EL POR QUÉ DE UN NUEVO BLOG

Después de abrir y mantener actualizado el blog: CENTRO VIRTUAL DE ESTUDIOS

ESPIRITISTAS Y AFINES, para la formación doctrinaria dentro de los postulados eminentemente racionalistas y laicos de la filosofía espírita codificada por el Maestro Allan Kardec que exhibe la Confederación Espírita Panamericana, a la cual nos adherimos, creímos conveniente abrir un nuevo Blog de un formato más ágil y que mostrase artículos de opinión de lectura rápida, sin perder por ello consistencia, así como noticias y eventos en el ámbito espírita promovidos por la CEPA, a modo de actualizar al lector.
Esa ha sido la razón que nos mueve y otra vez nos embarcamos en un nuevo viaje en el cual esperamos contar con la benevolencia de nuestros pacientes y amables lectores y vernos favorecidos con su interés por seguirnos en la lectura.
Reciban todos vosotros un fraternal abrazo.
René Dayre Abella y Norberto Prieto
Centro Virtual de Estudios Espiritistas y Afines "Manuel S. Porteiro".



miércoles, 2 de junio de 2010

JORGE CARVAJAL, CIRUJANO DE ALMAS TOMADO DE: http://www.concienciasinfronteras.com/PAGINAS/CONCIENCIA/carvajal1.html

 


JORGE CARVAJAL, CIRUJANO DE ALMAS

http://www.concienciasinfronteras.com/PAGINAS/CONCIENCIA/carvajal1.html

Luce en la pared de su concurrido consultorio de Medellín el título de
cirujano, pero el prefiere presentarse como “carpintero de la conciencia”.
Para el doctor Carvajal la bioenergética es aquella medicina que deja de ver
al hombre como un “fósil molecular” y comienza a observarlo como un “ser de
luz”. No distingue entre medicina, conciencia y espiritualidad, pero se
trata de una miopía valiente e intencionada.

Pregona en los congresos de médicos que el cuerpo y el alma están
estrechamente unidos y en los seminarios atiborrados de gente que la ciencia
del servicio es la ciencia más sagrada. Para este poeta, psicólogo,
inventor, cirujano…, la enfermedad es el espejo en el que se mira nuestra
conciencia.
Arde la arena a sólo unos metros del Palacio de Miramar. Los donostiarras
disfrutan del primer y esplendoroso domingo de verano y sin embargo el salón
de esa gran mansión isabelina, se encuentra también a rebosar. Desborda el
verano en la perla del Cantábrico, pero el médico colombiano mantiene a
cientos de personas clavadas en las sillas. El sol puede esperar.

Místico sin cueva
Jorge Carvajal Posadas emana la profundidad del sabio, la seguridad del
científico, la belleza del poeta y la generosidad del hombre comprometido
con su tiempo. Sin embargo más allá del cirujano que ha hollado nuevos y más
amplios horizontes de terapias, del conferencista que llena aforos en Europa
y América a su paso, más allá del poeta viajero que va dejando aquí y allá
una bella mirada del mundo, del observador de una realidad tan lacerante
como esperanzada, Jorge Carvajal es un místico de nuestros días. Su palabra
resuena en la más interna geografía. Por eso la gente deja la playa, el sol
y el agua…, saben que sus discursos van directos al alma, en constante
exhortación a la búsqueda del centro.
Nuestro interlocutor es un místico sin cueva, de los que se plantan en medio
del asfalto, aún a riesgo de retumbar preguntas sin respuesta: “¿Qué puede
pasar con la gota de agua congelada en el Ártico…” El piensa que le
seguimos, pero se nos escurre su gota tocada de eternidad.
El investigador colombiano va sembrando ciencia y conciencia a partes
iguales. Sus estudios sobre nuevas medicinas dan la vuelta al mundo entero,
pero antes que nada es hombre con inmensa fe en el hombre: “Las oscuras
cavernas fueron necesarias para que la humanidad naciera, pero en la nueva
cultura, la humanidad ascenderá la montaña de la iniciación”.

Aromar la Tierra
Esa apuesta tan vital le empuja a amar con pasión su país. Anima a visitar
el mágico realismo de su geografía. El médico de Medellín se crece en medio
de una tensión, de una turbulencia que le presenta diariamente reto de
equilibrio y serenidad. Las víctimas de los atentados saben también de su
cirugía, de sus resonancias, de sus colores, de su acupuntura, de su
homeopatía…, pues Carvajal toma lo mejor de todos los territorios
terapéuticos y los individualiza en cada paciente. Colombia desafía
continuamente a este hombre que no conoce los límites de la entrega: “Somos
flores, nuestro cometido es aromar la tierra”.
Viene de la geografía más convulsa del planeta y sin embargo su presencia es
todo paz. No es fácil ubicar al doctor Carvajal. Lo podemos encontrar en
congresos especializados, siempre intentando ampliar los márgenes de la
ortodoxia, revelando las claves de la bionenergía, la medicina con la que se
le identifica, o de la terapia láser, uno de los métodos que le
caracterizan… Lo podemos ver con sus colegas galenos, defendiendo la
necesidad de abordar el tema de la salud desde más allá del cuerpo,
invitando a “rescatar” el alma del paciente, abundando en la ciencia que el
denomina de la sintergética, o ciencia de la síntesis. Le podemos ver
también en multitudinarios aforos compartiendo con gentes sencillas su
intenso “sabor de la vida” (sabiduría) en charlas salpicadas de fina y
profunda poesía. Le podemos ver en sus seminarios en Barcelona, Mallorca,
Madrid y San Sebastián, pues su gente y seguidores no le perdona menos de
dos visitas al año.
Entre conferencia y conferencia logramos secuestrarlo. Nos lo llevamos al
jardín del palacio. Verde, cielo y mar inmenso parece que colmaran de nuevo
la inspiración de este hombre, por lo demás, amable y solícito. La paz que
pregona y emana, le posibilita también ubicación perfecta. Apenas toma
respiro entre el discurso del salón y la entrevista a orillas del
Cantábrico. No hay fractura entre las palabras de dentro y fuera del
palacio, al igual que no hay salto entre las diferentes ciencias y terapias
que transita. Sabe por donde se anda, conoce su discurso, pero no recita;
responde con una rapidez no exenta de fuerza y convicción. El tiempo es
breve y sus palabras son precisas, “quirúrgicamente” lanzadas y ubicadas. No
en vano tiene ya “operadas” muchas almas.

¿Cuál es la medicina del futuro?
Más y mejores técnicas sí, pero con la magia viva del sentir. Afrontar la
enfermedad y el dolor sí, pero sin perder de vista el sentido del vivir.
Talvez tendremos menos hospitales y más trabajo ambulatorio, menos cirugías
y más educación, menos medicamentos y más bebidas caseras, menos vitaminas y
más alimentos de buena calidad.

¿Una medicina más humana?
Algo así. Apostamos por una ciencia con alma, una disciplina que no mate la
fe y la esperanza. Una propuesta para que cada quien rescate el poder de
gestionar su propia salud, para que nacer y morir no sean los límites
infranqueables de la vida y vivir se convierta en el arte original de ser.
Un movimiento hacia la participación, un cese de la conspiración que ha
dejado marginado al hombre de la responsabilidad sobre su propia vida; un
rescatar la indivisible integridad del ser humano.

¿Más “cariños” y menos ciencia?
El paradigma dominante en el mundo ha sido el de la ciencia, pero la ciencia
se convirtió en una nueva religión, en el único código de lectura aceptado.
Hemos de salir del fundamentalismo científico, así como antes salimos del
fundamentalismo religioso. El paradigma de la ciencia puede ser interpretado
desde un código de lectura más incluyente, generando una ciencia con
conciencia.

¿Bisturí para el cuerpo o para el alma?
Es imposible acceder al ser humano olvidando la esencia del ser humano que
es la “psique”, que es el alma. No se trata de dejarle la psicología a los
psicólogos, a los psiquiatras, es demasiado importante para dejarla sólo en
manos de los especialistas. Tenemos que rescatar la psicología para la vida
cotidiana.

¿Qué enferma primero?
Desde 1950, los estudios médicos demuestran que el patrón de la personalidad
incide sobre la enfermedad de una manera contundente, sobre los factores de
riesgo para enfermar de una u otra cosa y se empiezan a estudiar los
patrones de personalidad.

¿Rescatar el alma con qué objetivo…?
Se trata de ver como un sentimiento de hostilidad genera úlceras, genera
enfermedad acidopéptica, genera hipertensión arterial, aumenta el riesgo de
infarto, aumenta la liberación de noradrenalina, aumenta el consumo de
oxígeno, te mete en un régimen de economía energética pésimo donde hay un
gran desgaste, y una gran fricción, impide la respuesta de relajación, te
impide tener paz interior a pesar de que tengas todas las razones del mundo
para tenerla. Si nosotros como médicos no tenemos paz interior, si no somos
capaces de la respuesta de relajación, no podemos reconocer la necesidad en
otros. La primera necesidad de un paciente es paz.

Paz a cambio de aspirinas…, ¡va a hundir a las farmacéuticas!
Sin paz ninguna de las cosas que haga tiene sentido. Es el dígito en una
gran cifra. Todas las acciones son ceros y sin el dígito de la paz nada vale
la pena, ni tu dinero, ni tu posición, ni tu prestigio... Pero si tienes paz
interior, todo lo demás se vuelve valioso.

De tanto abuso gastamos las palabras… ¿Qué es paz interior?
Es respuesta de relajación: que te baje el consumo de oxígeno, que te baje
el nivel de noradrenalina, que te interiorices, que reflexiones, que
compartas. Es muy sencillo: cuando hay paz interior, tu aquietas el tallo
cerebral, el cerebro reptil. No tienes que atacar o huir, no tienes que
morder a tu papá todo el día, o toda la noche haciendo bruxismo, sino que
puedes comprenderlo, puedes ponerte en sus zapatos. Muchas hipertensiones
esenciales vienen de ahí.

¿Somos algo más que una prisión molecular?
Cuando pensamos, cuando comemos, cuando soñamos, aunque creamos que estamos
sólo en el cuerpo, estamos en lugares distintos. La mente que recorre por
nuestro cerebro, no está en el cerebro, ni nace en él. Tampoco muere con él.
Así como el agua no nace de la nube o del océano y es materia prima del
hielo de la Antártida, del mar Caribe y de las impredecibles nubes, así la
mente no es el cerebro, ni los pensamientos, ni las ideas, sino la misma
intangible sustancia de la que todas las cosas están hechas: el Verbo. Al
principio era el campo cuántico o campo unificado de la conciencia, un
infinito potencial que el sonido hizo desplegar en el orden explícito de la
creación.

¿Dónde nace tanto entusiasmo suyo por la vida?
Ser humano es un vivir asombrados y conmovidos, el milagro de inventarnos
todos los instantes, el milagro de ser conscientes de respirar, el logro
trascendental de ser conscientes de la conciencia. La ciencia sublime de
sentir que estamos vivos cuando sentimos que la vida que anima flores y
trinos es la misma que habita en nosotros. Ser humanos es cantar con la
tierra la amorosa canción del regreso.

¿El tan mentado “volver al aquí y ahora”?
Exactamente. Los procesos de expansión de conciencia o de iniciación,
ocurren hoy en el ritual de la vida cotidiana. Si ni siquiera escucho al
hijo que está al lado, si me quemo la lengua por la mañana y el chocolate no
me sabe a chocolate por estar pensando en la cuenta o el transporte o la
hora de llegada… Si yo no vivo en el instante del presente ¿cómo pedirle a
la vida que me de una responsabilidad del infinito?

¿No hay huída en ese “retorno a nosotros mismos”?
Todo puede ser refugio o morada. Si nos lleva a una mayor comprensión y
libertad es morada del alma. Si nos lleva a una mayor dependencia y
esclavitud es un refugio. De la misma forma, podemos hacer del cuerpo un
templo de la conciencia o un simple refugio para escaparnos de la
inclemencia. También todos los lugares pueden ser habilitados como refugios
o como instrumentos del alma: las iglesias, las ciencias, el conocimiento,
los sitios sagrados y los profanos, serán lugares para afrontarnos o para
escondernos.

Dentro del palacio invitaba a la gente a jugar al arco…
Cuando empiezas a conocerte, sabes que tú eres el arco y eres la flecha,
pero sobre todo tú eres el blanco. Cuando das en el blanco de tu propio
centro, cuando ya no tienes los blancos en el placer, el poder, la
recompensa, cuando el arquero no tiene sino el blanco de su corazón, en ese
momento siempre da en el blanco. Das en el blanco cuando descubres esa
ciencia interior que viene desde el centro y el centro es el liberador de la
ilusión.

¿Sanar al hombre es también sanar la Tierra?
Así es. Todo en la tierra se acelera porque el hombre está en ella. La
destrucción y la creación se vuelven en el hombre como una impetuosa
corriente. Tenemos la terrible o gloriosa facultad de destruir o crear.
Somos enzimas de la tierra, catalizadores de la evolución.

¿Propuesta de una nueva ecología?
Efectivamente. Llegó el tiempo de rescatar lo más sagrado de la vida: su
interdependiente unicidad. Es la hora de una nueva ecología, la de la tierra
viva, la de la gran cadena de la vida en la que la corriente del ser se
diversifica revelando su armoniosa integridad. Cada uno de nosotros es parte
del proyecto. Toda la basura que vemos es producto de nuestro propio
corazón; allí nacieron las guerras, allí puede germinar la paz.

¿Estamos cerca del vergel o del desierto?
Toda la creación está a nuestra disposición para oprimir o para liberar;
para sembrar la muerte y desertificar, o para sembrar la vida y cosechar. El
hombre acelera todas las vibraciones para unirlas en la gran alquimia de la
vida. Todas las semillas latentes pueden florecer. Todas las cosechas
evolutivas de la tierra pueden echarse a perder. Nuestra naturaleza es la de
ser co-creadores.

¿Espera buena cosecha?
Por supuesto, pero para ello es preciso observar la parábola del sembrador.
Es necesario mirar la cosecha que la vida nos ha legado con reverencia y
amor, de lo contrario las semillas morirán en los bolsillos del egoísmo y lo
que la naturaleza ha construido por siglos y siglos morirá en nuestra
inconsecuencia.

Vd. pregona que “muy hermosas esculturas duermen en nuestras manos…”
¡Tanta vida se puede dar con la mirada, tanta esperanza se puede germinar
con una sola palabra, tanto amor implícito hay en el humano potencial, que
sólo es preciso abrir las compuertas del ser para dejarlo correr! ¿Cuantas
creaciones esperan la magia de un aliento sagrado? ¿Cuantos sueños esperan
la vibración de una voz para despertar?

¿Es difícil levantar este estandarte de esperanza y de vida en el ámbito en
que te desenvuelves?
La nueva conciencia surge en vórtices de una sensibilidad extrema o
caóticos. En la piel sensible de las heridas personales y sociales es mucho
más fácil sembrar la semilla de un nuevo orden emergente.
Me encanta Colombia. Es el mejor país del mundo, precisamente porque estamos
en caos y en el seno de un vórtice caótico. Si tu puedes mantenerte en el
ojo del huracán vas a poder tener un nivel de acción y respuesta más
significativo.
La tensión es creativa. La violencia es al fin y al cabo energía. Nuestros
temores, nuestros sentimientos son energía. No son en principio ni buenos,
ni malos, depende sólo de la dirección que les demos. Cuando en el centro
del caos estamos dispuestos a escuchar, podemos emerger a un nuevo orden y
cultura. Cambiar nuestro punto de observación del mundo, cambiar nuestra
actitud es ya transformar el mundo desde adentro.

Apura raudo sus últimas preguntas, pues le aguarda el auditorio del palacio.
Sobre el jardín que se asoma a la bahía de la Concha revoltean las últimas
palabras que viene de regalarnos el cirujano de almas y que apagan la
grabadora: “Nos sanamos cada vez que reconocemos en todos los eventos un
maestro; cada vez que antes de afirmar o negar, estamos dispuestos a
aprender; cada vez que podemos ver aún en las cosas más oscuras, una
evidencia de los infinitos métodos del Creador. En el surco de mi paz
siembro la semilla del amor y florezco a la libertad”. ¡Gracias por la
siembra señor doctor!

Koldo Aldai

koldo@portaldorado.com> Enviar correo



Libros publicados por Jorge Carvajal:
“Contextos de Sintergética”, “Láser y Sintergética”, “Por los caminos de la
Bioenergética”, “Por los Senderos del Alma” son textos donde a través de su
visión de síntesis y su experiencia de más de 25 años de docencia,
asistencia e investigación nos invita a un cambio de visión respecto a la
salud y nuestras actitudes, inspirándonos a descubrir la vida como un
proceso creador, y la creación como un acto espiritual. Los dos restantes
son fruto de la recopilación hecha por su esposa de algunos de sus poemas:
“El fuego del Amor” y “Agua y Cielo en el Sendero”.
(Más información www.davida-red.org)

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