Amalia Domingo Soler (1835-1909)
Reconocida
en el mundo de las letras como una de las mejores escritoras poetisas
de finales del S. XIX. Sus referencias biográficas aparecen recogidas en
enciclopedias y trabajos como:
·-“Historia del feminismo en Andalucía”
·-Páginas de biografías de mujeres andaluzas.
·-“Historia del Espiritismo en España”.
·-“Historia del Periodismo Espiritista”
·-Filosofía.org.
Según la apreciación de Ethi Ghilbert, Amalia Domingo Soler, como
escritora perteneció a la generación del 98, de acuerdo a la designación
que Guillermo Díaz Plaja, dio a la generación de ilustres literatos y
tribunos que menciona en su Historia de la Literatura Española, de los
que dice: “Son autodidactas, batalladores, llevan a la prensa, a la
tribuna y al libro sus ideas y doctrinas”.
Pero, por otro lado, basándonos en una cita escrita por nuestro
querido amigo Manolo Bernal Parodi, en el Boletín Andalucía Espiritista
nº 17 (Jul-Sept 2006), refiriéndose a esta clasificación de Amalia entre
los literatos de la Generación del 98, concluimos, según palabras
textuales, “…no debemos meter a Amalia en este grupo, no porque no
merezca tal distinción, sino porque Amalia trasciende las
características propias de tal elenco, aunque coincida en algunos
puntos.
Cuando Azorín y Gabriel Maura inventaron en 1913 el nombre de
Generación de 98 para definir a un grupo de escritores, semejantes entre
sí por su edad, que inician sus obras en el último lustro del S.XIX,
Amalia había comenzado su obra cuarenta años antes, por lo que, desde el
punto de vista cronológico Amalia no pertenece a esta generación. La
visión de estos escritores de España circunscribiéndose en una Castilla
medieval idealizada, varía de la visión objetiva de la España que
trasciende sus fronteras presentada por Amalia. Y en cuanto a los
problemas espirituales que plantean estos escritores, Amalia está a
enorme distancia de ellos. El ciego concepto de la Inmortalidad del
Hombre que defiende Unamuno, considerado la figura cumbre de esta
generación, basado en la fe religiosa,…., para él no hay otra visión de
lo trascendente que lo que nos ofrece la religión…..” Concluye el asunto
nuestro querido amigo con la siguiente expresión: “Amalia no necesita
que nadie le arrime la luz, ya que brilla con luz propia”.
Volviendo con Ghilbert, comenta refiriéndose a Amalia; “Debemos
lamentar la injusticia, de que su nombre no figure aún en las antologías
ni en la historia de las letras castellanas donde le corresponde un
lugar bien merecido, pero no olvidemos, para explicarnos este silencio
en torno al nombre de Amalia, que con la restauración de la monarquía en
España, triunfaron y recuperaron, en gran parte, sus prerrogativas de
oscurantismo y venganza los elementos clericales, con los que Amalia
sostuviera las más brillantes y ardorosas de sus polémicas. No obstante
su biografía aparece en el Diccionario de Espasa Calpe, una de las
enciclopedias más importantes del mundo”.
Su infancia
El 10 de noviembre de 1835 nació en Sevilla Amalia Domingo Soler, que
no llegó a conocer a su padre, separado de su madre. A los ocho días
quedó ciega, pero gracias al tratamiento de un modesto farmacéutico, a
los tres meses recuperó la vista, que sin embargo le quedaría muy
delicada. Amalia escribió sus primeras poesías a los diez años de edad, y
a los 18 publicó sus primeros versos.
Cuando tenía veinticinco años desencarnó su madre. Durante 3 meses
perdió por completo la memoria. Los recursos de que su madre disponía,
prácticamente se agotaron en el tratamiento de su salud, y las
relaciones con sus familiares (parientes del padre) no eran de las
mejores. Amalia se dirigió a Madrid, con la esperanza de encontrar
mejores condiciones para vivir, con sus poesías y con un trabajo
modesto. Pero sus ojos fueron empeorando día a día, y los oculistas le
confirmaron que si no dejaba el trabajo de coser, no tardaría en quedar
totalmente ciega. Le recomendaron un doctor gracias a quién recuperó
parte de la visión perdida.
En cierta ocasión, conversando con su médico, Amalia se quejaba de su
mala suerte, y el médico, bromeando, le dijo: «Mire, sí creyésemos lo
que dicen unos locos que han inventado una nueva filosofía, todo esto
que le ocurre es por estar pagando alguna mala acción de su vida
anterior.» Y, viendo lo muy sorprendida y a la vez interesada que había
quedado Amalia ante aquellas palabras, le prometió traerle la propaganda
que había recibido sobre el particular. Así lo hizo en la siguiente
visita, entregando a Amalia el ejemplar de la revista El Criterio y, al
ver nuevamente el gran interés con que Amalia se ponía a leerlo,
exclamó: «A ver si yo, materialista y escéptico, seré el culpable de que
haya otra espiritista.»
Tras haber buscado consuelo, sin encontrarlo, en religiones como la
Católica y la Protestante; Se despertó entonces en ella gran interés y
el afán de tener todas las revistas que se publicaban en España de
Espiritismo; para conseguirlo no halló mejor medio que enviar a cada una
de ellas una poesía.
El Criterio número 9, de 1872, publicó en portada el primer artículo
de Amalia, titulado «La Fe Espiritista». La acción de Amalia en favor
del Espiritismo ya no cesó. Tras un tiempo de haber estado participando
en las reuniones de la Sociedad Espiritista de Madrid, unos amigos de
Barcelona la invitan a trasladarse a la ciudad donde podrán hacerse
cargo de ella y prestarle su apoyo. Se traslada a Barcelona y
participando de las reuniones del grupo “la Buena Nueva”, comienza a
transcribir los relatos de los espíritus que allí se comunicaban,
ejemplo la obra Te Perdono Las Memorias del Padre Germán, a la que más
adelante haremos referencia. Amalia se consagró a la divulgación de las
ideas progresistas y reformadoras del Espiritismo frente al oscurantismo
imperante de su tiempo. Animada por su amigo Luís Llach, retó a duelo
dialéctico a un ilustre jerarca de la Iglesia Católica, el canónigo don
Vicente Manterola.
A finales de 1877 decidió contestar un artículo que había salido en
el “Diario de Barcelona” titulado “El Mundo de los Espíritus” y que
decía que el Espiritismo era una monstruosidad. Amalia contestó
publicando en la “Gaceta de Cataluña” su primer trabajo y así siguió
respondiendo a una serie de artículos que se escribían en contra del
Espiritismo…Se encontraba Amalia en esa polémica cuando el editor
espírita Juan Torrents y su amigo Luis Llach la invitaron para que
empezase a escribir un periódico espiritista, escrito por mujeres y
dedicado a ellas. Publicándose el 22 de Mayo de 1879 el primer número
donde escribió un artículo titulado “La idea de Dios” y siendo
denunciado y, condenado a 42 semanas de suspensión.
El 12 de Junio salió otro periódico “El Eco de la verdad” del cual se
publicaron 26 números reapareciendo “La Luz del porvenir” el 1 de
Diciembre del mismo año. Siendo editado por ella los 20 años siguientes
en que ella vivió. En un torbellino de descontroladas sensaciones, iba
del dolor al placer, de la felicidad a la tristeza, pensando en la
suerte que estaba reservada a su querido Centro “La Buena Nueva” y al
mismo tiempo experimentando el placer de haber concluido, por fin, una
vida tan intensamente marcada por sufrimientos. Estaba lista para
partir, el 29 de abril de 1909.
Obras de Amalia Domingo Soler
Desde el año 1873 hasta 1903, Amalia había entregado a la prensa más
de 2.000 producciones (como indica en el prólogo de su libro Ramos de
Violetas), las cuales fueron publicadas en periódicos de España y del
exterior, algunos de los cuales fueron: El Criterio y El Espiritismo, de
Madrid; La Gaceta de Cataluña, La Luz del Porvenir y la Revista de
Estudios Psicológicos, de Barcelona; La Revelación, de Alicante; El
Espiritismo, de Sevilla (esto dentro de España). Las Ilustraciones
Espiritas, de México; La Ley del Amor, de Mérida de Yucatán; La Revista
Espirita, de Montevideo; La Constancia, de Buenos Aires; los Anales del
Espiritismo, en Italia, (fuera de nuestro país).
Sus libros publicados fueron:
El Espiritismo refutando los errores del Catolicismo Romano;
Recopilación de 46 artículos que publicó Amalia en La Gaceta de
Cataluña, rebatiendo los discursos y artículos del canónigo don Vicente
Manterola en contra del Espiritismo.
Memorias del Padre Germán. El espíritu del Padre Germán tuvo una
decisiva influencia en la vida de Amalia, en su última encarnación, fue
un sacerdote que vivió desterrado en una pequeña aldea y que destacó por
su labor de consolar a los humildes y los oprimidos, desenmascarando al
mismo tiempo a los hipócritas y a los falsos religiosos de la Iglesia.
Te perdono , memorias de un espíritu que fueron publicadas en 1904 en
los últimos números de La Luz del Porvenir. Este libro contiene
comunicaciones que fueron recibidas en «La Buena Nueva» por el espíritu
de Iris, el cual relata varias de sus más interesantes encarnaciones, en
las que se puede observar el progreso paulatino del espíritu.
Ramos de Violetas , Ramos de violeta II editado el 3 de julio de 1903
en dos tomos. Colección de poesías y artículos espiritistas publicados
en La Luz del Porvenir.
Sus Más Hermosos Escritos , contiene relatos de la vida cotidiana analizados a la luz del Espiritismo por Amalia.
Memorias de una mujer. Autobiografía de Amalia escrita en 1891, en
dos partes. La segunda parte fue dictada tres años después de su
desencarnación a la médium María, que colaboraba en el Círculo «La Buena
Nueva». Narra el prólogo y detalles de sus impresiones en la vida del
más allá. Se publicó el libro en 1913.
Hechos que prueban . Contiene 41 relatos que prueban la Ley de
Reencarnación, y que fueron publicados en La Luz del Porvenir. Publicado
en 1956.
Réplicas de Amalia, publicado en 1960 por la editorial del Ateneo de
Propaganda Espiritista Allan Kardec, colección de ocho artículos
polémicos desglosados de El Espiritismo refutando los errores del
Catolicismo Romano, agotado desde hace muchísimo tiempo.
Cuentos Espiritistas. Vivencias de la propia autora que, a través de
su lenguaje sencillo y humano, nos conmueve al introducirnos en el
corazón de las verídicas historias que cuenta.
Las Grandes Virtudes. Historias destinadas a los niños, que les
hablan sobre la modestia, la tolerancia, el amor, la caridad, la
humildad, la voluntad, la templanza…
Actividad Social de Amalia:
Propulsora y defensora de los derechos de la mujer y de un Estado
laico acorde con las exigencias del progreso de la humanidad. Fue gran
defensora de la mujer incluso desde la tribuna, reivindicando la
igualdad.
El mejor medio de que se sirve es su revista La Luz del Porvenir,
creada para ser escrita y leída por mujeres, aunque después ha sido una
publicación de tal repercusión, que dio la vuelta al mundo y hoy día
continúan recuperándose sus artículos. Vamos a recordarla tal como el
autor de los Grandes Iniciados y Santuarios de Oriente, el novelista,
poeta y autor dramático francés, Edouard Schuré (1841-1929), la
describiera: “Una mujer rebelde, un espíritu que pertenecía más al siglo
siguiente que al siglo en que vivió”. Animaba a sus lectoras tal como
comprobamos en las siguientes citas:
“La mujer más pobre, la más abandonada, la que el infortunio
convierte en hoja seca que el viento arrastra a su capricho, puede
llegar a ser grande convirtiéndose en maestra de aquellos que saben
menos que ella” “Instruirse, moralizarse y engrandecerse es lo que
necesita la mujer. Pues la mujer de nuestros días se empequeñece, se
contenta con poco”.
Amalia se lamenta de la falta de profundidad en los diálogos
sostenidos por la mayoría de las mujeres. “Hablan de ropas, comentan la
vida ajena, se quejan del servicio y de la caristia de la vida -se
pregunta- ¿Son solamente capaces de hablar a las otras mujeres? Nada de
imaginación activa, sentimientos desbordados, racionales que las eleven
de la marginalidad común. Son indolentes en instruirse. Adoran los
esplendores de la ciencia pero si las sustenta con el enorme numero de
páginas de un libro que les es ofrecido para que se documenten, las
asombra”. Amalia propone la necesidad de variar el sistema de la
educación femenina, que es apenas superficial, conforme las costumbres
de la época.
Reclama con justicia que las humildes mujeres del pueblo, pobres
víctimas de un trabajo superior a sus fuerzas, adquieran en su infancia
apenas las nociones de enseñanza: Leer y escribir correctamente para que
en sus raros espacios de tiempo puedan entregarse a la lectura útil.
Dice con palabras textuales; “Es preciso comenzar a regenerar al pueblo,
iniciando la educación por las mujeres. Para eso trabajamos. Nuestro
lenguaje es simple, nunca tratamos de hacerlo difícil. Nuestro objetivo
no es ser alabada por los intelectuales y sí entendida por nuestros
necesitados y los carentes de conocimientos nuevos. “Los luchadores del
progreso universal no podemos permitir el estacionamiento de la mujer”.
En los cementerios se planteaba un problema a la hora de los
sepelios; pues cuando se trataba de enterrar a librepensadores que
habían manifestado su deseo de ser sepultados sin rituales, los
representantes de la Iglesia no lo aceptaban e incluso prohibían el
entierro.
“La Luz del Porvenir” se hizo eco de innumerables incidentes
provocados por esta actitud y se generó una revolucionaria novedad al
crearse “la Sociedad Humana de Entierros Civiles”, por iniciativa de
Miguel Vives y Vives, cuyo objetivo era la celebración de entierros
laicos y económicos.
Cuando desencarnó Fernández Colavida, Amalia rompió con los
convencionalismos sociales, que prohibían a las mujeres acompañar al
féretro para ser sepultado; escribió una poesía y la leyó delante de la
tumba de su amigo. A la hora del entierro, sabedoras de que Amalia
integraría el cortejo, varias damas se unieron al grupo, tomando
idéntica deliberación. Junto al túmulo, Amalia leyó su poesía.
Y un golpe más se daba a los convencionalismos de la España católica,
soberbia por la fuerza de su clero, dispuesto a imponer su voluntad a
cualquier precio.
Labor social a través del periódico:
En Murcia, afectando también Lorca, Orihuela y Almería se produjo una
inundación que redunda en horribles pérdidas para centenas de familias
humildes. El Eco levanta entre sus lectores una suscripción para
concurrir en la ayuda de aquellos desgraciados, añadiendo en la
invitación publicada en las páginas: “No sólo para las víctimas de
Murcia, es también para los trabajadores catalanes que hace mucho tiempo
sufren la inundación de la miseria… “
En el número 23 de El Eco de la Verdad, aparece una novedad, la
creación de un Montepío regional. Se forma con el “loable fin de mejorar
la suerte de los obreros españoles”. Una especie de Asociación de
Socorros mutuos. No sólo dedicaba su atención a lo material que llegaba a
su mesa de trabajo. Amante extraordinaria de la libertad, se daba el
deber de visitar las cárceles, donde iba a llevar consuelo a los que los
azares de la vida habían enterrado en aquellos túmulos para vivos, como
acostumbraba llamarlos.
“La cárcel de Barcelona, por ejemplo, no podía reunir peores
condiciones, la mayor parte jóvenes y llenos de vida, en la más
perjudicial disponibilidad, pues sólo trabajaba su imaginación, odiando
una sociedad estúpida que no sabe evitar el crimen y tampoco castigarlo.
La sociedad – Concluye Amalia en su pertinente comentario – reúne desde
la imbecilidad a la crueldad: destruye el cuerpo y desmoraliza el alma”
Acostumbraba a decir que si no fuese por la urgencia de la imprenta,
sus trabajos serían como “la tela de Penélope”, o sea, se desharía por
la noche lo que fue hecho durante el día.
Colaboradores de la Luz del Porvenir:
Una larga lista de personas colaboraban más o menos en La Luz del
Porvenir. Pocos hombres, con honrosas excepciones, firmaban sus
artículos. “De la mujer para la mujer”, era lo propuesto por Amalia.
Joaquín Cepeda, María Pujol, que de la Argentina le enviaban
colaboración. Concha Seras tiene a su cargo, en diversos números la
exposición y comentario de los principios doctrinarios para mayor
comprensión de los textos básicos del Espiritismo. Eugenia N. Estopa
Fernández comienza a colaborar en La Luz a sus 23 años. Hija de
andaluces, nacida en Gibraltar el 19 de diciembre de 1859.
Termina sus estudios y conoce varias lenguas, tiene cultivo musical y
ejecuta muy bien al piano. También diseña y pinta primorosamente,
perfeccionándose en el Museo de Bellas Artes de Sevilla; al mismo tiempo
se dedica a la literatura por la cual experimentó siempre una profunda y
decidida vocación.
En La Habana, trabajos suyos fueron incluidos en una Antología de
poetas andaluces contemporáneos. Sus poesías se distinguían por el
sentimentalismo que las inspiraba, destacándose las magnificas
interpretaciones que valorizaban las primeras páginas de La Luz con un
exhaustivo análisis e interpretación de los principios espiritas.
Obteniendo, entre otros muchos galardones, en 1899 la Palma de Plata en
el Concurso Internacional celebrado por la Academia Montreal de Tolouse
(Francia) Ocupó con mucho éxito la tribuna, como distinguida oradora.
Antonia Pagés, tras una vida llena de sufrimientos y la pérdida de su
hijo, conoce el Espiritismo gracias a su amistad con Fernández Colavida.
Amalia Torres de Maresma retrata particularmente un problema que la
Barcelona pujante e industrial de aquellos tiempos ofrecía material
excelente a las páginas de La Luz: la mujer trabajadora.
Antonia Amat de Torres a su vez discute los conceptos de las
religiones universales y las vuelve fáciles a la comprensión por una
enseñanza sintética y clara, sobre todo liberal y amplio. Concha Geras a
su vez, era otra colaboradora con un alma entusiasta que soñaba con el
amor universal y que, en todas sus conversaciones o artículos, demuestra
su generosa inspiración. BELÉN SÁRRAGA de Ferrero es la directora de
una escuelita laica de niños, que lleva el nombre de Sócrates.
Rosario de Acuña e Isabel Peña son dos altas figuras que dieron buena
parte del gran prestigio de que disfrutaba las páginas de La luz.
Rosario de Acuña, libre pensadora, independiente, se califica a sí misma
de la siguiente manera: “Una mujer que siente y piensa, que medita y
habla, que busca y pregunta, que vive y cree, que duda y ama, que lucha y
espera. Tiene fe en lo Absoluto, en lo Infinito, en lo Eterno, aunque
no desee afiliarse a ninguna secta u organización definida. Cree que
debe ser demolido “el último bastón de la muralla hasta el último
fundamento” para crearse una nueva sociedad. Cuando los sectores
teológicos la llamaron Materialista y las legiones fisiológicas o
naturalistas le dicen Espiritualista, ella responde: “Librepensadora que
respeta integralmente el pensamiento ajeno, siempre a favor de la gran
corriente de la vida que lleva por nombre este lema indestructible: Ama a
tus semejantes”.
Mujer de una cultura extraordinaria, intrépida, fuerte, desafía los
más crueles embates ideológicos y se pone al frente de su tarea ocupando
las páginas de célebres periódicos vehículos del libre pensamiento,
encarando con valentía el problema de la redención de la mujer, contra
los convencionalismos que la prenden a tantas injusticias y a tantos
desniveles conceptuales.
La Luz del Porvenir, más allá de la alta categoría del elenco de
escritoras que hemos enumerado, cuenta en su cuerpo de colaboradoras con
mujeres extraordinarias, todas las plumas puestas al servicio de ese
órgano de combate, corresponden a temperamentos equilibrados, pues no se
necesita de poco coraje para enfrentar el sector religioso de un lado
y, el convencionalismo de otro, los cuales condenaban a la mujer que
tuviese dudas, calificándolas de Marisabidillas o de nihilistas
intolerables.
Extraído de la revista Espiritismo Cultural
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