EL POR QUÉ DE UN NUEVO BLOG

Después de abrir y mantener actualizado el blog: CENTRO VIRTUAL DE ESTUDIOS

ESPIRITISTAS Y AFINES, para la formación doctrinaria dentro de los postulados eminentemente racionalistas y laicos de la filosofía espírita codificada por el Maestro Allan Kardec que exhibe la Confederación Espírita Panamericana, a la cual nos adherimos, creímos conveniente abrir un nuevo Blog de un formato más ágil y que mostrase artículos de opinión de lectura rápida, sin perder por ello consistencia, así como noticias y eventos en el ámbito espírita promovidos por la CEPA, a modo de actualizar al lector.
Esa ha sido la razón que nos mueve y otra vez nos embarcamos en un nuevo viaje en el cual esperamos contar con la benevolencia de nuestros pacientes y amables lectores y vernos favorecidos con su interés por seguirnos en la lectura.
Reciban todos vosotros un fraternal abrazo.
René Dayre Abella y Norberto Prieto
Centro Virtual de Estudios Espiritistas y Afines "Manuel S. Porteiro".



sábado, 10 de noviembre de 2012





D O S S I E R
LO PARANORMAL Y EL CINE
por
CATHERINE GOUTTIÈRE

LE JOURNAL SPIRITE N° 90 OCTOBRE 2012
La película Dead Zone, realizada por David Cronenberg
y basada en una obra de Stephen King, saltó a las
pantallas en 1984. Tiene como intérprete principal a
Christopher Walken que ha actuado, entre otras en
“Viaje al límite del infierno”.
El argumento es el siguiente: una tarde regresando
a su casa, un joven docente en literatura, Johnny
Smith, tiene un accidente de auto. Choca contra la
cisterna de un camión que ha caído sobre la calzada.
El choque es tal que él cae en un coma que durará
cinco años. Es después de despertar, cuando aún está
en convalecencia en una clínica, que vive su primera
visión. Cuando toma la mano de la enfermera que
está cerca de él, ve a su hijita prisionera en su casa en
llamas. El mismo fenómeno se produce algún tiempo
más tarde, con el médico que lo atiende desde su
accidente. Y, no son eventos del presente los que se le
imponen, sino eventos del pasado de este médico.
¿Cómo explicar este fenómeno? Estamos ante una
facultad que tiene por nombre clarividencia; es un
estado particular que permite al sujeto que posee esta
facultad sentir, percibir, un conjunto de informaciones
respecto a una persona viva o fallecida. Existen dos
formas de clarividencia: la clarividencia simple que
es una percepción telepática sobre personas vivas y
la clarividencia mediúmnica que, como su nombre lo
indica, hace intervenir a los desencarnados.
En lo que concierne al héroe de la película, Johnny,
diremos que es clarividente simple, pues recibe
informaciones sobre personas vivas. Allí no se trata
entonces de mediumnidad.
¿Cómo funciona esta facultad?
Por su naturaleza espiritual —no olvidemos que todos
somos espíritus— el sujeto clarividente simple, siente
las vibraciones emitidas por la persona sobre la cual
trabaja, o bien que se le impone, como en la película.
Esas vibraciones proceden de nuestro pensamiento.
Nosotros pensamos siempre y lo que vivimos se
inscribe en nuestro periespíritu, esa envoltura
energética semi-material que permite especialmente
al espíritu integrar la materia y vivir.
Por supuesto, nuestro pasado, nuestras emociones
y nuestras experiencias están registradas en nuestra
memoria, pero igualmente están impresas en nuestro
periespíritu, tal como lo que vivimos en el momento.
Estando nuestro cuerpo y nuestro periespíritu
compuestos por células, y ellas a su vez compuestas
de átomos que vibran a cierta velocidad, liberan
una energía vibratoria que puede ser percibida
por el sujeto clarividente. Estas vibraciones se
manifestarán en forma de imágenes, clisés, escenas
animadas, sensaciones o sentimientos diversos que
serán comunicados verbalmente por el sujeto. La
clarividencia puede establecerse así, tanto sobre
lo vivido actualmente como sobre el pasado de un
individuo.
El héroe de la película, Johnny, conoce a Greg Stillson,
político cuyo objetivo es ser Presidente de los
Estados Unidos: Johnny, en su visión, es impulsado
hacia un porvenir más o menos cercano y ve la
locura del personaje al llegar a la jefatura del Estado
norteamericano. En su percepción, un clarividente
puede ser proyectado hacia el futuro de un individuo
o de un grupo de individuos, eso es una realidad.
¿Significa eso, por lo tanto, que el porvenir está
escrito de antemano?

Cuando un clarividente presiente, por ejemplo, un
accidente de avión, no hace sino percibir en forma de
imágenes, la consecuencia de un problema real que
forzosamente no percibe en su integridad, problema
que aún no ha sido puesto al día o analizado en su
justa importancia y que, si no es solucionado, podrá
acarrear el accidente. Durante una clarividencia
pueden presentarse igualmente posibles eventos,
elecciones y alternativas. ¿Significa eso que de alguna
manera estaríamos predestinados a vivir ciertas
situaciones? No, pues disponemos de lo que se llama
“el libre albedrío”, es decir la posibilidad de elegir tal o
cual dirección, o tomar tal o cual decisión, que influirá
sobre ese porvenir y lo determinará.
Nuestro porvenir existe gracias al presente que
vivimos. Sin duda, nuestras elecciones o las direcciones
que seguimos, tendrán una repercusión a más o
menos largo plazo sobre lo que viviremos en un futuro
que está por construirse, justamente en función de
nuestras decisiones presentes.
Va en ello nuestra vida personal así como la de
nuestras sociedades, pues en un momento dado, una
colectividad humana también puede, decidir su futuro,
ya sea con la aceptación de la situación tal y como está,
o en un deseo de transformación y de cambio. Este fue
el caso, por ejemplo, de la primavera árabe cuando
hombres y mujeres decidieron no aceptar más una
dictadura, y luchar juntos por un porvenir mejor. Las
sociedades no son entidades teóricas sino conjuntos
de humanos que, según su deseo y su voluntad,
pueden hacer cambiar la fisonomía del mundo tal y
como lo conocemos hoy.
¿Somos todos clarividentes?
En nuestra cotidianidad, en ocasión de ciertas
circunstancias emocionales, podemos conocer
estados de telepatía súbita que, por consiguiente, son
una forma de clarividencia espontánea. En general,
conservamos de ella un recuerdo exacto porque es
poco habitual. No se trata de algún desarrollo de
facultad, sino del resultado de una rara percepción
relacionada con el hecho de que todos somos espíritus,
y en un momento dado podemos ser capaces de
percibir ciertos eventos. Cuando eso perdura, cuando
es regular, puede tratarse realmente de una facultad
de clarividencia no desarrollada, pero que existe como
potencial en estado latente.
Otro punto importante en cuanto a la clarividencia
simple o mediúmnica, es el que en ciertos individuos
consiste en mantener un estado permanente de
clarividencia que les permite hacer de ella un oficio
para satisfacer personas que buscan información
sobre sí mismas o sobre un fallecido. El estado
permanente de clarividencia no existe, pues ningún
ser humano podría captar a su prójimo en forma casi
continua, como cuando se cumplen sus ocho horas
de trabajo, tanto más por cuanto este estado, si fuera
permanente, tendría graves consecuencias sobre la
psiquis y la salud del que lo posee.
Más allá de las personas sinceras en el ejercicio de su
facultad, otras se dicen médiums, cuando no lo son,
pues únicamente dan consejos a los que consultan
y que necesitan ser tranquilizados o guiados en su
vida diaria. Estas personas no hacen intervenir sino
su propia psicología a la que llaman mediumnidad.
En cuanto a la mediumnidad, ella hace intervenir
obligatoriamente al mundo del más allá, y los espíritus
que lo componen. Para comprender mejor esto, nos
fijaremos en la película El sexto sentido comentada
también en esta revista.

No hay comentarios:

Publicar un comentario