EL POR QUÉ DE UN NUEVO BLOG

Después de abrir y mantener actualizado el blog: CENTRO VIRTUAL DE ESTUDIOS

ESPIRITISTAS Y AFINES, para la formación doctrinaria dentro de los postulados eminentemente racionalistas y laicos de la filosofía espírita codificada por el Maestro Allan Kardec que exhibe la Confederación Espírita Panamericana, a la cual nos adherimos, creímos conveniente abrir un nuevo Blog de un formato más ágil y que mostrase artículos de opinión de lectura rápida, sin perder por ello consistencia, así como noticias y eventos en el ámbito espírita promovidos por la CEPA, a modo de actualizar al lector.
Esa ha sido la razón que nos mueve y otra vez nos embarcamos en un nuevo viaje en el cual esperamos contar con la benevolencia de nuestros pacientes y amables lectores y vernos favorecidos con su interés por seguirnos en la lectura.
Reciban todos vosotros un fraternal abrazo.
René Dayre Abella y Norberto Prieto
Centro Virtual de Estudios Espiritistas y Afines "Manuel S. Porteiro".



lunes, 4 de enero de 2016





ESPIRITISMO Y CUESTIONES SOCIALES
LA HOMOSEXUALIDAD por SARAH OUNIFI 
LE JOURNAL SPIRITE N° 102 octobre 201556

Las leyes de la reencarnación permiten comprender quiénes somos y de dónde venimos. Así, pasamos de vida en vida a través de las épocas, las culturas y las civilizaciones para aprehender todas las riquezas que la vida puede ofrecer, y para completar nuestras experiencias, pues cada existencia permite una nueva visión sobre el mundo, como podría hacerlo una cámara y sus diferentes ángulos a fin de apreciar un paisaje en su totalidad.
Pasamos de un sexo a otro y es importante recordar que el Espíritu no tiene sexo determinado. El espíritu vivirá cierto número de vidas como hombre o mujer y optará por una u otra de acuerdo con las elecciones decididas y las necesidades.
Pero de todas maneras, encarnado en la materia, deberá poder vivir plenamente su sexualidad, fenómeno natural, fisiológico y fuente de equilibrio.
Las vidas sucesivas formarán pues el carácter del espíritu a través de sus diferentes experiencias masculinas o femeninas, y desarrollará poco a poco una dominante, siempre en relación con su propia trayectoria palingenésica. Si uno se remonta en el tiempo, las religiones, cualesquiera que sean, han jugado un papel muy importante en lo que a las costumbres se refiere, definiendo así lo que era moral y lo que no lo era, lo que era normal y natural y lo que se volvía anormal y contra natura.
La sexualidad, o más precisamente las sexualidades, difieren según las culturas, las regiones y las épocas, incluso hoy la influencia religiosa ha atravesado la historia para quedar profundamente anclada en nuestras culturas y se funde en forma menos visible en nuestros modos de vida, nuestras costumbres y tradiciones.
Ateas o espiritualistas, nuestras sociedades siguen estando todavía muy influenciadas en sus buenas costumbres aunque en estos últimos veinte años observemos una evolución de las mentalidades.
Así, no es raro escuchar que la homosexualidad es contra natura, una enfermedad del cuerpo o del alma, un vicio, una perversidad o hasta señal de una obsesión.
¿Qué nos dicen los Espíritus sobre el tema?  Ellos nos invitan a comprender más que a condenar y si todas las cosas tienen su explicación, lo mismo vale para los LGBT, sigla utilizada para designar en general a las lesbianas, gays, bisexuales y transgéneres.
A partir de la noción de reencarnación, es fácil comprender la dificultad que acarrea un cambio de sexo de una vida a la otra. Si bien podemos ser fuertemente influenciados por nuestra educación, nuestra sociedad o nuestra cultura, parece igualmente evidente que seguimos muy fuertemente influenciados por nuestras vidas anteriores, incluso en términos de sexualidad.
Así, un hombre que haya pasado antes muchas vidas como mujer, puede seguir en esta vida siendo atraído por los hombres; igual que una mujer, a través muchas vidas como hombre, ha podido desarrollar un dominante masculino.
Igualmente es posible que ese hombre o esa mujer puedan experimentar dificultad en asumir un cuerpo que no se corresponde para nada con su estado de espíritu; especialmente los transexuales que experimentan un verdadero sufrimiento.
Viven en un cuerpo de hombre pero se sienten mujeres en todo su ser; un sufrimiento y un rechazo a su cuerpo que lleva a algunos a recurrir a la cirugía estética. Siempre, gracias a las leyes de la reencarnación, es muy probable que dos personas del mismo sexo se hayan conocido en vidas anteriores, compartiendo sentimientos profundos durante esas existencias. No se trataría entonces de una atracción por el mismo sexo sino de un reencuentro.
Estos dos espíritus encarnados superarán entonces las barreras morales y sociales para vivir en el presente la continuidad de un amor anterior. Al igual que las anterioridades, la vida presente puede explicar también una atracción por el mismo sexo.
Ocurre a veces que los padres desean mucho una niña o un varón. Al no satisfacer su deseo, ellos pueden seguir proyectando sobre el niño ese mismo deseo.
Tendrán entonces, consciente o inconscientemente, una influencia cierta sobre él y lo educarán como niña o como varón, modelando así su personalidad hasta la edad adulta. Pero ya se trate del profundo deseo de los padres, un amor anterior encontrado o una sensibilidad del espíritu, modelada en el transcurso de sus vidas, qué importa. Es cierto que esta “diferencia” conlleva mucho sufrimiento, pues no es comprendida ni admitida de acuerdo a nuestras normas sociales.
El espiritismo no emite ningún juicio moral sobre este asunto, simplemente aporta elementos de comprensión, recordando que el espíritu en sí mismo no tiene sexo y que forja su identidad a través de las vidas sucesivas.
Coloca al amor por encima de todos los convencionalismos morales, eleva la libertad de ser y de amar por encima de todas las reglas sociales y puramente humanas. Y si debiera emitir un juicio, éste sería indiscutiblemente sobre los verdaderos males de nuestro planeta, es decir la ausencia de amor, el egoísmo, el dominio, el odio; todo lo que entraba el equilibrio de la Tierra y sus habitantes y frena la evolución.
Los Espíritus nos dejan pues libres de amar de manera espiritual y carnal, y prefieren llamar nuestra atención sobre la urgencia de una paz mundial y duradera, con respeto a las vidas humanas.