EL POR QUÉ DE UN NUEVO BLOG

Después de abrir y mantener actualizado el blog: CENTRO VIRTUAL DE ESTUDIOS

ESPIRITISTAS Y AFINES, para la formación doctrinaria dentro de los postulados eminentemente racionalistas y laicos de la filosofía espírita codificada por el Maestro Allan Kardec que exhibe la Confederación Espírita Panamericana, a la cual nos adherimos, creímos conveniente abrir un nuevo Blog de un formato más ágil y que mostrase artículos de opinión de lectura rápida, sin perder por ello consistencia, así como noticias y eventos en el ámbito espírita promovidos por la CEPA, a modo de actualizar al lector.
Esa ha sido la razón que nos mueve y otra vez nos embarcamos en un nuevo viaje en el cual esperamos contar con la benevolencia de nuestros pacientes y amables lectores y vernos favorecidos con su interés por seguirnos en la lectura.
Reciban todos vosotros un fraternal abrazo.
René Dayre Abella y Norberto Prieto
Centro Virtual de Estudios Espiritistas y Afines "Manuel S. Porteiro".



martes, 11 de marzo de 2014

STUART HAMEROFF: «LA CONCIENCIA PROVIENE DEL ALMA»

by idafe

Stuart Hameroff con titular

STUART HAMEROFF, EXPLORADOR DE LA CONCIENCIA

Durante los últimos treinta y cinco años, las misteriosas conexiones entre la física cuántica y la conciencia humana han llegado a ser gradualmente un principio central de los encuentros entre la espiritualidad de Oriente y Occidente. La gente, de algún modo, se las ha arreglado para encontrar una relación convincente y atractiva entre el mundo intangible de las partículas subatómicas y el reino inmaterial de la conciencia y el espíritu. Esta entrevista al profesor Hameroff, conocido por su trabajo en el área de los estudios de conciencia e iniciador en 1994 de las series de conferencias Hacia una Ciencia de la Conciencia, es un intento por dar a conocer el llamado “problema duro” de cómo y porque la mente subjetiva parece surgir de la materia objetiva. Su trabajo basado en el estudio de pequeñas estructuras o microtúbulos dentro de las células del cerebro humano, es uno de los mas persuasivos acerca de una relación entre física cuántica y conciencia. Una mirada que coloca a “la conciencia danzando entre los mundos clásico y cuántico.”

♦♦♦♦♦♦

«LA CONCIENCIA PROVIENE DEL ALMA»

En los últimos años, algunos científicos se las han arreglado para encontrar una relación convincente y atractiva entre el mundo intangible de las partículas subatómicas y el reino inmaterial de la conciencia y el espíritu. Afloran publicaciones que exploran la relación entre mente y materia a través de las lentes de la física cuántica. Básicamente, mientras los deterministas dicen que la emergencia de la conciencia puede explicarse a través de la propia complejidad del sistema de conectividad sináptica, los espiritualistas afirman que hay algo más que no puede ser explicado en términos de computación -por más compleja que esta sea-, y que por tanto, la IA nunca desarrollará conciencia.

Sir Roger PenroseStuart Hameroff es un anestesista conocido por su trabajo en el área de los estudios de conciencia. Durante más de veinte años, Hameroff ha colaborado con el físico matemático Sir Roger Penrose (derecha), para desarrollar (y defender) una teoría de la conciencia basada en la física y la conciencia (Llamada la hipótesis Penrose-Hameroff, y que es la más postura no determinista más persuasiva hasta el momento).

El Doctor expone una teoría en que la conciencia ha existido desde el inicio del universo, y está procesada en los microtúbulos (polímeros cilíndricos que forman el citoesqueleto (soporte estructural o andamio dentro de todas las células animales). Estos cilindros están continuamente moviéndose y reordenándose. Los reordenamientos son muy importantes; son responsables de todo el crecimiento celular, desarrollo, movimiento, y regulación sináptica. Mientras más asimétrica es una célula, más necesita el soporte estructural; por lo tanto las neuronas, con sus largos axones y dendritas, necesitan muchos microtúbulos.

“Un paramecio es una célula y por lo tanto no tiene neuronas, porque éstas también son unicelulares, pero este paramecio busca comida, nada, evita obstáculos y predadores, encuentra un par, tiene sexo y puede aprender. Parece tener inteligencia, no necesariamente conciencia, pero tiene funciones cognitivas – cognición queriendo decir proceso sensorio, control de conducta, etc. Tiene alguna inteligencia y no tiene neuronas; tiene sin embargo, microtúbulos, lo que me sugirió que un paramecio podría usar microtúbulos para organizar su conducta y su cognición”, dice Hameroff.

Los precursores para la conciencia son fundamentales y forman parte del universo como lo que se conoce a escala Planck, que es el más pequeño primordial nivel de espacio-tiempo cuántico. Hay que imaginarse la escala Planck, básicamente como un patrón geométrico complejo que es fractal en su naturaleza (capaz de repetirse a sí mismo a escalas y tamaños mayores; y en ese patrón cuántico geométrico están incrustados los presumiblemente irreducibles componentes de la realidad, los pilares básicos de construcción de la existencia). La física dice que las propiedades fundamentales de la materia, como el spin, la masa y la carga son componentes irreducibles del universo que están de algún modo incorporados en esta geometría a escala de Planck. Habría una entidad subyacente común que hace que surja, por un lado la materia y por otro la mente. En el modelo Penrose-Hameroff, esa entidad subyacente que hace que surjan ambas es la geometría cuántica espacio-tiempo (otros lo llamarán el ser, espíritu, cosmos, gravedad cuántica, etc; lo que sea, que posibilite que surja tanto la mente como la materia, y subyace a toda la realidad).

“Nuestras almas están construidas de algo mucho más fundamental que las neuronas, están construidas por la misma tela del universo. Creo que la conciencia o su precursor, llamémosla protoconciencia, ha existido en el universo desde siempre, quizás desde el Big Bang”, dice el doctor anestesista.

“Roger y yo propusimos, por lo tanto que tal vez la qualia – los componentes primarios de la conciencia- del despertar, o al menos sus precursores- son también fundamentales, irreducibles y forman parte del tejido básico del universo. Esto podría incluir información también, tal como las cualidades de bondad, verdad y belleza. Después de todo: ¿por qué deberían los precursores de la materia estar presentes a ese nivel y no así los precursores de la mente?”, explica Hameroff.

Se desprende de ello que existe un qualia no computable, presente en cada tipo de elección y en cada experiencia mental. El libre albedrío sería precisamente la experiencia psíquica subjetiva que combina ambos tipos de procesamiento - el cuántico con el clásico - y que sólo podría explicarse a partir de este doble procesamiento.

Los efectos gravitacionales a nivel cuántico, causarían que las funciones de ondas colapsen automáticamente, emitiendo pequeños estallidos de conciencia que resultan en nuestra propia y continua experiencia de estar conscientes, momento a momento, despiertos y vivos. Estas ocasiones de experiencia o de momentos discretos de presencia consciente, surgen como ondas dentro de un océano más amplio de experiencia protoconsciente. Y esos aislados momentos de conciencia humana, son realmente colapsos de función onda (que ocurren dentro de un campo universal de experiencia de protoconciencia, que es la geometría espacio-tiempo a escala Planck). Cuando una reducción objetiva ocurre, el universo – o al menos una pequeñita parte de él -, despierta.

“Cuando hay un accidente de automóvil y el auto está dando vueltas, la gente a menudo reporta que el tiempo pareció hacerse más lento y que el mundo parecía moverse a la mitad de la velocidad de lo usual. Esto podría deberse a que su rango de sincronía gamma está cambiando de cuarenta hertz a unos ochenta hertz por segundo. Hace unos pocos años, el Dalai Lama envió algunos de sus mejores meditadores a un laboratorio en Wisconsin. Encontraron que, mientras meditaban, los monjes tenían la más alta sincronía gamma jamás registrada. Estaban realmente operando entre ochenta y cien hertz, mientras los sujetos experimentales lo hacían a cuarenta”, comenta el doctor.

Nuestra conciencia sería realmente una secuencia de patrones discontinuos; una secuencia de imágenes cuánticas ocurriendo aproximadamente cuarenta veces por segundo (en estado normal). Y de igual modo que una película, nuestra conciencia parece continua porque los cuadros están ocurriendo en una rápida sucesión.

Aunque Penrose no relaciona su trabajo a la espiritualidad, Hameroff considera que hay que tomar en serio la posibilidad científica de la espiritualidad, considerando tres cosas:

“La primera es la interconexión entre los seres vivos y el universo como un todo, y dije que esto podía ser posible debido al fenómeno del entrelazamiento cuántico, que se refiere a la habilidad de dos partículas para estar íntimamente conectadas, más allá de sus limitaciones normales de espacio y tiempo. La segunda fue un cierto tipo de guía divina o sabiduría cósmica que influye en nuestras elecciones, lo cual podría deberse a los valores Platónicos incorporados en la geometría espacio tiempo fundamental. Y finalmente, dije que había la posibilidad de que la conciencia permaneciera fuera del cuerpo después de la muerte.” Y sobre este último punto añade: “Digamos que el corazón se detiene, la sangre deja de fluir, los microtúbulos pierden su estado cuántico, pero la información cuántica que existe en los mircotúbulos no es destruida, no puede ser destruida, sólo se distribuye en el universo entero, si el paciente es resucitado, esta información cuántica puede regresar a los microtúbulos y el paciente puede creer que vio una luz blanca, un tunel, o flotó fuera de su cuerpo. Ahora, si no son revividos y el paciente muere, tal vez esta información cuántica pueda existir fuera del cuerpo, indefinidamente, como su alma (…) es concebible que la información cuántica pueda permanecer entrelazada en una suerte de estado de después de la vida, y tal vez la información pueda regresarse a una nueva criatura, un cigoto o embrión, en cuyo caso tendríamos algo como la reencarnación.”

Esencialmente, la hipótesis afirmaría que algún nivel básico de conciencia está tejido en la trama del espacio-tiempo mismo, y que es la actividad cuántica coherente entre los microtúbulos en nuestro cerebro, la que permite amplificar o fortalecer la conciencia universal que ya está ahí.

CitoesqueletoHameroff concluye: “Mucha gente piensa, como usted sabe, que la conciencia emergió sobre los eones como un subproducto de mutaciones azarosas y a la complejidad inherente de la selección natural, pero yo lo miro desde el otro lado. Pienso que un campo primario/básico de experiencia protoconsciente, ha sido integrado desde el principio – desde el big bang – en la escala Planck, y que la biología evolucionó y se adaptó con el fin de acceder a ese campo y maximizar las cualidades y potenciales implícitas en él. Yo creo que la conciencia es un proceso al borde entre los mundos clásico y cuántico. Por lo tanto, las prácticas espirituales como la meditación nos permiten sumergirnos y llegar a estar inmersos en ese mundo Platónico cuántico de sabiduría y luz, que es la base de todas las cosas, materiales y mentales. Usted podría incluso llamarlo Dios, si quisiera… Y eso es por qué creo que si la hipótesis de la conciencia cuántica es demostrada, dará crédito a la dimensión espiritual de la vida. Socavará a los materialistas. Es posible que la información cuántica exista indefinidamente fuera del cuerpo, como un alma. Pienso que le dará mucha esperanza a la gente”.

La hipótesis hace referencia a la propiedad de las partículas subatómicas de formar estados de entrelazamiento cuántico entre sí. Estos estados son tales que un grupo de partículas forma sistemas holísticos de intercambio de información instantánea, aunque las partículas estén a millones de kilómetros de distancia. El alma y nuestra memoria podrían ser sistemas cuánticos-holográficos, en el sentido de que cada partícula de este sistema podría contener la totalidad de la información del mismo (como si en un fotón existiera toda la información de todas las estrellas). Quizás el alma o la conciencia cuántica que habita un cuerpo al morir, regresa a este estado de entrelazamiento cuántico con todas las partículas del universo, en lo que Phillip K. Dick entiende por anamnesis: un aspecto de la gnosis en el que la información (o la memoria) de un individuo, es recolectada por el sistema como un todo, alimentándose de esta memoria para construir un nuevo circuito en el funcionamiento del programa o universo.

Comm

No hay comentarios:

Publicar un comentario