GÉNESIS DE LA
SECCIÓN DE ATENCIÓN
por
A D R I E N P I E R S A N T I

LE JOURNAL SPIRITE N° 96 avril 2014


Fue en diciembre de 1988 cuando por primera vez,
el más allá manifestó su deseo de la creación de una
sección de magnetizadores en el seno del Círculo Allan
Kardec. Los Espíritus vinieron a decir toda la importancia
que conceden a esta fundación que comenzaría
en el mes de enero de 1989.
El primer trabajo de la sección de magnetizadores fue
reunir los numerosos mensajes recibidos referentes al
magnetismo y la fitoterapia espírita desde los inicios
de la asociación. Esto, a fin de extraer progresivamente
de ellos una síntesis, un conocimiento, una instrucción
dentro de un espíritu de método y rigor. Método y
rigor que permitieron desarrollar progresivamente un
magnetismo espírita, es decir un magnetismo ilustrado
que sabe apoyarse en la comunicación con el más allá,
bajo las instrucciones y directivas de los Espíritus que
se manifiestan en este sentido. Preciosas instrucciones
dadas a los magnetizadores para dispensar un magnetismo
que responde con precisión a un buen número
de afecciones.
Sin contradecir a la medicina moderna, pues en ningún
caso se trata de sustituir a la medicina oficial, sino más
bien de aportar soluciones alternativas y sin pretender
por eso curarlo todo, los Espíritus aportan elementos
de información suplementaria respecto al origen y
desarrollo de las enfermedades.
Habiendo hecho sus pruebas en el seno de la asociación,
fue desde entonces muy natural compartir la
terapia espírita con todas las personas que desearan
recurrir a ella.
Después de un riguroso trabajo de preparación, la
sección de cuidados pudo abrir sus puertas al público
en marzo de 1991, apertura que fue anunciada en la
introducción de las conferencias públicas organizadas
por el Círculo Allan Kardec. Por supuesto, ella no se
limita sólo al Círculo de Nancy, sino igualmente a todas
las filiales espíritas de Francia que lo componen.
Desde los años 80, los Espíritus nos han conversado
sobre la hipnosis, dentro de una redefinición espírita
de la disciplina, poniendo el acento sobre los trabajos
considerables y notables de los grandes pioneros tales
como Bernheim o Liébault que fueron, entre otros, los
representantes de la escuela de Nancy. Redefinición,
en la medida en que, al igual que para el magnetismo
o la fitoterapia espírita, la hipnosis espírita tiene en
cuenta esta fusión, entre el espíritu, el periespíritu y
el cuerpo físico. Sobre estas bases y consejos, algunos
miembros de la asociación fueron invitados a desarrollar
esta disciplina. Hoy en día, y desde hace algunos
años, la hipnosis es utilizada en ciertos casos y sigue
siendo desarrollada, pues todavía hay mucho que
hacer en ciertas secciones de atención del Círculo.
En conclusión, he aquí las palabras de un Espíritu que
se dirige a toda persona deseosa de solicitar los servicios
de nuestras secciones de atención: “Estas palabras
están destinadas a todos aquellos que sufren en su carne,
cualquiera que sea la naturaleza de su mal. Ellas pueden
aportar a todos los que vienen a nuestro encuentro, la
fuerza y la reflexión necesarias para su curación. Habéis
venido a nosotros, no ignoráis que somos espíritas que
creen en la supervivencia del alma y en la manifestación
de las personas difuntas, y que es gracias a algunas de
ellas que podemos ayudaros. Cualesquiera que sean
vuestras opiniones, deteneos un instante en nuestro
llamado, para no venir a nosotros queriendo desconocer
lo que somos. Pedís ayuda y eso es normal; sed amables
de otorgarnos la vuestra para simplificar nuestra tarea”.
 
Testimonio de la Señora C., 46 años
“Es con mi corazón y sinceridad que vengo a dar testimonio
de mi trayectoria que ha encontrado algunos
sinsabores. A los diecinueve años, fui operada de una
parte de la tiroides. Después de esa operación que no
salió muy bien, perdí en parte mi voz. Fue por medio
de sesiones de ortofonía que aprendí a recuperarla.
A los treinta y ocho años, me sentí muy cansada.
Por consejos de mi médico, tuve una gammagrafía
tiroidea. Resultado: nódulos, tumores y quistes. Era
necesario intervenir de emergencia. Hubo pues una
segunda intervención. Al despertar, me di cuenta con
estupor de que me era imposible hablar y se me dio
una pizarra para comunicarme. Estaba afónica y se me
aconsejó consultar a un ORL. Resultado: doble parálisis
de las cuerdas vocales, es decir una diplejia laríngea
cerrada. El mundo se me vino encima…
Luego de una reanudación del trabajo demasiado
apresurada, me desplomé en mi servicio pues tenía
una deficiencia respiratoria a causa de este diplejia
laríngea. En emergencia, sufrí una tercera intervención
para efectuar una cordectomía láser, operación que
consiste en practicar una abertura entre las cuerdas
vocales para permitir al aire circular y por tanto respirar
mejor.
Las consecuencias fueron una gran fatiga, repetidas
equivocaciones muy agotadoras varias veces por
semana, capacidad respiratoria disminuida, voz reducida
de baja intensidad y muy ronca. Después de
cuatro años de permisos por enfermedad, debí abandonar
mi oficio de ayudante sanitaria y readaptarme a
la secretaría.
A fines de mayo de 2013, decidí contactar la sección de
atención del Círculo Allan Kardec de la cual tenía conocimiento.
El 6 de junio de 2013, fecha de la primera cita,
me fue propuesta una hipnoterapia y la acepté. Está en
curso todavía hoy, a razón de una sesión por semana.
Al día de hoy, a una distancia de nueve meses, resulta
que mi estado de salud ha mejorado incuestionablemente.
Mi capacidad respiratoria ha aumentado, más
desahogo, me siento revivir. Tengo más dinamismo,
puedo hacer largas caminatas. Puedo dormir de nuevo
en plano, cuando antes necesitaba acostarme sentada
con tres almohadas. En cuanto a mi voz, no ha recobrado
toda su intensidad pero es más clara, un poco
más intensa y menos ronca. Siempre estoy sujeta a las
equivocaciones, pero son menos frecuentes. Puedo
pasar hasta tres semanas sin una recaída.
Eso me ha devuelto confianza en mí; estoy feliz con
estos resultados que van más allá de mis esperanzas.
Un inmenso ¡gracias!”.

Testimonio de atención, por Sarah Oufini
Hace ahora un año, desarrollé un herpes intercostal
del lado derecho. Habiendo tardado un poco en
consultar y pensando que se trataba de una alergia, no
me di cuenta de la enfermedad sino cuando estaba en
una etapa muy avanzada, es decir de grandes placas
formadas por microvesículas, vesículas, pústulas y
violentos dolores a nivel del nervio. Fue entonces
cuando Virgil y Marc, magnetizadores del Círculo,
iniciaron los cuidados sobre mí. Virgil preparó un aceite
contra el dolor para ser aplicado sobre las lesiones.
Esta preparación, indicada por los Espíritus, me fue
muy beneficiosa y día a día, el dolor se fue atenuando.
En cuanto a Marc, me tomó a su cargo con práctica
magnética y pude comprobar una rápida cicatrización
de las vesículas, una desaparición progresiva, pero sin
embargo rápida, del escozor y los dolores. Todo eso
me permitió restablecerme bastante rápido, sin dejar
ninguna cicatriz.
Hace un mes, tuve una recidiva y esta vez el herpes
se localizó en la parte interna de la pierna, siempre
del lado derecho. Al reconocer los síntomas, consulté
más rápido que la vez anterior. Una vez confirmado
el diagnóstico, dos espíritas de París, Christiane y
Françoise, decidieron trabajar en pensamiento para
aliviarme. Aunque no sean magnetizadoras, la fuerza
de su pensamiento permitió detener el proceso. Ellas
trabajaron por una parte sobre el herpes, imaginando
la cicatrización y la vitalidad del nervio, y por otra
parte sobre mi psiquismo, pensando en la serenidad,
la calma encontrada y la vitalidad.
El resultado fue de lo más sorprendente, y para sorpresa
de mi médico, mis placas habían desaparecido en
apenas diez días, sin ninguna cicatriz. En cuanto al
dolor, se atenuó progresivamente hasta desaparecer
por completo. Dos herpes fueron combatidos pues
con métodos distintos y con resultados casi análogos.
Precisemos sin embargo, que en la recidiva, la curación
fue más rápida por tres razones. Primero, la toma a cargo
se hizo desde los primeros síntomas sin darle tiempo al
virus para atacar más en profundidad al nervio y la piel.
En segundo lugar, la acción del pensamiento sobre el
psiquismo permitió en alguna forma alcanzar la causa,
pues sabemos que con frecuencia el herpes se declara
en reacción a un choque psico-afectivo. Y tercero, mi
parte de responsabilidad en la curación fue sin duda
más importante que la primera vez. Consciente de
que se trataba de una reacción psicosomática y tranquilizada
por las oraciones que sugieren serenidad, mi
espíritu ciertamente encontró una forma de voluntad,
favoreciendo así el trabajo cumplido antes por estos
dos espíritas.