EL MAGNETISMO EN LOS TIEMPOS MODERNOS – EL PASE
BLOG DE LOS ESPIRITAS
Por Maria Ribeiro
A la medida que el hombre se intelectualiza, su vanidad por el mucho saber lo torna orgulloso de si mismo; entonces pasa a negar todo y, de la misma forma ciega que antes aceptaba las creencias más absurdas, lo hace repeler ahora ideas sin examen y sin criterios.
Pase es nombre dado al procedimiento de transición energética, que bajo el nombre de magnetismo, fue estudiado por el eminente científico Mesmer, cuyos efectos son conocidos desde tiempos remotos por varias creencias. Es conocido en otras corrientes espiritualistas, no necesariamente obedeciendo a las mismas dinámicas, se dice que el pase es un poderoso método terapéutico.
Esta transmisión energética se da a través de lo que Kardec llamó magnetismo común, donde tanto puede ocurrir un efecto rápido como lento exigiendo algunas aplicaciones durante sesiones continuadas. Esta es la manera comúnmente empleada en las salas de pases. En las entrelineas, Kardec dice que todos tienen el poder, llamado magnetismo humano cuya acción depende de la potencia y de la calidad imprimida a los fluidos del magnetizador, o en lenguaje generalmente utilizado del médium pasista, o simplemente pasista.
La segunda descrita por Kardec es magnetismo espiritual, o sea, fluido de los Espíritus, cuya actuación es “directa y sin intermediarios sobre un encarnado, sea para curar o calmar un sufrimiento, sea para provocar el sueño sonambúlica espontaneo, sea para ejercer sobre el individuo una influencia física o moral cualquiera”, y las cualidades de estos fluidos dependen de las del Espíritu actuante.
El magnetismo mixto, o semi espiritual se trata de la mezcla de los fluidos de los Espíritus con los de la persona que hace las veces de magnetizador.
Kardec aun esclarece que es posible desenvolver la facultad de curar por la influencia fluídica; y aun acentúa ”que estas especies de curas reposan sobre un principio natural”(ítem 34 – cap.XIV)
En el capitulo siguiente el insigne Maestro lionés trata de los milagros descritos en los Evangelios, y el subtitulo –Curas – se repite, esta vez para ilustrar con ejemplos prácticos que anteriormente describiera teóricamente.
Sobre la cura de la mujer hemorroisa el concluye:
“La Irradiación fluídica normal fue suficiente para operar la cura “no habiendo ocurrido magnetización, ni imposición de manos, ósea, la energía no fue conscientemente dirigida para aquella mujer, más ella misma la atrajo. “El fluido, siendo dado como materia terapéutica, debe atender al desorden orgánico para reparar, puede ser dirigido sobre el mal por la voluntad del curador o atraído por el deseo ardiente, la confianza, en una palabra, por la fe del enfermo.(…) la fe es una virtud mística, como ciertas personas entienden, más es una verdadera fuerza atractiva…
En otras palabras, el enfermo deseoso de recobrar la salud, crea para sí un campo receptivo para fluidos que lo puedan beneficiar. Los mecanismos por los que esto se opera huyen a la observación, una vez que nos e tiene una conciencia espirita. Los equipamientos actuales de diagnostico por imagen tal vez pudiesen auxiliar si hubiese grupos interesados en captar procesos como el que se describió, ahí se podría comprobar científicamente lo que apenas por deducciones más o menos lógicas se arriesga afirmar.
La visión del ciego de Betsaida fue restituida gradualmente, no porque Jesús no pudiese hacerla espontanea, más si tal vez por causa de las circunstancias o porque quisiese hacer observar que no todo ocurre en el tiempo que la criatura quiere, pues precisa aprender a esperar y esperar con paciencia y la misma fe ardiente, sin esmorecer.
Las curas existen, es un hecho comprobado por la Doctrina Espirita en las sabias palabras de su Codificador. Si la Medicina no reúne objetos que puedan corroborar con la teoría Espírita, es necesario aguardar que el tiempo madure las simientes.
Bien, decir que es posible realizar curas a través de las acciones magnéticas es diferente de acreditar que ellas puedan ocurrir en todo momento y con todas las personas. Si fuese así, la justicia Divina estaría impedida de actuar, ya que independientemente de las circunstancias, siempre habría cura para cualquier mal físico, desde el resfriado hasta el sida. Solo la ingenuidad y la superstición, sumadas al desconocimiento del Espiritismo, depositan fe en este frenesí.
Procedimientos como: pedir que la persona que va a recibir el pase extienda las manos (generalmente sobre los ojos); pedir que fije los ojos o que se concentre, o que piense en Jesús; ofrecer indiscriminadamente el agua fluidificada después del pase; realizar maniobras extravagantes como crepitar de dedos; excesivo sincronismo entre los pasistas, solo tornan una medida que es toda natural, en un espectáculo perfectamente dispensable.
Se analiza: las personas que se someten a entrar en la sala de pase deben ser previamente advertidas que el barullo interfiere en la concentración. Se presupone que los que quieran recibir algún beneficio ciertamente van a pensar en Jesús y pedir íntimamente con fervor. Beneficio que vendrá independientemente de la posición en que estén las manos; si no viniera será por otras razones. El hecho de los pasistas iniciar al mismo tiempo hace que algunos de ellos quede esperando que los otros terminen; el objetivo es que las personas sean al mismo tiempo disminuyendo el tumulto.(¿) sacudir los dedos como si expulsase los “malos Fluidos” o “fluidos pesados” es materializar demasiado las cosas. Ofrecer agua fluidificada a todo el mundo después del pase, más allá de banalizar algo muy serio, evidencia que no todos consiguen liberarse fácilmente de los ritualismos.
Se acrecienta a esto, la recomendación de la abstención de alimento animal, con énfasis para la carne, pues, dicen, ella interfiere negativamente en los fluidos del donador. Bien, por ser un entendido en la cuestión del Magnetismo, Kardec reveló más interés en ocuparse con detalles realmente importantes, prefirió optar por la lógica – el fluido es fluido, materia es materia, y dejo para los Espíritus burlones la tarea de brincar con la fe deslumbrada de los incautos.
Ante lo expuesto, se percibe que el estudio serio y continuado de la Doctrina de los Espíritus ha estado ausente en el movimiento espirita. Es posible constatar que pretensiosos estudiosos incurren en errores primarios sobre muchos puntos, inclusive sobre este, y terminan en querer imponer la visión particular desprovista de respaldo doctrinario, lo que acaba haciendo que adquieran discípulos, tan mal informados como ellos mismos.
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