EL POR QUÉ DE UN NUEVO BLOG

Después de abrir y mantener actualizado el blog: CENTRO VIRTUAL DE ESTUDIOS

ESPIRITISTAS Y AFINES, para la formación doctrinaria dentro de los postulados eminentemente racionalistas y laicos de la filosofía espírita codificada por el Maestro Allan Kardec que exhibe la Confederación Espírita Panamericana, a la cual nos adherimos, creímos conveniente abrir un nuevo Blog de un formato más ágil y que mostrase artículos de opinión de lectura rápida, sin perder por ello consistencia, así como noticias y eventos en el ámbito espírita promovidos por la CEPA, a modo de actualizar al lector.
Esa ha sido la razón que nos mueve y otra vez nos embarcamos en un nuevo viaje en el cual esperamos contar con la benevolencia de nuestros pacientes y amables lectores y vernos favorecidos con su interés por seguirnos en la lectura.
Reciban todos vosotros un fraternal abrazo.
René Dayre Abella y Norberto Prieto
Centro Virtual de Estudios Espiritistas y Afines "Manuel S. Porteiro".



domingo, 6 de octubre de 2013


CONAN DOYLE Y LÉON DENIS,
UN RESPETO MUTUO

LE JOURNAL SPIRITE N° 93 JUILLET 2013


En su discurso de apertura del Congreso Espírita de 1925
en París, que reunía a los representantes de veinticinco
naciones, Léon Denis rindió un vibrante homenaje a los
investigadores ingleses y especialmente a Sir Arthur
Conan Doyle:
“Honremos a estos hombres laboriosos que, con la frente
en alto y el alma serena, no han temido enfrentar la
opinión hostil, proclamar su convicción y el resultado de
sus trabajos. En primera línea, coloco a los sabios ingleses
que, desde William Crookes hasta Lodge, pasando por
R. Wallace, Myers y Barrett, sin olvidar a nuestro amigo
Conan Doyle, han dado tan gran ejemplo. Con frecuencia
he citado este ejemplo de los sabios ingleses, y recordado
el coraje con que han enfrentado la opinión. Es a ellos a
quienes debemos el ver hoy elevarse este magnífico edificio
del pensamiento y de la ciencia humana”.
¿Qué tienen en común estos dos hombres que la Mancha
separa, uno, prolífico escritor y padre de Sherlock
Holmes, el otro considerado como “el apóstol del
espiritismo” y sucesor de Allan Kardec? Evidentemente,
la defensa de la idea espírita, su profunda convicción y su
indeclinable empeño por la difusión del espiritismo y su
lucha contra el escepticismo, no podían sino reunirlos.
Nacimiento de la idea espírita
Iniciado con las mesas giratorias entre 1885 y 1888
cuando todavía era médico, Conan Doyle decide efectuar
una serie de investigaciones sobre el fenómeno. Se une
a la Sociedad de Estudios Psíquicos. Sus detractores le
atribuyen esta curiosidad a la pérdida de su hijo menor,
Kingsley, en la guerra.
Conan Doyle admite de buena gana que ese duelo le ha
abierto los ojos sobre otro mundo y que “estos estudios
psíquicos, que había proseguido por tanto tiempo,
eran de una inmensa importancia y ya no podrían ser
consideradas como un simple pasatiempo intelectual o la
búsqueda de la continuación de una novela fascinante”.
Su certeza está en su experiencia: “Nunca hay un mes,
una semana, que no converse con él. ¿Por qué deberíamos
temer a una muerte que conocemos por algunos y que es
la puerta de indecibles goces?”
Desde comienzos de 1916, se dedica esencialmente
al tema espírita con su segunda esposa. Organizan
conferencias en numerosos países. A las críticas responde
incansablemente: “Puedo afirmar solemnemente que en
el curso de mi larga carrera como investigador, no recuerdo
un solo caso donde se haya mostrado claramente que me
había equivocado en un punto grave, donde haya dado
un certificado de honestidad a una manifestación que
haya sido claramente probada luego como deshonesta.
Un hombre crédulo no toma veinte años de lectura y
experiencias para ofrecer sus conclusiones”.
Una lucha sin descanso
Los periódicos más opuestos a la doctrina espírita,
como el New-York Times, se estremecieron ante la
lectura de un artículo aparecido en noviembre de
1916 en The Light, firmado por Sir Arthur Conan Doyle,
convertido en ardiente defensor de la vida después de
la muerte.
Durante una intervención pública el 11 de marzo
de 1920 en el Queen’s Hall de Londres, se mostró
impecable en un debate con Joseph McCabe, de
la Rationalist Press Association. Para introducir sus
palabras, sacó un librito negro: “En este libro, le dijo
al público, he anotado los nombres de ciento sesenta
hombres eminentes que creen sin ninguna reserva en la
verdad de la ciencia espírita. Estos hombres son políticos,
diplomáticos, escritores, científicos, militares, ejecutivos,
artistas. ¿Debe considerárseles como una partida de
bobos? La calidad de algunos adeptos al espiritismo
simplemente nos obliga a considerar esta nueva ciencia
sin prejuicios desfavorables”. (Coren, 1996, p. 169-170)
Entre 1917 y 1930, publica seis obras sobre espiritismo
además de su Historia del Espiritualismo en 1926.
Siempre combativo, escribe en la introducción de su
libro La Nueva Revelación (marzo de 1918): “A todos
aquellos, hombres y mujeres, desde los más humildes,
hasta los más instruidos, que durante setenta años han
tenido la fuerza de carácter para enfrentar el ridículo o
los prejuicios de este mundo, a fin de afirmar su fe en una
Verdad suprema…”
Nacimiento de una amistad
La amistad entre Léon Denis y Sir Arthur Conan Doyle
nace cuando éste manifiesta el deseo de traducir al
inglés Juana de Arco Médium (Léon Denis, 1910) que
se convertirá en The Mystery of Jeanne d’Arc (1926). Su
correspondencia comienza en 1923, cuando el autor
de Sherlock Holmes solicita permiso a Léon Denis para
traducir su libro. Ese mismo año, Conan Doyle muestra
al público del Carnegie Hall fotografías del cenotafio
de White Hall en Londres, tomadas el 11 de noviembre
de 1923, día conmemorativo del armisticio. Cada año,
desde la guerra, tres minutos de silencio honraban la
memoria de los soldados británicos caídos en el campo
de honor. Los clisés proyectados muestran varios
cientos de rostros que, según Sir Arthur, representan los
soldados muertos. Fue por un médium inglés rodeado
de espíritas que se obtuvieron tres clisés. El periódico Le
Midi, fechado el 12 de abril de 1923, destaca la intensa
emoción del público durante esta proyección fuera de
lo común.
Sir Arthur Conan Doyle no olvida hacer llegar a Léon
Denis esos clisés del monumento de White Hall,
acompañados por una carta impregnada de respeto: “Le
saludo como a un viejo guerrero en batalla y también como
a un gran escritor francés”. El 23 de septiembre de 1924,
Conan Doyle le hace enviar la fotografía psíquica del Dr.
Geley que había sido registrada a las 11 de la mañana
en el British collège of Psychic Science, en el círculo Crewe,
documento que en la época fue mencionado por las
publicaciones espíritas. En la foto, tomada el 24 de julio
de 1924, Léon Denis pudo ver la imagen suspendida
entre tres personas de Gustave Geley, fallecido nueve
días antes.
En el prefacio del libro Léon Denis intimo, escrito por
Claire Baumard que fue su secretaria durante dieciocho
años, Conan Doyle escribe estas líneas en 1929: “Dedico
estas páginas a la memoria de Léon Denis, el maestro
venerado a quien debo una justa comprensión de la
vida y de la muerte”. El retrato presentado expresa, sin
duda alguna, su profundo apego y su viva emoción al
conocerlo: “Sinceramente debo decir que pocos hombres
han producido, en un tan corto lapso de tiempo, una
impresión más viva en mi espíritu. Todavía vuelvo a
ver muy claramente su espalda sólida y fuerte, su aire
majestuoso y su cabeza leonina que recordaban a aquellos
viejos sacerdotes celtas o a los guerreros primitivos, figuras
notables de un tiempo pasado que le encantaba evocar.
Severo pero benévolo, impetuoso pero sabio, emotivo pero
reflexivo, tales eran las cualidades tan diferentes que percibía
sobre ese notable rostro. Como escritor, me conmueve
profundamente… Ahora, me desvanezco para dejar al
lector enterarse más íntimamente de la historia terrenal de
este hombre superior, historia escrita por quien tuvo tan
excepcionales oportunidades de conocerlo y comprenderlo”.
Conan Doyle, Presidente honorario del congreso
Durante el Congreso Espírita de 1925, Conan Doyle fue
invitado como presidente honorario y dictó una primera
conferencia en la sala de las Sociedades Científicas ante
un numeroso público, y luego una segunda en la sala
Wagram. Dos mil personas no pudieron entrar y la prensa
de la época mostró su asombro, al comprobar que en
París el espiritismo le interesaba a tanta gente. Léon Denis
se alegró por esa solicitud de la multitud alrededor de Sir
Arthur. En el discurso de clausura del Congreso, destacó
una vez más el alcance de la palabra de su amigo del
otro lado de la Mancha: “Por último, agradeceré sobre todo
a nuestros hermanos ingleses, americanos y de todas las
naciones que han venido a participar en nuestros trabajos,
y especialmente a Sir Arthur Conan Doyle que ha dado un
impulso tan vigoroso a la opinión espírita, y ha hecho resonar
en toda la prensa francesa su palabra vibrante y el resultado
de sus proyecciones. Nos ha prestado una colaboración que no
olvidaremos jamás, y cada vez que quiera regresar a Francia,
lo mismo que ustedes, mis Hermanas y Hermanos, serán
acogidos de una manera absolutamente sincera y fraternal.
Uno a estas palabras, mis respetos a Lady Conan Doyle quien
ha querido acompañar al ilustre escritor a través del mundo,
porque es en todo el mundo donde ha sembrado el germen de
la verdad y la creencia”.
A los ochenta años, casi ciego, Léon Denis dirá a la salida
del Congreso que ha pasado el tiempo de la impugnación
de la idea, dejando lugar finalmente a la discusión, pues
él, como Sir Arthur Conan Doyle cuyo coraje admira, han
sabido dar la fuerza necesaria a la idea de la inmortalidad
del alma, de las vidas sucesivas y de la evolución, para que
sea oída y estudiada. Pruebas, ¡siempre las habrá!

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