EL POR QUÉ DE UN NUEVO BLOG

Después de abrir y mantener actualizado el blog: CENTRO VIRTUAL DE ESTUDIOS

ESPIRITISTAS Y AFINES, para la formación doctrinaria dentro de los postulados eminentemente racionalistas y laicos de la filosofía espírita codificada por el Maestro Allan Kardec que exhibe la Confederación Espírita Panamericana, a la cual nos adherimos, creímos conveniente abrir un nuevo Blog de un formato más ágil y que mostrase artículos de opinión de lectura rápida, sin perder por ello consistencia, así como noticias y eventos en el ámbito espírita promovidos por la CEPA, a modo de actualizar al lector.
Esa ha sido la razón que nos mueve y otra vez nos embarcamos en un nuevo viaje en el cual esperamos contar con la benevolencia de nuestros pacientes y amables lectores y vernos favorecidos con su interés por seguirnos en la lectura.
Reciban todos vosotros un fraternal abrazo.
René Dayre Abella y Norberto Prieto
Centro Virtual de Estudios Espiritistas y Afines "Manuel S. Porteiro".



domingo, 10 de enero de 2016

Entrada nueva en Grupo Espírita de La Palma

DOMINGO GALINDO Y ESPINO: UNA PERSONALIDAD ESPIRITISTA CANARIA DE LA ISLA DE LANZAROTE

by idafe

Domingo GalindoDOMINGO GALINDO Y ESPINO: UNA PERSONALIDAD CANARIA DE LA ISLA DE LANZAROTE

Domingo Galindo y Espino fue un espiritista canario natural de Tenerife, aunque residente durante la mayor parte de su vida en Arrecife (isla de Lanzarote).

Fue una figura destacada en la sociedad lanzaroteña, estando su nombre al lado de las más importantes realizaciones en la isla en aquellos años.

En la capital lanzaroteña sería durante varios años corresponsal y encargado de formalizar las nuevas suscripciones a la revista espiritista tinerfeña "La Caridad" (fundada por Miguel Miranda y León) que se producían en la isla. Precisamente en el encabezamiento de la publicación, figuraba su nombre en el apartado "Puntos de suscripción", de esta forma: "En Lanzarote, D. Domingo Galindo".

Ocupó el cargo de administrador depositario del primer Hospital público que tuvo Arrecife en el año de su fundación (1887), siendo secretario-contador Segundo Martinón Topham y director José Arata Álvarez. En dicho cargo le sucedería en 1888 Tomás Lubary Barreto.

También fue administrador del periódico “El Horizonte”, que se publicó en Arrecife desde el 1 de mayo de 1887 al 1 de mayo de 1889, en la imprenta de Francisco Martín González.

Entre finales del siglo XIX y comienzos del XX sabemos que ejercía como secretario del Ayuntamiento de Arrecife, cuando era alcalde del mismo D. Santiago Pineda Morales. Estando en este cargo, contrajo matrimonio en 1903 con la Srta. Isabel Benítez.

Ejerció diversos cargos consulares. En 1906 recibe el Regium excequatur para ejercer como Cónsul de la República de Santo Domingo en Arrecife; en 1908 es nombrado sustituto del Cónsul de Cuba en Lanzarote, y en 1910 se le nombra Cónsul de la República Dominicana en la misma isla.

Militó también, como tantas personalidades de su época, en la masonería, figurando entre los miembros del la logia masónica de Arrecife de Lanzarote de nombre "Timanfaya nº 199", erigida en 1882 bajo los auspicios del Serenísimo Gran Oriente de España, junto a Domingo Negrín Suárez, Juan Maestre, Daniel Martinón y Vicente Medina. Perteneció, igualmente, a las logias “Júpiter 208” y “Atlántida”, ocupando en todas ellas el cargo de secretario guarda-sellos.

ARRECIFE (I)
Arrecife, Puente de Las Bolas (comienzos del s. XX)

Dado su carácter y posición, así como su pública dedicación a la difusión de los ideales espiritistas, no dudamos que defendiera éstos en los foros de debate sociales donde se discutían las ideas en boga entonces. Esto es lo que parece poder inferirse a partir de lo que informan J. Montelongo Franquiz y Marcial A. Falero Lemes en su libro "El Puerto de Arrecife" (1), cuando en un texto dedicado a la memoria del médico lanzaroteño José Molina Orosa y aludiendo al padre de éste, Gonzalo Molina Pérez - alcalde de Arrecife entre 1885 y 1887 - y a su determinante influencia en la vida de su hijo y futuro médico de renombre, comentan:

"Gonzalo Molina Pérez contaba con la amistad de muchos prohombres de la sociedad arrecifeña de finales del siglo XIX: Leandro Fajardo, Antonio María Manrique, Carlos Schwartz, Tomás y Marcelino García, Santiago Pineda, Domingo Galindo, Juan Santa Ana, Manuel María Coll, Francisco Matallana, Rafael Ramírez, el cura Leandro Lara y Arbelo, etc.; con los que se reunía los sábados para discutir sobre ideas y creencias. Estas reuniones llevarían a la creación de las grandes sociedades arrecifeñas nacidas en el pasado siglo (La Democracia y el Casino de Arrecife)".

Sus actividades espiritistas fueron notables. Una en particular quedó reflejada en las páginas de la revista La Caridad. Nos referimos a su intervención en defensa del espiritismo, contestando las críticas vertidas en su contra desde el púlpito en varias oportunidades, por el cura de la parroquia de Arrecife de Lanzarote, a finales del mes de marzo de 1882. Este hecho motivó la redacción y publicación de algunos artículos en La Caridad y la intervención del propio Domingo Galindo.

La revista espiritista tinerfeña reprodujo en sus columnas dos cartas remitidas por Domingo Galindo al referido párroco. Vienen presentadas por unas palabras de su director, Miguel Miranda:

“Damos las más gracias a nuestro buen hermano en creencias, Don Domingo Galindo, por la actividad que ha demostrado en acudir a la defensa de la cristiana doctrina espiritista, cuando a mansalva se la injuria desde un lugar donde no es permitida la contestación a los errores que en él se viertan. Nuestro buen hermano no sólo ha cumplido el deber que su conciencia le ha dictado, sino que ha interpretado fielmente nuestros deseos, dirigiendo al cura de la parroquia de Lanzarote las dos cartas que a continuación transcribimos, y las cuales no han merecido el honor de la contestación. ¡Tampoco lo extrañamos!”.

Veamos ahora estas dos cartas:

1ª Carta:

“Muy Sr. mío y de mi consideración:
Como corresponsal en esta Isla de la ilustrada Revista Espiritista LA CARIDAD, que ve la luz en Santa Cruz de Tenerife, tengo el gusto de acompañarle uno de sus números, en el cual hallará V. un artículo con el epígrafe Otra Provocación, que se refiere a los sermones que V. tuvo a bien predicar en la parroquia de su cargo, en las últimas noches del mes de Marzo próximo pasado.

Y debo advertir a V. que al tomarme la libertad de molestarlo con la presente, no sólo lo hago interpretando los deseos de los honrados redactores de dicha publicación, que anhelan vivamente entrar en el terreno de la discusión pública con todos aquellos que sin fundamentos razonables ni consideraciones de ninguna especie ultrajan y ridiculizan a la cristiana doctrina del espiritismo, para que se vea con toda verdad y a la luz del día quienes sean los locos y los que están envueltos en las sombras del error, sino porque a la vez considero será a V. grato tener conocimiento de todos los particulares que de V. hagan mérito.

En la creencia de que V. me disimulará esta franqueza, queda suyo afectísimo S. S.
Q.B.S.M.

Domingo Galindo
Mayo, 12, 1882.”

2ª Carta:

“Muy Sr. mío: 
Días pasados tuve el gusto de dirigirme a V. acompañándole el número 22 de la Revista LA CARIDAD, y aunque no ha tenido V. la amabilidad de acusarme recibo (que no lo extraño), me consta perfectamente que todo obra en su poder, suponiéndole, por lo tanto, impuesto del artículo al que me refería.

Hoy, impulsado por las mismas causas que le expresé en mi anterior, le remito el número 23 de la citada publicación, en la que verá V. otro artículo que le interesa, con el epígrafe Siempre los mismos.

Los espiritistas creen firmemente que V. no se negará a entrar en la discusión pública que le ofrecen, tanto más cuanto que esparcir la verdadera luz y sacar a los desgraciados del error en que se hallen, es la esencial misión de los que se llaman ministros del Señor.

Siempre a sus órdenes con toda consideración, afectísimo S. S.

Q.B.S.M.

Domingo Galindo
Junio, 1º, 1882.”

Domingo Galindo y Espino colaboró con sus escritos en diferentes publicaciones periódicas tanto de Canarias como de la isla de Cuba.

Falleció en 1927 en Arrecife, Lanzarote.

NOTAS

1) Litografía Valverde, 2000. Ed. Cabildo de Lanzarote y el Ayuntamiento de Arrecife.

lunes, 4 de enero de 2016





ESPIRITISMO Y CUESTIONES SOCIALES
LA HOMOSEXUALIDAD por SARAH OUNIFI 
LE JOURNAL SPIRITE N° 102 octobre 201556

Las leyes de la reencarnación permiten comprender quiénes somos y de dónde venimos. Así, pasamos de vida en vida a través de las épocas, las culturas y las civilizaciones para aprehender todas las riquezas que la vida puede ofrecer, y para completar nuestras experiencias, pues cada existencia permite una nueva visión sobre el mundo, como podría hacerlo una cámara y sus diferentes ángulos a fin de apreciar un paisaje en su totalidad.
Pasamos de un sexo a otro y es importante recordar que el Espíritu no tiene sexo determinado. El espíritu vivirá cierto número de vidas como hombre o mujer y optará por una u otra de acuerdo con las elecciones decididas y las necesidades.
Pero de todas maneras, encarnado en la materia, deberá poder vivir plenamente su sexualidad, fenómeno natural, fisiológico y fuente de equilibrio.
Las vidas sucesivas formarán pues el carácter del espíritu a través de sus diferentes experiencias masculinas o femeninas, y desarrollará poco a poco una dominante, siempre en relación con su propia trayectoria palingenésica. Si uno se remonta en el tiempo, las religiones, cualesquiera que sean, han jugado un papel muy importante en lo que a las costumbres se refiere, definiendo así lo que era moral y lo que no lo era, lo que era normal y natural y lo que se volvía anormal y contra natura.
La sexualidad, o más precisamente las sexualidades, difieren según las culturas, las regiones y las épocas, incluso hoy la influencia religiosa ha atravesado la historia para quedar profundamente anclada en nuestras culturas y se funde en forma menos visible en nuestros modos de vida, nuestras costumbres y tradiciones.
Ateas o espiritualistas, nuestras sociedades siguen estando todavía muy influenciadas en sus buenas costumbres aunque en estos últimos veinte años observemos una evolución de las mentalidades.
Así, no es raro escuchar que la homosexualidad es contra natura, una enfermedad del cuerpo o del alma, un vicio, una perversidad o hasta señal de una obsesión.
¿Qué nos dicen los Espíritus sobre el tema?  Ellos nos invitan a comprender más que a condenar y si todas las cosas tienen su explicación, lo mismo vale para los LGBT, sigla utilizada para designar en general a las lesbianas, gays, bisexuales y transgéneres.
A partir de la noción de reencarnación, es fácil comprender la dificultad que acarrea un cambio de sexo de una vida a la otra. Si bien podemos ser fuertemente influenciados por nuestra educación, nuestra sociedad o nuestra cultura, parece igualmente evidente que seguimos muy fuertemente influenciados por nuestras vidas anteriores, incluso en términos de sexualidad.
Así, un hombre que haya pasado antes muchas vidas como mujer, puede seguir en esta vida siendo atraído por los hombres; igual que una mujer, a través muchas vidas como hombre, ha podido desarrollar un dominante masculino.
Igualmente es posible que ese hombre o esa mujer puedan experimentar dificultad en asumir un cuerpo que no se corresponde para nada con su estado de espíritu; especialmente los transexuales que experimentan un verdadero sufrimiento.
Viven en un cuerpo de hombre pero se sienten mujeres en todo su ser; un sufrimiento y un rechazo a su cuerpo que lleva a algunos a recurrir a la cirugía estética. Siempre, gracias a las leyes de la reencarnación, es muy probable que dos personas del mismo sexo se hayan conocido en vidas anteriores, compartiendo sentimientos profundos durante esas existencias. No se trataría entonces de una atracción por el mismo sexo sino de un reencuentro.
Estos dos espíritus encarnados superarán entonces las barreras morales y sociales para vivir en el presente la continuidad de un amor anterior. Al igual que las anterioridades, la vida presente puede explicar también una atracción por el mismo sexo.
Ocurre a veces que los padres desean mucho una niña o un varón. Al no satisfacer su deseo, ellos pueden seguir proyectando sobre el niño ese mismo deseo.
Tendrán entonces, consciente o inconscientemente, una influencia cierta sobre él y lo educarán como niña o como varón, modelando así su personalidad hasta la edad adulta. Pero ya se trate del profundo deseo de los padres, un amor anterior encontrado o una sensibilidad del espíritu, modelada en el transcurso de sus vidas, qué importa. Es cierto que esta “diferencia” conlleva mucho sufrimiento, pues no es comprendida ni admitida de acuerdo a nuestras normas sociales.
El espiritismo no emite ningún juicio moral sobre este asunto, simplemente aporta elementos de comprensión, recordando que el espíritu en sí mismo no tiene sexo y que forja su identidad a través de las vidas sucesivas.
Coloca al amor por encima de todos los convencionalismos morales, eleva la libertad de ser y de amar por encima de todas las reglas sociales y puramente humanas. Y si debiera emitir un juicio, éste sería indiscutiblemente sobre los verdaderos males de nuestro planeta, es decir la ausencia de amor, el egoísmo, el dominio, el odio; todo lo que entraba el equilibrio de la Tierra y sus habitantes y frena la evolución.
Los Espíritus nos dejan pues libres de amar de manera espiritual y carnal, y prefieren llamar nuestra atención sobre la urgencia de una paz mundial y duradera, con respeto a las vidas humanas.


viernes, 1 de enero de 2016



REENCARNACIÓN:LAS PRUEBAS
LA REENCARNACIÓN, un tema para el cine
por EMMANUELLE PÊCHEUR 
LE JOURNAL SPIRITE N° 102 octobre 2015


El cine tiene como vocación abordar todas las temáticas de la vida y no tiene, por así decir, ningún límite en la elección de los argumentos. No hay pues nada de asombroso en que el tema de la reencarnación haya sido elegido numerosas veces. Entre todas las películas que tratan de las vidas sucesivas, citaremos cuatro de ellas tratadas desde diferentes ángulos. Lo que nos parece interesante, es establecer un paralelo entre lo que se nos enseña en la filosofía espírita, la reencarnación como ley natural de evolución para todo Espíritu, y el enfoque hecho por el séptimo arte.

REENCARNACIÓN Y RECUERDOS DE LOS NIÑOS 
La película franco-suiza, Manika, una vida más tarde de François Villiers (1989), cuenta la historia de una chiquilla india de diez años, habitante de una pequeña aldea costera a orillas del Océano Índico, que afirmaba haber vivido una existencia anterior y muerto de parto. Con obstinación parecía querer encontrar a su marido de quien estaba muy enamorada. Acompañada por un jesuita irlandés, al principio muy escéptico, emprendió un periplo a Nepal, para tratar de penetrar el misterio de sus obsesivos recuerdos. Todas las descripciones hechas sobre su vida anterior resultaron exactas y Manika encontró a su marido, pero, de alguna manera sería llevada a pasar la página de su
anterior existencia para continuar su vida actual y dejar a su antiguo marido vivir en paz con su nueva familia.
En la película norteamericana Birth de Jonathan Glazer (2004),
Anna pasó años para superar la muerte de su marido John. Hoy en día, de regreso como una mujer feliz, se preparaba para casarse con Joseph. Todo iba de lo mejor hasta que un muchacho de diez años pretendía ser su difunto marido. Parecía acordarse de todo y reveló detalles de su vida que sólo ella podía conocer. Su intención era reconquistarla. Anna se debatía entre la duda y la esperanza de que fuera verdad. La vida de la joven se agitaba entonces en angustia. Llegó a ser convencida de que realmente se trataba de John. Sin embargo, al final de la película, el niño se resigna a decirle que se trata de una mentira, por haberse enterado de un evento sorprendente de su vida anterior que había ocultado completamente, y que le permitía entonces renunciar a su proyecto de reencuentro. En una carta de adiós, le daría cita en otra vida.
La reencarnación es abordada en estas dos películas a través de los obsesivos recuerdos anteriores de estos dos niños, que sólo desean una cosa en su nueva vida, encontrar su amor perdido.
Lafilosofía espírita nos enseña que el sentimiento de amor que se experimenta entre unos y otros, perdura y trasciende a las vidas. Muy a menudo, ese vínculo amoroso nos lleva a reencarnar no lejos de aquellos a los que ya se ha conocido y amado, pero la mayoría de las veces no tenemos conciencia de ello. Este olvido necesario de nuestras vidas anteriores nos permite vivir plenamente nuestra existencia presente. Sin embargo, es perfectamente concebible, aunque relativamente bastante raro, que un espíritu animado de un sentimiento amoroso y fuerte llegue, por su voluntad, a recordar su vida pasada y busque encontrar su afecto de antaño. También es probable que esa voluntad sea motivada por un deseo de dar testimonio de la realidad de la reencarnación. En efecto, las declaraciones de estos niños, que tienen recuerdos anteriores, llaman la atención y llevan a la gente a interrogarse sobre la reencarnación. En eso, el cine puede desempeñar plenamente su papel de despertar las conciencias.

LA REGRESIÓN HIPNÓTICA
En la película norteamericana Audrey Rose realizada por Robert Wise (1977), un hombre afirma que la pequeña Ivy es la reencarnación de su hija, Audrey, quemada viva y muerta en un accidente de auto a los once años. Los padres de Ivy lo toman por loco. Sin embargo, Ivy nació el día de la muerte de Audrey Rose, la pequeña fallecida. Cada noche precedente a su cumpleaños, ella sufre terribles pesadillas y revive su muerte traumatizante… Tratando de confirmar su intuición, llega a convencer a sus nuevos padres de que hagan retroceder a Ivy bajo hipnosis a su vida anterior. Desgraciadamente el hipnotizador comete un grave error en sus sugestiones hipnóticas y no logra a “volver a traer” a la chiquilla a su vida presente. Ivy revive su muerte, y vuelve a morir ahogada. El interés de esta película es doble: por una parte, se ocupa del tema de la reencarnación mostrando que el traumatismo de una muerte brutal, vivida en una vida anterior, puede tener consecuencias en la vida presente (para Ivy, son las pesadillas) lo cual es cierto. Y algunos hándicaps o aspectos de nuestra psicología, fobias, inhibiciones u otros, pueden relacionarse directamente con una vivencia traumatizante anterior, que reaparece en la vida presente. Por otra parte, presenta la hipnosis como uno de los medios para poner en evidencia la reencarnación. Audrey Rose pone el acento sobre el peligro que puede representar la regresión bajo hipnosis realizada sin precaución. En esto, los Espíritus siempre nos han indicado que esa técnica es una terapia de porvenir, pues permite a un paciente colocado en sueño hipnótico remontarse gracias a su espíritu, a la fuente de su problema y aportar una solución a partir de sugestiones adaptadas. Sin embargo, eso solamente puede hacerse si el hipnoterapeuta posee los elementos precisos sobre la persona, a fin de no cometer errores en la regresión. Ciertos eventos deben ser revelados y otros no, eventualmente los consejos pueden ser dados en sesión
espírita por Espíritus instruidos. La única incoherencia en esta película es que se considera que la niña Ivy renace el día de la muerte de Audrey. Ahora bien, nosotros sabemos que el espíritu no reencarna en el momento del nacimiento, sino que se integra a la materia en el acto de la concepción. El espíritu participa, con más o menos consciencia, en la elaboración de su nuevo cuerpo físico.

LA REENCARNACIÓN Y LA CIENCIA
Otra película norteamericana reciente de Mike Cahill (2014) I Origins confronta el enfoque científico y el enfoque espiritualista de la reencarnación a través de la historia de amor de un biólogo y una joven espiritualista. Ian Gray, un joven estudiante de doctorado en biología molecular, dirige sus investigaciones a la evolución del ojo y para ello fotografía ojos desde hace años. Conoce a Sofi, una chica enigmática; y ambos tienen un flechazo, a pesar de sus diferentes enfoques sobre la vida. Todo se trastorna cuando Sofi es víctima de un mortal accidente en un ascensor. Después de un largo período de duelo, Ian continúa sus investigaciones. Siete años más tarde, se casa con Karen, su socia de laboratorio, y tienen un hijo. En el hospital donde Karen da a luz, se practica la identificación de los bebés escaneando los ojos. Ahora bien, se descubre que el escaneado de su bebé corresponde al iris de una persona muerta, lo cual es imposible dado que cada ojo es único. La pareja descubre luego en un fichero mundial, el escaneado de los ojos de una niña de diez años, que vive en Delhi y que se corresponde exactamente con el de Sofi. Karen convence a Ian para que vaya a la India y busque a la niña. Él la encuentra y efectúa los tests para comprobar si existe correspondencia entre la niña, Salumina, y Sofi. Los resultados no son totalmente concluyentes y Ian queda muy decepcionado. Decide llevar a Salumina a su casa, pero al ver el ascensor, ella se echa a llorar, grita y se aferra a él. Ian comprende entonces que la pequeña Salumina es la reencarnación de Sofi, su gran amor. El mérito de I Origins es que aborda la reencarnación a la vez bajo el ángulo científico y espiritualista. Esta historia cuestiona a la ciencia su devenir puramente materialista y su búsqueda de la prueba material absoluta. Nuestra reflexión se vuelve entonces hacia un enfoque más amplio, que tome en cuenta el aspecto psicológico, sentimental y amoroso del fenómeno de la reencarnación.
Todas estas películas tienen el mérito de existir y no podemos sino invitarles a descubrirlas. Nuestro deseo es que en el porvenir vean la luz otras producciones sobre la reencarnación y que sean abordadas bajo el ángulo de la evolución del espíritu, pues con demasiada frecuencia nos quedamos en el campo de la prueba, y no se considera, o muy poco, el aspecto filosófico del sentido de la reencarnación. En este campo, está todo por hacer y un enfoque espírita del asunto nos permitiría ampliar grandemente la comprensión de esta ley de evolución para todos que es la reencarnación.



martes, 29 de diciembre de 2015




LA REENCARNACIÓN REENCARNACIÓN:
LAS PRUEBAS porNICOLE LAVOINE 
LE JOURNAL SPIRITE N° 102 octobre 2015



E n la revista 99, Marie-Noëlle Courtiol explica todo el trabajo de búsqueda cumplido por investigadores como Ian Stevenson y uno de los que ha tomado el relevo: Jim Tucker.
En efecto, hoy en día, los trabajos de estas personas han demostrado la realidad de la reencarnación y por lo tanto, también han establecido la realidad del más allá y de la supervivencia del alma.
Los miles de casos estudiados proceden del mundo entero, incluido el Occidente donde la idea de reencarnación está lejos de ser admitida por todos, como sí lo es en varios países de Oriente.
La prueba está hecha pues, porque es imposible desconocer todas estas declaraciones.
Muchos niños dan testimonio, pero ocurre también que los adultos tienen el recuerdo de una de sus anterioridades. La razón es la misma en ambos casos: dar testimonio. Dar testimonio de la reencarnación llamar la atención del hombre, despertar nuestra reflexión sobre nuestra supervivencia y comprender que las vidas sucesivas nos sirven para evolucionar, que una sola vida no basta para alcanzar la perfección.

LA HISTORIA DE JENNY COCKELL, AU TO R A I N G L E S A
Al principio fue de niña que Jenny recordaba su vida pasada, pero sus recuerdos persistieron a lo largo de su adolescencia y de su vida adulta. Publicó su historia bajo el título Mes enfants d’une autre vie (Mis hijos de otra vida). De la cual he aquí el resumen: El 24 de octubre de 1933, Mary Sutton, joven irlandesa de treinta y cinco años, muere poco después del nacimiento de su octavo hijo, en el hospital de Dublín (Irlanda).
Fallece llevándose consigo su inquietud por sus otros ocho hijos que deja sin protección a su padre alcohólico y violento que bebe hasta el último centavo. Veintiún años más tarde, en Inglaterra, nace Jenny, tercera hija de una familia marcada por problemas semejantes a los de los Sutton de antaño. Desde su más tierna infancia, Jenny percibe imágenes de la vida de una joven, de quien al principio no conoce sino el nombre, Mary.
Preserva sus recuerdos en una profusión de dibujos que su mamá guarda celosamente.
Luego, esas imágenes se vuelven recuerdos felices pero también inquietantes. Por ejemplo, Jenny revive y siente las circunstancias del fin de la vida de Mary, de su impotente rebelión contra el destino que la ha separado entonces de sus hijos, de su angustia ante la idea de dejarlos sin protección, y del sentimiento de culpa que experimenta por evitar una situación difícil.
Sus dibujos describen con precisión sus recuerdos, dibuja su antigua aldea con asombrosa exactitud. Todo lo que recuerda está descrito allí. Las experiencias de la vida de Mary se vuelven cada vez más precisas para Jenny, los recuerdos vagos se condensan en imágenes concretas, y la intuición de haber sido esa Mary se impone cada vez más a su conciencia hasta estar convencida de que se trata de ella misma que recuerda su vida anterior. Ya adulta, se entrega a una insólita búsqueda. Quiere encontrar a los hijos de su vida anterior, verlos, saber en qué se han convertido. Por medio de un atlas escolar, encuentra el lugar que busca: Malahide, en Irlanda.
Compara sus dibujos con los datos, encuentra la casa donde vivió como Mary, busca las direcciones de sus hijos de antaño y en efecto … ¡Logra encontrarlos! Esta historia, sucintamente resumida, se cuenta entre los testimonios más impresionantes respecto a la reencarnación. Jenny Cockell relató su trayectoria en un libro, Yesterday’s Children (Hijos de Ayer), y su relato inspiró también la película del mismo nombre.
Durante una entrevista, Jenny explica que fue difícil para ella anunciarles a desconocidos que en su vida anterior era su madre. Con uno de ellos, el contacto fue particularmente difícil. Él no comprendía lo que ella quería y sobre todo lo que le contaba. Debió acudir a una investigadora interesada en su caso. He aquí lo que Jenny explica: “En ese punto de la historia, me sentí un poco presa del pánico, y por esa razón, me relacioné con una investigadora interesada en mi caso, a fin de hacer el trámite algo más oficial, y reducir la inquietud de la familia. Esta persona reconstituyó la historia, se entrevistó conmigo, luego con el hijo mayor. Recogió nuestros testimonios.
De su trabajo, y antes de nuestro encuentro, surgieron nueve páginas de declaraciones que concordaban hasta en los menores detalles. Así, yo tenía con qué entrevistarme con Sonny.
Sonny era el hijo mayor, nacido en 1919. Me acuerdo de él hacia la edad de trece años.
Volvimos a ver juntos las notas de la investigadora e intercambiamos acerca de sus palabras.
Sonny contaba un recuerdo de su juventud y yo debía terminar la historia. Luego, me tocaba a mí empezar y a él continuar. La mayoría de los hijos debió reanudar el contacto, dado que habían sido separados y enviados a hogares diferentes. Algunos de ellos no se habían visto desde hacía mucho tiempo, y hasta durante la mayor parte de sus vidas. A fin de dejar que se encontraran unos con otros, hablaran y pasaran tiempo juntos, yo debía quedar en segundo plano y permitir que las cosas evolucionaran naturalmente. (…) No quería confundirlos con mi repentina irrupción en sus vidas.
Era una situación muy delicada”. Jenny Cockell ha permanecido en contacto con sus hijos de antes, sin ser sin embargo invasiva en sus vidas. Ha dado muestras de mucho ánimo, dando testimonio sin rendirse de su certeza de haber sido Mary Sutton. Eso le ha valido numerosas críticas. Su obra ha sido calificada de “dulce novela” salida toda de su imaginación, pero ella ha ido hasta el fin con su convicción.

R E E N C A R N A C I Ó N D E U N A M U J E R A S E S I N A DA ; CUANDO LA REENCARNACIÓN SIRVE D E P R U E B A E N U N P R O C E S O
El 26 de octubre de 1978, fue encontrado el cuerpo de una joven en el trayecto del ferrocarril del Ganges. La investigación reveló que la víctima, entonces no identificada, había sido estrangulada, ocultada en un baúl y arrojada de un tren en marcha. Cuatro años más tarde en la pequeña aldea de Bethar, Meenu, una niña de tres años, comenzó a hablar con mucha precisión de su vida anterior. Describía sus trajes, sus bienes y su soberbia casa en Kânpur, cerca de una estación y de un templo. Entonces se llamaba Sudha y estaba casada con un célebre médico, el doctor Vinay. Este último tenía una aventura con Bhagwati Sing, una enfermera. ¡La niña afirmaba haber sido estrangulada por su marido! Pidió también ir a ver a su padre anterior en Kânpur. Sus padres pensaron entonces que ella inventaba las historias. Pero ante tanta insistencia, algunos meses más tarde, la llevaron, acompañados por su abuela, a la ciudad en cuestión donde la chiquilla no había ido nunca. Sin embargo, ella los guió hasta la casa de sus padres anteriores. Llegados a una calle, reconoció a sus antiguos padres que estaban en un balcón. Su anterior mamá testimonia: “El 17 de febrero de 1983, nos encontramos por primera vez con Meenu. Estaba al otro lado de la calle y nos vio en el balcón. Le dijo a su abuela: «¡Mira, mi mamá me ve!». Luego le pidió agua a su abuela, un vendedor ambulante se la ofreció, pero ella respondió: «No, la quiero de las manos de mi mamá». La niña y su abuela cruzaron la calle, encontraron la entrada de nuestra casa y subieron las escaleras. La niña miraba hacia todos lados. Salimos a ver quién era aquella niña. Fijó su mirada sobre nosotros durante cinco minutos. Le dije: «¿Es que tú me conoces?» y respondió: «Sí, ¡eres mi mamá!». Luego dijo: «Tengo sed», la puse sobre mis rodillas y le di un vaso de agua. Se puso a recorrer la casa, y pasó por el cuarto de oraciones donde se arrodilló para rezar. Luego, se acercó a su cuñada como si la conociera”. Después, el anterior papá contó: “Cuando la vi, me reconoció y me pidió que no la volviera a dejar ahora que había regresado”. La mamá continúa: “Meenu hurgaba entre sus viejos trajes diciendo: «¡Es mi sari! ¡Es mi guitarra!» Ella siempre tocaba la guitarra. Cuando le preguntamos: «¿Dónde estudiabas en la casa?», nos llevó al nivel de su cuarto. Nos mostró el lugar exacto donde estudiaba y ordenaba sus libros. Todo lo que dijo era cierto. ¡costaba creerlo! Luego, fue a otra habitación a buscar un álbum de fotos, lo abrió y mostró las fotos del doctor Vinay y de Sudha. Identificó a cada persona sin ningún error”. Meenu dio entonces sorprendentes detalles sobre las circunstancias de su muerte: “¡La enfermera sostuvo mis manos detrás de mi espalda y el doctor Vinay me estranguló! Súbitamente, mi cuerpo fue transportado dentro de una caja que luego fue lanzada desde el Viaducto”. Describió igualmente lo que vivió inmediatamente después su muerte: “Por mucho tiempo permanecí tendida, luego erré de aquí para allá. Unas personas me llevaron al paraíso y un hombre muy luminoso, sentado en una butaca, me preguntó a dónde quería ir. Yo respondí: «Quiero ir a casa de mi abuela», pero mi pedido fue rechazado. Insistí varias veces en volver a mi casa de antaño. Entonces el hombre muy luminoso me puso algo en la mano y me envió a mi aldea. Fue así como llegué y les pedí a mis padres actuales que me enviaran a casa de mis padres anteriores”. Meenu es uno de los casos más célebres estudiados por el doctor Ian Stevenson. He aquí algunas de las preguntas que éste le hizo: ¿Quién fue testigo de tu muerte? —Vinay, Bhagwati y yo. ¿Con qué propósito regresaste a esta vida como Meenu? —Dios dijo que debía venir y he venido. ¿Dónde colocó tu marido tu cuerpo? —Lo envolvió en un lienzo, lo puso en un saco de yute y luego en una caja que arrojó al Ganges. ¿Dónde está tu marido hoy? —En prisión. ¿Deseas ver a tu marido castigado? —¡No! El testimonio de Meenu fue presentado como prueba suplementaria en el proceso del Dr. Vinay que fue reconocido culpable y condenado a cadena perpetua. La niña dice que siempre ama a su marido y reza por su liberación. A los ojos de sus padres anteriores, se trata de su hija Sudha y querrían que viniera a vivir con ellos, pero los padres actuales no desean la separación. En India la reencarnación es una creencia muy presente en muchas religiones, como el hinduísmo, el jainismo o hasta el budismo. Se resalta que, a través de sus diferentes vidas, el hombre encarnado se elevará sobre todos los planos de la existencia, ya sean éstos espirituales o intelectuales. Se comprende entonces que el caso de Meenu sea aceptado y mediatizado sin que nadie reclame que es fábula, manipulación de una niña o hasta histeria colectiva… En Occidente, las religiones monoteístas tienden más bien a rechazar la reencarnación. La sola entrevista de una niña no basta para hacer aceptar la veracidad de sus palabras. Fue por eso por lo que en el departamento de parapsicología de la universidad de Virginia, el psiquiatra Ian Stevenson se interesó en el caso de Meenu con un enfoque más científico. Según otro parapsicólogo, que también estudió el caso de la reencarnación de Meenu, parece muy difícil que una niña de esa edad sea capaz, a través de un aprendizaje o de una manipulación cualquiera, de suministrar detalles tan precisos sobre la vida de Sudha. En vista de lo que sabemos, Meenu manifiestamente quería regresar con su abuela y al mismo tiempo dar testimonio del drama que vivió pero sin ninguna animosidad. Hace dos mil años, Jesús afirmó: “En verdad te digo, nadie puede conocer el reino de Dios, si no nace de nuevo”. Idea aceptada por la religión católica, y que sobreviviría hasta el siglo VI, cuando en el concilio de Constantinopla, el término reencarnación sería rechazado oficialmente por la Iglesia y sustituido por el de resurrección. Resurrección que significa regresar a la vida en el mismo cuerpo, lo cual no es la misma cosa. Trece siglos más tarde, Allan Kardec, gracias a la comunicación con los Espíritus, reveló que la reencarnación es uno de los principios fundamentales de la enseñanza de los Espíritus y por tanto de la filosofía espírita, una ley universal y divina. Desde hace cuarenta años, nuestro Círculo ha tomado el relevo de nuestros pioneros, y continúa transmitiendo, gracias a nuestros médiums, la filosofía de los Espíritus, entre otros, sus testimonios y sus palabras sobre la reencarnación. Desde hace más de cincuenta años, investigadores y psiquiatras se han interesado con seriedad en la cuestión y lo siguen haciendo. Y hoy podemos comprobar que, con sus estudios e investigaciones, han demostrado y probado sin lugar a dudas la realidad de la reencarnación. En conclusión, podríamos decir que por razones que pertenecen a la inferioridad humana, se quiere obstaculizar la verdad, que termina siempre por estallar.

sábado, 26 de diciembre de 2015




LA REENCARNACIÓN a través los tiempos
REENCARNACIÓN - LAS PRUEBAS
por KADIA HAMADOU 
LE JOURNAL SPIRITE N° 102 octobre 2015


Desde la Prehistoria, encontramos la creencia en la migración de las almas. Desde la India ancestral hasta el cristianismo primitivo, los hombres creyeron que las almas eran eternas y que solamente los cuerpos eran perecederos. Viajemos a través del tiempo y recorramos juntos diferentes comarcas de culturas muy diversas y en las cuales, sin embargo, se encuentra esta misma creencia en la reencarnación.

EN LA INDIA SAGRADA
La India es terreno abonado para la espiritualidad, el hinduismo es la confluencia de diferentes doctrinas espirituales: shivaísmo, jainismo, vedismo, brahmanismo, budismo, todas estas religiones y filosofías han coincidido en diferentes creencias y dogmas: la India carga la historia de todos estos hombres que han pisado su tierra en busca de certeza, como Siddarta Gautama. ¿Por qué sufrimos, y cómo no sufrir más? Fue a través de estos cuestionamientos y las respuestas que encontró, que el rey Siddarta se convirtió en el Buda, el que despertó. La India es para muchos una tierra de despertar que, desde la antigüedad hasta nuestros días, ha inspirado a diferentes civilizaciones europeas. Actualmente, podemos observar una influencia de Asia en la noción de karma, a través de las preguntas que el público nos hace en las conferencias sobre reencarnación. Si remontamos el tiempo, encontramos los primeros rastros de reencarnación en los antiguos textos religiosos indios, llamados Vedas. Estos conjuntos de textos, transmitidos al principio oralmente, hacia el siglo XV a.C. por sabios védicos considerados videntes, fueron reunidos por escrito a partir del siglo V a.C. En este libro religioso pueden encontrarse pasajes como este: “Así como un hombre desecha los trajes usados para vestirse con nuevos, el ser encarnado abandona los cuerpos usados para entrar en nuevas formas”. De esa manera, según la doctrina védica, las almas son inmortales y cuando “…han alcanzado la perfección suprema, no entran más en esta vida perecedera, morada de los males”. El hombre es pues sometido a un ciclo de reencarnaciones, samsara en sánscrito, donde experimentará el sufrimiento debido a su ignorancia, o más bien a lo que se llamaría su karma antes de alcanzar una liberación final, conocida por la palabra “moksha” o “nirvana”.
Encontramos estas creencias tanto en los hinduistas como en los budistas, pero Asia no es la única tierra donde la reencarnación se había convertido en una evidencia. No las mezclemos con las de los celtas, que creían igualmente que las almas regresaban a la Tierra para cumplir lo que no había sido realizado durante la vida anterior.

EN EL MUNDO CELTA
Tanto entre los indios como entre los celtas existe un ciclo correspondiente a la reencarnación. La rueda kármica de las vidas sucesivas es mencionada en el primer pueblo mientras que en el segundo, se admiten tres círculos que corresponden cada uno a tres mundos diferentes: el de Keugant: el infinito, Dios, el de Abred: la muerte, las almas que regresan de la muerte, la reencarnación, y el último el de Gwenwed: la felicidad, donde el hombre encontrará su memoria integral, la de todas sus encarnaciones. El pueblo celta vivía en armonía con la naturaleza. Los druidas, guardianes y transmisores del saber, jugaban un papel preponderante en la sociedad celta. Sabios y adivinos, también intervenían mucho en la educación y la justicia, así como en la organización litúrgica. César, como otros de sus contemporáneos, quedó impresionado por la organización de la sociedad celta, pero también por el ánimo del que daban muestras los guerreros galos ante la muerte. Por cierto, escribió en su Comentario sobre la guerra de las Galias: “De lo que ellos (los druidas) tratan sobre todo de persuadir, es de que las almas no perecen, sino que después de la muerte pasan de un cuerpo a otro: eso les parece particularmente apropiado para estimular el coraje, suprimiendo el temor a la muerte”. El poeta Lucano escribió en una de sus recopilaciones, en 49 a.C., a propósito de las creencias celtas: “El mismo espíritu anima un cuerpo en otro mundo y, si sus enseñanzas son exactas, la muerte es el medio de una larga vida, y no el fin”. Los celtas tenían igualmente sus propios poetas, los bardos, que sabían también acompañar la poesía con melodía. En un poema titulado Estancias de Alruna, la reencarnación es cantada en prosa y en verso como una verdad universal: “En el universo en movimiento, todo es sólo repetición. Almas de vuestros antepasados, nosotros regresaremos para vivir”. A miles de kilómetros de allí, en otras civilizaciones que tienen una historia y tradiciones totalmente diferentes, se pensaba igualmente que los antepasados reencarnaban.

EN LA TRADICIÓN AFRICANA
Antes de la llegada del cristianismo en el siglo I y del islam en el siglo VIII, el África negra era en su mayoría animista, cada clan tenía sus costumbres. La expansión del cristianismo y del islam, así como el colonialismo, contribuyeron a caracterizar como brujería todos los cultos religiosos africanos anteriores. Durante siglos, en el África negra perduraron las tradiciones orales. De generación en generación, se transmitía todo el bagaje histórico de una familia, los griots eran los conservadores de esa memoria. Contaban sus epopeyas y, al igual que los trovadores y juglares, sabían añadir un sentido poético y legendario. En toda África podíamos observar que los antepasados eran honrados y celebrados. En numerosas etnias del África negra, como los Mossi, los Bambara y los Dogones, encontramos la creencia en la reencarnación; para ellos, era evidente que un difunto reencarnaba en su propia familia. En algunas de estas poblaciones, el recién nacido era examinado por los ancianos, para encontrar en sus rasgos o en marcas cutáneas, señales de su vida anterior. Se consultaba también a un adivino para que este último revelara la identidad de aquel que había regresado. Según los Dogones, la mujer y el hombre reencarnaban en el mismo clan durante cinco generaciones: el que había vivido todas sus encarnaciones se convertía en antepasado, un espíritu que podía venir siempre a traer ayuda a sus descendientes como una suerte de guía, o a castigar a aquellos de su familia que cometían faltas.
Entre los pueblos del Sahel como los Dogones, cada clan era representado por un tótem, es decir un animal, una planta, un mineral o bien un objeto artesanal que lo simboliza. Los Dogones pensaban que antes de reencarnar, un alma se refugiaba en su tótem. La representación del hombre en un animal o una planta sería la simbología de un estado inicial en su evolución hacia la metamorfosis. Las creencias africanas son tan vastas como diversos son estos pueblos. Del Sahel a las tierras del Nilo, descubrimos muchas diferencias, pero perdura un punto común: la creencia en el renacimiento del alma.

DEL ANTIGUO EGIPTO A LA GRECIA ANTIGUA
La muerte parece tener un lugar central en los cultos del antiguo Egipto. Nadie podía escapar a ella, ni siquiera un Dios como Osiris que fue asesinado por su hermano Seth. Luego de este contratiempo, Osiris se convirtió en el Dios de la muerte y el renacimiento; así, dio esperanza a los hombres porque él había vencido a la muerte. El Libro de los Muertos egipcio hace referencia a la reencarnación, su título original es Salida al día, evocando así el camino que lleva de las tinieblas a la luz. Los muertos son momificados y El Libro de los Muertos les hace las veces de guía en su tumba.
Efectivamente, los diferentes hechizos de este antiguo libro de magia les permitirían acceder a la inmortalidad. En los jeroglíficos, la reencarnación está representada por la palabra Kheper, que significa escarabajo, es decir entre los egipcios de la antigüedad: “Convertirse, hacerse, formar o construir de nuevo”. Los egipcios creían en las vidas sucesivas, pensaban que se podía regresar a la Tierra para reparar nuestros errores, pero, si durante el juicio a nuestra alma, nuestro corazón se mostraba tan ligero como una pluma, podíamos continuar nuestras encarnaciones en el cielo. El historiador griego Heródoto afirmaba que la creencia en las vidas sucesivas había pasado de Egipto a Grecia. Los primeros rastros de esta creencia se encuentran en el siglo VI a.C., en una corriente religiosa llamada orfismo.
Según los adeptos al orfismo, el alma reencarna indefinidamente en un cuerpo y la muerte es un período de descanso antes del viaje a la materia. Antes de reencarnar, el alma es juzgada en el Hades. El camino que será elegido por los jueces dependerá de la encarnación anterior; después de la elección de un nuevo destino, el alma bebe el agua del Leteo para olvidar su encarnación precedente. A través de los filósofos, la reencarnación se ha convertido en un asunto de reflexión y ya no es solamente una creencia, sino un saber que sigue el hilo lógico de la reflexión. Según Sócrates, el conocimiento que parece innato resulta de un aprendizaje que ya ha tenido lugar. Desde los filósofos de la antigüedad griega hasta el profeta Jesús, perdura esta creencia en un alma eterna que renace para alcanzar un objetivo de orden espiritual.

DEL CRISTIANISMO PRIMITIVO AL ESPIRITISMO
Desde hace mil quinientos años, la Iglesia rechaza la creencia en la reencarnación mientras que Jesús había crecido en una civilización donde era admitida. En efecto, en la corriente de los esenios de la que formaba parte Juan el Bautista, así como entre los fariseos, era enseñada la creencia en las vidas sucesivas. Jesús mismo, en sus palabras afirmaba esta creencia.
Una noche, durante un intercambio con un fariseo de nombre Nicodemo, le aseguraba: “En verdad, en verdad, te digo, ninguno puede ver el reino de Dios si no nace de nuevo”. En el Antiguo Testamento, El Libro de Malaquías hace referencia al retorno del profeta Elías: “He aquí que os enviaré a Elías, el profeta, antes de que llegue el día del eterno, ese día grande y temible”. En el Evangelio según Mateo, dice Jesús, haciendo referencia a esta profecía: “Es cierto que Elías debe venir, y restablecer todas las cosas. Pero yo os digo que Elías ha venido ya, que no lo han reconocido, y que lo han tratado como han querido”. Algunos siglos después de la muerte de Jesús, la reencarnación aún era admitida entre muchos grandes religiosos cristianos, especialmente entre los Padres de la Iglesia como Orígenes que enseñaba la pluralidad de las existencias, pero igualmente san Jerónimo, doctor de la Iglesia, considerado como uno de los cuatro Padres de la Iglesia latina. Fue mucho más tarde que la reencarnación fue tildada de anatema por la Iglesia, en 553 durante el segundo concilio de Constantinopla convocado por el emperador Justiniano. Más de mil años más tarde, ese concilio perjudicó a uno de sus propios hermanos, el 17 de febrero 1600: Giordano Bruno fue quemado vivo por haber tratado de exponer a la luz de la ciencia lo que la Iglesia ha querido borrar de la historia. Como Giordano Bruno, Allan Kardec quiso dar testimonio de la veracidad de la reencarnación a través de los hechos. Los testimonios de los Espíritus venidos a manifestarse le confirmaron lo que a lo largo de los siglos ya los hombres admitían. La comunicación espírita ha permitido obtener respuestas coherentes y lógicas que explican la reencarnación por las relaciones de causa a efecto, interviniendo en una ley universal de evolución. Entre los pioneros del espiritismo, encontramos científicos como Gabriel Delanne y Albert de Rochas que han demostrado, a través de
hechos coherentes y contundentes, no sólo la supervivencia del alma sino también su retorno a la materia para evolucionar y progresar sin cesar.
A pesar de los siglos transcurridos desde la antigüedad india hasta nuestros días, la creencia en las vidas sucesivas perdura en más de mil millones de seres humanos. Es evidente que si esta creencia fuera del orden de la superstición, hubiera sucumbido al tiempo como muchas creencias irracionales. Después de las investigaciones de numerosos científicos espíritas hasta los años 30, un solo científico dedicó luego sus trabajos a esta idea, en la persona del doctor Ian Stevenson. A pesar de esta desoladora comprobación, sabemos que no hará falta otro siglo antes de que otros científicos se interesen en serio por esta ley, que ha demostrado a través el tiempo su carácter universal.

domingo, 13 de diciembre de 2015

quinta-feira, 10 de dezembro de 2015

AMÉRICA ESPÍRITA - ANO XVIII - N.199 - DEZEMBRO 2015


Intolerancia

El panorama mundial vuelve a tener una complejidad enorme. La sociedad occidental enfrenta el ataque de un grupo fundamentalista Islámico que, interpretando una doctrina religiosa en sus aspectos más extremos, utiliza esas interpretaciones para romper con los principios de respeto y valoración de la diversidad que lentamente vinimos alcanzando.
Cuando leemos lo versos del Corán que inspiran a este grupo de fundamentalistas resulta difícil entender que en pleno Siglo XXI no se entienda que han perdido su vigencia, si es que alguna vez la han tenido.

Podemos observar una tendencia del Ser Humano a creer que la verdad propia es la de todos. A lo largo del tiempo han aparecido actitudes similares en casi todas las religiones, que han intentado pelear su “Guerra Santa” contra los infieles, es decir, simplemente a los que no piensan como ellos.

Esta característica se manifiesta en las religiones y también en algunos partidos políticos o gobiernos que emprenden sus mandatos constitucionales como verdaderos “cruzados” de su pensamiento político, entendiendo como enemigos a todos los que piensan distinto.
Ha habido y hay muchos tipos de “talibanes”, como se llama a los fundamentalistas islámicos. Los ha habido en gobiernos militarizados en Europa y en América Latina, y también cuando han accedido al poder gobiernos defensores de los derechos de los más desprotegidos.

Los hay en las doctrinas filosóficas, en las religiones cristianas, también los hay en el espiritismo. Esta última clase de fundamentalistas no emplean la violencia física, pero en muchos casos también utilizan el descrédito como herramienta de convicción.
Esta radicalización de las ideas la encontramos también en la gente común, cuando toma partido por una u otra idea y tal vez sea la causa que todavía debemos trabajar en nuestro íntimo: la imposición y el personalismo, la falta de tolerancia.
Si estamos convencidos de que el cambio de la Humanidad se producirá desde los cambios individuales, esta ardua tarea comienza por pensar, cada uno de nosotros, que sentimos, que pensamos y que mensaje emitimos frente a las situaciones de personalismo, de descalificación de lo diferente.

Por ejemplo, en Argentina en este momento se vive un cambio de tendencia política. Se va un Gobierno que lógicamente ha hecho cosas positivas y otras que son opinables.
Escuchamos gente aliviada por la sana alternancia en el poder que oxigena y da valor a las democracias y también voces que alertan y emiten opiniones catastróficas por lo que vendrá, convencidos que cualquier cosa que no sea de su agrado será una tragedia. Ahí podemos ver esos rasgos extremistas que nos preocupan, en el sentimiento de prejuicio.
Creo que es necesario calmar nuestros ánimos, reflexionar sobre la necesidad de pacificar el medio social y trabajar en lo que nos toca con la mayor honestidad y conciencia posible. Sin descalificar a los que piensan distinto, o aún a los que obran distinto, pensando que todos estamos, a nuestra manera, en la búsqueda, y que en la diversidad está la riqueza.
Tal vez así estaremos colaborando en alguna medida en desterrar los personalismos, que son la base en la que se apoyan los extremismos.

Espiritismo: Cambia su definición
en la Real Academia Española
Atendiendo a la reivindicación planteada por el Consejo de Relaciones Espírita Portorriqueño – entidad afiliada a la CEPA-, la Real Academia Española (RAE) acaba de modificar la definición de Espiritismo, antes existente en su diccionario. La palabra Espiritismo figuraba desde 1884 en el diccionario de la RAE como “Creencia de quienes suponen que a través de un médium, o de otros modos, se puede comunicar con los espíritus”. Luego de un intenso intercambio de correspondencia entre la RAE y el CREPU, la Real Academia Española, atendiendo a la sugerencia de aquella entidad espírita portorriqueña, concordó en incorporar una segunda acepción a la palabra espiritismo, que quedó así expresada: “Doctrina fundada por Allan Kardec en 1857, que estudia la naturaleza, origen y destino de los espíritus, y sus relaciones con el mundo corporal”.

En una comunicación enviada a los dirigentes de la CEPA, Iván J. Figueroa Agrinsoni, Presidente de Relaciones Espíritas Portorriqueño, informa: “A pesar de que nuestras recomendaciones fueron incluidas como una segunda acepción en el diccionario, aprovechamos para dejarles saber que la primera acepción que se observa en el diccionario, corresponde a la palabra Mediumnismo”.

En su reivindicación a la RAE, CREPU argumentaba que el “Mediumnismo” se observa en algunas religiones afro-caribeñas, en el budismo, en la metafísica, en algunas tribus indígenas, en el Vudú, shamanes y otras formas de pensamiento espiritualista que no guardan relación con el Espiritismo. La carta esclarecía que “El Espiritismo tiene como centro el estudio de los espíritus dentro de un marco doctrinario, mientras que el mediumnismo tiene como centro de atención al instrumento (médium) que establece la comunicación con los mismos. De esto se desprende que el Mediumnismo se puede diferenciar de lo que es el Espiritismo”.

Atendido el pleito formulado por CREPU, Iván Figueroa, envió una nueva correspondencia a la Real Academia Española, donde dice: “El Consejo de Relaciones Espírita Portorriqueño expresa su gratitud por la inclusión de las recomendaciones presentadas y se ofrece a su disposición para continuar colaborando con la Real Academia Española en sus esfuerzos. Esperamos que el Instituto de Lexicografía reciba en bien nuestro sincero aprecio por la gestión, la cual valorizamos infinitamente. Agradecemos enfáticamente la disposición con que han mantenido abierto los canales de comunicación y su espíritu de transparencia para con este asunto”.(Colaboración: Gustavo Molfino).




AIPE promove Congresso em Setembro

AIPE – Asociación Internacional para el Progreso Del Espiritismo -  promoverá Congresso, em Setembro/2016, em Madri, Espanha.
Da presidente da entidade, Rosa Diaz Outeiriño (Ourense/ES), expositores espíritas, integrantes da CEPA, estão recebendo convite para expor trabalhos naquele Congresso. Na carta que reproduzimos abaixo, é solicitada a confirmação até o final do presente mês de dezembro:
Apreciados amigos y compañeros del ideal espírita:
La Comisión Organizadora del II Congreso Espírita Internacional, que se celebrará en elHotel Torre Hogar****  en Torrejón de Ardoz (Madrid) los días 16, 17 y 18 de septiembre de 2016, desea poner a su consideración la posibilidad de participar como Conferenciante o Panelista en las actividades promovidas para este evento.

Lamentamos mucho no poder hacernos cargo de los gastos derivados de su desplazamiento pero sí de los gastos de su alojamiento (exceptuando los del acompañante) durante los días de celebración del evento.

En el caso que su respuesta sea positiva, nos convendría saber sobre qué tema se centrará su participación, siempre de acuerdo con el lema del Congreso, “Un Nuevo Mundo”.






EPITAFIO DEL DOLMEN DE ALLAN KARDEC EN EL CEMENTERIO PERE LACHAISE


REENCARNACIÓN - LAS PRUEBAS
por FABIENNE DUCOURNEAU 
LE JOURNAL SPIRITE N° 102 octobre 2015

La idea de las vidas sucesivas ha surcado numerosas civilizaciones, desde la Antigüedad hasta nuestros tiempos modernos, donde tanto el razonamiento, las experiencias y observaciones de filósofos así como de científicos han demostrado la realidad de la reencarnación. El filósofo Lessing (1729-1781, filósofo de las Luces, adepto de Spinoza) escribe: “¿Qué impide que cada hombre haya existido muchas veces en el mundo? ¿Esta hipótesis es tan ridícula por ser más antigua? … Por qué no habría dado yo en el mundo todos los pasos sucesivos en mi perfeccionamiento que, ellos solos, pueden constituir para el hombre castigos y recompensas temporales?” Igualmente, sobre la tumba de Allan Kardec, puede leerse: “Nacer, morir, volver a renacer, progresar sin cesar, tal es la Ley”.

La reencarnación es la única explicación lógica frente a numerosas desigualdades, ya sean éstas físicas, intelectuales o morales. ¿Por qué favorecería Dios a ciertos seres más que a otros? ¿Por qué algunos muestran desde su más tierna edad, diversas aptitudes y otros no? ¿Por qué algunos son criminales mientras que otros son bondadosos? ¿Por qué ciertos niños mueren a corta edad? Todo ello es contrario a la bondad y justicia de Dios. Cuando uno se hace todas estas preguntas, es posible una sola explicación lógica: la reencarnación. Esta afirmación ofrece un esclarecimiento a nuestras diversas interrogantes. Nuestra vida actual fue precedida por otras vidas, nuestra vida actual es el resultado de nuestras experiencias anteriores y el presente sólo se explica en el pasado. Nuestra evolución es pues el resultado de la pluralidad de existencias recorridas y no somos todos de la misma edad. Dios nos ha creado a todos iguales, y partiendo de este principio, debemos experimentar diversas situaciones relacionales y sociales, y en los diferentes contextos de una vida a otra, a fin de avanzar por el camino de la evolución. Es como en la escuela, aprendemos a leer, a escribir y a contar, pasando por la maternal, la primaria y así sucesivamente. Necesitamos pasar de clase en clase para dominar el conjunto de las diferentes materias; la evolución, es un poco la misma cosa. Necesitamos reencarnar para que nuestra conciencia despierte a tres cuestiones esenciales: ¿Quiénes somos? ¿De dónde venimos? ¿A dónde vamos? Luego poco a poco, necesitamos
comprender la vida, la muerte, las vidas sucesivas, y así descubrir progresivamente el sentido de la trascendencia divina. Sin embargo, no tenemos el recuerdo de nuestras vidas pasadas y, por otra parte afortunadamente, pues de ser así, sería muy difícil asumir conscientemente nuestras faltas anteriores, nuestras inconsecuencias, nuestras intolerancias, nuestros odios, incluso nuestros crímenes, etc. El olvido es pues una necesidad aunque a veces nos ocurre que tenemos la impresión de ya visto o de experimentar sentimientos espontáneos hacia ciertas personas, pues nuestros amores están vinculados por nuestras existencias pasadas y el lazo que nos une no se puede romper. Sin embargo, la amnesia no siempre es total cuando por ejemplo en el sueño, ocurre que surgen estados de percepciones, sentimientos o pensamientos que nos hacen revivir fragmentos de escenas de vidas pasadas. Y también, por hipnosis, se han efectuado muchas experiencias de regresión a existencias anteriores y se han relatado en numerosos libros como Las vidas sucesivas de Albert de Rochas, Ces autres vies que vous avez pourtant vécues (Esas otras vidas que sin embargo habéis vivido) de Pierre Neuville, etc.

LA RESPUESTA ESPÍRITA 
Fue en 1857 cuando Allan Kardec publicó su  Libro de los Espíritus en el cual expone todas las razones filosóficas que lo condujeron a admitir la teoría de las vidas sucesivas que por otra parte fue vulgarizada por novelistas como Honoré de Balzac, Théophile Gautier y George Sand, así como por el gran poeta Victor Hugo. He aquí lo que escribió Allan Kardec: “Algunas personas piensan que las diferentes existencias del alma se cumplan de mundo en mundo y no sobre un mismo globo donde cada espíritu aparecería una sola vez. Esta doctrina sería admisible, si todos los habitantes de la Tierra tuvieran exactamente el mismo nivel intelectual y moral; entonces no podrían progresar sino yendo a otro mundo y su reencarnación en la Tierra no tendría utilidad; ahora bien, Dios no hace nada inútil. Desde el momento en que allí se encuentran todos los grados de inteligencia y moralidad, desde el salvajismo que bordea lo animal, hasta la más avanzada civilización, se ofrece un vasto campo al progreso; uno se preguntaría por qué el salvaje estaría obligado a ir a buscar en otra parte el grado superior a él, cuando lo tiene al lado y así, de pariente en pariente, por qué el hombre adelantado no habría podido cumplir sus primeras etapas sino en esos mundos inferiores, cuando los análogos de esos mundos están a su alrededor, que hay diferentes grados de avance, no sólo de pueblo en pueblo, sino en el mismo pueblo y en la misma familia. Si ello fuera así, Dios habría hecho algo inútil poniendo juntos la ignorancia y el saber, la barbarie y la civilización, el bien y el mal, mientras que es precisamente este contacto el que hace avanzar a los atrasados. Ya no hay pues necesidad de que los hombres cambien de mundo en cada etapa, como no la hay para que un alumno cambie de colegio en cada clase; lejos de ser una ventaja para el progreso, eso sería una traba, pues el espíritu estaría privado del ejemplo que le ofrece la vista de los grados superiores y de la posibilidad de reparar sus culpas en el mismo medio y con respecto a aquellos a quienes ha ofendido, posibilidad que es para él el medio más poderoso de avance moral. Después de una corta cohabitación, los Espíritus se dispersan y, volviéndose extraños unos de otros, sin haber tenido tiempo de consolidarse, se romperían los vínculos de familia y de amistad. Al inconveniente moral se uniría un inconveniente material. La naturaleza de los elementos, las leyes orgánicas, las condiciones de existencia, varían según los mundos; de acuerdo con esta relación, no hay dos que sean perfectamente idénticos. Nuestros tratados de física, química, anatomía, medicina, botánica, etc., no servirían de nada en los otros mundos, y sin embargo lo que allí se aprende no es perdido; no sólo desarrolla la inteligencia, sino que las ideas que de allí se extraen ayudan a adquirir otras nuevas. Si el espíritu no hiciera sino una sola aparición, a menudo de corta duración, en el mismo mundo, en cada migración se encontraría en condiciones muy diferentes; operaría cada vez sobre elementos nuevos con fuerzas y según leyes desconocidas para él, antes de haber tenido tiempo de elaborar los elementos conocidos, estudiarlos, y ejercerlos. Cada vez sería un nuevo aprendizaje por hacer, y esos cambios incesantes serían un obstáculo al progreso. El espíritu debe permanecer pues en el mismo mundo, hasta que haya adquirido la suma de conocimientos y el grado de perfección que comporta ese mundo. Que los espíritus parten para un mundo
más adelantado que este en el que ya no pueden adquirir más nada, debe ser y es. Si hay quienes lo dejan antes, es sin duda por causas individuales que Dios pondera en su sabiduría”. Después de un tiempo pasado en el más allá, reencarnamos trayendo con nosotros la herencia de nuestras vidas pasadas; vivimos nuevas vidas yendo hacia adelante, siendo el objetivo la evolución que no podemos adquirir en una sola existencia. Si nada existe antes de nuestro nacimiento, cómo explicar esas diferencias, mientras que al contrario todo se explica y todo se aclara con el concepto de las vidas sucesivas. Nada se pierde, tanto el mal como el bien que hemos hecho durante nuestras vidas anteriores, al mismo tiempo que nuestras acciones cotidianas vienen a sumarse a nuestro yo profundo. En nuestra muerte nos llevamos todo lo vivido y en nuestra reencarnación, volvemos con ese pasado inscrito en nuestros espíritus. Algunos han recorrido ya un largo camino con numerosas vidas, mientras que otros están al principio de la escala de las vidas pero en todo ello, no hay fatalidad. Por nuestra voluntad, tejemos nuestro destino existencia tras existencia, día tras día. La reencarnación sobre la Tierra tiene un objetivo, y ese objetivo es nuestro perfeccionamiento; es imposible que todos los hombres puedan evolucionar en una sola vida. Estos retornos sucesivos nos permitirán un día llegar a planetas más adelantados. Nuestra Tierra es el reflejo de sus habitantes, y aunque ha evolucionado en el transcurso de los siglos pasados, igualmente le queda todavía un largo camino que recorrer para que un día, despojada de sus guerras y de sus crímenes, acceda a una escala superior donde el bien prevalezca sobre el mal. Nacer o renacer es una realidad extraordinaria. Renacer es una necesidad para nuestro desarrollo constante, tanto para nuestros conocimientos como para nuestra conciencia. Nuestro espíritu crecerá de vida en vida, progresará y vencerá todas las dificultades. El periespíritu, nuestra envoltura fluídica, juega un papel importante, al poseer en sí todo el rastro de nuestro ser desde su origen. Se afina de acuerdo con nuestros pensamientos y nuestras acciones. Cuando hayamos llegado a un grado suficiente de avance, las vidas planetarias serán cada vez menos necesarias, hasta librarnos totalmente de los renacimientos en la materia.