EL POR QUÉ DE UN NUEVO BLOG

Después de abrir y mantener actualizado el blog: CENTRO VIRTUAL DE ESTUDIOS

ESPIRITISTAS Y AFINES, para la formación doctrinaria dentro de los postulados eminentemente racionalistas y laicos de la filosofía espírita codificada por el Maestro Allan Kardec que exhibe la Confederación Espírita Panamericana, a la cual nos adherimos, creímos conveniente abrir un nuevo Blog de un formato más ágil y que mostrase artículos de opinión de lectura rápida, sin perder por ello consistencia, así como noticias y eventos en el ámbito espírita promovidos por la CEPA, a modo de actualizar al lector.
Esa ha sido la razón que nos mueve y otra vez nos embarcamos en un nuevo viaje en el cual esperamos contar con la benevolencia de nuestros pacientes y amables lectores y vernos favorecidos con su interés por seguirnos en la lectura.
Reciban todos vosotros un fraternal abrazo.
René Dayre Abella y Norberto Prieto
Centro Virtual de Estudios Espiritistas y Afines "Manuel S. Porteiro".



domingo, 12 de agosto de 2012

TELEPATÍA Y FUERZA DEL PENSAMIENTO
por
EMMANUELLE PÊCHEUR
LA INFLUENCIA DEL PENSAMIENTO
SOBRE EL ENTORNO

LE JOURNAL SPIRITE N° 89 JUILLET 2012

Con el transcurrir del tiempo, la importancia de
proteger nuestro entorno se convierte en una prioridad
y una verdadera toma de conciencia. Y eso
gracias al tesonero empeño de numerosos ecologistas
y defensores de la naturaleza por todo el planeta. Sin
embargo, el modelo económico que se basa en el
consumo, la rentabilidad y la ganancia, responsable
de tantos desastres ecológicos, no hace sino frenar, y
hasta impedir, los avances en este campo. Las actividades
humanas en la organización de las sociedades,
tienen graves consecuencias sobre la naturaleza: la
desaparición de ciertas especies de la fauna y de la
flora, la polución de los océanos y de los cursos de
agua, y más grave aún, los desastres humanos de la
carestía y la pobreza. Aquí, denunciamos la responsabilidad
humana. Urge concebir otro estilo de vida,
respetuoso de lo viviente del planeta; en este campo
cada uno puede, y debe, jugar su papel protector
cambiando sus costumbres cotidianas, en pocas
palabras, su mentalidad. Sin embargo, es de una
responsabilidad poco o nada conocida, individual y
sobre todo colectiva, de la cual deseamos hablarles
en este artículo. Se trata de la acción de nuestro
pensamiento, de nuestro psiquismo sobre nuestro
entorno. Es una realidad espiritual que nos enseñan
los espíritus que vienen a hablar con nosotros. Antes
que nada, volvamos a los fundamentos mismos de la
filosofía espírita.
La fuerza creadora, Dios, está en el origen de todas
las cosas. Todo lo que existe, emana de esta única
fuente divina. Cada ser viviente de nuestro planeta,
pero también la materia, los elementos, el sol y
la infinidad de los planetas y los astros, hasta lo
infinitamente pequeño que representa el átomo,
proceden de esta voluntad divina. Esas mismas
manifestaciones vitales están animadas por un principio
espiritual divino. Dios crea, pues, a los espíritus
y la materia. Sin la presencia de esta espiritualidad
en todas las cosas, no hay vida física. Del mineral al
humano, pasando por el vegetal y el animal, existe
el espíritu que anima. Por el hecho de su procedencia,
los seres vivos de un planeta están pues en
constante interacción e interdependencia unos con
otros. Cada reino tiene su necesidad de ser dentro
de la armonía divina, y aporta al otro un equilibrio
indispensable a su naturaleza espiritual. Todas estas
“creaciones” están destinadas a evolucionar según
la ley divina. La evolución es un asunto de conocimiento
y sentimiento. Creado simple e ignorante, el
espíritu evoluciona para hacerse cada vez más consciente.
De vida en vida, de experiencia encarnada
en experiencia desencarnada, cada espíritu creado
progresa. Cada encarnación tiene por objeto superar
una nueva etapa en el camino evolutivo. El espíritu
piensa y su pensamiento no es sólo una abstracción
sino una realidad fluídica. Es ante todo una entidad
individualizada que reacciona por su conciencia,
sus emociones, sus temores, sus deseos, sus sentimientos…
El psiquismo de todo ser en evolución
tiene un papel preponderante. Veamos por qué.
¿QUÉ ES EL PSIQUISMO?
He aquí el extracto de un mensaje recibido en 1992,
que nos instruye sobre el tema: “… El psiquismo
humano es una reacción a los pensamientos, a las
imágenes y a todos los sentidos que conocéis en
vuestra materialidad, pero es una reacción profundamente
espiritual. Los estados de conciencia del hombre
responden de una manera cierta a lo que denominaré
imaginación. La imaginación es la fuerza esencial
en todos vuestros actos de pensamiento. Tenéis
toda la fuerza de la imaginación, el poder de suponer
imágenes, de construir situaciones que pueden permitiros
establecer las realidades carnales”.

El psiquismo es pues ponerse directamente en relación
con nuestro estado de ánimo o nuestra forma de
pensar. En efecto, en el ser humano el pensamiento
sigue siendo el atributo esencial, es un formidable
medio de reflexión, de intercambio y de creación. El
pensamiento, nos enseñan los espíritus, es ante todo
una energía inherente al espíritu. Tiene una acción
verdadera. Se exterioriza en forma de fluido luego en
el éter se transforma en vibraciones para dispensarse
bajo la forma de efluvios. Entonces, podemos afirmar
que el hombre por su simple pensamiento, actúa
conscientemente y sobre todo, en lo que concierne
a nuestro planeta de poca evolución, inconscientemente,
sobre la materia y por tanto sobre su entorno
físico. El pensamiento emitido se exterioriza, es una
causa activa y se pueden comprobar sus efectos.
LA PSICOQUINESIA
O EL PENSAMIENTO QUE ACTÚA

Desde los años 1970, a través de programas televisados,
se ha descubierto la acción del pensamiento
sobre la materia, la psicoquinesia, como por ejemplo
el efecto Uri Geller. Barras de acero se deforman, toda
clase de objetos se tuercen, péndulos y relojes se
vuelven a poner en marcha o se detienen a distancia,
sin contacto físico y bajo el efecto de una acción
del pensamiento. Mucho antes de esta mediatización,
el fenómeno fue explorado en laboratorios
por los metapsiquistas y parapsicólogos europeos,
norteamericanos, rusos y otros. Ellos estudiaban
las capacidades desconocidas del espíritu humano
como la telepatía, la clarividencia así como la psicoquinesia…
Añadiremos, con un poco de ironía, que
muchos decenios antes de estos supuestos “descubrimientos”,
los hombres y mujeres del siglo XIX
descubrían, gracias a la perspicacia y el trabajo de
un hombre, Allan Kardec, la realidad del espíritu, su
supervivencia más allá de la muerte y sus manifestaciones;
se trata de la filosofía espírita. Las facultades
del espíritu no han dejado de estimular la reflexión
de los pioneros del espiritismo. Por otra parte, desde
siempre estas aptitudes “sobrenaturales” han sabido
llamar la atención de numerosos humanos.
El pensamiento negativo
Influencia del más allá

Se trata pues del pensamiento formulado por el espíritu
con el objetivo de actuar sobre la materia. La
energía va a organizar o desorganizar la materia, es
decir la estructura atómica de la molécula. Hay pues
una exteriorización consciente del pensamiento del
sujeto psicoquinesista.
LA ACCIÓN DE LOS PENSAMIENTOS
HUMANOS SOBRE EL PLANETA

Los problemas que encuentran los hombres a causa
de sus modelos socioeconómicos elegidos, pero
sobre todo sufridos por falta de conciencia, acarrean
pobreza, desempleo, violencias, guerras, hambrunas,
temor al día siguiente, angustias, sentimientos de
inutilidad, egoísmo, estrés, vida trepidante, soledad,
falta de amor, etc. Ese presente planetario tiene repercusiones
sobre el psiquismo de millones de seres
humanos y trae un flujo de pensamientos negativos,
de manera sobre todo inconsciente, que van a actuar
entonces sobre el entorno físico de nuestro planeta.
He aquí extractos de mensajes que nos participan esa
comprobación:
“Cuando hablamos de psiquismos humanos sumados,
hablamos por supuesto de la evolución total, global, de
los habitantes del planeta Tierra. En vista del nivel de
evolución de este planeta consideramos que, en efecto,
hay que relacionar ciertas catástrofes naturales con el
nivel de evolución global de este planeta. Eso podría
chocar, pero a pesar de todo lo digo, podéis ser responsables
de un terremoto en Ciudad de México o en Nueva
Delhi, un maremoto o una inundación. Por supuesto, no
lo sois individualmente pero hay que decir y hacer notar
que, en la historia de los hombres, los climas, los relieves,
es decir los objetos de cataclismos, hay que relacionarlos
efectivamente con la naturaleza del pensamiento consciente
o inconsciente de una humanidad, a veces decadente
en su historia. Tomaré un ejemplo más limitado y
reciente, un ejemplo francés en forma de interrogación;
entre 1939 y 1945, los inviernos fueron particularmente
rigurosos y dramáticos. ¿Por qué, caros amigos, por qué?
El origen de los cataclismos actuales es de naturaleza
humana, a nivel de los pensamientos, a nivel del desorden
del pensamiento, a nivel de las cóleras involucradas, a
nivel de los enfrentamientos. Allí donde los hombres se
enfrentan, la tierra tiembla… El pensamiento humano
es el reflejo de una evolución globalmente negativa. El
planeta azul es todavía un planeta inferior. El pensamiento
es entonces un fluido que se vuelve maléfico si
es vehículo del orgullo, del odio, de toda clase de bajezas
instintivas relativas a la inferioridad”.
EVITAR LAS CATÁSTROFES POR
EL PENSAMIENTO POSITIVO

“… Si el hombre eleva su pensamiento, eleva su planeta
y en consecuencia, modifica su entorno. El conjunto de
los cataclismos naturales que sufre la Tierra está en relación
con su grado evolutivo. El pensamiento debe transmitir
pues nuevas referencias: amor, fuerza en la idea
constructiva. Las cadenas fluídicas podrían modificar la
corteza granítica del globo si se extendieran a millones
de hombres. El cambio es pues de actualidad. Llegará.
Para que su suelo y su cielo se transformen, el Hombre
debe transformarse ya a sí mismo, sin incriminar a Dios.
No olvidéis que las catástrofes naturales son también
catástrofes espirituales. Podéis actuar contra los maremotos,
los ciclones, los deslizamientos de tierra, los terremotos
y las inundaciones. Podéis actuar contra los fríos
demasiado grandes o las fuertes sequías. Podéis porque el
espíritu precede a la materia, porque la materia procede
del espíritu y porque vosotros sois, sobre todo y en totalidad,
espíritus… Entonces, puesto que sois espíritus,
debéis utilizar vuestro pensamiento, con todas vuestras
fuerzas, en plena conciencia y en plena confianza. Por
supuesto, no siempre basta con querer para poder. Hay
que saber dominar su fuerza, hay que saber utilizar los
fluidos…”

En conclusión, se impone una urgente toma
de conciencia de nuestra verdadera naturaleza.
Comprender que somos, ante todo, espíritus reencarnados
con un objetivo, evolucionar, que todos somos
interdependientes unos de otros, he aquí las consideraciones
esenciales que permitirán reorganizar nuestras
sociedades en el sentido del compartir y de la
solidaridad. Comprender que somos espíritus dotados
de una fuerza de pensamiento que nos permite actuar
sobre nuestro entorno y dominarlo más. Entonces,
nuestro planeta se convertirá en una tierra acogedora,
donde la armonía entre los hombres y entre los reinos
por el respeto a la vida, será por fin una realidad.

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