EL POR QUÉ DE UN NUEVO BLOG

Después de abrir y mantener actualizado el blog: CENTRO VIRTUAL DE ESTUDIOS

ESPIRITISTAS Y AFINES, para la formación doctrinaria dentro de los postulados eminentemente racionalistas y laicos de la filosofía espírita codificada por el Maestro Allan Kardec que exhibe la Confederación Espírita Panamericana, a la cual nos adherimos, creímos conveniente abrir un nuevo Blog de un formato más ágil y que mostrase artículos de opinión de lectura rápida, sin perder por ello consistencia, así como noticias y eventos en el ámbito espírita promovidos por la CEPA, a modo de actualizar al lector.
Esa ha sido la razón que nos mueve y otra vez nos embarcamos en un nuevo viaje en el cual esperamos contar con la benevolencia de nuestros pacientes y amables lectores y vernos favorecidos con su interés por seguirnos en la lectura.
Reciban todos vosotros un fraternal abrazo.
René Dayre Abella y Norberto Prieto
Centro Virtual de Estudios Espiritistas y Afines "Manuel S. Porteiro".



jueves, 1 de marzo de 2018


Cuando tratas de investigar algún punto de la doctrina espírita con espiritistas cristianos -que son los que, según mi experiencia, más suelen tender al fundamentalismo-, rápidamente te hacen referencia a ciertos libros escritos por ciertos autores o revelados por ciertos espíritu superiores. Obviamente estas fuentes son de ayuda y deben ser estudiadas pero, ¿significa ésto que hay que someterse a ellas sin investigación? ¿Debemos creer a pies juntilla lo que dice tal persona por muy docto que sea? ¿Debemos rendirnos a lo que nos dice un espíritu, por muy laureada que haya sido su persona en vida o muy santificado nos resulte su supuesto nombre?
Por supuesto que no. Y a este respecto he encontrado un interesante párrafo de Allan Kardec escrito en su Evangelio según el espiritismo:


Se sabe que los espíritus, a consecuencia de la diferencia que existe entre sus capacidades, individualmente están lejos de poseer la verdad absoluta; que no a todos les está dado el penetrar ciertos misterios; que su saber es proporcionado a su purificación, que los espíritus vulgares no saben más que los hombres, y menos que ciertos hombres; que hay entre ellos, como entre estos últimos, presumidos y sabios de falsa instrucción, que creen saber lo que no saben; sistemáticos que toman sus ideas por la verdad, y, en fin, que los espíritus de un orden más elevado, los que están completamente desmaterializados, son los únicos que se han despojado de las ideas y de las preocupaciones terrestres; pero también se sabe que los espíritus mentirosos no tienen reparo en tomar nombres supuestos para hacer aceptar sus utopías. Resulta de esto, que todo lo que está fuera de la enseñanza exclusivamente moral, las revelaciones que cada uno puede obtener, tienen un carácter individual sin autenticidad, que deben ser consideradas como opiniones personales de tal o cual espíritu y que se cometería una imprudencia aceptándolas y promulgándolas ligeramente como verdades absolutas.
La primera comprobación, sin duda, es la de la razón, a la que es preciso someter, sin excepciones, todo lo que viene de los espíritus; toda teoría en contradicción manifiesta con el buen sentido, con una lógica rigurosa, y con los datos positivos que se poseen, sea quien quiera el que la firme, debe ser rechazada.
Por si se nos ha pasado algún punto al leer este párrafo, permitidme volver a señalar las ideas que creo importantes:

  • Los espíritus están lejos de poseer la verdad absoluta.
  • Los espíritus de un orden más elevado, los que están completamente desmaterializados, son los únicos despojados de las ideas y preocupaciones terrestres.
  • Todo lo que no sean enseñanzas morales, las revelaciones que cada uno pueda obtener, tiene un carácter individual sin autenticidad, que deben ser consideradas como opiniones personales de tal o cual espíritu y que se cometería una imprudencia aceptándolas y promulgándolas ligeramente como verdades absolutas.

¿Por qué hemos obviado este aviso que ya nos hizo Kardec en su día?

Continúa:
  • La primera comprobación, sin duda, es la de la razón, a la que es preciso someter, sin excepciones, todo lo que viene de los espíritu.
  • Toda teoría en contradicción con el buen sentido, con una lógica rigurosa, sea quien quiera el que la firme, debe ser rechazada.

¿Por qué hemos dado la espalda a estas importantes indicaciones del Sr. Kardec?

José M.