EL POR QUÉ DE UN NUEVO BLOG

Después de abrir y mantener actualizado el blog: CENTRO VIRTUAL DE ESTUDIOS

ESPIRITISTAS Y AFINES, para la formación doctrinaria dentro de los postulados eminentemente racionalistas y laicos de la filosofía espírita codificada por el Maestro Allan Kardec que exhibe la Confederación Espírita Panamericana, a la cual nos adherimos, creímos conveniente abrir un nuevo Blog de un formato más ágil y que mostrase artículos de opinión de lectura rápida, sin perder por ello consistencia, así como noticias y eventos en el ámbito espírita promovidos por la CEPA, a modo de actualizar al lector.
Esa ha sido la razón que nos mueve y otra vez nos embarcamos en un nuevo viaje en el cual esperamos contar con la benevolencia de nuestros pacientes y amables lectores y vernos favorecidos con su interés por seguirnos en la lectura.
Reciban todos vosotros un fraternal abrazo.
René Dayre Abella y Norberto Prieto
Centro Virtual de Estudios Espiritistas y Afines "Manuel S. Porteiro".



martes, 12 de noviembre de 2013

POR UN DESARROLLO INTEGRAL DEL SER HUMANO

by idafe

Ser integral

Por: Oscar M. García Rodríguez

1. Introducción
Periódicamente me he venido tropezando desde hace años con mensajes que coinciden en argumentar la necesidad de cultivar una cierta línea para el desarrollo espiritual del ser humano en la que privilegia alguna cualidad interior  y vía por la que se expresa, en detrimento -explícito o no- de otras cualidades y vías que también forman parte de ese corazón o núcleo de la intimidad humana que es nuestro espíritu. La idea subyacente a este planteamiento es la presunción de que algunas de esas cualidades o expresiones son de mayor valor que otras, por lo que es preferible su cultivo antes y por encima de las restantes.
Sin embargo, ahí terminan las coincidencias entre estos mensajes, pues casi con la misma frecuencia suelen ser totalmente contradictorios, ya que mientras unos nos aleccionan al desarrollo de un aspecto, otros igualmente lo hacen, pero del que podríamos considerar  su opuesto.
Es frecuente oír, por ejemplo, que siendo el hombre un ser esencialmente racional, lo que debería primar en nuestras vidas y convertirse en guía ineludible del hacer humano, es nuestra inteligencia o razón.
Sin embargo, en otras oportunidades escuchamos que la humanidad estaríamos entrando en estos tiempos en una especie de Nueva Era del Corazón, por lo que si queremos obtener orientación segura para nuestras vidas, deberíamos escuchar y seguir los impulsos de nuestro sentimiento, vía expresiva del corazón, que a diferencia de la razón –argumentan- nunca nos fallará.
balanza1Y aún más, también suelen escucharse con cierta insistencia, mensajes que dicen que el ser humano se definiría ante todo, por su voluntad, que ésta es cualidad psicológica más directamente relacionada con nuestro Ser Interno; o, lo que es lo mismo, que ella sería la que con más precisión reflejaría lo que es nuestra verdadera esencia; en fin, que somos lo que hacemos y por lo que hacemos.
Este tipo de planteamientos han sido defendidos por distintos pensadores y filósofos a lo largo del tiempo, llegando hasta formar escuelas con sus partidarios y detractores. ¿Cuál de ellas predomina en nuestros días?
Actualmente la idea del esfuerzo como vía para la consecución de objetivos está en crisis, existiendo al tiempo una bajísima tolerancia a la frustración. Igualmente, al predominio exacerbado de la razón - aun reconociendo que a ella le debemos el desarrollo de las ciencias y con ello los increíbles avances tecnológicos de que disfrutamos - se le culpa de haber ocasionado una serie de problemáticas muy graves del mundo actual, entre las que podemos destacar el obsesivo individualismo, la destrucción de la naturaleza al mantener con ella una relación meramente utilitaria, el acaparamiento de bienes y la insolidaridad distributiva de los recursos de que disponemos, etc.
Atendiendo a la frecuencia de cada uno de estos mensajes, en la época actual parece apelarse principalmente a los sentimientos, puesto que se consideran que son lo más vital, lo más interior que hay en el hombre. Pero la preponderancia del sentimentalismo comporta que el hombre se atiene fundamentalmente a lo que le gusta y evita lo que le disgusta, de ahí la moral hedonista preponderante en nuestros días, una moral que únicamente se guía por la búsqueda de aquello que agrade, distanciándose de todo lo que es desagradable. Mas, si grandes contingentes humanos en la actualidad tienden a guiarse por los sentimientos, ello se debe a que es la única vía que resta después de la crisis de la inteligencia y de la voluntad.
fuerza-voluntad-constanciaSi analizamos la historia humana, nos encontramos que estos tres polos han tenido, cada uno de ellos, épocas de esplendor y de crisis, dando lugar a una trayectoria evolutiva humana caracterizada por un constante vaivén. La humanidad ha venido progresando por una trayectoria que si la pudiéramos representar en un gráfico, al verla diríamos, que refleja el andar de un beodo.
¿No hay alternativa? ¿Seguirá siempre siendo ésta la trayectoria de la humanidad en su camino progresivo? ¿No podrá el hombre, individualmente, y la humanidad, colectivamente, empezar a caminar definida, recta y resueltamente en pos de su destino, sin verse acuciado por la necesidad de una constante rectificación compensatoria?
Seguidamente vamos a analizar este tipo de mensajes, intentando encontrar sus orígenes y resaltando sus ventajas e inconvenientes para, finalmente, lanzar una propuesta nueva resultante de una síntesis creativa, por la cual  abogamos en esta exposición. Este nuevo mensaje se expresaría aproximadamente así:
Tenemos la perentoria necesidad de convertirnos en seres humanos integrales, no podemos menospreciar ni descuidar ninguna de nuestras potencialidades esenciales si queremos inaugurar una nueva etapa en nuestra evolución, la de la evolución consciente.
2. El principio
2.1. Biogénesis
La idea más aceptada actualmente y más fundamentada desde el punto de vista observacional sobre el origen del Universo, dice que hace aproximadamente unos 15.000 millones de años, toda la materia del Cosmos estaba reunida en un punto de densidad infinita - lo que los matemáticos llaman una singularidad - que explotó, creándose a partir de entonces la materia y el universo que conocemos. A esta hipótesis se la conoce como teoría del Big-Bang o de la Gran Explosión.
Según los estudios radiométricos realizados en los minerales más antiguos de nuestro planeta, la Tierra se formó hace, aproximadamente, unos 4.550 millones de años. Nuestro planeta, según los geólogos, habría sido inicialmente un globo de materia incandescente formado con los restos de la nebulosa a partir de la cual se formó el Sol y el resto del sistema solar que, tras un proceso de acreción de meteoritos, fue aumentando de tamaño, para con el paso del tiempo acabar enfriándose y solidificándose.
universo1
Durante ese proceso, que duró unos 1.000 millones de años, la influencia de la gravedad provocó que los materiales pesados se fueran depositando en el interior del globo, mientras que los más ligeros permanecieran en la superficie. Así se formó la corteza terrestre. Al mismo tiempo, las erupciones volcánicas generaron la salidamasiva de vapores y gases y la consiguiente aparición de una atmósfera primitiva, compuesta de hidrógeno, helio, anhídrido carbónico y vapor de agua.
Cuando la temperatura de la superficie fue inferior a la de la ebullición del agua, el vapor se condensó en grandes cantidades y provocó fuertes precipitaciones que, además de erosionar las rocas de la corteza terrestre, determinaron la aparición de los océanos. Fue en este contexto, hace unos 3.500 millones de años, cuando, en el agua, aparecieron las bacterias más primitivas, es decir, los primeros organismos vivos.
2.2. Evolución de la vida en la Tierra
Tuvieron que pasar unos 700 millones de años más para que estas primigenias formas de vida evolucionaran hasta convertirse en algas unicelulares capaces de realizar la fotosíntesis y expulsar oxígeno. Con la incorporación de este último elemento a la atmósfera, hace unos 1.500 millones de años, aparecieron las primeras células eucariotas - con núcleo diferenciado - y, unos 500 millones de años más tarde, la evolución de éstas permitiría el desarrollo de seres capaces de intercambiar información genética entre sí; es decir, de reproducirse sexualmente.
En el siguiente período aparecieron las primeras formas de vertebrados marinos, los peces sin mandíbulas, como las lampreas, mientras que algunas plantas e invertebrados iniciaron la colonización de la tierra firme. Por su parte, la tercera división de la Era Primaria, el Silúrico, estuvo marcada por la abundancia de algas marinas y de peces - algunos ya con mandíbulas -, así como por la existencia de miriápodos y de plantas vasculares en el medio terrestre, es decir, con conductos internos para la circulación de agua y nutrientes.
Origen de la vidaLa aparición de nuevas tierras, altas cordilleras y grandes lagos, inauguró el período que siguió al Silúrico, el Devónico, conocido también como la “era de los peces”. Junto a la floreciente fauna marina y lacustre, en este tiempo se multiplicaron las formas de vida en
las tierras emergidas, mostrándose, por ejemplo, los más primitivos insectos y anfibios.
El Carbonífero fue el tiempo de especies vegetales como los helechos gigantes, siendo también el  momento en que, además, aparecieron las primeras coníferas, dando lugar a espesas selvas que, enterradas bajo los aluviones en épocas posteriores, serian responsables de la formación del carbón mineral. Por otra parte, la existencia de un clima pantanoso, húmedo y cálido, favoreció la multiplicación de familias y especies de insectos, tanto terrestres como voladores, así como de anfibios. De un grupo de éstos evolucionarían los reptiles, los primeros seres que pusieron sus huevos fuera del agua y que, gracias a desarrollar una articulación occipital, pudieron mover la cabeza.
Durante el Pérmico, periodo que pone fin al Paleozoico, los desiertos y las montañas sustituyeron progresivamente a los húmedos bosques y pantanos del hemisferio Norte. Este cambio climático y ambiental provocó el retroceso de los animales que dependían del agua, como los anfibios, y benefició a aquellos que, por su evolución fisiológica y reproductiva, se adaptaban mejor a la vida terrestre: los insectos y los reptiles.
De entre los grupos de reptiles surgidos a finales de la Era Primaria destacan los terápsidos, los antepasados de los mamíferos. Se trataba en su mayoría de animales terrestres, con grupos tanto de carnívoros como de herbívoros, que, a diferencia del resto de reptiles, desarrollaron poco a poco la capacidad de regular la temperatura interna de su cuerpo. A finales del Pérmico, no obstante, algún tipo de catástrofe acabó con numerosas especies vegetales y animales del planeta y, junto a éstas, se extinguieron la mayor parte de terápsidos.
El Paleozoico dio paso al Mesozoico o Era Secundaria, que se inició hace unos 250 millones de años. El primero de los tres períodos geológicos en que se divide, el Triásico, estuvo caracterizado en sus últimos momentos por una nueva extinción masiva de especies y por la aparición de los saurios, que pronto se diversificaron y, gracias a su capacidad de adaptación, comenzaron a dominar el planeta.
DinosauriosLos únicos descendientes de los terápsidos del Paleozoico que sobrevivieron al Triásico fueron los cinodontes que, tras millones de años de evolución, darían origen a los mamíferos, que aparecieron en la Tierra hace unos 230 millones de años, es decir, a finales del Triásico.
Mientras los dinosaurios fueron amos y señores de la Tierra, lo que ocurrió durante el Jurásico y el Cretácico hasta hace unos 65 millones de años, los mamíferos fueron pequeños e insignificantes. A la sombra de los gigantescos reptiles, no obstante, los descendientes de los terápsidos lograron diversificarse y evolucionaron lentamente. En este período, por ejemplo, aparecieron los parientes lejanos del ornitorrinco, así como los ancestros de los marsupiales y de los placentarios. En el Jurásico, por su parte, también aparecieron las aves, evolucionando a partir de un grupo de reptiles voladores.
Al final del período Cretácico, se produjo la extinción masiva de los dinosaurios y otras especies vivientes. Las causas de esta catástrofe son aún desconocidas, aunque la teoría más aceptada es la que señala el impacto de un meteorito de gigantescas proporciones como detonante de un cambio climático con nefastas consecuencias para la flora y la fauna del planeta.
La desaparición de los grandes reptiles dio paso a la Era Terciaria que, junto con la Cuaternaria, forman el llamado Cenozoico.
Durante ésta, los mamíferos, aprovechando el vacío dejado por los saurios, se multiplicaron y diversificaron, imponiendo su dominio sobre el resto de vertebrados. De las 10 familias que existían al iniciarse el primer periodo de la Era Terciaria, el Paleoceno, se pasó a casi 80 en el Eoceno, tras sólo 10 millones de años de evolución. Muchas familias de mamíferos modernos datan del Oligoceno, es decir, de hace entre 35 y 24 millones de años, y fue en el Mioceno, hace entre 24 y 5 millones de años, cuando se registró la mayor diversidad de especies. En este último período aparecieron los primeros y más primitivos hominoides, como los Procónsul, Diyopithecus y Ramapithecus.
A partir del Mioceno, el número de mamíferos empezó a declinar y, como consecuencia de los profundos cambios climáticos que se produjeron durante el Plioceno, hace unos 2 millones de años, muchas especies desaparecieron. Estaba a punto de iniciarse la Edad del Hielo, la Era Cuaternaria, en la que un primate muy avanzado impondría su dominio: el Homo.
3. La hominización
3.1. Los prehomínidos
Al proceso que se dio en el período transcurrido entre los primeros prehomínidos y el surgimiento de la especie humana, se lo conoce como HOMINIZACIÓN.
La fase previa a la hominización comienza con la aparición de los prosimios al comienzo del Terciario (hace 55 m.a.), tras evolucionar de un grupo de especies insectívoros del Mesozoico llamadas proto-primates. Posteriormente, en el Oligoceno (35 m.a.), surgieron los primitivos antropoides y, en el Mioceno (24 m.a.), se desarrollaron los ancestros de los monos modernos y también de los hominoides, siendo el Sahelanthropus tchadensis, según recientes descubrimientos, el hominoide del que quizás surgiera la familia de los homínidos, la cual daría lugar finalmente a la especie humana. La evidencia bioquímica y el ADN sugieren una separación de los homínidos de los hominoides ocurrida entre 6 a 8 millones de años atrás
3.2. Los homínidos
Homínidos somos todos los seres humanos actuales y todos los fósiles de nuestra propia línea evolutiva, desde que se produjo la separación con la línea del chimpancé, es decir, todas las especies que caminaron de forma erguida.
Hay cuatro tipos de homínidos, tres de los cuales no son humanos: Ardipithecus, Australopithecus y Paranthropus, siendo el cuarto el Homo.
El complejo árbol de la evolución humana se está modificando casi constantemente debido a los descubrimientos realizados en los últimos años. La siguiente relación ilustra uno de los cuadros más actuales de la evolución humana elaborado por parte del equipo del Proyecto Atapuerca.
genero homo
MILENIUM MAN:  En diciembre del año 2000 se presentaron en sociedad una serie de fósiles hallados en Kenia, en un lugar denominado Tugen Hills de la región de Baringo. Pueden ser los homínidos más antiguos que se conocen, con seis millones de años, lo que significa que son 1,6 millones anteriores a los considerados hasta ahora los antepasados más remotos de la humanidad. Según los fósiles encontrados esta especie tendría el tamaño de un chimpancé y ya era bípeda.
TOUMAI (SAHELANTHROPUS TCHADENSIS): Un cráneo hallado por un estudiante en 2001 en la región de Toros-Menalla, en el Chad, ha revolucionado el mundo de la paleontología. Tiene entre seis y siete millones de años y parece ser que se trata del último ancestro común entre el chimpancé y el género homo. Su caja craneal se parece mucho a la de un mono pero la cara es corta y los dientes, en especial los colmillos, son pequeños y se parecen mucho a la de un ser humano moderno. El arco supraorbital también es muy prominente. Pudo ser el primer homínido o, por lo menos, uno de los primeros en empezar el camino que llevaría hasta el homo sapiens sapiens. Sus descendientes habrían dado origen al homo habilis o al homo rudolfensis.
ARDIPITHECUS RAMIDUS: No se ha podido determinar a ciencia cierta si esta especie fue bípeda, aunque hay muchos indicios a favor. Es muy primitiva y se calcula que vivió aproximadamente hace 4,4 mill. de años. Estaba muy cerca de los antepasados de los chimpancés, pero la línea evolutiva ya le había separado de ellos, algo que también constatan las pruebas genéticas. Vivía en un medio forestal y sus dientes tenían un esmalte fino, alimentándose de hojas, tallos tiernos, frutos, etc.
AUSTRALOPITHECUS ANAMENSIS: Los restos encontrados en Kenia en 1995 tienen una antigüedad de 3,9 - 4,2 mill. de años. Sus muelas poseían gruesos esmaltes, por lo que se deduce que no comía solo hojas y frutos sino alimentos más duros. Vivió en un ambiente forestal pero más abierto que el de sus antepasados ramidus y caminaba erguido.
AUSTRALOPITHECUS AFARENSIS: Con 3,5 mill. de años, nos encontramos con uno de los más famosos homínidos hallados y sus restos se distribuyen tanto en Etiopía como en Tanzania. Saltó a la luz en 1974 cuando se encontró a Lucy, el esqueleto muy completo de una hembra. De su estudio se conoció que vivió en un bosque más bien seco a lo largo del cauce de algún río, pero con sabanas a su alrededor. Es pues un hábitat intermedio y refleja un cambio climático importante.
AUSTRALOPITHECUS AFRICANUS: En 1924 se encontró en la cantera sudafricana de Taung un cráneo que se bautizó como mono africano del sur, es decir Australopithecus Africanus. Era un cráneo infantil que se denominó El niño de Taung.  Esta especie vivió hace entre 3 y 2 mill. de años atrás y se desenvolvía en un medio forestal seco con espacios abiertos.
PARANTHROPUS AETHIOPICUS: Los cambios climáticos fueron incrementándose y  los homínidos fueron adaptándose a ellos. Los paranthropus son prueba de ello. Vivieron en ambientes mucho más secos que sus antecesores y desarrollaron una mandíbula muy peculiar para poder masticar los duros frutos de los que se alimentaban. Convivieron con los Homo durante 1,5 mill. de años. El Aethiopicus fue encontrado en Etiopía y vivió hace 2,5 mill. de años.
PARANTHROPUS BOSEI: El Bosei fue encontrado en 1959 y vivió hace 1,8 mill. de años.
PARANTHROPUS  ROBUSTUS:  Es el único de esta especie encontrado en el sur de África y no en el este.
3.3. El género Homo
Los primeros representantes del género HOMO serían individuos de nuestro género con un cerebro más desarrollado, que comenzaban ya a fabricar instrumentos de piedra. Los primeros útiles de piedra que se han encontrado tienen una antigüedad de 2,6 mill de años. Puede que al principio no se diferenciaran mucho de los australopitecos, pero con aspectos más "modernos" en su morfología. El ejemplar más antiguo de Homo es un fragmento de cráneo encontrado en Chemeron, cerca del lago Baringo, y se le ha calculado una antigüedad de 2,5 mill. de años.
AUSTRALOPITHECUS GARHI: Los restos fósiles del Garhi fueron descubiertos entre 1996 y 1998 en la región del Medio Awash, en Etiopía. Entre las particularidades más interesantes de estos fósiles de homínido se encuentran la unión de caracteres simiescos, como son los brazos cortos, con otros más cercanos a los de los humanos, como son los miembros inferiores largos; además, los rasgos de sus dentaduras se acercan más a los del hombre que a los del mono; aquellos lejanos homínidos parecen ser también los primeros seres vivos que utilizaron instrumentos de piedra para romper los huesos, descarnar y trocear los animales que cazaban y de los que se alimentaban.
HOMO HABILIS/ RUDOLFENSIS: Los primeros restos de esta especie se encontraron en 1960. Vivió, hace entre 1,8 y 1,6 mill. de años. Su nombre, habilis, hace referencia a la realización de instrumentos de piedra sencillos Su capacidad craneal era pequeña, de 510 cc aproximadamente. Se estima que eran individuos de pequeño tamaño. Puede que el homo habilis sea el antecesor del homo ergaster.
HOMO ERGASTER: Sustituyeron a los Habilis y es la especie más humana del género Homo. Humana en el sentido de su gran cerebro, estatura y proporciones corporales, parecidas  a las de los humanos posteriores. Su capacidad craneal se sitúa entre 800 y 950 cc. Presentan también un modelo de desarrollo más lento que el
de sus antepasados y esto implica un entorno social más protector (la alimentación y la complejidad social son imprescindibles  para la expansión y reestructuración cerebral). Además trajeron consigo una nueva forma de tallar la piedra, la Achellense, que consiste en núcleos o grandes lascas tallados por las dos caras denominados bifaces, como las hachas de mano, los hendedores y los picos. Se trata de una técnica que perduraría durante muchísimo tiempo ya que son de múltiple uso. Fue el Homo Ergaster el homínido que salió de África por primera vez y comenzó a adaptarse a otros tipos de vida diferentes como los de Asia y Europa. Las primeras huellas fuera de África datan de hace 1 millón de años, y los más conocidos son  los del Homo Erectus de Java. A partir de aquí ya nos acercamos claramente a nuestra especie.
homo erectusHOMO ERECTUS: El ejemplar más antiguo tiene 1 millón de años y el más joven tan solo 100.000 años y corresponden a la isla de Java. En China se han encontrado de una antigüedad de entre 800.000 a 230.000 años. Se parece mucho al Homo Ergaster, pero tiene mayor capacidad craneal (750-1.300 cc). Los ejemplares descubiertos en Java y China difieren en algunos aspectos, considerándose como dos subespecies. El fósil más antiguo se encontró en África, por lo que se piensa que esta especie se originó en dicho continente y después emigró. Algunos restos del homo erectus aparecen asociados al uso del fuego.
HOMO ANTECESSOR: El Homo Antecessor salió a la luz en 1997 en la Sierra de Atapuerca (Burgos). Sus descubridores le definieron como el pionero, el que antecede a los demás. Ha sido uno de los grandes descubrimientos en el campo de la paleontología. Esta especie demostró que en Europa ya vivían seres humanos hace más de 800.000 años, mucho antes de lo que se pensaba. Su morfología revolucionó la idea que se tenía hasta ese momento de la evolución de nuestra especie. Su capacidad craneal era elevada (más de 1.000 cc) y poseía una cara muy moderna, es decir, esta especie sufrió una reestructuración total del neurocráneo, la mandíbula, los dientes y la cara, siendo totalmente diferente a lo anterior. Desgraciadamente, no se han encontrado aún fósiles en África  de la misma antigüedad, que podrían hacer seguir la pista de esta especie, y los de Asia, contemporáneos a ella, se refieren únicamente al Homo Erectus. Se podría decir que es el eslabón que une al Homo Ergaster y enlaza con formas más cercanas a nosotros.
HOMO HEIDELBERGENSIS: Su nombre lo recibe del lugar, Heidelberg (Alemania), donde se encontró el primer fósil en 1908. La edad del mismo ronda los 500.000 años. Su capacidad craneal se sitúa entre 1.000 y 1.400 cc.; se pensaba que se trataba de una forma  tardía de Homo Erectus, aunque con el descubrimiento del Homo Antecessor todo cambia. Se habla, eso sí, de una forma arcaica del Homo Sapiens Neanderthalensis, de hecho sus rasgos son un preludio de lo que vendría a continuación en Europa y en Oriente Medio. Muchos piensan que es un antepasado nuestro y de los neanderthales, pero tras encontrar al Homo Antecessor se opina de diferente manera. Se han hallado muchos ejemplares por toda Europa, pero es Atapuerca el lugar que se lleva la palma con el hallazgo, en la Sima de los Huesos, de al menos 32 individuos de distintas edades y ambos sexos.
HOMO NEANDERTHALENSIS: Se trata de una especie evolucionada en Europa que luego se extendió hacia Oriente Medio. Coexistieron con nosotros antes de desaparecer. Ha sido elegida como la imagen prototípica del hombre primitivo, pero tenían incluso una capacidad craneana ligeramente mayor que la nuestra.
HOMO RODHESIENSIS/HOMO SAPIENS: Con la designación Rodhensiensis se conoce al Homo Sapiens Sapiens arcaico, son humanos modernos pero con rasgos arcaicos; y neanderthal sapienscon el nombre de Homo Sapiens Sapiens se conoce a nuestra especie.
El proceso de hominización ha comportado una serie de cambios físicos desde una fisonomía parecida a los simios hasta el estado actual. Los más importantes son:
- La marcha bípeda, con la consiguiente liberación de las manos y la evolución del dedo pulgar como opositor a los demás.
- Disminución progresiva del tamaño de la cara y los dientes y variación en su posición.
- Aumento del tamaño del cerebro (en el transcurso del proceso de hominización, el volumen de la masa cerebral se ha multiplicado más de tres veces).
-  Adquisición del lenguaje articulado.
4. La humanización
4.1. El desprestigio de lo “humano”
Todos los seres humanos, por el hecho de serlo, estamos hominizados. En contraposición, la especie humana, salvo un cierto número de individuos que son honrosas excepciones, no está aún completamente humanizada; es decir, como especie estamos todavía en pleno proceso de humanización, que sería la expresión completa y armonizada de los rasgos y cualidades inherentes a nuestra naturaleza humana.
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Curiosamente, hoy en día el término “humano” está sumamente desprestigiado, hasta el punto que mencionar esta palabra en muchos ámbitos comporta en los oyentes la asociación mental automática con otros términos que nos ponen en guardia, tales como peligro, violencia, explotación, destrucción, injusticia, guerra, aniquilamiento, etc. Esto resultaría de las evidencias que dictaminan que la única especie viviente capaz de llevar a la total destrucción a otras, de conducir a la mismísima vera del abismo el propio medio vital, de poner en serio peligro su misma continuidad sobre el planeta y hasta la considerar posible, como fruto de sus desmanes, la desintegración física del hermoso planeta que los cobija, esa única especie, repito, es la especie humana. A partir de esta perspectiva y desde la comparación con el resto de formas vivientes, la especie humana sale muy mal parada, lo que ha llevado a muchos pensadores a plantearse si nuestro paso y preeminencia en el planeta no será efímero, estando destinados inevitablemente a la autodestrucción. Si a todo ello sumamos los recientes e inequívocos datos que prueban la definitiva contribución de nuestra especie al cambio climático, a la destrucción de los bosques y selvas, a la desaparición masiva de especies a un ritmo como nunca antes conoció la Tierra, etc., una pregunta lógica ha asaltado nuevamente a muchos: ¿será acaso la especie humana un cáncer para la vida?
Al lado de esta barbarie, no obstante, si hemos de ser objetivos, tenemos que reconocer que el hombre ha demostrado a lo largo de los siglos y los milenios, una gran capacidad para desplegar también las más altas cotas de creatividad, abnegación, entrega y capacidad para forjar belleza…… Aquí hay una evidente contradicción que debe de obedecer a alguna causa, por lo que es pertinente hacernos una nueva pregunta: ¿Convivirán en el hombre dos naturalezas contrapuestas?
Para responder a esta cuestión acude en nuestro auxilio el conocimiento espiritual, que puede aportar un poco de luz de cara a su dilucidación. Así, a la anterior pregunta, él contesta: se puede decir que sí, en el hombre conviven dos naturalezas, una inferior y otra superior, una animal y otra espiritual. Y la llave que el conocimiento espiritual nos proporciona para entender este enigma es que el hombre es una especie viviente que está aún buscando su propia identidad.
4.2. La aventura humana
El ser humano es, con respecto a la vida en la Tierra, la especie que expresa el más alto grado de desarrollo alcanzado; ella está, por decirlo así, en la cúspide de la pirámide vital terrestre y como tal es heredera y a la vez síntesis de todos los estadios anteriores que la vida logró manifestar sobre este planeta, evolución continua que queda bella y sabiamente expresada en el viejo adagio oriental que dice: La vida  duerme  en la piedra; sueña  en el vegetal;  se agita  en el animal  y se despierta  en  el  hombre”. También sería éste, quizás, uno de los significados ocultos detrás del mito del Arca de Noé.
Sin embargo la novedad que representa la fase humana, ese “despertar” al que alude la sentencia anterior, es la autoconciencia, pues al llegar a la fase humana la vida toma conciencia de sí misma. Como decía el poeta inglés Thomson “el hombre es la naturaleza haciéndose consciente de sí misma”
oso acuna bebéAhora bien, la autoconciencia lleva aparejada la libertad y ésta la responsabilidad, por lo que podemos reelaborar la frase anterior diciendo: “El hombre es la naturaleza alcanzando a vivir la libertad”. Esto supone una auténtica re-evolución, recordemos si no lo que los espíritus dijeron a Kardec en relación al salto evolutivo – no cuantitativo, sino cualitativo - que significa el reino humano con relación al reino animal que le precede: Del alma de los animales a la del hombre, va tanta diferencia como del alma humana a Dios» (El Libro de los Espíritus, Cap. IX – Los tres reinos, punto 597).
En la fase humana la vida comienza a ser capaz de responsabilizarse de su propia evolución. Autoconciencia, libertad y responsabilidad, están aglutinadas en el desarrollo del Ser y son interdependientes, por eso sólo el desarrollo de la CONCIENCIA permitirá adquirir la capacidad para vivir la libertad y ser responsables. Pero la conciencia no se desarrolla en un instante y de una vez, sino que se edifica a través de un lento proceso con los ladrillos de la experiencia del vivir. Podría compararse ella a una linterna que va poco a poco ganando en potencia lumínica y en amplitud de foco, según se va desarrollando, iluminando progresivamente un espacio de realidad más amplio, quedando todo lo que esa luz engloba integrado en la unidad de la conciencia. Allí ya se ha superado la ilusión de separatividad, bajo esa luz ya no hay afuera y adentro, todo es adentro, todo es UNO.
monohumanoPero, ¿qué pasa cuando se alcanza la libertad sin haber desplegado todo el potencial necesario para vivirla plenamente? Pues que la vida toda SE PONE EN RIESGO. Ese es el meollo de la cuestión; con la aparición del género humano la vida toda sobre el planeta se ha puesto a sí misma en riesgo, se ha colocado en el filo de la navaja. De esta forma, en tanto que conciencia de la naturaleza - no otra cosa es el hombre -, mientras no se desarrolle plenamente y activado todas sus potencialidades – el espíritu es como una flor encerrada en su capullo que va poco a poco desplegando su oculta belleza -,  no sólo no expresará su auténtico sentido de vida, sino que será un factor perturbador.
En el interior del ser humano, síntesis de los anteriores reinos, perviven las fuerzas resultantes de éstos, los instintos animales, pero sin los límites naturales con que antes dichas fuerzas se manifestaban. En el hombre los instintos animales – a través de su cuerpo - no sólo están todos vivitos y coleando, sino además, sin cadenas que los sujeten. Esa misión controladora le corresponde ahora ejercerla al ser humano de manera voluntaria y consciente, no sojuzgándolos sino ordenándolos y sublimándolos para convertirlos progresivamente en fuerzas al servicio de su misión, que es ser, como decía cierto escritor, el SENTIDO DEL MUNDO.
¿Y cómo se puede conseguir esto? Pues trabajando para que el ser humano despliegue integralmente su propia HUMANIDAD, es decir para que desarrolle y manifieste en armonía las cualidades que le otorgan categoría humana y que al mismo tiempo le definen.
Siendo las leyes animales por excelencia las de la reacción, el rivalismo, la competitividad y la sobrevivencia del más fuerte, leyes plenamente ajustadas a ese nivel, ¿qué sucede si se las aplica en el contexto humano? Que no nos sirven siendo a la larga causa de desgracias y sufrimientos infinitos, pues mientras entre los animales, una vez satisfechas las necesidades básicas o reconocida la superioridad de un ejemplar, la lucha así como la competitividad, y con ella la agresión, cesan, entre la especie humana no existen tales límites, conduciéndonos dichas fuerzas, si no existiera algún otro factor capaz de establecer un control, a la orilla de la autodestrucción. Repito, pues lo ya señalado: los límites, en el ser humano, han de ser RECONOCIDOS y ASUMIDOS CONSCIENTEMENTE.
bebé refejado
La ley animal de la lucha instintiva por la supremacía del más fuerte, aplicada en el reino humano se convierte en ansias de supremacía, en deseos de ser más que nadie, en egoísmo excluyente, en separatividad, en astucia,  en odio y en crueldad.
La arraigada costumbre consistente en autodenominarnos “animales racionales” no hace sino perpetuar una falsa identificación y la aplicación entre nosotros de leyes que no nos corresponden. Tenemos que decirlo claramente: no somos animales racionales, somos seres espirituales con un cuerpo animal, que no es lo mismo.
hombre sentido del mundoLa autoconciencia y la libertad dan poder, pero el poder puede ser ejercido como una maldición o como una bendición. Como una maldición cuando aplicamos en nuestra vida leyes equivocadas procedentes de una fase evolutiva anterior a la nuestra; como una bendición cuando reconocemos nuestra propia naturaleza y sus leyes, es decir, cuando desarrollamos nuestra HUMANIDAD.
Es hora, pues, de  revalorizar lo verdaderamente “humano” en nuestras vidas; hay que superar la “lógica de la reacción“, ley animal, y sustituirla por la “lógica de la conciencia y el amor”, que es la ley del desarrollo humano. Sólo reconociendo nuestros valores humanos y comportándonos según nuestra verdadera ley, lograremos cumplir nuestra misión como especie y como individuos, dejando de ser una quimera la emulación y cultivo de lo que los grandes maestros de la humanidad nos han dejado como herencia: el rastro luminoso de sus vidas ejemplares como señal de por dónde debe ir nuestro derrotero.
4.3. ¿Cuáles son las cualidades genuinamente humanas?
La inteligencia, el sentimiento y la voluntad son las tres grandes cualidades del espíritu encarnado, o sea, del ser humano. El pensar, el sentir y el actuar, son las vías por donde expresamos nuestra humanidad. Aplicar en nuestras vida esas cualidades o valores específicamente humanos, es HUMANIZARNOS.
La palabra “inteligencia” deriva del latín intellegere -  “leer dentro”, entender, penetrar, comprende a fondo, conocer….- Común a sus múltiples definiciones es que la inteligencia capacita a su poseedor para salir airoso de situaciones novedosas o poco familiares y le permite la captación mental directa de significaciones y relaciones, sin necesidad de un aprendizaje ni de muchas probaturas.
La palabra sentimiento deriva de la palabra latina sentire, que significa percibir por los sentidos. No obstante este término abarca más que el mero significado de sentirse estimulado. Como dice el filósofo Max Scheler (1874-1928): “Los sentimientos son estados del yo”. Y quiero recordar el significado de la palabra “estado” según el diccionario de la Real Academia Española de la Lengua: Situación en que se encuentra alguien o algo, y en especial cada uno de sus sucesivos modos de ser o estar”.
La palabra voluntad deriva del latín voluntas-voluntatis, que significa querer. Un acto voluntario es, pues, un acto intencional de orientarse con decisión hacia algo que se considera positivo y valioso.
5. Los Ejes de Vida
Cada hombre y cada mujer, dependiendo del tipo de desenvolvimiento o desarrollo que haya alcanzado a lo largo de su trayectoria evolutiva - generalmente no totalmente armonizado -, adquiere un peculiar modo de expresión de su Ser Interno, caracterizado por la preponderancia de alguna de las tres grandes cualidades espirituales atrás mencionadas, que se articula como eje de su individualidad externada, configurando lo que vamos a llamar su EJE DE VIDA.
De acuerdo a nuestra expresión tri-unitaria, se concretarían tres Ejes de Vida básicos, caracterizados, cada uno de ellos, por una serie de fortalezas y debilidades intrínsecas:
1º. Eje intelectual (construido sobre el pensar)
Fortalezas: reflexivo, analítico y lógico. Capacidad de profundización.
Debilidades: distante, frío y separativo. Incapacidad para empatizar.
2º. Eje sentimental (construido sobre el sentir)
Fortalezas: es afectivo, empático, incluyente
Debilidades: es impulsivo, inestable, dogmático
3º. Eje volitivo (construido sobre el hacer)
Fortalezas: activo, práctico, concreto. Capacidad de realización.
Debilidades: impaciente, simple,  rígido. Poca flexibilidad.
Es imposible encontrar estos ejes de vida totalmente puros, pues ello presupondría la carencia TOTAL de los otros aspectos de la expresión espiritual, lo que es de todo punto de vista irreal, pues lo que existe realmente son desproporciones o desarmonías de desarrollo entre dichos aspectos.
Se dan comúnmente tipos mixtos, con más o menos predominancia de uno de los ejes citados sobre los demás. Tendríamos así los siguientes tres ejes mixtos o de segundo grado, también con sus correspondientes fortalezas y debilidades:
a. Eje intelecto-sentimental
Fortalezas: inteligencia emocional, afectividad, adaptabilidad.
Debilidades: inconcreción, idealismo, excesivamente especulativo.
b. Eje intelecto-volitivo
Fortalezas: perspicacia, concentración, fuerza.
Debilidades: egoísmo, frialdad, obcecación
c. Eje volitivo-sentimental
Fortalezas: solidaridad, capacidad de trabajo, entrega.
Debilidades: imprevisión, desorden, precipitación.
ejes de vida
Como pueden ver, el análisis es muy esquemático; no obstante, cada ser humano podría encajar en uno u otro de estos ejes, aun considerando todos los matices que se quiera y que de hecho se dan. Cada uno de nosotros se manifiesta a través de un determinado eje de vida, donde resaltan valores desenvueltos y también posibilidades escasamente desarrolladas, denotando dichos cuadros nuestra peculiar línea evolutiva.
Y en el juego de las relaciones humanas damos y recibimos diariamente, aportamos nuestros valores y aprendemos de los demás, podemos ser referencia cercana para muchos en algo, mientras otros lo son para nosotros en variados aspectos. Así, la vida de relación trabaja a favor de nuestro desarrollo integral.
Pero a veces surgen concepciones problemáticas que parten de una interpretación equivocada de la situación. Habitualmente existe la tendencia en nosotros - bastante lógica, por otra parte - que nos lleva a idealizar precisamente aquello que más nos falta, atendiendo quizás una llamada de nuestro interior para incentivar el trabajo en aquellas facetas nuestras más desajustadas. Esto se traduce en planteamientos en los que se remarca de una manera notable la urgencia de actuar bajo un determinado eje vital, dejando a los demás en un segundo o tercer plano, entendiendo que esa es la clave para solucionar los grandes problemas individuales y sociales. Se remarca así la necesidad, según los casos, o de ser más racionales, o de seguir más los impulsos del corazón, o de ser  más activos, pues, como dice el aserto popular, “obras son amores”.
De esta manera, inconscientemente muchos proclaman como clave de la solución de los problemas del mundo, lo que en realidad es la clave de la solución de sus propios problemas.
En función de esta situación se dan mensajes parciales y cada cual esgrime su bandera: ¡Razón!, dicen unos. ¡No, Corazón!, dicen otros. ¡No, No, acción, acción!, proclaman otros... No hagamos caso de estos mensajes, pues todos ellos son incompletos, cojos y, a la larga, altamente perjudiciales.
Confucio aconsejaba, como núcleo de toda su enseñanza, tanto para la vida individual como para el buen gobierno de las naciones, el “camino del medio”. Y es que las comprensiones parciales sólo pueden dan lugar a proclamas parciales, a ideales parciales, a mensajes parciales y a vidas parciales. Esto supone problemas importantes, de ello se han dado cuenta a lo largo de la historia muchos seres humanos.
Theodore Roosvelt, el que fuera vigésimosexto presidente de los Estados Unidos, decía: “Educar el intelecto de un hombre y no su moral, es crear una amenaza para la sociedad”. En este mismo sentido se manifestaba Sri Aurovindo cuando enseñaba que “la educación del intelecto, divorciada de la perfección de la naturaleza moral y emocional, es perjudicial para el progreso humano”. Y Goya lo expresaba de una manera más radical, pero no menos cierta, cuando decía que “el sueño de la razón crea monstruos”.
Jean Paul Sastre afirmaba que  la base de la vida moral debía ser la espontaneidad, la inmediatez y lo irreflexivo; es decir la parte instintiva y emotivo-sentimental del hombre.
Por su parte, el filósofo español actual, José Antonio Marina, uno de los pensadores más interesantes de nuestro país, declaraba en una entrevista: “Yo he estudiado los sentimientos dentro de una teoría de la inteligencia, de forma que hay sentimientos idiotas y sentimientos inteligentes. Todo sentimiento, incluso el amor, puede ser perjudicial si es estúpido. A sentir bien se aprende como se aprende a tocar bien el violín. Los sentimientos son educables”.
El psiquiatra Otto Rank, discípulo favorito de Sigmund Freud y uno de los primeros en adherirse al movimiento psicoanalista, decía que “el ser humano experimenta su individualidad en términos de su voluntad, y esto significa que su existencia personal es idéntica a su capacidad para expresar su voluntad en el mundo”.
Nietzsche1882El filósofo Nietzche, a su vez, pensaba que el hombre era ante todo “voluntad de poder” y se rebelaba ante lo que para él era el ejemplo máximo de subversión de todos los verdaderos valores naturales del hombre, los que él designaba como “aristocráticos” y que integraban su concepto del superhombre. Dicho ejemplo de sublimación enfermiza de la debilidad para él, lo reflejaba el consejo de Jesús de “poner la otra mejilla”, que era incapaz de entender. No obstante, Nietzche era honesto y quizás esa honestidad unida a sus grandes preocupaciones e incapacidad para desentrañar su propia madeja existencial, contribuyera a su estado de locura final.
En resumidas cuentas, a la vista de estos pensamientos tan divergentes y hasta contradictorios, ¿qué es lo que hemos de hacer? ¿Sobre qué eje hemos de fundamentar nuestra existencia? ¿Sobre la razón? ¿Sobre el sentimiento? ¿Sobre la voluntad? Mi respuesta es: SOBRE TODOS, PORQUE TODO ESO SOMOS. Es más, renunciar o anonadar cualquiera de esas facetas, equivaldría a fomentar la creación de un ser humano mutilado espiritualmente; un ser, por tanto, irreal.
José Antonio MarinaAcudo nuevamente José Antonio Marina en la entrevista que ya hemos aludido, y recojo su respuesta a una pregunta del periodista sobre los diferentes fundamentos para los esquemas éticos según hombres y mujeres, llamando la atención especialmente sobre la conclusión final: “Hoy en día – expresaba - se está dando un movimiento de intelectuales feministas muy serio. Alguna de ellas se ha enfrentado a esa concepción racionalista de la ética, claramente masculina. A la mujer no le interesa tanto hacer las cosas por deber como por cuidar de ellas. Su ética es más afectiva que racional. Pero hay que tener en cuenta que el modelo ético correcto surge de la simbiosis de las dos tendencias. La razón sin afecto es absolutamente paralítica, y el afecto sin la razón es completamente ciego… Nos hemos equivocado al partir al hombre en dos mitades: la cabeza y el corazón”.
Por tanto decimos, sí al intelecto, pero no al intelectualismo. Sí a la sensibilidad, pero no a la sensiblería. Sí a la voluntad, pero no al simple voluntarismo.
La función de la razón es descifrar, entender o comprender, es decir, visionar y aprehender la arquitectura formal del objeto estudiado y sus relaciones (responde al qué y cómo es).
La función del sentimiento es percibir, conectar, empatizar o sintonizar con el estado del ser u objeto estudiado (responde al  cómo es y cómo está)
La función de la voluntad es descubrir, concretar y formalizar la aplicación, el sentido práctico o utilidad del objeto estudiado (responde al para qué es)
La educación y potenciación de la inteligencia da lugar a la comprensión y de ahí nace el CONOCIMIENTO.
La educación y potenciación del sentimiento da lugar a la percepción de la unidad substancial de todo y de ahí nace la BONDAD.
La educación y potenciación de la voluntad da lugar al PODER DE MANIFESTACIÓN.
Conjugar armoniosamente razón, corazón y voluntad; mente sentimiento y acción, origina la aparición de lo que podríamos llamar la INTUICIÓN CREADORA, como resultado de una suerte de síntesis cualitativa interna. La intuición creadora vendría a ser la manera de conocer del ser totalmente integrado o centrado desde el punto de vista espiritual.
Intuición
Recordemos que con el término intuición estamos refiriéndonos al concepto filosófico y científico que designa la aprehensión de un objeto o de un conocimiento sobre ese objeto de una manera directa e inmediata. Hablamos de conocimiento intuitivo cuando captamos la evidencia de una verdad sin necesidad de recurrir a ningún tipo de demostración. La intuición, es por tanto, aquella facultad de conocimiento que nos permite saber que algo es verdadero sin necesidad de justificarlo mediante algún método lógico o científico.
¿Cómo puede educarse la mente? A la mente se la educa adquiriendo hábitos de estudio, con la práctica de meditación y de la reflexión, con el desarrollo de la atención y de la imaginación; con el ejercicio de la memoria, del juicio, de la observación, de la comparación, del contraste y la analogía, y de la comunicación, ayudas todas indispensables para la obtención del conocimiento
¿Cómo puede educarse la sensibilidad? Educación afectiva y estética mediante la sublimación de los sentimientos, experimentando la conexión entre todo y con todo, es decir, percibiendo la unidad de la vida, descubriendo la belleza intrínseca de todo lo que nos rodea, compartiendo y enseñando a compartir, sirviendo a los demás por el placer de servir, sin pretensiones de recompensa, es decir, compartiendo solidariamente, y también sabiendo recibir con humildad…
¿Cómo puede educarse la voluntad? El fundamento de la educación de la voluntad - es decir, su potenciación – está en la lucha personal a base de esfuerzos pequeños pero constantes. No se consigue educar la voluntad haciendo un aislado acto heroico en un momento determinado, sino mediante el logro de pequeñas metas, con constancia,  día tras día, sin abandonar ni abandonarse. Educar la fuerza de voluntad contribuye a educar la inteligencia y la personalidad entera, mediante el establecimiento de metas a conseguir y el diseño de tareas a realizar.
6. Los Modelos de Vida
Cada hombre o mujer busca en el mundo exterior prototipos humanos ejemplarizantes para la visión de su conciencia, modelos a los que le gustaría imitar y que le sirven de referencia. Cada ser elige los modelos que coinciden con algo que hay en él y también algo que le falta. Ellos representan ideales a alcanzar o sueños por lograr, y reflejan aspiraciones y propósitos interiores.
hombre_puzzle5Los modelos de vida son útiles, siempre y cuando sean verdaderos. Para que un modelo de vida sea verdadero, debe aunar tres características:
1. Conocimiento (desarrollo del Intelecto)
2. Bondad (desarrollo del sentimiento)
3. Fuerza (desarrollo de la voluntad)
Si alguna de estas cualidades faltase en nuestros modelos de vida, es necesario rechazarlos, pues no son válidos. Los modelos de vida deben ser, si no necesariamente modelos absolutos sí,  al menos, modelos integrales de la espiritualidad humana.
7. El Centro de Vida
Como seres espirituales encarnados, representantes medios de una humanidad como la terrestre que se encuentra en una fase de transición evolutiva muy importante y a fin de realizar esa transición de la forma más constructiva posible, haríamos bien en trabajar para encontrar nuestro CENTRO DE VIDA.
El encuentro de nuestro propio Centro de Vida, sólo es posible conseguirlo en la medida que integremos armoniosamente todas las facultades que como humanos, es decir, como seres espirituales encarnados, nos definen. De ahí que esta exposición sea ante todo una invitación para que nos desarrollemos como seres integrales, buscando el reequilibrio de nuestro ser interno sobre la base de la identificación, primero, de nuestro “eje de vida vigente”, para luego pasar a intensificar el trabajo en aquellos aspectos que tengamos menos desarrollados o abandonados, con el fin de completarnos y poder manifestar así toda nuestra HUMANIDAD y, más tarde, toda nuestra ESPIRITUALIDAD.
Pero no nos confundamos, integrarnos y encontrar nuestro centro de vida, no supone haber llegado a ninguna meta definitiva, eso es sólo el comienzo de otra etapa en nuestro desarrollo, la de la EVOLUCIÓN CONSCIENTE. Seguirán existiendo, entonces, distintos niveles de integración, distintos niveles de desarrollo del Ser, si bien quien haya alcanzado este estado comienza a controlar y a dirigir su destino.
dna-activationPor otro lado, encontrar el propio centro de vida no supone que no se sigan manifestando las peculiaridades o matices individuales en el desarrollo espiritual, incluso en estadios evolutivos muy altos. Si hacemos caso de las informaciones espirituales, los seres altamente evolucionados, maestros de la espiritualidad, manifiestan en el esplendor y belleza luminosa de sus cuerpos periespirituales, matices de colores que los definen, por decirlo así, más o menos mentales, más o menos portadores de los valores del sentimiento, o más o menos inclinados a la acción. Así, por ejemplo, los matices amarillo-dorados expresarían las altas cualidades de la mente, en tanto los bellos matices del rosa, que nos hablarían del alto desarrollo de los sentimientos, expresarían el amor universal o incondicional, y las iridiscencias del violeta o índigo, mezcla del azul oscuro, que significa alta espiritualidad, y los colores cálidos, que indican actividad, significarían un alto desenvolvimiento del conocimiento activo, es decir, del amor desinteresado junto a la sabiduría.
Podemos, por tanto, concluir diciendo que cuando encontramos nuestro CENTRO DE VIDA, cuando en él nos situamos y desde él vivimos, cualquier movimiento que iniciemos y en cualquier dirección, se traducirá para nosotros en CRECIMIENTO. Quien encuentra su propio centro  ya nunca se pierde.
8. El Espiritismo como camino para la evolución integral
Si el Espiritismo es algo real y válido, tiene que dar respuestas a las necesidades o demandas humanas en cualquiera de sus planos, ya sean necesidades de la mente,  necesidades del sentimiento o necesidades de la vida práctica, concreta u objetiva.
Por esta razón, los Centros Espíritas como mini-sociedades portadoras de los valores y fundamentos espiritistas, precisan ejemplarizar esos valores. Un centro espirita responde a su sentido si contribuye a educar en humanidad (humanismo espírita) alentando entre sus miembros la sana curiosidad y los deseos de aprender, generando buenas relaciones humanas a través de la práctica y vivencia de la fraternidad, y fomentando la capacidad creadora de sus integrantes y de aquellos que se sitúen en el ámbito al que llegue su influencia.
Descubriendo nuestra luz
El Espiritismo precisa promover la educación del espíritu a través de la educación de sus vías de expresión: educación de la mente; educación de la sensibilidad, y educación de la voluntad.
La misión de una escuela como el Espiritismo es enseñar al ser humano cual es su verdadera naturaleza y las leyes de su desenvolvimiento. De ahí que las enseñanzas espíritas tengan tanta trascendencia.
9. Reflexiones y advertencias
9.1. ¿Existen atajos para evolucionar?
Por estar relacionados con los puntos que hemos venido tratando a lo largo del desarrollo del tema que nos ocupa, desde nuestras propias vivencias y a partir de ciertas cuestiones que se han suscitado cuando hemos hablado con otros amigos de estas ideas, quiero referirme ahora a algunos asuntos complementarios, pero de suma importancia.
En diferentes ocasiones, ante el panorama que se abre al estudiante al conocer las enseñanzas espíritas o de otras escuela afines, que informan de la lentitud – por lo general – del proceso evolutivo humano y las múltiples equivocaciones y caídas que a lo largo de él se pueden producir, así como de la confrontación de dicho panorama con la realidad diaria de nuestra civilización, caracterizada por las prisas, la inmediatez y la crisis de la voluntad, me he encontrado con propuestas que hablan de establecer atajos en el proceso evolutivo humano. ¿Es esto posible?
La sabiduría popular es muy fina y en ella existe este aserto: “Quien busca atajos, busca trabajos”,  y también este otro: “Vísteme despacio que tengo prisa”. Aluden ambos adagios a la tendencia que solemos evidenciar los humanos de evitar realizar todo el esfuerzo que requiere, necesariamente, la obtención de ciertos logros, y lo desengañados que salimos cada vez que albergamos e intentamos concretar dichas pretensiones.
La conciencia humana en su desarrollo tendría un comportamiento cuántico, y un salto de nivel hacia adelante comporta un mayor nivel de energía. Es decir, si en el proceso de nuestro desarrollo evolutivo no ponemos la energía que tenemos que emplear, jamás se producirá el salto de nivel pretendido. Dicho de otra forma, esa energía requerida para el salto de nivel evolutivo estaría representada por la elevación de nuestro nivel de entendimiento, bondad y poder creador, y eso no se improvisa: o existe, o no existe. Por tanto, no pueden existir atajos, aunque sí que se puede llegar más rápido o más tarde a la meta, dependiendo de nuestro mejor o peor aprovechamiento de las oportunidades de que disponemos.
9.2. ¿Existen “técnicas” para evolucionar?
Relacionada, en cierta manera, con la anterior, tenemos otra cuestión: la de la aplicación o no aplicación de “técnicas” para el desarrollo espiritual.
Me he encontrado con personas que conociendo las enseñanzas espíritas se han quejado ante mí de que el Espiritismo es deficiente en lo que respecta a lo que ellos llaman “técnicas” para ayudar a evolucionar; es decir, a procedimientos prácticos para poder ejercitar o usar en el día a día las enseñanzas espíritas. Siguiendo este razonamiento, ponen como ejemplo, en sentido positivo, al Yoga. Argumentan estas personas así: “El Espiritismo te dice que tienes que ser bueno, que tienes que cambiar, que tienes que elevar tu mente, pero no te dice cómo”.
No dejo de asombrarme. Si tales personas no son capaces de inferir, a partir del estudio espírita, qué es lo que tienen que hacer para aplicar sus enseñanzas en la vida diaria, es que muy poco o nada han entendido.
Evidentemente, el Espiritismo no ha desarrollado un abanico de prácticas y técnicas equivalentes a las que ofrece el Hatha Yoga, por ejemplo, prácticas y técnicas tendentes a favorecer ciertos propósitos, disciplinas personales, cambios y procesos. Pero de ahí a entender que tales prácticas tienen algo que ver, por si solas, con la evolución espiritual, es coger el rábano por las hojas.
Lo mismo decimos con respecto a los llamados “poderes psíquicos”. No se puede confundir desarrollo psíquico con desarrollo espiritual, así como tampoco facultades mediúmnicas con evolución espiritual. En cuanto a los poderes psíquicos, hay que dejar muy claro que su presencia no lleva aparejado necesariamente un alto nivel espiritual. Asimismo las facultades mediúmnicas no indican, por si solas, mayor elevación espiritual que la media; los espíritus que inspiraron la Codificación y Kardec fueron meridianamente explícitos al respecto. Es el uso, de unas y otras, lo que indica el grado de desarrollo de su poseedor.
Nos preguntamos, ¿no habrá detrás de este tipo de razonamientos el resabio de una mentalidad acomodaticia, tal como las que se dan en el seno de las masas de seguidores de cualquier religión tradicional, individuos acostumbrados a que los lleven de la mano, a recibir indicaciones de lo que tienen y lo no tienen que hacer, carentes de ideas propias, habituados a que otros piensen por ellos, ha recibir alimento mental predigerido? ¿No esconderá dicho argumento también, en el fondo, un problema de falta de voluntad?
Aquí es tremendamente oportuna esta reflexión de José Antonio Marina, con la que estoy en total acuerdo: “La falta de voluntad – dice - se suele dar con mayor frecuencia entre los “buscadores de emociones”, que debido a su eterno aburrimiento, a la trivialización generalizada que envuelve sus vidas, a la anulación de sí mismos y del valor del universo, necesitan muchos estímulos”. Y nos recuerda Marina que quien precisa constantemente de estímulos evidencia una conducta adictiva.
OLYMPUS DIGITAL CAMERAEntre los “buscadores espirituales”, por denominarlos de alguna manera, existe la tipología característica del consumidor de todo tipo de cursos, cursillos, talleres, etc., que viven de la novedad permanente. Parece que saben mucho, pero no entienden nada, por eso no están nunca mucho tiempo en ningún sitio; se les ve en todas partes, pero no están en ninguna porque tienen un miedo atroz a comprometerse; en el seno de sus vidas lo único que sobresale es el aburrimiento. Dice también José Antonio Marina: “A mis alumnos – él es catedrático de instituto - les digo que las cosas no nos aburren porque sean aburridas sino que, porque somos aburridos, nos aburren. Y es que ante una mirada pasiva las cosas se repiten, aunque sean nuevas y maravillosas”.
La mejor “técnica” que el Espiritismo nos da para evolucionar es la de su invitación permanente a vivir con conciencia; a vivir con los ojos abiertos, estando atentos,  despiertos, comprendiendo y sintiendo la unidad de la vida para hacer “nuestros” los problemas y los “goces” de los demás, sin la ilusión de la separatividad; sufriendo con el sufrimiento de los otros, alegrándonos con la felicidad de los demás, creando permanentemente. Eso es lo que nos lleva a estar implicados en la Vida.
Nuestra admirada Amalia lo resumió de forma magistral: “Yo, antes de conocer el Espiritismo – decía - me quejaba de todo; ahora sólo pienso en trabajar”.
10. Conclusión
Hemos llegado a final de nuestras reflexiones y resulta conveniente dejar anotadas algunas conclusiones que nos permitan recordar la esencia de las cuestiones tratadas,las que he resumido en seis apartados:
1ª. El ser humano representa la cúspide del desarrollo de la vida en la Tierra. Con su aparición la vida toma conciencia de sí misma. Desde ese momento la especie humana está en un proceso paulatino de autodescubrimiento de todas sus potencialidades, que le llevará a poder desarrollar el papel que el destino le tiene reservado en el escenario de la Creación: el de ser la Conciencia del Mundo.
2ª. En tanto los individuos que forman nuestra especie, no hayan descubierto mayoritariamente quienes son en verdad y las leyes de su desarrollo, identificándose provisoriamente con la etapa anterior - la animal - y sus leyes, la Vida transita por su etapa más crítica y se pone en riesgo.
3ª. Para la superación de esa fase los seres humanos precisamos dejar de ser caricaturas de nosotros mismos, equilibrándonos mediante el desarrollo armonioso de cada una de aquellas facultades que nos definen como SERES HUMANOS, es decir, como seres espirituales encarnados: la inteligencia, el sentimiento y la voluntad.
4ª. Por tanto, es tiempo de mensajes unificadores, no fragmentarios, en lo que se refiere al desarrollo espiritual del ser humano. El Espíritu no tiene compartimentos estancos, es una totalidad que se expresa por varias vías, a las que no podemos renunciar sin anularnos, de alguna manera, a nosotros mismos.
5ª. Este mensaje unificador sería muy útil tenerlo como emblema en la enseñanza espírita, generando un clima en los Centros Espíritas que favorezca en cada miembro lo que podríamos llamar una INTEGRACIÓN ESPIRITUAL.
6ª. Esta integración espiritual equivale a caminar resueltamente en pos de la fase evolutiva que los tiempos que corren demandan que inauguremos, fase que algunos han llamado muy bien de la EVOLUCIÓN CONSCIENTE. Llegar a ese punto equivale a la culminación de nuestro proceso de HUMANIZACIÓN y el inicio de nuestro verdadero camino hacia la ESPIRITUALIZACIÓN.
idafe | 12 noviembre 2013 en 15:52 | Etiquetas: afarensis, Ardipithecus, Atapuerca, Australopithecus, biogénesis, bondad, carbonífero, cenpzoico, concepto de superhombre, conciencia, corazón, cretácico, crisis de la inteligencia, cualidades del espíritu, cuaternaria, desarrollo de la mente, desarrollo de la voluntad, devónico, dinosaurios, educación de la mente, educación de la voluntad, educación del sentimiento, ejes de vida, eoceno, Era del Corazón, era primaria, espíritu humano, espiritismo, espiritualidad, evolución consciente, garhi, género homo, Goya, hominización, hominoides, homo antecessor, homo erectus, homo ergaster, homo hábilis, homo sapiens, humanización, humanizarnos, individualismo, intelectualismo, inteligencia, intuición, Jean Paul Sartre, Jesús, José Antonio Marina, jurásico, Kardec, ley animal, ley humana, libertad, Libro de los espíritus, Max Scheler, mente, mesozoico, milenium man, mioceno, modelos de vida, neanderthal, Nueva Era, Otto Rank, paleoceno, paleozoico, Paranthropus, pérmico, pensamientos, plioceno, poner la otra mejilla, prehomínidos, ramidus, sensibilidad, sensiblería, sentimentalismo, ser interno, Sigmundo Freud, silúrico, Sri Aurovindo, terápsidos, Theodore Roosvelt, toumai, triásico, voluntad, voluntad de poder, voluntarismo | Categorías: 2 - Divulgación, 5 - Estudio, artículos, Ética Espírita, ética y filosofía, ciencia, ciencia empírica, Ciencia Espírita, ciencia teórica, conciencia subyacente, conferencias, espiritismo, evolución de la vida, Imágenes, texto | URL: http://wp.me/pJXz0-jO

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