira.”

—Adolfo Hitler escribiendo al Partido Nazi, 22/07/1933; de “Hitler’s Pope”, por John Cornwell

“Las escuelas seculares no pueden ser toleradas nunca, porque tales escuelas no tienen instrucción religiosa, y una instrucción moral general sin base religiosa está construida sobre el aire; consecuentemente, todo el entrenamiento del carácter y la religión deben derivarse de la fe… Necesitamos gente creyente.”

—Adolfo Hitler, 26 de abril de 1933, en un discurso durante las negociaciones que llevaron al Concordato entre los nazis y el Vaticano.

“Y el fundador del cristianismo no mantuvo secreta en absoluto su apreciación del pueblo judío. Cuando lo consideró necesario, Él expulsó a esos enemigos de la raza humana fuera del templo de Dios.”

—Adolfo Hitler, “Mein Kampf”

“Estoy convencido de que actúo como agente de nuestro Creador. Al combatir a los judíos estoy haciendo la voluntad del Señor.”

—Adolfo Hitler

“La grandeza del cristianismo no estuvo en intentar negociaciones de compromiso con otras opiniones filosóficas similares del mundo antiguo, sino en su inexorable fanatismo al predicar y pelear por su propia doctrina.”

—Adolfo Hitler, “Mein Kampf”, vol. 1, Cáp. 12

“Soy ahora, como antes, católico, y siempre lo seré.”

—Adolfo Hitler, al general Gerhard Engel, 1941

Los siguientes párafos pertenecen al Deuteronomio, un libro de la biblia:

“Pero ustedes deben exterminar a todos los pueblos que el Señor su Dios ponga en sus manos; no les tengan compasión ni adoren a sus dioses, porque eso será la perdición de ustedes.”
— Deuteronomio 7: 16

“Pero el Señor su Dios pondrá estas naciones en sus manos e irá acabando con ellas hasta que sean destruidas. A sus reyes los someterá al poder de ustedes, y ustedes harán que nadie en el mundo vuelva a acordarse de ellos. Ninguno de ellos podrá resistir el ataque de ustedes, así que ustedes los exterminarán a todos.”
— Deuteronomio 7:23

“Cuando Yahvé su Dios los haya asentado en la tierra que están a punto de ocupar y haya enviado a muchos infieles ante ustedes… deben derribarlos y exterminarlos. No deben llegar a ningún compromiso con ellos ni mostrarles misericordia.”
—Deuteronomio 7: 1

Y tras la llegada de Colón a Abya Yala, un católico español dijo:

“El rey tiene todo el derecho de enviar sus hombres a las Indias para reclamar ese territorio de estos idólatras, porque él lo recibió del Papa. Si los indios se rehúsan, legalmente puede muy bien combatirlos, matarlos y esclavizarlos, igual que Josué esclavizó a los habitantes de la tierra de Canaán.”

—Martín Fernández de Encisco, jurista y geógrafo español

Viendo estas citas, podemos entender por qué al vaticano le molesta tanto una película que critica al militarismo y al imperialismo. Podemos entender también la actitud actual del vaticano frente a la espiritualida ecologista, que es la misma actitud que siempre ha tenido el catolicismo frente a todas las otras religiones: judaísmo, religiones indígenas, etcétera, etcétera, etcétera…

Como sabemos, el actuar corrupto y criminal del catolicismo ha estado presente en Europa y América con la inquisición y la esclavitud, en África con la esclavitud y en el medio oriente combatiendo a otros que buscan lo mismo que los cristianos, convertir al mundo entero a su religión: los musulmanes.

Los pueblos indígenas han sido las principales víctimas del cristianismo. Hoy los africanos siguen siendo sometidos a esclavitud por los árabes fundamentalistas musulmanes en el norte de África, y los indígenas americanos siguen sufriendo el despojo de sus tierras. Pero además, hoy la sobre explotación de la tierra por parte de la cultura occidental moderna, tierra que le es quitada por la fuerza los pueblos indígenas, tiene al planeta en una grave crisis ecológica.

Lo que faltaba es que ante esta historia y en este panorama el catolicismo venga a seguir buscando combatir a otras formas de espiritualidad.

En el blog cientificista y racionalista “Alerta Religión” hay un artículo acerca de la crítica que hizo la iglesia católica a Avatar. Aunque comparto algunas de las críticas que este artículo hace al catolicismo, no comparto para nada su cientificismo. Se señala muy bien en ese blog que:

“Aunque el film [Avatar] no dice una palabra sobre las religiones humanas, por la historia y por abundante experiencia sabemos que, si la Iglesia Católica enviara sacerdotes a Pandora, sería en primer lugar para convencer a los Na’vi de que Eywa es un falso dios, para cortar así su vínculo con ella y sembrar luego, sobre el ávido suelo de una cultura mutilada y humillada, las semillas del cristianismo; y en segundo lugar, para bendecir a los soldados y las armas con que se consumaría la destrucción de los Na’vi que se opusieran a la explotación del planeta.”

Pero, por otra parte, este blog, al igual que los muchos otros blogs activistas ateo cientificistas en la red, cae en la postura de rechazar a toda religión o forma de espiritualidad e, incluso, a toda forma de acercamiento no científico a la naturaleza. Así, por ejemplo, en el artículo ya citado dice:

“Que Avatar es infantilmente ecologista no hace falta decirlo (…) ¿Cuál es, en el fondo, la religión de Avatar? Para empezar, no es el ecologismo, en el sentido terrestre. En la Tierra no existe un organismo planetario que benévolamente cuide del “balance de la vida”. La hipótesis Gaia es a lo sumo una forma poética de referirse a los mecanismos homeostáticos automáticos del planeta que habitamos, mecanismos que no tienen nada de místico o misterioso. Los Na’vi no podrían practicar su forma de vida en la Tierra porque aquí no hay ninguna Madre Tierra dispuesta a escucharlos. Por eso, personas que entienden realmente la ecología como ciencia han protestado ante la caracterización de Avatar como película ecologista (…)

La religión de los Na’vi, si cabe llamarla así, sí es una verdadera religión en al menos un sentido: es innecesaria.”

(Continúa...)

domingo, 21 de marzo de 2010

REENCARNACIÓN Y KARMA


¿Qué dicen las lecturas de Edgar Cayce sobre la reencarnación y el karma?
Edgar Cayce realizó su primera lectura en 1901, acerca de un problema de salud, que le concernía personalmente. Luego dictó muchas más, pero el concepto de la reencarnación no apareció hasta 1923, en una sesión ejecutada para Arthur Lammers, impresor en Dayton, Ohio. Conviene mencionar que una lectura había abordado la cuestión doce años antes; no obstante, la alusión se ignoró durante mucho tiempo, pues nadie en el entorno de Cayce conocía el concepto en aquel entonces. A fin de cuentas, la reencarnación fue el objeto de casi dos mil lecturas psíquicas, denominadas "lecturas de vida". Constituye el segundo gran tema evocado por Cayce en trance.
    En esencia, ¿qué es la reencarnación? Es la creencia de que cada uno de nosotros pasa por vidas sucesivas, con el propósito de crecer en espíritu y de recobrar la plena conciencia de su naturaleza divina. El punto de vista de Cayce excluye la metempsicosis o transmigración de las almas, según la cual los humanos pueden reencarnarse en forma animal. A la vez, provee un marco filosófico para el pasado, poniendo especial énfasis en la manera de asumir nuestra existencia actual: debemos vivir el momento presente, procurando desarrollarnos espiritualmente y ayudarnos los unos a los otros. Las lecturas enseñan que el recorrido que hemos efectuado nos ha traído al punto en que nos encontramos. Sin embargo, lo esencial no es quiénes hemos sido o qué hemos hecho antes, sino cómo reaccionamos frente a las oportunidades y a las pruebas que surgen ahora mismo, dondequiera que nos hallemos. En efecto, nuestras elecciones y conducta del momento, provenientes de nuestro libre albedrío, son las que realmente importan. La perspectiva de Cayce, para nada fatalista, abre horizontes casi ilimitados.
    En las lecturas, Cayce señaló también el peligro de comprender incorrectamente la reencarnación. Indicó que ciertas teorías alteraban su verdadero significado. En particular, todas las que no reconocían la libre voluntad creaban lo que llamó "un monstruo kármico", es decir una idea errónea que no tomaba en cuenta los hechos auténticos, ni la estrecha conexión existente entre el karma, el libre albedrío, el destino y la gracia.
 Aún hoy en día, mucha gente interpreta, de manera equivocada, la reencarnación como un eslabonamiento o una concatenación ineluctable de experiencias y de relaciones que nos impone nuestro karma. Si así fuera, nuestras decisiones anteriores nos obligarían a seguir una trayectoria marcada con acontecimientos específicos, y nuestro porvenir ya estaría fijado. Esta visión difiere totalmente de la de Cayce, pues las lecturas destacan que el pasado no proporciona sino una coyuntura posible o probable. Muestran que, lejos de ser meros espectadores, a veces reticentes, desempeñamos un papel dinámico en el desenvolvimiento de nuestra propia existencia.
    La palabra "karma" es un término sánscrito que significa "obra, hecho o acto". A menudo se le da el sentido de "causa y efecto". Las lecturas concuerdan con esta acepción, pero añaden la noción filosófica inédita y exclusiva de que el karma puede definirse como una memoria. Por ende, no se trata de una "deuda" que tenemos que pagar conforme a algún criterio universal, ni de una serie de experiencias determinadas por nuestras previas acciones, buenas o malas. El karma es sólo una memoria, una fuente de información que incluye elementos 'positivos' y otros aparentemente 'negativos', en la cual el subconsciente busca los datos que utiliza en el presente.
Esto explica, por ejemplo, las afinidades o las animosidades espontáneas que sentimos por ciertas personas. Aunque esa memoria subconsciente se refleja en nuestra fisonomía e influye en nuestros pensamientos, reacciones y decisiones, siempre podemos recurrir al libre albedrío para orientar nuestra vida.
    Las lecturas de Cayce mencionan que cuando fallecemos, no nos reencarnamos de inmediato. Puesto que lo que llamamos subconsciente en el plano físico viene a ser nuestro consciente en el más allá, el alma recapitula todo lo que ha atravesado y escoge, entre las lecciones que debe aprender, las que se siente capaz de asumir ahora a fin de seguir su evolución. Entonces aguarda el momento propicio para renacer en la tierra. Ordinariamente, elige un entorno que ha conocido antes. En cada nueva vida, opta por un cuerpo masculino o femenino, según el objetivo de su encarnación. Además, selecciona el ámbito y las condiciones (padres, familia, lugar, época, etc.) que le permitirán perfeccionarse y cumplir con lo que espera realizar. Sin embargo, sus experiencias dependerán de la forma en que emplee su libre albedrío dentro de ese contexto. En efecto, podemos considerar nuestras tribulaciones como obstáculos e impedimentos o, por el contrario, transformarlas en situaciones beneficiosas, en oportunidades de elevar nuestro nivel de conciencia. El proceso de reencarnación continúa hasta que logremos personificar el amor universal en el mundo y expresar nuestra esencia divina en todos los aspectos de la vida terrenal.
    Conviene notar que talentos y cualidades nunca se pierden, de modo que las facultades cultivadas en cada encarnación se suman al capital del futuro. Por ejemplo, el don de los niños prodigios es el resurgimiento de un talento ejercitado en una o varias existencias previas. Asimismo, un excelente profesor de literatura podría haber sido escritor, historiador y copista en vidas anteriores. De hecho, nuestras aptitudes se manifiestan en función del motivo de nuestra encarnación actual.
    Las lecturas revelan que el karma no se instaura entre los individuos, sino únicamente con uno mismo. En otras palabras, "uno siempre se enfrenta a sí mismo" [1]. En consecuencia, el curso de nuestra existencia se basa en las decisiones que tomamos a fin de responder a la coyuntura que nosotros mismos hemos suscitado. No obstante, la noción más difícil de entender es que, en general, se nos brinda la posibilidad de resolver nuestros propios problemas kármicos a través de nuestras interacciones con los demás. Por esta razón, en lugar de aceptar la plena responsabilidad de nuestros fracasos y decepciones, tendemos a imputárselos a otros.
    Así nuestro karma nos es personal, pero nos sentimos constantemente atraídos, por la gente o los grupos que nos ofrecen ocasiones favorables de asumirlo. De manera similar, ellos se acercan a nosotros en su recorrido individual para satisfacer su memoria kármica. Por lo tanto, nuestras relaciones con los demás nos permiten enfrentarnos a nosotros mismos y vivir sucesos que nos enseñan y nos ayudan a avanzar en el sendero espiritual. Con frecuencia, los episodios vividos en grupo reaparecen, en encarnaciones posteriores, como vínculos familiares, profesionales, culturales o étnicos. Las lecturas subrayan que nunca nos encontramos con alguien accidentalmente, porque las coincidencias no existen. Del mismo modo, no experimentamos de entrada una profunda simpatía o antipatía sino hacia personas que hemos conocido antes.
    Debemos atenernos a las consecuencias de nuestras decisiones y actitudes previas, ya que cosechamos inevitablemente lo que hemos sembrado. La Biblia dice: "Todo lo que sembrare un hombre, eso mismo cosechará". Los adeptos de la reencarnación suelen afirmar: "Atraemos lo que es semejante a nosotros". Esto implica que, algún día, tendremos experiencias análogas a las que nuestras elecciones han producido en la vida de otros.
    A diferencia de las doctrinas fatalistas que nos reservan una suerte inmutable, la teoría de Cayce asevera que somos dueños de nuestro destino. En efecto, podemos controlar nuestros pensamientos, palabras y acciones, y escoger nuestro comportamiento ante las circunstancias que nosotros mismos hemos engendrado. Comprendamos que todo lo que acontece en nuestra existencia es el fruto de nuestra propia creación, y que nuestras tribulaciones siempre contribuyen a nuestro desarrollo cuando las consideramos como oportunidades de corregir los errores del pasado o de adquirir sabiduría y entendimiento.
    Descubrir por qué nos hallamos en una u otra situación no es necesariamente fundamental: lo primordial es cómo nos disponemos a hacerle frente, pues de nuestras reacciones nacen nuestras experiencias futuras. Así, dos personas podrán adoptar una actitud muy distinta en casos comparables, por ejemplo con respecto a la pérdida de un empleo. Mientras que una se angustiará y amargará, la otra verá una ocasión inesperada de reconstruir su vida y de dedicarse a alguna actividad que le apasiona desde hace mucho tiempo.
    La reencarnación es un concepto que figura en las grandes religiones del mundo y no se limita a las filosofías orientales. Profesa la tolerancia y la compasión, contesta numerosos interrogantes y da sentido hasta a los más mínimos aspectos de la existencia. Algunos la encuentran provechosa, otros controversial. De cualquier forma, lo que los demás opinan no es pertinente. Los adeptos serios saben que todos hemos experimentado varios ámbitos, condiciones y circunstancias en el transcurso de nuestras vidas sucesivas. Ellos se sirven de la reencarnación, no para detenerse en el pasado o enorgullecerse de quizás haber gozado de notoriedad anteriormente, sino para crecer en espíritu y contribuir a mejorar el mundo en el que vivimos. Cayce ilustra esta idea en la siguiente lectura:
"Determine por qué razón está buscando esa información. Si es a fin de oír que ha vivido, fallecido y ha sido enterrado, al pie del cerezo al fondo del jardín de su abuela, ¡esto no le hará un mejor vecino, ciudadano o padre! En cambio, si es para saber que ha pronunciado palabras hirientes, de lo cual se ha sentido culpable, y que ahora puede redimirse actuando de manera justa, ¡entonces sí, vale la pena!"
[Lectura 5753-2]
Libros recomendados:
·  "Múltiples moradas" ("Many Mansions" ) - Gina Cerminara
"Reencarnación: Conociendo su pasado, Creando su futuro" ("Reincarnation: Claiming Your Past, Creating Your Future" ) - Lynn Elwell Sparrow
 
 
 
 
 
 

                   
Adaptación: Oswaldo E. Porras Dorta