EL POR QUÉ DE UN NUEVO BLOG

Después de abrir y mantener actualizado el blog: CENTRO VIRTUAL DE ESTUDIOS

ESPIRITISTAS Y AFINES, para la formación doctrinaria dentro de los postulados eminentemente racionalistas y laicos de la filosofía espírita codificada por el Maestro Allan Kardec que exhibe la Confederación Espírita Panamericana, a la cual nos adherimos, creímos conveniente abrir un nuevo Blog de un formato más ágil y que mostrase artículos de opinión de lectura rápida, sin perder por ello consistencia, así como noticias y eventos en el ámbito espírita promovidos por la CEPA, a modo de actualizar al lector.
Esa ha sido la razón que nos mueve y otra vez nos embarcamos en un nuevo viaje en el cual esperamos contar con la benevolencia de nuestros pacientes y amables lectores y vernos favorecidos con su interés por seguirnos en la lectura.
Reciban todos vosotros un fraternal abrazo.
René Dayre Abella y Norberto Prieto
Centro Virtual de Estudios Espiritistas y Afines "Manuel S. Porteiro".



miércoles, 23 de abril de 2014















J A C Q U E S P E C C AT T E
E D I TO R I A L

ERA 24 DE FEBRERO DE 1974


LE JOURNAL SPIRITE N° 96 avril 2014


Cuando a partir de 1974 elegimos el camino espírita,
el espiritismo francés ya no tenía verdadera existencia,
y los herederos de un lejano pasado ya no hablaban
sino del pasado, pues habían perdido el fervor de sus
predecesores. En ese momento de la historia llegamos
nosotros, como en la mayor de las casualidades,
dentro de un contexto que nos era desconocido, para
descubrir las ruinas de un movimiento que en otros
tiempos había sido floreciente.
Nuestros primeros pasos fueron los de una inesperada
aventura, a la que en apariencia nada nos predestinaba,
una aventura que se perfilaba a partir de experiencias
anodinas y fenómenos espíritas espontáneos que atrajeron
toda nuestra atención. Era pues necesario que
Michel Pantin (1954-2010) descubriera su excepcional
potencial mediúmnico, sin haber tenido antes manifestaciones
particulares; era el 24 de febrero de 1974;
y yo mismo necesitaba evaluar lo insospechable de la
primera visita de un Espíritu, Béatrice Hubeau “guillotinada
en Vendimiario”, que nos abría las puertas de un
más allá totalmente desconocido y que no tardaría en
manifestarse bajo todas las formas, como para llamar
nuestra atención e incitarnos a descubrir el espiritismo
iniciado por Allan Kardec.
Desde estos eventos hasta hoy, nada se ha detenido
nunca, los Espíritus siempre han acudido a la cita para
dirigir nuestros pasos por los caminos del descubrimiento,
la reflexión, el desarrollo de las facultades
psíquicas y mediúmnicas y de una renovación espírita
a ser realizada sobre las huellas olvidadas de nuestros
precursores. Nacía así por intermedio de nuestra
asociación, registrada oficialmente en octubre de
1977, una continuidad en un tiempo donde todo
estaba por reconstruir.
En aquellos primeros tiempos de descubrimiento,
todo pasó en cámara rápida. Por su naturaleza, Michel
tenía el alma del combatiente comprometido, la cual
puso al servicio de esta nueva aventura de contacto
con un más allá que, de entrada, nos daba todas las
pruebas de su existencia. Por su mediumnidad y por
su fuerza de convicción, Michel aseguraba la atención
de su auditorio, a veces más atraído por las sesiones
mediúmnicas que por la fuerza de sus palabras. Ya
surgían otras mediumnidades en otras personas,
reveladas y conducidas por los Espíritus guías que se
manifestaban a través de Michel por vía de incorporación.
En cierta forma, para estos nuevos médiums que
no habían tenido tiempo para la instrucción espírita, y
para quienes todo llegaba al mismo tiempo, la experiencia
precedía al conocimiento. Y entonces, siendo
como es la naturaleza humana, unos y otros renunciaron
uno tras otro a la aventura espírita cuando
vieron con malos ojos que la asociación se estructuraba
para ampliar su impacto más allá de un pequeño
núcleo cómodo, casi familiar, que agradaba, pues
Michel y yo estábamos convencidos de la necesidad
de una expansión más allá de nuestras pequeñas
fronteras, para compartir públicamente una idea que
merecía ser difundida fuera de nuestro medio privado.
Fue así como, después de Montfort l’Amaury, Versalles,
Lunéville (ver los primeros capítulos del libro A
la rencontre des Esprits), donde vivíamos entonces la
experiencia en grupos reducidos, el Círculo finalmente
se constituyó en asociación a partir de 1977,
presentándose públicamente bajo la forma de reuniones,
conferencias, artículos de prensa y programas de radio,
en busca de nuevos participantes que no tardaron
en manifestarse para formar el Círculo de Nancy, y
entre los que se convirtieron en fieles testigos del más
allá hasta su desencarnación, en particular Gaston y
Odette Debever, Marcelle Pigois y Paulette Frache.
No voy a relatar aquí todos los eventos que marcaron
luego nuestra historia de los años ‘80, ‘90 y 2000,
sino simplemente a evocar las grandes direcciones
de nuestras acciones, emprendidas bajo el impulso
y los consejos de un más allá que siempre nos ha
dado orientaciones desde el punto de vista del ideal
espírita y de las facultades a desarrollar. En lo que
concierne a la difusión de la idea, nosotros mismos
hemos encontrado las vías que nos parecieron más
eficientes: contacto con periodistas, realización de
conferencias-debate, exposiciones de arte mediúmnico
y grandes foros de información en los años ‘90.
Y en lo que respecta a la vivencia espírita, el impulso
dado por los Espíritus siempre fue determinante para
conducir a los espíritas más allá de ellos mismos, para
invitarlos al conocimiento y la reflexión, exigencia que
igualmente asegurábamos, siempre con una voluntad
de elevar el debate más allá de lo anecdótico y de las
pequeñas preocupaciones cotidianas de cada uno,
lo cual no siempre careció de dificultad. Aún hoy, es
una línea de conducta que no ha variado en nuestra
voluntad de no desvalorizar o banalizar el contacto
con el otro mundo. Esa ha sido nuestra lucha permanente,
y sin la cual se terminaría inevitablemente por
perder su alma como se ha visto demasiado en los
medios donde se ha pasado de lo asociativo al clientelismo,
en medios donde la videncia profesional ha
suplantado a la investigación y la reflexión.
Estos pasados cuarenta años han visto el desarrollo
de terapias nuevas enseñadas por los Espíritus, especialmente
con el magnetismo; el desarrollo de las
artes mediúmnicas; la toma en cuenta de los Espíritus
en turbación y los malos Espíritus, su liberación
en sesiones particulares y el desarrollo de facultades
psíquicas y mediumnidades en reuniones experimentales
previstas a ese efecto.
Respecto a la expansión del Círculo, habíamos creado
filiales donde personas interesadas deseaban involucrarse
(París, Mulhouse, Estrasburgo, Besançon), pero
que dentro de un apresuramiento aún caótico, no
tuvieron continuidad. Y sólo más tarde, a partir de los
años ‘90, surgieron filiales más sólidas en Besançon,
Belfort, París, Montpellier, Tolosa y Lyon.
La actualización del espiritismo
Sin darnos cuenta al principio, con el transcurso del
tiempo comprobamos que las enseñanzas dadas por
los Espíritus desde 1974, constituían complementos
determinantes de información, en cuanto a la modernidad
de un espiritismo adaptado a la evolución de
las ciencias y las sociedades. Desde la aparición de El
Libro de los Espíritus en 1857, el mundo había conocido
grandes trastornos y transformaciones importantes
con relación a las ciencias, las técnicas, la medicina
y las grandes cuestiones sociales. A más de un siglo
de distancia, las palabras de los Espíritus necesariamente
debían reactualizarse frente a las nuevas informaciones
respecto a la vida en la Tierra. Los grandes
principios no variaban, ya sea que se tratara de Dios,
la reencarnación evolutiva, la mediumnidad o la
pluralidad de los mundos. En cambio, se planteaban
nuevas preguntas que no habían sido abordadas en
el siglo XIX, sin duda, en una época en que aún no se
conocía la constitución íntima del átomo ni su posible
utilización, una época en la que todavía se establecían
diferencias entre los pueblos y las civilizaciones, etc.
Allan Kardec había cumplido un trabajo considerable,
que permitía comprender las realidades de la
comunicación con los Espíritus. Su doctrina sacaba la
espiritualidad de las interpretaciones religiosas, todo
se aclaraba por la nueva revelación, surgida de su
estudio metódico que daba nacimiento al espiritismo.
Lo cual se realizó en unos quince años, y debía proseguir
después de él, especialmente por las experiencias
más científicas que continuaron hasta los años ‘20.
En cambio, en el plano filosófico, hubo muy poca
actualización en la medida en que la obra de Allan
Kardec seguía siendo un soporte fundamental,
perfectamente actual en los cincuenta años que
siguieron a su desaparición. Y si bien, en el transcurso
de aquellos años hubo algunas reflexiones nuevas,
fueron sobre todo respecto a la puesta en evidencia
del inconsciente por los precursores de la psicología
y el psicoanálisis, un inconsciente que aún era necesario
tener más en cuenta respecto a sus influencias
en los desarrollos mediúmnicos.
Cuando descubrimos un poco mejor las realidades
espíritas del mundo, en particular en Latinoamérica,
comprobamos que el espiritismo había tomado
diferentes direcciones que no siempre estaban en la
línea recta de su fundador. Se han visto influencias
religiosas, ordenación con arreglo a las culturas, a tal
punto que hubo escisiones entre diversas tendencias,
incluidos kardecistas, que ya no se comprendían
entre sí. Y fue lo que descubrimos particularmente en
1998, cuando nos contactaron los espíritas brasileños
del movimiento CEPA. Ellos estaban en un camino
progresista, desde hacía tiempo habían actualizado
el espiritismo a la luz de los avances de la ciencia,
y a partir de una reflexión sobre su adaptación al
mundo contemporáneo. En estos nuevos contactos
encontramos importantes puntos de convergencia,
en particular en lo referente a la ley de relación de
causa a efecto que ya no debía referirse a una noción
demasiado simplista de karma punitivo. Y luego, en
el plano de las grandes cuestiones sociales, nuestras
reflexiones han coincidido, por ejemplo en lo referente
a los enfoques sobre el suicidio, la eutanasia, el
aborto, la homosexualidad, la clonación, etc.
Otros contactos
Ya en nuestros primeros años, y bajo el impulso de
Michel Pantin, fueron necesarios contactos para
descubrir las realidades del momento respecto al espiritismo,
la videncia y la parapsicología. Finalmente,
decepcionados por estos medios que se habían esclerosado
con el pasar del tiempo, elegimos el camino
de la independencia para desarrollar un espiritismo
verdadero que, de todos modos, ya no existía.
Posteriormente, siempre hemos buscado establecer
algunas relaciones, aquí y allá, con los investigadores
no espíritas, a fin de confrontar experiencias y puntos
de vista; lo cual, en realidad, no ha producido grandes
resultados. En repetidas oportunidades hemos invitado
interlocutores, parapsicólogos o asimilados,
ya sea en privado, ya sea para dictar conferencias
comunes, y al final, con frecuencia se ha visto que
cada uno tiende a hacer valer su propia especialidad,
sin que realmente se pueda construir un puente entre
diferentes disciplinas que tienden a ignorarse unas a
otras. Por nuestra parte, conservamos el espíritu de
apertura y de compartir, en la medida en que el espiritismo
moderno siempre debe formar el vínculo con
los descubrimientos y avances científicos sin ocultar
ninguno; igualmente, en la medida en que la reflexión
intelectual y moral (filosófica o religiosa) forme parte
del gran debate sobre la evolución de una humanidad
en búsqueda. Se comprueba que, muy a menudo,
mujeres y hombres de buena voluntad portan ideales
para la evolución de la humanidad, ideales que se
parecen hasta confundirse con los ideales espíritas, a
menos que estas personas sean ateas o agnósticas, y
estén muy lejos de imaginar que existen espiritualistas
que luchan por las mismas causas. La única diferencia
es que los espiritualistas en cuestión, son espíritas, es
decir, portadores de un mensaje procedente del otro
mundo. Pero, después de todo, el hecho de que este
mensaje de amor, compartir y solidaridad, tenga tal
o cual procedencia, tiene poca importancia. No se
podrían reunir todas las buenas voluntades bajo la
égida de una bandera común, desde el punto de vista
de la ética, sin olvidar, por supuesto, que somos espíritas
y que seguiremos siendo espíritas, para iluminar
un camino humanista del cual los espíritus desencarnados
nunca estarán ausentes. Y en estos tiempos
difíciles en que vivimos, la inspiración de los Espíritus
y de la filosofía que ellos han enseñado, no dejará de
ser la mejor garantía de un avance posible para una
humanidad que todavía se busca…