EL POR QUÉ DE UN NUEVO BLOG

Después de abrir y mantener actualizado el blog: CENTRO VIRTUAL DE ESTUDIOS

ESPIRITISTAS Y AFINES, para la formación doctrinaria dentro de los postulados eminentemente racionalistas y laicos de la filosofía espírita codificada por el Maestro Allan Kardec que exhibe la Confederación Espírita Panamericana, a la cual nos adherimos, creímos conveniente abrir un nuevo Blog de un formato más ágil y que mostrase artículos de opinión de lectura rápida, sin perder por ello consistencia, así como noticias y eventos en el ámbito espírita promovidos por la CEPA, a modo de actualizar al lector.
Esa ha sido la razón que nos mueve y otra vez nos embarcamos en un nuevo viaje en el cual esperamos contar con la benevolencia de nuestros pacientes y amables lectores y vernos favorecidos con su interés por seguirnos en la lectura.
Reciban todos vosotros un fraternal abrazo.
René Dayre Abella y Norberto Prieto
Centro Virtual de Estudios Espiritistas y Afines "Manuel S. Porteiro".



viernes, 7 de octubre de 2011

ESCRITURA INTUITIVA Y SEMI-AUTOMÁTICA por CAROLINE PAOLINO & ETIENNE BERTHAUT LE JOURNAL SPIRITE N° 85 JUILLET 2011.

LA ESCRITURA AUTOMATICA
por
J O Ë L F R A N C H E T E AU
LAS DIFERENTES FORMAS
DE ESCRITURA

Distinguimos tres formas de escritura mediúmnica que
con frecuencia se reúnen bajo la denominación de
escritura automática. No obstante es necesario diferenciar
todo lo que depende de la percepción intuitiva de lo que
corresponde a un automatismo total.
La escritura intuitiva
Para esta forma de escritura, el procedimiento es el
siguiente: el médium recibe por telepatía las ideas
que un espíritu desea transmitirle. La recepción de las
informaciones se ubica a nivel del espíritu del médium y
por consiguiente la entidad que viene dar un mensaje no
utilizará su mano sino que actuará directamente sobre el
alma del médium, imponiéndole su voluntad. Para poder
reproducir con palabras lo más fielmente posible las
ideas percibidas, el médium deberá comprenderlas antes
y asimilarlas, pues no son suyas, ellas sólo atraviesan su
cerebro. El médium está consciente de lo que escribe, la
idea le viene en la medida en que la escribe y él utiliza su
propio vocabulario para reproducir por escrito el mensaje
que el espíritu desea pasar. En este caso particular, puede
decirse que él se convierte en intérprete del espíritu,
que trata de expresar lo mejor posible una idea que le
ha sido insuflada. Con frecuencia esta forma de escritura
es el paso obligado del médium principiante, y puede
transitar progresivamente hacia el automatismo.
La escritura semi-automática
Esta forma de escritura se parece a la anterior, pues
depende igualmente de la telepatía. El médium tiene
conciencia de lo que escribe a medida que las palabras
le son transmitidas. Lo que diferencia la escritura
intuitiva de la semi-automática, es que en el primer
caso el médium recibe una idea que él mismo debe
desarrollar, mientras que en el segundo, percibe las
palabras al mismo tiempo que las escribe. Según los
casos, él escucha interiormente una sucesión de palabras
como en un dictado, aunque igualmente puede percibir
instantáneamente frases completas que se imponen a su
conciencia.
En la continuidad del desarrollo, la escritura semiautomática
sigue con frecuencia a la escritura intuitiva.
Ocurre igualmente que las dos formas se confunden, en
recepciones donde, según el espíritu que se manifieste,
el médium percibe diferentemente el mensaje, ya sea
en una idea general, donde las palabras no son claras, o
por el contrario por medio de frases muy precisas que el
espíritu le dicta.
La escritura semi-automática es objeto de sesiones
espíritas, donde el médium está rodeado por algunos
participantes, que con su recogimiento aportan un
suplemento de energía útil a los espíritus que se
manifiestan. Sucede igualmente que el médium prefiere
recibir un mensaje en aislamiento, sin asistencia espírita.
Puede sentir entonces una necesidad de soledad, por
ejemplo para la recepción de un texto largo que requiera
de una concentración sostenida así como algunas
pausas, quedando todo dentro de una disponibilidad y
una receptividad que permitan al espíritu llegar hasta
el final de su propósito. El trabajo en aislamiento existe
igualmente para la recepción de poemas, y ese es el caso
especialmente de Igor Manouchian (ver entrevista en
este número).
La escritura automática
Esta forma de escritura se practica en sesión espírita: el
médium es asistido por un grupo de espíritas que por su
oración y su aporte fluídico, le permiten el recogimiento
y la concentración indispensables para la buena
manifestación de los desencarnados. En un ambiente
fluídico propicio a la quietud y la protección, el médium
puede dejarse llevar, facilitando así la utilización de su
mano por los espíritus para que se manifiesten. Aquí, el
espíritu expresa su pensamiento actuando directamente
sobre la mano, le da un movimiento completamente
independiente de la voluntad del médium que se
encuentra entonces en un estado segundo. La escritura
se desarrolla a un ritmo sostenido sin interrupción, todas
las palabras están pegadas hasta el final del mensaje
que termina con la firma del espíritu. En este tipo de
manifestación, el médium no tiene una conciencia
precisa de lo que escribe, pues aunque el espíritu
desencarnado actúa sobre el espíritu del médium, actúa
sobre todo en forma mecánica sobre su mano. De alguna
manera toma posesión de esa mano que se convierte en
su herramienta. El médium es envuelto por el espíritu, en
una suerte de estado segundo donde ya no percibe en
detalle las palabras y las frases que se construyen por su
mano con gran rapidez. A veces tiene una idea general
del mensaje, pero se encuentra en una disponibilidad
física más fuerte, y el espíritu sobrepasa entonces la etapa
de lo intuitivo o del dictado, para utilizar un automatismo
de la mano que él controla independientemente de
cualquier voluntad del médium.
En un automatismo total, al final de la manifestación, el
médium no sabe lo que se ha recibido por su mano. Es
necesario entonces descifrar el mensaje que, con mucha
frecuencia, es difícil de releer, porque escribe en forma
muy rápida y entrecortada, sin que las palabras estén
separadas.
Por regla general, puede decirse que el progreso de la
escritura mediúmnica tiene como punto de salida la
escritura intuitiva que se transformará progresivamente
en semi-automática y más tarde, si se reúnen todas las
condiciones y el médium tiene este potencial particular,
terminará en la escritura automática.
Progreso experimental y operativo
Hace dos años, en el dossier de la revista N° 75 sobre las
facultades psíquicas, fuimos tres los que les presentamos
nuestra trayectoria como médiums principiantes
en escritura intuitiva y semi-automática. Estábamos
entonces en período de desarrollo experimental
iniciado hacía dos o tres años. Les hablamos de nuestras
dificultades comunes para superar nuestro inconsciente,
para aprender poco a poco a hacer el vacío para dejar
lugar al espíritu desencarnado, dando testimonio de
nuestras angustias, de nuestros temores, pero también
de una responsabilidad nueva ante a la seriedad que
impone la comunicación espírita. Hoy, deseamos
hacerles compartir de nuevo nuestro progreso.
Testimonio de Caroline (París)
Miembro del Círculo Allan Kardec desde hace tres años,
recibí en 2006 a través de un mensaje de mi guía, la
invitación a desarrollar la escritura semi-automática.
Ese espíritu protector me reveló una elección hecha
anteriormente, antes de reencarnar, en razón de
objetivos que deseaba realizar en la vida que se
perfilaba ante mí y en función de una sensibilidad que
pudiera permitir la recepción del más allá. Este proceso
no es raro en nuestra asociación: muchos guías nos
indican nuestras facultades, nuestros potenciales, para
que los pongamos en práctica sin demora. Aprovechan
la posibilidad de manifestarse para informarnos acerca
de nuestras elecciones pasadas, y simultáneamente,
nos indican que se trata de una suerte, pues cuántos
humanos se buscan, probando tal o cual cosa, tantean
y se interrogan sobre la dirección a seguir, se hacen
preguntas sobre su camino de vida. Paralelamente,
cuántos espíritus desearían manifestarse para aportar
consejos y orientaciones a este o a aquel que han
elegido para guiar. Pero son raras las puertas abiertas
sobre ese mundo invisible, pues son raros los verdaderos
médiums que permiten manifestarse a las entidades
que lo desean y transmitir sus palabras.
Así, desde 2006, me he ejercitado cada semana en
recibir el mensaje de los espíritus, rodeada de un
grupo compuesto por cuatro personas. Este tipo de
entrenamiento corresponde a lo que denominamos
“fase experimental”; su objetivo es vaciar el inconsciente
del candidato a médium, y permitir progresivamente al
pensamiento del espíritu presente percutir el espíritu
del médium. Esta fase tiene duración variable, puede
fluctuar entre uno y cuatro años en lo que respecta a un
desarrollo normal. Por mi parte, las primeras sesiones
experimentales fueron difíciles, pues se trataba de
expulsar mi angustia escribiendo palabras que me
tranquilizaran. Me preguntaba si escucharía a alguien
hablando en mi cabeza, o en mi oído, si mi mano sentiría
algo. En realidad, no hubo nada de eso. A medida que
pasaban las semanas, algunas frases sucedían a las
palabras aisladas y ya me pasaban pensamientos por la
cabeza, pensamientos que no tenía en mente antes de la
sesión ni durante el día. El objetivo de este entrenamiento
no es producir mensajes sino ejercitarse: ejercitarse en el
olvido de sí mismo y vaciar el inconsciente. Es probable
que regularmente, las principales ideas transcritas en el
papel procedan del más allá, pero no permiten constituir
un mensaje lo suficientemente denso y coherente pues
todavía están parasitadas por mis propios pensamientos.
Pasó el tiempo, las frases se convirtieron en párrafos,
luego en textos elaborados y firmados. El mensaje
tomaba cuerpo y personalidad, en un estilo que ya
no correspondía al mío. Fue así como al cabo de dos
años y medio, me convertí en médium operativo. Eso
significa que el más allá se manifiesta en su diversidad
y con fiabilidad. A fin de garantizar esta fiabilidad,
los mensajes recibidos por los jóvenes médiums del
Círculo Allan Kardec son estudiados y discutidos por los
médiums y espíritas más antiguos y experimentados.
Eso constituye una seguridad, antes de difundir los
mensajes al conjunto de los miembros de la asociación.
En efecto, a pesar del deseo de hacerlo bien, siempre es
posible un error, en el sentido de que el médium no es
una herramienta infalible, irreprochable y una mecánica
perfecta. Sigue siendo humano y por tanto sensible a
las perturbaciones, que provienen de sí mismo o del
exterior.
Hasta el día de hoy, han venido numerosos guías
para presentarse a sus protegidos; se han confiado
misiones a los espíritas; se han transmitido consejos
e informaciones, para la acción y el conocimiento
comunes. Es pues con alegría que soy intermediaria de lo
invisible, pero también con responsabilidad y seriedad.
Se trata de un acto serio, uno no se convierte en médium
para su placer o su ego, se convierte en médium
en el Círculo Allan Kardec para servir a una filosofía
progresista y humanista, poniéndose a disposición de
los espíritus, y no al contrario. La adquisición de nuevas
mediumnidades es una nueva vía de acceso a lo invisible
y de hecho, permite aliviar a los que han dedicado
decenas de años de su vida a esta pesada tarea, y que
todavía hoy continúan en la entrega de sí mismos.
Aprovecho para saludar al espíritu de Michel Pantin, que
llevó su mediumnidad hasta el final de su compromiso y
de su vida, y que nos dejó en marzo de 2010. Igualmente,
Karine Chateigner, espírita y médium desde hace 30
años, presidente de nuestra asociación, intermediaria
del más allá, es una guía presente y bondadosa entre
nosotros, pichones de médium…
Eso me permite ahondar sobre el papel de la asociación,
bajo su tutela. Estar dirigido es una oportunidad para
el desarrollo del conjunto de facultades (clarividencia,
psicometría, hipnosis, mediumnidades artísticas, etc.),
pues la experiencia de los demás siempre es beneficiosa,
y la presencia de los espíritus a nuestro lado nos permite
beneficiarnos con sus observaciones, consejos y apoyo.
Testimonio de Etienne (Toulouse)
Miembro de la asociación desde abril de 2001, fue en
marzo de 2006 cuando mi guía me invitó a la escritura
semi-automática luego de otra misión iniciada tres
años antes, la clarividencia mediúmnica. Esa primera
misión —entonces lo comprendí— me había permitido
prepararme para esta nueva etapa aún desconocida
para mí, ejercitándome en abrir mi espíritu, mi
conciencia, a la telepatía con el más allá. Trabajando
en el marco de la naciente seccional de Toulouse, no
tenía a mi lado personas más experimentadas, ¡yo era
el más antiguo del grupo recientemente constituido!
Los comienzos fueron pues para mí más bien difíciles,
lo que se acentuaba por el alejamiento geográfico de
Nancy o de París donde podía contar con los consejos
y el apoyo seguro de los médiums y los espíritas más
antiguos, comenzando por Karine, Michel y Jacques.
Entonces era manifiesta y recurrente la impresión de
avanzar a tientas, un poco a ciegas, sin saber a dónde
debía ir finalmente, pues en mi sensación incierta, no
había nada explícito que pudiera indicarme que iba por
buen camino. En forma similar a la clarividencia, lo más
delicado para mí era aprender a hacer el vacío, a dejarme
ir para impregnarme de una eventual idea, palabra, o
hasta frase, que los espíritus trataran de hacerme captar.
Y cuando había una percepción, me era absolutamente
imposible saber diferenciar entre un pensamiento que
viniera de mí y el proveniente potencialmente de un
espíritu desencarnado. Allí aparece con toda su fuerza y
su predominio, el peso del inconsciente que establece al
principio una verdadera barrera para la sutil percepción
del más allá.
A fuerza de ejercicios, en esta indispensable fase
experimental, progresivamente aparecieron más tarde
sobre el papel algunas palabras, algunas frases, cada vez
más acopladas. Por momentos, la percepción recurrente
de una identidad me hacía pensar que se trataba del
espíritu en cuestión que estaba allí por ese motivo,
invitándome a firmar las pocas frases escritas. Allí el
movimiento de la estilográfica dejaba lugar después al
tiempo de análisis crítico con los más antiguos, nuestros
“profesores” en espiritismo y en mediumnidad, para
determinar la autenticidad de los mensajes recibidos. Y
fue también con la ayuda de los espíritus que, con sus
consejos, indicaciones y recomendaciones oportunas,
han guiado y siguen guiando por el delicado camino
del desarrollo experimental. En todos los casos, fueron
tantos resguardos los que permitieron llevar este
trabajo con seguridad, y por supuesto eso continúa
hoy. Pues entonces uno se da cuenta muy rápido de la
necesidad de un grupo organizado para el desarrollo de
toda facultad mediúmnica en las mejores condiciones:
la experiencia de los más antiguos, el dominio de los
peligros y riesgos en los que se incurre, el ambiente
fluídico de los espíritas reunidos. Para mí es evidente que
nunca hubiera podido progresar si no hubiera habido
la estructura asociativa para trabajar tranquilamente.
Salvo confirmación evidente por los espíritus a través de
otra sesión con un médium operativo o por los propios
médiums durante una clarividencia de su parte cuando
se lee el mensaje, ninguno de los mensajes recibidos
en desarrollo experimental es tomado en cuenta ni se
divulga, justamente porque el médium principiante está
en fase experimental.
Poco a poco, muy inconscientemente además, la
percepción se afina y lo mido mucho más fácilmente
cuando se me da la oportunidad de trabajar en sesión
espírita donde por supuesto las condiciones son ideales:
proximidad inmediata de los médiums Karine y Michel, y
de los más antiguos, presencia de los espíritus, ambiente
y teluria de los lugares, disposición de espíritu más fácil
pues las obligaciones de la cotidianidad son dejadas de
lado durante la sesión, etc. Fue a comienzos de 2009
con motivo de una sesión, que el carácter operativo
fue precisado por los espíritus y confirmado de nuevo
algunos meses más tarde. Eso indica que de manera
prácticamente sistemática, los mensajes recibidos
pueden ser considerados como fiables y auténticos,
añadiendo que los errores, los “reflujos del inconsciente”,
una falta de disponibilidad o un cansancio pasajero,
siempre son posibles factores de error sin que haya que
ofenderse por eso. Y es allí donde uno se da cuenta —
pero ya yo lo sospechaba— que un médium operativo
siempre es un médium en desarrollo, que afina sin cesar
su facultad, pero que también sigue siendo dependiente
de sí mismo, es decir, del hecho de ser humano con un
inconsciente que siempre puede ser un obstáculo.
También, hacer el vacío en sí, no pensar más por sí mismo,
olvidarse lo más posible, borrarse para dejar el lugar a los
pensamientos y las palabras que vienen directamente
de un espíritu distinto a usted mismo, para mí eso sigue
siendo una dificultad siempre presente, pero ésta parece
menos fuerte, ya que con la repetición de los ejercicios,
de las sesiones y a fuerza de contactos con el más allá,
la “puesta en vigilia” de mi espíritu me parece un poco
más fácil. La percepción del mensaje del espíritu es
igualmente más fácil, más rápida, más insistente, pero
siempre me es delicado hacer la distinción evidente
entre mi propio pensamiento y el del más allá. Sin
embargo regularmente, las palabras, las expresiones,
los giros, se graban en mí con la sensación de que no
soy yo, de que no es de mí. En cuanto a la identidad del
espíritu, con gran frecuencia se me impone desde el
comienzo del mensaje, y a veces hasta antes. Y siempre,
me esfuerzo con la ayuda de los más antiguos por hacer
el análisis crítico más objetivo posible para aprender a
discernir, pero este análisis no es fácil cuando uno no
tiene ninguna forma de hacer la distinción entre su
propio inconsciente y una verdadera influencia del más
allá. En todo caso este análisis siempre cumple con un
rigor y una exigencia constantes para no desviarse del
rigor y la exigencia de Allan Kardec ante la grandeza de
la idea espírita que él supo poner en evidencia.
Hoy en día, el trabajo continúa en forma regular, casi
todas las semanas durante nuestras reuniones en
Toulouse. Cada vez se reciben uno o dos mensajes. Más
globalmente, en un registro más filosófico vinculado a mi
compromiso espírita, el aprendizaje y el descubrimiento
de la mediumnidad alimentan mi convicción espírita
que a su vez alimenta el hecho de ser médium frente
a la responsabilidad y la mesura a las que invita el
espiritismo. Por supuesto, si bien por mi parte todavía
hay mucho que aprender, esta convicción por un lado
y esta facultad por el otro están puestas, igual que por
todos nosotros en el Círculo, al servicio y en favor de la
causa espírita, causa esencial permitida por Dios más
allá de todos los que, cada uno en su nivel, participan
en la empresa espírita. Es una de las lecciones que he
aprendido de Karine y Michel, pero también de Jacques,
pilares de nuestra asociación y que cada vez me esfuerzo
en reflejar y ejecutar.
Balance
Valérie, que trabaja igualmente la escritura intuitiva y que
dio su testimonio en la revista N° 75, no pudo participar
para dar de nuevo su testimonio, pero su facultad
también se ha vuelto operativa y sigue el mismo tipo
de progreso que la nuestra. Como ya lo hemos señalado
en el artículo precedente, nuestros recorridos, nuestro
sentir, nuestros resultados, son diferentes, confirmando
una vez más que aun dentro de una mediumnidad
idéntica, a saber la escritura, las facultades desarrolladas
son únicas, propias de cada personalidad y carácter. La
aventura continúa pues dentro del Círculo para nosotros
tres, camino siempre impregnado de regularidad y de
paciencia, de conciencia y de reflexión, pero también
de pasión y de felicidad por participar en ese contacto
permanente con el más allá.

jueves, 6 de octubre de 2011

LE JOURNAL SPIRITE N° 85 JUILLET 2011 J E A N - LO U I S P E T I T D O S S I E R LA ESCRITURA AUTOMATICA ROSEMARY BROWN, MÉDIUM DE LOS COMPOSITORES

ROSEMARY BROWN,
MÉDIUM DE LOS COMPOSITORES

Después de haber sido citada en casi todos los
programas sobre lo paranormal en la tele o en la
prensa, Rosemary Brown, fallecida en 2001, interesa
menos al mundo de los medios. ¡Y a pesar de eso! ¡En
los años 1960 y 1970, ella recibió casi cada día partituras
musicales, esencialmente para piano, que se parecen
hasta el punto de confundirse, a las de Liszt, Chopin,
Beethoven, Grieg, Debussy y tantos otros! Nacida en
1916 en Londres en una familia modesta que le dio sólo
una educación musical muy limitada, nunca dejaría
su casa pero pretendía recibir allí a una aristocracia
musical un tanto particular pues se trataba de grandes
compositores archiconocidos pero fallecidos. Cuando
se reunió con ellos en noviembre de 2001, a la edad de
85 años, dejaba tras de sí un fantástico testimonio de
mil obras por lo menos, casi todas reconocidas como
de grande o buena calidad. La casa de discos Philips se
interesó y editó varios discos prudentemente titulados
“Música de Rosemary Brown, inspirada por Liszt,
Schubert, Chopin…” Apareció numerosas veces en la
televisión, inspiró una película y varios telefilmes, en fin,
sobrevivió a todas las críticas musicales, psicólogos y
profesores de lo paranormal lanzados sobre ella por el
mundo racionalista que se convenció a regañadientes.
Ella misma contó, con gran humildad y frescura su
extraordinaria trayectoria totalmente dirigida por el
más allá, en un libro: En comunicación con el más allá.
Volvamos entonces a su mediumnidad, pues
indudablemente, esta mujer sencilla, que se ganaba
la vida como señora de limpieza y asistente de cocina
después de la muerte de su marido, se reveló como
una gran médium, detrás de la cual se atropellaban
numerosos conocidos compositores
fallecidos, guiados por el espíritu
Liszt que seguía de punta a punta
el itinerario de su protegida. Ella
cohabitaba desde muy temprano
con el mundo de los espíritus que
le parecía que formaba parte del
mundo normal. Es preciso decir
también que la familia estaba
acostumbrada a los contactos con
el más allá. Rosemary continuó
pues una tradición hereditaria,
poco practicada por su madre,
pero habitual para su abuela. En
medio de visitas de caballeros
en armadura, antiguos vecinos y
parientes, la llegada de Liszt, cuando
ella apenas tenía siete años, vestido
como un clergyman algo viejo y muy distinguido, no
la impresionó en absoluto, aun cuando le anunció un
trabajo en común referente a transmisión de música.
Rosemary no supo entonces identificar a aquel visitante.
Él reapareció mucho más tarde, en su casa familiar,
en el sur de Londres. Comenzó entonces un largo
aprendizaje donde Liszt desempeñó en primer lugar un
obligado papel de profesor, utilizando los muy escasos
conocimientos de piano y música de su protegida, para
transmitirle rápidamente largos dictados musicales,
nota por nota y signo por signo. Cuando era necesario
tocar para identificar la música, el compositor utilizaba
las manos de Rosemary como simples instrumentos:
“Liszt toma el control de mis manos. Se sirve de ellas
como de guantes. Toco la música muchas veces,
después la escribo. Chopin me sopla las notas al piano
y coloca mis manos sobre las teclas correctas. Si es
un Lied, Schubert intenta cantármelo, pero no tiene
una voz muy buena…” Efectivamente, mientras tanto
otros profesores se unieron a Liszt que sin embargo
siempre mantuvo un papel de supervisor del grupo de
compositores del más allá. Ellos pusieron en práctica
una verdadera estrategia de comunicación con nuestro
mundo. Su objetivo siguió siendo el mismo: dar a
conocer la realidad del más allá, y borrar la muerte del
vocabulario humano, con su cortejo de
temores y supersticiones.
Adicionalmente, los compositores del
más allá siguen creando y no sólo aportan
a los humanos una señal incontestable
de su talento, sino también el beneficio
de su música. Utilizada a la vez como
emisora y como receptora, Rosemary
se entregaría a tiempo completo a esta
nueva tarea, que le permitió recibir todo
lo que el más allá cuenta de grandes
maestros conocidos, con algunas
excepciones: Mozart, por ejemplo, le
haría sólo raras visitas. Liszt, Chopin y
Beethoven serían los más presentes.
Todos estos visitantes se volverían
familiares y hasta le harían algunos
pequeños favores: un día Chopin
interrumpió un dictado musical para
evitar una inundación de la casa;
¡la hija de Rosemary, algo distraída,
había dejado abierto el grifo de
la bañera! Durante un período de
vacas particularmente flacas, Liszt
hizo una pequeña excepción en el
más allá, incitando a su protegida a
hacer algunas apuestas deportivas
acompañadas de un dato de
primera mano, que le permitiera salir
un poco de su ambiente de miseria.
Muy felizmente, el éxito llegó, los
humanos decidieron pagar derechos de autor, cuyos
beneficios cobraría luego Rosemary regularmente, sin
por eso nadar en oro. El primer álbum salió en 1970,
época en la que se convirtió en una celebridad asidua
de los medios y especialmente de la BBC. Liszt y su
grupo habían logrado pues sus manifestaciones y su
plano de comunicación.
En realidad, la experiencia “Rosemary Brown” resultó
preparada desde hacía tiempo. La propia intérprete hizo
la pregunta crucial a Liszt: “¿Por qué yo?”, obteniendo
entonces la siguiente respuesta: “Porque te presentaste
voluntariamente para esta experiencia mucho tiempo
antes de nacer”, confirmada por esta frase: “Aceptaste
ser el vínculo entre nosotros y el mundo, cuando te
encontrabas en otro aspecto de tu existencia”. Además
del hecho de que confirman las explicaciones espíritas
de nuestros destinos, estas revelaciones demuestran
una disposición minuciosa de todas las condiciones
de experimentación: era necesario aceptar una vida
humilde y modesta, con justo las pocas bases musicales
que le permitieran a Rosemary recibir sus dictados
musicales. En contraposición, condiciones de vida
más brillantes hubieran incrementado la creencia en
dones personales, que le permitían reproducir con
brío hasta la impronta personal de los
grandes compositores del pasado. El
experimento se apoyaba esencialmente
en el aspecto humilde, casi insignificante
de la médium que aceptaría toda su vida
durante las duras consecuencias de una
situación social difícil, jalonada de duelos
personales, igualmente aceptados como
indispensables a su humildad, lo mismo
que al desarrollo de su sensibilidad.
El más allá manifestaría igualmente
una gran soltura en el manejo de los
medios de comunicación y medios propios
para asegurar el éxito del experimento. El
mismo espíritu prepararía, desde el más allá,
un verdadero plan de comunicación, confiado
entre otros a varios críticos musicales fallecidos,
muy conocidos de la BBC. Sir Donald Tovey,
fallecido hacía poco, firmó él mismo una
argumentación muy detallada, que tardó dos
horas en transmitir a Rosemary. Allí se leerá por
ejemplo: “No transmitimos música a Rosemary
Brown con el objetivo de ofrecer simplemente
un eventual placer de escucha. Esperamos que
las implicaciones de este fenómeno estimulen
el interés sensible y sensitivo de todos e inciten
a muchos individuos inteligentes e imparciales
a tomar en consideración y estudiar las regiones
desconocidas del espíritu y de la psiquis del
hombre”. “Cuando el hombre haya explorado
las misteriosas profundidades, todavía veladas
de su conciencia, será capaz entonces de
elevarse a las correspondientes alturas del
pensamiento”. El más allá haría más: aceptaría
asistir a Rosemary Brown, y tanto Beethoven
como Liszt responderían personalmente, en
directo, aunque invisibles, por el canal de
Rosemary, a muchos críticos musicales que en
vano intentaron apabullarla. Por preocupación
de humanidad, Beethoven dio noticias de su
madre a una persona de la asistencia golpeada
por un duelo reciente. Críticos y especialistas
terminarían por convencerse: no había ninguna
anormalidad en la frágil Rosemary, ninguna
predisposición, ningún trucaje era posible. No
obstante, el más allá molestaba ya, en su época
como en la nuestra. ¡Con mucha frecuencia se
oculta eso!
Siempre nos queda este patrimonio excepcional
de más de mil obras muy diferentes, siempre
presentes para “estimular nuestro interés
sensible y sensitivo”, como nos lo prometió el
espíritu, más allá de la muerte de sus verdaderos
autores. Desde entonces, la propia Rosemary
Brown, dejó su sacerdocio, en condiciones
tan humildes y discretas como siempre. Sus
discos siempre están disponibles, aunque
un poco olvidados. Sin embargo, en lo que
concierne a los artistas del más allá, ellos siguen
manifestándose cada vez que pueden.