Cuando
          tratas de investigar algún punto de la doctrina espírita con
          espiritistas cristianos -que son los que, según mi
          experiencia, más
          suelen tender al fundamentalismo-,
rápidamente
          te hacen referencia a ciertos libros escritos por
          ciertos autores o revelados por ciertos espíritu superiores.
          Obviamente estas fuentes son de ayuda y deben ser estudiadas
          pero,
          ¿significa ésto que hay que someterse a ellas sin
          investigación?
          ¿Debemos creer a pies juntilla lo que dice tal persona por muy
          docto
          que sea? ¿Debemos rendirnos a lo que nos dice un espíritu, por
          muy
          laureada que haya sido su persona en vida o muy santificado
          nos
          resulte su supuesto nombre?
    
Por
          supuesto que no. Y a este respecto he encontrado un
          interesante
          párrafo de Allan Kardec escrito en su Evangelio según el
            espiritismo:
    
Se
            sabe que los espíritus, a consecuencia de la diferencia que
            existe
            entre sus capacidades, individualmente están lejos de poseer
            la
            verdad absoluta; que no a todos les está dado el penetrar
            ciertos
            misterios; que su saber es proporcionado a su purificación,
            que los
            espíritus vulgares no saben más que los hombres, y menos que
            ciertos hombres; que hay entre ellos, como entre estos
            últimos,
            presumidos y sabios de falsa instrucción, que creen saber lo
            que no
            saben; sistemáticos que toman sus ideas por la verdad, y, en
            fin,
            que los espíritus de un orden más elevado, los que están
            completamente desmaterializados, son los únicos que se han
            despojado
            de las ideas y de las preocupaciones terrestres; pero
            también se
            sabe que los espíritus mentirosos no tienen reparo en tomar
            nombres
            supuestos para hacer aceptar sus utopías. Resulta de esto,
            que todo
            lo que está fuera de la enseñanza exclusivamente moral, las
            revelaciones que cada uno puede obtener, tienen un carácter
            individual sin autenticidad, que deben ser consideradas como
            opiniones personales de tal o cual espíritu y que se
            cometería una
            imprudencia aceptándolas y promulgándolas ligeramente como
            verdades
            absolutas.
La
            primera comprobación, sin duda, es la de la razón, a la que
            es
            preciso someter,
            sin excepciones, todo lo que viene de los espíritus; toda
            teoría en
            contradicción manifiesta con el buen sentido, con una lógica
            rigurosa, y con los datos positivos que se poseen, sea quien
            quiera
            el que la firme, debe ser rechazada.
Por
          si se nos ha pasado algún punto al leer este párrafo,
          permitidme volver a
          señalar las ideas que creo importantes:
    
- 
        
Los espíritus están lejos de
                poseer la verdad absoluta.
 
- 
        
Los espíritus de un orden más
              elevado, los que están completamente desmaterializados,
              son los únicos despojados de las ideas y preocupaciones
              terrestres.
 
- 
        
Todo lo que no sean enseñanzas
                morales, las revelaciones que cada uno pueda
              obtener, tiene un carácter individual sin autenticidad,
              que deben ser consideradas como opiniones personales
                de tal o cual espíritu y que se cometería una
                imprudencia aceptándolas y promulgándolas ligeramente
                como verdades absolutas.
 
    
¿Por
          qué hemos obviado este aviso que ya nos hizo Kardec en su día?
        
    
    
Continúa:
- 
        
La primera
                  comprobación, sin duda, es la de la razón,
                a la que es preciso someter, sin excepciones, todo lo
                que viene de los espíritu.
 
- 
        
Toda teoría en
                contradicción con el buen sentido, con una lógica
                rigurosa, sea quien quiera el que la firme, debe
                ser rechazada.
 
    
¿Por
          qué hemos dado la espalda a estas importantes indicaciones del
          Sr.
          Kardec?
        
          José M.
 
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