EL POR QUÉ DE UN NUEVO BLOG

Después de abrir y mantener actualizado el blog: CENTRO VIRTUAL DE ESTUDIOS

ESPIRITISTAS Y AFINES, para la formación doctrinaria dentro de los postulados eminentemente racionalistas y laicos de la filosofía espírita codificada por el Maestro Allan Kardec que exhibe la Confederación Espírita Panamericana, a la cual nos adherimos, creímos conveniente abrir un nuevo Blog de un formato más ágil y que mostrase artículos de opinión de lectura rápida, sin perder por ello consistencia, así como noticias y eventos en el ámbito espírita promovidos por la CEPA, a modo de actualizar al lector.
Esa ha sido la razón que nos mueve y otra vez nos embarcamos en un nuevo viaje en el cual esperamos contar con la benevolencia de nuestros pacientes y amables lectores y vernos favorecidos con su interés por seguirnos en la lectura.
Reciban todos vosotros un fraternal abrazo.
René Dayre Abella y Norberto Prieto
Centro Virtual de Estudios Espiritistas y Afines "Manuel S. Porteiro".



viernes, 18 de octubre de 2013

                                          ERNST SENKOVSKI EN SU LABORATORIO


LA TRANSCOMUNICACIÓN
INSTRUMENTAL
por
J O C E LY N E C H A R L E S
LE JOURNAL SPIRITE N° 94 OCTOBRE 2013

Transcomunicación instrumental (TCI) fue el nombre
dado en 1989 por el profesor Ernst Senkowski, físico
alemán, a la técnica de comunicación con los espíritus,
utilizando cualquier medio electrónico para captar
imágenes de espíritus (TCI video images) y para registrar
sus voces (EVP: Electronic Voice Phenomenon).
La transcomunicación a lo largo de la historia
En 1852, el norteamericano Jonathan Koons habría
construido la primera máquina capaz de captar las voces
de los espíritus. Sin embargo, los planos del dispositivo
se perdieron para siempre. En 1909, otro americano,
Atila Augusto de Oliveira Cambraia, de Brasil, registró
un aparato para comunicarse con los muertos. Y con el
advenimiento de la electricidad, otros investigadores
han tratado de utilizarlo pero sin gran éxito.
Thomas Edison
Thomas Edison (1847-1931), pionero norteamericano
de la electricidad, inventor entre otros del telégrafo, el
fonógrafo y la bombilla eléctrica, declaró a un periodista
de la revista Scientific American en octubre de 1920, que
trabajaba en una herramienta de comunicación con
el más allá. Afirmó también que era posible concebir
un aparato tan sensible, que pudiera permitir a las
personalidades que viven en otra esfera expresarse
más claramente que a través de las mesas giratorias,
los golpecitos o cualquier otra forma de comunicación.
Pero, la máquina de Edison no dio los resultados
previstos.
Friedrich Jürgenson
El sueco Friedrich Jürgenson
(1903-1987) es considerado
como el “padre”
de los registros de voz del
más allá. Él descubrió por
casualidad este medio de
contacto. Un día de junio
de 1959, registraba cantos
de aves en el campo; al
regresar a su casa, escuchó
la cinta y oyó “un zumbido,
vibrante como una tormenta, donde sólo se oía algo del
gorjeo”, seguido de “un solo de trompeta” y de una débil
voz de hombre que hablaba en noruego. Estos ruidos,
inaudibles durante el registro, aparecían sólo cuando
repasaba la cinta al revés. Jürgenson supuso que se
trataba de una interferencia radiofónica, pero no había
emisora en el entorno donde se había hecho la toma
de sonidos. Intrigado, multiplicó los registros y captó
otras voces, entre ellas la de su madre. “Cuando volví
a escuchar la cinta, una voz me dijo: «¿Friedel, me oyes?
Es mamá». Era la voz de mi madre fallecida. Friedel, es el
apodo que ella me daba”. Jürgenson se dedicó entonces
a sus cintas magnéticas. En 1960, una de las voces
le aconsejó utilizar la radio, y fue esta técnica la que
utilizó hasta su muerte. En 1967 publicó una obra titulada:
Radiotelefonía con los muertos. Recibió el apoyo
del parapsicólogo Hans Bender que se declaró en
favor de un origen paranormal.
Otros investigadores
Luego, Konstantin Raudive (1909-1974), literato letón
y docente de psicología, continuó los experimentos.
Realizó unos 100.000 registros. Dio a conocer sus
trabajos en Alemania y desde entonces, comenzaron
en ese país numerosas investigaciones. Paralelamente
se dieron a conocer otros investigadores, en particular
en Italia. En 1952, el franciscano italiano Agostino
Gemelli registró
por casualidad en un
magnetófono, la voz de
su padre fallecido hacía
mucho tiempo. El padre
de Gemelli utilizó la
expresión “mi cabeza de
mula”, que correspondía
al cariñoso nombre de
pila que había dado a su
hijo.
Existen numerosas personas que practican la
transcomunicación y se han creado asociaciones para
estudiar y experimentar este fenómeno. Las voces
paranormales son analizadas en el plano acústico, en
laboratorios especializados, y los primeros resultados
ponen en evidencia claras diferencias entre la voz de
una persona viva y la de un difunto registrada por un
magnetófono o un ordenador.
En Francia, Monique Simonet y el Padre François Brune
han ayudado a dar a conocer la transcomunicación.
Fue en abril de 1979, cuando Monique Simonet entró
en contacto por primera vez con su padre fallecido, por
medio de un magnetófono. También captó, en mayo
de 1979, la voz de su abuelo. Ha registrado la voz de
muchos otros desencarnados.
El Padre François Brune estudió con seriedad todos los
aspectos de la TCI, bajo el ángulo técnico pero también
moral y espiritual. Ha expresado su convicción de
la existencia de los espíritus y de su manifestación
post mortem. Forma parte de los pocos eclesiásticos
especialistas en lo paranormal que, con el pasar del
tiempo, han hecho evolucionar ciertos anticuados
conceptos católicos. Tiene el mérito de hacer avanzar
la reflexión sobre la muerte y el más allá, en el interior
mismo de la institución religiosa. Escribió Los muertos
nos hablan y, junto con el profesor Rémy Chauvin, A
la escucha del más allá. Este biólogo y entomólogo
francés precisó además: “Según los análisis llevados
al instituto electrotécnico de Turín sobre una decena de
mensajes, estas voces parecerían proceder de individuos
que no tienen cuerdas vocales”.
Algo de técnica
Describamos sucintamente algunos métodos de
registro de los experimentadores:
El magnetófono de cassette: se introduce un
cassette virgen en el aparato y se dirige directamente,
por medio del micrófono, a la persona fallecida
que se desea contactar. Es preciso prever, además
de las preguntas, las zonas de tiempo para que el
eventual corresponsal pueda responder. La duración
del registro estará limitada a cinco o diez minutos
y luego, se vuelve a escuchar la cinta. Las voces,
cuando existen, son relativamente débiles y difíciles
de comprender. Los mensajes son generalmente
muy breves, y se aconseja utilizar un amplificador de
sonidos.
La radio: se sirve de un aparato de radio que puede
estar conectado a un magnetófono por un cable de
toma directa. En ausencia del cable, el magnetófono
de cassette se colocará en la inmediata proximidad
del aparato de radio. Se puede optar por algunas
variantes:
- El registro sobre “fondo sonoro blanco.” El aparato
se sintoniza entre dos estaciones, en una frecuencia
donde no hay programa. No se tendrá entonces sino
un ruido de fondo.
- La utilización, como soporte, de un programa
hablado o musical, eligiendo una “ventana de
frecuencia”. Los interlocutores del más allá le habían
indicado a Friedrich Jürgenson una frecuencia en
onda media, de unos 1480 kHz.
Existen muchas otras variantes de registros de voz.
Las invenciones: aparatos, como el “psicófono”
(MacCreadie) fueron concebidos para aumentar el
número de voces registradas y mejorar la recepción de
las señales. Citemos a Georges Meek, un empresario
jubilado, que en 1979 desarrolló con su colega William
O’Neill el “spiritcom” (aparato que engloba toda la
gama de tonalidades de una voz humana adulta).
Y en 2002, Frank Sumption creó el “ghost box”, cuya
finalidad era similar. Sin demasiados resultados.
Transcomunicaciones instrumentales visuales
En 1973, fueron recibidas las primeras imágenes
de difuntos en la pantalla de un televisor blanco y
negro. Klaus Schreiber (se le debe la célebre imagen
de Romy Schneider), un investigador alemán, recogió
imágenes de personas fallecidas con ayuda de una
cámara, un grabador de vídeo y un televisor colocado
en un canal sin señal. La mayor parte del tiempo,
son rostros más o menos bien definidos, con o sin
voz. Es una experiencia espectacular. Esta técnica
de comunicación requiere mucho tiempo, trabajo y
equipos. En 1990, otro alemán, Adolf Homes recibió
en un ordenador mensajes de Konstantin Raudive.
Ejemplos
- “Si hubieras visto todo eso, ¡es la vida eterna!”: voz
paranormal obtenida por Monique Simonet para una
viuda. Monique interrogó al marido difunto y éste dio
esta respuesta.
- “Catherine, yo me instruyo”: voz paranormal obtenida
por Monique Simonet en 1992, sobre un ruido blanco
de radio. Aquel día, Monique requería para una
dama llamada Catherine, a su marido desaparecido,
preguntándole sobre lo que hacía ahora en el más
allá, y una voz paranormal masculina, bastante fuerte
respondió esa frase. Monique se enteró por esta
dama que su marido ya era muy cultivado en la Tierra,
y entonces la respuesta no la sorprendió.
- “El gato me ve”: voz paranormal obtenida por
Monique Simonet.
- Rémy Chauvin contó lo que le sucedió a un joven que
debatía un asunto de herencia. Este último recibió,
en presencia de testigos, una llamada telefónica de
su padre difunto, cuya voz reconoció, sin respuesta
posible. La voz le comunicó la orden de “registrar el
bolsillo de un viejo abrigo guardado en el sótano”. El
joven cumplió, y fue así como encontró el documento
que había estado buscando en vano.
La TCI medio suplementario de contacto con los
espíritus

A medida que hemos desarrollado técnicas nuevas
en la Tierra, parece bien que cada vez los espíritus
hayan tratado de utilizarlas.
Las nuevas tecnologías: desde siempre, los difuntos
han tratado de comunicarse con los vivos para dar
testimonio de su supervivencia y tranquilizar a
sus parientes. Se han servido de todos los medios
a su disposición para establecer el contacto
(cestita, tablilla, escritura automática…). Entonces
no es sorprendente comprobar que utilicen el
magnetófono, el televisor, el teléfono o cualquier
otro medio moderno. La transcomunicación no es
pues una revolución sino una adaptación del más allá
a nuestras tecnologías modernas.
Necesidad de un médium: de todas formas, hace
falta en las proximidades un médium cuyo potencial
fluídico utilizará el espíritu para manifestarse a través
de un aparato, que sólo sirve de soporte. Parece, según
las experiencias realizadas, que estas manifestaciones
no permiten un intercambio consistente con el más
allá; los testimonios recogidos se refieren a la aparición
de rostros sobre una pantalla, y algunas palabras no
siempre fácilmente identificables en una cinta.
La transcomunicación instrumental sigue siendo
dependiente de todos los azares conocidos de la
mediumnidad. Sigue pues exactamente las mismas
reglas que ésta. Parece que fuera aún más difícil de
realizar que las mediumnidades clásicas; los espíritus
tienen más facilidad para utilizar directamente al
intermediario humano (por ejemplo en escritura
automática) que para servirse de soportes materiales
que demandan una considerable energía fluídica.
A tal punto además, que ciertos experimentadores
utilizan la escritura automática para que los
desencarnados les den el camino a seguir y los
protocolos de orden técnico para manifestarse a
través de un aparato. Agreguemos que, hasta el
día de hoy, no parece que un espíritu haya podido
expresarse con toda facilidad por estos medios, en
un largo mensaje explicativo sobre su situación o
sobre puntos filosóficos y otros. Además, en TCI,
siempre estaremos frente a los mismos riesgos e
inconvenientes que en las mediumnidades clásicas,
siendo todo espíritu susceptible de intervenir,
incluido un espíritu importuno.
La transcomunicación existe. A la pregunta: “¿Qué
piensa de la transcomunicación?” el espíritu Gabriel
Delanne respondió: “Vosotros conocéis, caros amigos
espíritas, la función física, la manifestación física de los
espíritus dentro de vuestro mundo que no lo es menos,
es particularmente difícil, de allí la dificultad de poder
conseguir manifestaciones espectrales de carácter
ectoplásmico, convenientes y regulares. Imprimir la
fuerza de su pensamiento sobre la cinta magnética,
dirigir la fuerza de su pensamiento desencarnado
sobre una onda hertziana que se va a transformar en
imagen recibida en el interior del tubo catódico, he allí
un proceso muy difícil para los desencarnados. Es por
eso que mi segunda reflexión será la siguiente: no se
trata de mensajes tal y como podéis recibirlos. No se
trata de discursos, no se trata de palabras. Se trata de
manifestaciones puntuales, se trata de manifestaciones
que deben responder a un llamado, a una evocación y
a un recogimiento. En el 90 % de los casos, la respuesta
deseada por los que intentan esta experiencia no llega
a concretarse. Hay pues que decir de la naturaleza de
estas comunicaciones que es posible”.
La transcomunicación existe, es posible, pero no es un
método milagroso que permitiría comunicarse mejor.
La técnica no superará fácilmente los problemas
vinculados a la comunicación con los espíritus. Quizás
eso llegue con el tiempo, pero no nos engañemos;
como en toda sesión espírita, para obtener buenos
resultados siempre hará falta cerca del aparato un
buen médium y una asistencia instruida en las reglas
de la comunicación. Sin embargo, la TCI es una vía
que sigue siendo interesante para la demostración
de la existencia de los espíritus.

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