EL POR QUÉ DE UN NUEVO BLOG

Después de abrir y mantener actualizado el blog: CENTRO VIRTUAL DE ESTUDIOS

ESPIRITISTAS Y AFINES, para la formación doctrinaria dentro de los postulados eminentemente racionalistas y laicos de la filosofía espírita codificada por el Maestro Allan Kardec que exhibe la Confederación Espírita Panamericana, a la cual nos adherimos, creímos conveniente abrir un nuevo Blog de un formato más ágil y que mostrase artículos de opinión de lectura rápida, sin perder por ello consistencia, así como noticias y eventos en el ámbito espírita promovidos por la CEPA, a modo de actualizar al lector.
Esa ha sido la razón que nos mueve y otra vez nos embarcamos en un nuevo viaje en el cual esperamos contar con la benevolencia de nuestros pacientes y amables lectores y vernos favorecidos con su interés por seguirnos en la lectura.
Reciban todos vosotros un fraternal abrazo.
René Dayre Abella y Norberto Prieto
Centro Virtual de Estudios Espiritistas y Afines "Manuel S. Porteiro".



sábado, 28 de julio de 2012


 
UNA BAILARINA DE BALLET, AUTORÍA DE DEGAS, A TRAVÉS DE LA MEDIUMNIDAD DE LUIZ GASPARETTO.


D O S S I E R
por
MARIE-NOËLLE COURTIOL
MÉDIUMS ARTISTAS
EN LA REPÚBLICA CHECA Y EN BRASIL



LE JOURNAL SPIRITE N°73 JULIO 2008

■ Art brut y espiritismo en la República checa

En la galería de la ciudad de Praga tuvo lugar del 2 de junio al 31 de agosto de 1998 una exposición de art brut. Presentó
a numerosos artistas checos y eslovacos, pero igualmente algunos grandes nombres tales como Aloïse, Joseph Crépin,
Raphaël Lonné, Augustin Lesage, Guillaume Pujolle, Madge Gill, Scottie Wilson, Adolf Wölfli... Esta exposición fue la
más importante realizada sobre este tema en la República checa y permitió entreabrir una puerta sobre este universo
tan particular, creado fuera de todo sistema artístico oficial o de instancias culturales reconocidas. Es en Francia, desde
la fundación de la Compañía del art brut en 1948, y las investigaciones anteriores de los surrealistas sobre “el arte de los
locos”, que el público se ha familiarizado algo con este arte fuera de lo común. Las realizaciones checas y eslovacas son aún
bastante desconocidas, y sin embargo ciertos nombres como los de Zemánková, Marková, Kodovská o Krízek comienzan
progresivamente a salir a la superficie. He aquí la semblanza de dos de ellas: Anna Zemankova y Cecilie Markova



Anna Zemankova nació el 23 de agosto de 1908 en
Olomouc, Moravia. Su padre era peluquero y tocaba la cítara
en los restaurantes. Anna hizo estudios de odontología y en
1933 se casó con un oficial con quien tuvo tres hijos. En
1939 murió su primer hijo y los alemanes ocuparon Moravia.
Después de la guerra, la familia se estableció en Praga. A la
edad de cincuenta y ocho años, se le declaró una diabetes
que terminó en la amputación de sus dos piernas.
Fue en 1960 cuando comenzó a dibujar. Todas las mañanas,
trabajaba entre cuatro y siete horas en estado de trance; por
otra parte fue considerada como médium. Su universo es
extraño, compuesto de asuntos de inspiración vegetal: flores
carnívoras y plantas que a veces se parecen a los órganos
internos femeninos. Trabajó luego al pastel y al temple,
añadiendo a veces aceite de cocina y igualmente realizó
collages con perlas, strass y flores recortadas.
Anna Zemankova murió en Praga el 15 de enero de 1986.
Su obra está presente en numerosas colecciones públicas:
Colección del Art Brut en Lausana, Archivo de Outsiders en
Dublín, Colección ABCD, Colección l’Aracine en Villeneuve
d’Ascq...
■ Cecilie Marková era, de acuerdo a su entorno, una persona
“sencilla y noble que tenía un aura”, ella jamás hablaba de
arte, pintura o dibujo, decía: “mi creación”. Iniciada en el
espiritismo por su esposo en Kyjov a finales de los años 30,
enviudó tras cuatro o cinco años de matrimonio. Desde
entonces dibujó, cada tarde, después de una invocación,
iluminada por la llama de una vela. En cuadernos Marková
tomó nota de sus oraciones (en lengua checa), así como de
mensajes recibidos (en lengua desconocida para nosotros).
Esta lengua espírita y su escritura variaron con el transcurso
de los años. Para ella, como para otros médiums, las sesiones
de espiritismo realizadas a
veces luego de un duelo o
de un drama de la vida, “han
autorizado” la apertura de
una brecha donde a menudo
se hacen visibles diversos
mundos, la mayoría de las
veces gracias al lápiz. La
autorización interior puede
ocurrir a cualquier edad,
hace saltar la censura y
permite entregarse a veces
al dibujo automático,otras
veces a la captación de “visiones”. A veces también le es
posible al médium o a un observador notar la duración “del
cambio de plan de conciencia”.
■ Médiums brasileños

Brasil cuenta con numerosos artistas médiums, que reciben
los colores y las formas de los espíritus del más allá. Tierra
de contrastes, este país es el crisol de una incesante mezcla
de culturas y de ideas, donde son frecuentes las dobles y
hasta triples pertenencias religiosas, en el origen de lo que se
denomina el sincretismo brasileño, al cual no puede escapar
el espiritismo; un espiritismo que ha prosperado adaptándose
con frecuencia a las costumbres y creencias locales. He
aquí la semblanza de dos brasileños, Luiz Gasparetto y
Flavio de Souza Lima que han desarrollado y trabajado su
mediumnidad en los centros espíritas.
■ Luiz Gasparetto

Luiz Antonio Alencastro Gasparetto nació en São Paulo, el
16 de agosto de 1949, en una familia modesta de inmigrados
italianos. Sus padres Aldo y Zibia le
educaron según la doctrina espírita,
lo cual permitió a todos los miembros
de su familia comprender y dirigir las
aptitudes mediúmnicas que poco a poco
empezaron a manifestarse en él. En
efecto, desde muy joven fue marcado por
el llamado de los espíritus: hacia los cuatro años era nervioso,
agitado, insomne y tenía una sensibilidad muy rara a esa
edad. Frecuentó con su familia un centro espírita en el que
muy pronto manifestó una gran aptitud para diversas formas
de mediumnidad; los espíritus hablaban a través su boca,
le dictaban mensajes, a veces en una lengua desconocida;
muy pronto fue presa de impulsos para dibujar, que se
anunciaban por temblores en el brazo, y se ponía a ejecutar
retratos y paisajes así como formas abstractas con una rapidez
fulminante. A la edad de trece años, trató de pintar, pero no
hizo nada: no estaba dotado.
Tres meses más tarde se disponía a abandonar los pinceles,
cuando el espíritu del gran pintor Manet lo visitó y le
propuso ayudarlo. Luiz aceptó y en tres minutos pintó
un soberbio retrato.
Se le llevó entonces a ver al célebre médium Chico Xavier
ante quien realizó unos quince cuadros. Para su gran sorpresa,
Chico Xavier identificó algunos como obras del célebre
pintor holandés Rembrandt (1606-1666). Así fue como
empezó una nueva etapa en el trabajo del médium, pues se
iba a dar cuenta de que a través él se manifestaban pintores
conocidos, y no de los menores, puesto que se trataba de
Monet, Leonardo da Vinci, Miguel Ángel, Toulouse-Lautrec,
Modigliani etc. y en sus cuadros se reconoce el más puro
estilo de sus autores. Cada pintura posee las características,
los colores y la firma innegable del artista célebre.
Entrevistado por el periodista y reportero Bernard Martino
en 1989, he aquí lo que dijo Gasparetto sobre este período:
“A los 13 años me di cuenta de que estaba en contacto
con los espíritus... Ni siquiera sabía donde se encontraba
Francia, ni tampoco los otros países... No conocía el nombre
de los pintores que se manifestaban... (porque durante ocho
años vinieron sin identificarse, esperando que yo creciera...)
más tarde, cuando comenzaron a firmar y a afirmar su estilo
propio, me acuerdo que Modigliani firmó, y yo nunca antes
había oído aquel nombre. Fui a consultar un libro, uno de
los libros de la biblioteca municipal porque no tenía libros
de arte en la casa, nunca los había tenido, y me enteré quien
era; y también todos los demás, terminé por aprender cómo
habían vivido para conocerlos...”
Para su vigésimo cumpleaños ya Luiz había producido unas
2.400 telas provenientes de artistas conocidos del pasado.
Luego, a los 25 años, su guía se manifestó y le pidió que
tomara lecciones de baile. Luiz estaba algo desconcertado,
pues jamás había manifestado el menor interés o talento para
el baile. Pero se plegó al deseo del espíritu y el año siguiente
mientras estaba en trance pintando, remangó de repente las
piernas de su pantalón y comenzó a pintar con los pies. En
algunos minutos, produjo el maravilloso retrato de una joven
mujer firmado: “Renoir”. Gasparetto ya había desarrollado
la capacidad de crear dos pinturas simultáneamente, una
con la mano izquierda y otra con la derecha, con dos firmas
diferentes. Con el talento recientemente desarrollado ahora
podía pintar tres telas simultáneamente (aparentemente las
lecciones de baile habían tenido como finalidad desarrollar
una mayor destreza en los pies).
Gasparetto hizo estudios de psicología en Brasil y luego en
Estados Unidos. Durante mucho tiempo realizó sus sesiones
de pintura mediúmnica mientras trabajaba como psicólogo
en una pequeña clínica de las afueras de Rio de Janeiro.
Todas sus telas eran vendidas en subastas a beneficio de
obras de caridad.
Desde 1974 comenzaron las investigaciones sobre el
fenómeno “Gasparetto”, lo cual le obligó a viajar por todo
el Brasil y luego al extranjero para hacer demostraciones
de pintura mediúmnica. Gasparetto es conocido
internacionalmente, ha escrito para numerosos periódicos
y revistas de diversas partes del mundo. Igualmente ha
producido para la televisión brasileña un programa regular
dedicado a los fenómenos paranormales en el cual nunca se
ha apartado de la explicación espírita.
■ ¿De qué manera trabaja?

Sus obras son de gran calidad y las condiciones en las
que las realiza son sorprendentes por su velocidad de
ejecución y por la multiplicidad de los estilos que es capaz
de desplegar. Entra en trance con gran rapidez y trabaja
a una velocidad fulminante, en una sala apenas iluminada
por una débil luz roja donde es imposible distinguir un
color de otro. Su método de trabajo es por lo menos poco
usual: sobre una mesa, con los ojos cerrados o la cabeza
apoyada en el hueco de su brazo izquierdo, pinta sin ver
nunca el resultado de sus gestos. Todo pasa muy rápido.
No elige sus colores y en cuanto un dibujo está terminado,
lo aparta para comenzar otro sobre una hoja en blanco.
Para realizar una pintura, toma los colores sin mirarlos, los
extiende sobre la tela con la palma de la mano, pinta con los
dedos y firma cada obra como lo haría el presunto autor. Lo
más asombroso, no es sólo la verosimilitud del estilo, sino
también la velocidad con que trabaja: en algunos minutos
realiza con los ojos cerrados lo que cualquier profesional
haría en algunas horas, e incluso algunos días, con los ojos
abiertos. Le ocurre también que pinta en total oscuridad y
también completamente al revés, es decir que es preciso dar
vueltas al cuadro producido, con la parte de abajo hacia
arriba, para ver de qué se trata. Y todo eso siempre a una
velocidad inaudita. Y cuando Gasparetto se cansa de utilizar
las manos, se descalza y repite su hazaña con los pies.
A Bernard Martin, que le preguntó lo que siente cuando
pinta, le respondió:
“No estoy consciente de lo que pasa sobre el papel... trato de
no prestar ninguna atención... cuando comienza el trance
siento una excitación muy fuerte... mi cuerpo se entumece y
entonces los espíritus comienzan a utilizar mi cuerpo... yo,
no sé lo que van a hacer, trato de ver lo menos posible para
no interferir por un impulso natural... entonces, no sé lo que
van a hacer, pero estoy consciente de su presencia... a veces,
unos están trabajando mientras yo hablo con otro que está
al lado...”
Aún antes de que un pintor firme, Gasparetto sabe con
frecuencia de qué espíritu se trata:
“A veces estoy distraído y no lo reconozco, pero si presto
atención al pintor, entonces sé quién es... simplemente por
su modo de llegar... pero cuando son dos o tres al mismo
tiempo, ya no lo sé... a veces son tres juntos, con las manos
y con los pies, entonces no es posible saber, es confuso... me
retiro, me pongo entre paréntesis, las manos trabajan solas...
aflojo todo mi cuerpo y me entrego totalmente a ellos...”
Finalmente, cuando se le pregunta si los pintores que se
manifiestan han conservado las características, físicas o
psicológicas de su vida, responde:
“La gente cree que cuando uno muere, se transforma, pero
eso es falso, se queda igual, sólo se evoluciona con arreglo
a las experiencias que se tengan, como aquí, el tiempo
y el espacio siguen iguales para ellos. En cambio, en la
dimensión donde se encuentran, son diferentes físicamente,
por ejemplo, cuando Toulouse-Lautrec se acerca, ya no
tiene problemas con sus piernas. Me parece una persona
muy alegre, llena de humor, se interesa por la cocina y
de vez en cuando me da recetas de cocina francesa, es
alguien como todo el mundo, muy diferente a Van Gogh
que es un personaje más serio, que estudia metafísica, le encanta eso. Quiere volver
a reencarnar para cumplir un trabajo espiritual en la tierra, un trabajo que ya
quería hacer cuando era Van Gogh, pero en lugar de eso se dedicó a la pintura;
gracias a Dios fue pintor... o Delacroix, que se pasea en jeans americanos, es muy
moderno, nunca hubiera pensado que era Delacroix... o Leonardo da Vinci que es
un extraterrestre, siempre viene acompañado de seres como él, que no son de este
planeta, viene por períodos y luego se va... ¡Renoir! Es muy hermoso, como un dios
griego, además en otra vida fue Fidias (el más conocido de los escultores de la
Grecia antigua, un siglo antes de JC.) y luego fue Renoir...”
Igualmente Gasparetto es capaz de producir bajo la influencia de autores póstumos,
magníficas esculturas así como collages, y esto también a una velocidad prodigiosa.
Todos los pintores que contaron en este planeta han pintado a través de Gasparetto:
¡Delacroix, Van Gogh, da Vinci, Monet, Rubens, Goya, Degas, Gauguin y Matisse!
Una buena cincuentena en total, de los cuales más de un tercio son franceses.
■ Flavio de Souza Lima

En agosto de 1999, durante una visita a Brasil, nuestro presidente
Jacques Peccatte tuvo la oportunidad de conocer a un pintor
médium muy sorprendente que presenta grandes semejanzas
con Gasparetto. Este pintor médium, de unos cincuenta años,
se llama Flavio de Souza Lima. Vive en la ciudad de Santos,
cerca de São Paulo y produce regularmente una gran cantidad
de pinturas y dibujos mediúmnicos. Trabaja rodeado de algunos
amigos en un grupo espírita del cual se ocupa.
El encuentro tuvo lugar en la casa de Flavio. He aquí lo que nos dice Jacques
Peccatte:
“Después de una conversación de una media hora, el pintor médium se instaló en
su taller. Sentado junto a una gran mesa con todo su material de guaches, pinceles
y pasteles, alrededor de él, se puso a dibujar y a pintar con gran virtuosidad.
Sin condiciones particulares de preparación o de recogimiento, sino el silencio
y la atención de los pocos asistentes presentes, Flavio se puso a pintar al pastel
sobre grandes hojas blancas que le tendía su asistente. Produjo así 16 dibujos,
sin interrupción, a razón de alrededor de uno a tres minutos por dibujo. Se servía
de sus dos manos, que trazaban a gran velocidad los esbozos, y elegía sus colores
sin mirar. Luego, pidió telas y terminó cuatro cuadros al guache que fueron
ejecutados con el mismo automatismo que anteriormente, de una forma muy
rápida. Al contrario de ciertos médiums que muestran signos de trance, Flavio
parece perfectamente relajado, tiene los ojos abiertos, está consciente y deja ir sus
manos a la conveniencia de una voluntad que le es ajena. Tampoco hay temblores
o crispación de la mano; ni estado de postración, ni estado segundo, ni trance,
sino el estado consciente de alguien que parece no saber lo que hacen sus manos.
El resultado es asombroso pues la elaboración de cada dibujo o cuadro parece
completamente anárquica, y al final, uno se encuentra ante un retrato o un ramo
de flores. Flavio inscribe el nombre del espíritu al pie de la obra, pero aun antes de
haberlo escrito, ya se ha adivinado la identidad de un pintor célebre reconocible
por su estilo. Surgen así los Toulouse-Lautrec, Matisse, Dalí, Picasso, Renoir y
cuatro pinturas son firmadas: Van Gogh, Modigliani, Manet y Monet. Para estas
cuatro telas, Flavio utilizó directamente sus manos, realizando los fondos con las
palmas de sus manos y los detalles con los dedos”.
Como pueden comprobar, se encuentran numerosas analogías en la manera
de trabajar de estos dos pintores médiums, aunque Gasparetto trabaja en
estado de trance y con una hiper-agitación que no se encuentra en Flavio
que permanece muy calmado. Sin embargo, en ambos casos, los espíritus
artistas del pasado buscan hacerse reconocer insuflando una creación que
queda en la continuidad de su obra. Se expresan a través de estos médiums
para aportar la prueba irrefutable de su identidad y por ende también la
prueba de la supervivencia del alma.

No hay comentarios:

Publicar un comentario