LA REENCARNACIÓN REENCARNACIÓN:
LAS PRUEBAS porNICOLE LAVOINE
LE JOURNAL SPIRITE N° 102 octobre 2015
E n la revista 99, Marie-Noëlle Courtiol explica todo el trabajo de búsqueda cumplido por investigadores como Ian Stevenson y uno de los que ha tomado el relevo: Jim Tucker.
En efecto, hoy en día, los trabajos de estas personas han demostrado la realidad de la reencarnación y por lo tanto, también han establecido la realidad del más allá y de la supervivencia del alma.
Los miles de casos estudiados proceden del mundo entero, incluido el Occidente donde la idea de reencarnación está lejos de ser admitida por todos, como sí lo es en varios países de Oriente.
La prueba está hecha pues, porque es imposible desconocer todas estas declaraciones.
Muchos niños dan testimonio, pero ocurre también que los adultos tienen el recuerdo de una de sus anterioridades. La razón es la misma en ambos casos: dar testimonio. Dar testimonio de la reencarnación llamar la atención del hombre, despertar nuestra reflexión sobre nuestra supervivencia y comprender que las vidas sucesivas nos sirven para evolucionar, que una sola vida no basta para alcanzar la perfección.
LA HISTORIA DE JENNY COCKELL, AU TO R A I N G L E S A
Al principio fue de niña que Jenny recordaba su vida pasada, pero sus recuerdos persistieron a lo largo de su adolescencia y de su vida adulta. Publicó su historia bajo el título Mes enfants d’une autre vie (Mis hijos de otra vida). De la cual he aquí el resumen: El 24 de octubre de 1933, Mary Sutton, joven irlandesa de treinta y cinco años, muere poco después del nacimiento de su octavo hijo, en el hospital de Dublín (Irlanda).
Fallece llevándose consigo su inquietud por sus otros ocho hijos que deja sin protección a su padre alcohólico y violento que bebe hasta el último centavo. Veintiún años más tarde, en Inglaterra, nace Jenny, tercera hija de una familia marcada por problemas semejantes a los de los Sutton de antaño. Desde su más tierna infancia, Jenny percibe imágenes de la vida de una joven, de quien al principio no conoce sino el nombre, Mary.
Preserva sus recuerdos en una profusión de dibujos que su mamá guarda celosamente.
Luego, esas imágenes se vuelven recuerdos felices pero también inquietantes. Por ejemplo, Jenny revive y siente las circunstancias del fin de la vida de Mary, de su impotente rebelión contra el destino que la ha separado entonces de sus hijos, de su angustia ante la idea de dejarlos sin protección, y del sentimiento de culpa que experimenta por evitar una situación difícil.
Sus dibujos describen con precisión sus recuerdos, dibuja su antigua aldea con asombrosa exactitud. Todo lo que recuerda está descrito allí. Las experiencias de la vida de Mary se vuelven cada vez más precisas para Jenny, los recuerdos vagos se condensan en imágenes concretas, y la intuición de haber sido esa Mary se impone cada vez más a su conciencia hasta estar convencida de que se trata de ella misma que recuerda su vida anterior. Ya adulta, se entrega a una insólita búsqueda. Quiere encontrar a los hijos de su vida anterior, verlos, saber en qué se han convertido. Por medio de un atlas escolar, encuentra el lugar que busca: Malahide, en Irlanda.
Compara sus dibujos con los datos, encuentra la casa donde vivió como Mary, busca las direcciones de sus hijos de antaño y en efecto … ¡Logra encontrarlos! Esta historia, sucintamente resumida, se cuenta entre los testimonios más impresionantes respecto a la reencarnación. Jenny Cockell relató su trayectoria en un libro, Yesterday’s Children (Hijos de Ayer), y su relato inspiró también la película del mismo nombre.
Durante una entrevista, Jenny explica que fue difícil para ella anunciarles a desconocidos que en su vida anterior era su madre. Con uno de ellos, el contacto fue particularmente difícil. Él no comprendía lo que ella quería y sobre todo lo que le contaba. Debió acudir a una investigadora interesada en su caso. He aquí lo que Jenny explica: “En ese punto de la historia, me sentí un poco presa del pánico, y por esa razón, me relacioné con una investigadora interesada en mi caso, a fin de hacer el trámite algo más oficial, y reducir la inquietud de la familia. Esta persona reconstituyó la historia, se entrevistó conmigo, luego con el hijo mayor. Recogió nuestros testimonios.
De su trabajo, y antes de nuestro encuentro, surgieron nueve páginas de declaraciones que concordaban hasta en los menores detalles. Así, yo tenía con qué entrevistarme con Sonny.
Sonny era el hijo mayor, nacido en 1919. Me acuerdo de él hacia la edad de trece años.
Volvimos a ver juntos las notas de la investigadora e intercambiamos acerca de sus palabras.
Sonny contaba un recuerdo de su juventud y yo debía terminar la historia. Luego, me tocaba a mí empezar y a él continuar. La mayoría de los hijos debió reanudar el contacto, dado que habían sido separados y enviados a hogares diferentes. Algunos de ellos no se habían visto desde hacía mucho tiempo, y hasta durante la mayor parte de sus vidas. A fin de dejar que se encontraran unos con otros, hablaran y pasaran tiempo juntos, yo debía quedar en segundo plano y permitir que las cosas evolucionaran naturalmente. (…) No quería confundirlos con mi repentina irrupción en sus vidas.
Era una situación muy delicada”. Jenny Cockell ha permanecido en contacto con sus hijos de antes, sin ser sin embargo invasiva en sus vidas. Ha dado muestras de mucho ánimo, dando testimonio sin rendirse de su certeza de haber sido Mary Sutton. Eso le ha valido numerosas críticas. Su obra ha sido calificada de “dulce novela” salida toda de su imaginación, pero ella ha ido hasta el fin con su convicción.
R E E N C A R N A C I Ó N D E U N A M U J E R A S E S I N A DA ; CUANDO LA REENCARNACIÓN SIRVE D E P R U E B A E N U N P R O C E S O
El 26 de octubre de 1978, fue encontrado el cuerpo de una joven en el trayecto del ferrocarril del Ganges. La investigación reveló que la víctima, entonces no identificada, había sido estrangulada, ocultada en un baúl y arrojada de un tren en marcha. Cuatro años más tarde en la pequeña aldea de Bethar, Meenu, una niña de tres años, comenzó a hablar con mucha precisión de su vida anterior. Describía sus trajes, sus bienes y su soberbia casa en Kânpur, cerca de una estación y de un templo. Entonces se llamaba Sudha y estaba casada con un célebre médico, el doctor Vinay. Este último tenía una aventura con Bhagwati Sing, una enfermera. ¡La niña afirmaba haber sido estrangulada por su marido! Pidió también ir a ver a su padre anterior en Kânpur. Sus padres pensaron entonces que ella inventaba las historias. Pero ante tanta insistencia, algunos meses más tarde, la llevaron, acompañados por su abuela, a la ciudad en cuestión donde la chiquilla no había ido nunca. Sin embargo, ella los guió hasta la casa de sus padres anteriores. Llegados a una calle, reconoció a sus antiguos padres que estaban en un balcón. Su anterior mamá testimonia: “El 17 de febrero de 1983, nos encontramos por primera vez con Meenu. Estaba al otro lado de la calle y nos vio en el balcón. Le dijo a su abuela: «¡Mira, mi mamá me ve!». Luego le pidió agua a su abuela, un vendedor ambulante se la ofreció, pero ella respondió: «No, la quiero de las manos de mi mamá». La niña y su abuela cruzaron la calle, encontraron la entrada de nuestra casa y subieron las escaleras. La niña miraba hacia todos lados. Salimos a ver quién era aquella niña. Fijó su mirada sobre nosotros durante cinco minutos. Le dije: «¿Es que tú me conoces?» y respondió: «Sí, ¡eres mi mamá!». Luego dijo: «Tengo sed», la puse sobre mis rodillas y le di un vaso de agua. Se puso a recorrer la casa, y pasó por el cuarto de oraciones donde se arrodilló para rezar. Luego, se acercó a su cuñada como si la conociera”. Después, el anterior papá contó: “Cuando la vi, me reconoció y me pidió que no la volviera a dejar ahora que había regresado”. La mamá continúa: “Meenu hurgaba entre sus viejos trajes diciendo: «¡Es mi sari! ¡Es mi guitarra!» Ella siempre tocaba la guitarra. Cuando le preguntamos: «¿Dónde estudiabas en la casa?», nos llevó al nivel de su cuarto. Nos mostró el lugar exacto donde estudiaba y ordenaba sus libros. Todo lo que dijo era cierto. ¡costaba creerlo! Luego, fue a otra habitación a buscar un álbum de fotos, lo abrió y mostró las fotos del doctor Vinay y de Sudha. Identificó a cada persona sin ningún error”. Meenu dio entonces sorprendentes detalles sobre las circunstancias de su muerte: “¡La enfermera sostuvo mis manos detrás de mi espalda y el doctor Vinay me estranguló! Súbitamente, mi cuerpo fue transportado dentro de una caja que luego fue lanzada desde el Viaducto”. Describió igualmente lo que vivió inmediatamente después su muerte: “Por mucho tiempo permanecí tendida, luego erré de aquí para allá. Unas personas me llevaron al paraíso y un hombre muy luminoso, sentado en una butaca, me preguntó a dónde quería ir. Yo respondí: «Quiero ir a casa de mi abuela», pero mi pedido fue rechazado. Insistí varias veces en volver a mi casa de antaño. Entonces el hombre muy luminoso me puso algo en la mano y me envió a mi aldea. Fue así como llegué y les pedí a mis padres actuales que me enviaran a casa de mis padres anteriores”. Meenu es uno de los casos más célebres estudiados por el doctor Ian Stevenson. He aquí algunas de las preguntas que éste le hizo: ¿Quién fue testigo de tu muerte? —Vinay, Bhagwati y yo. ¿Con qué propósito regresaste a esta vida como Meenu? —Dios dijo que debía venir y he venido. ¿Dónde colocó tu marido tu cuerpo? —Lo envolvió en un lienzo, lo puso en un saco de yute y luego en una caja que arrojó al Ganges. ¿Dónde está tu marido hoy? —En prisión. ¿Deseas ver a tu marido castigado? —¡No! El testimonio de Meenu fue presentado como prueba suplementaria en el proceso del Dr. Vinay que fue reconocido culpable y condenado a cadena perpetua. La niña dice que siempre ama a su marido y reza por su liberación. A los ojos de sus padres anteriores, se trata de su hija Sudha y querrían que viniera a vivir con ellos, pero los padres actuales no desean la separación. En India la reencarnación es una creencia muy presente en muchas religiones, como el hinduísmo, el jainismo o hasta el budismo. Se resalta que, a través de sus diferentes vidas, el hombre encarnado se elevará sobre todos los planos de la existencia, ya sean éstos espirituales o intelectuales. Se comprende entonces que el caso de Meenu sea aceptado y mediatizado sin que nadie reclame que es fábula, manipulación de una niña o hasta histeria colectiva… En Occidente, las religiones monoteístas tienden más bien a rechazar la reencarnación. La sola entrevista de una niña no basta para hacer aceptar la veracidad de sus palabras. Fue por eso por lo que en el departamento de parapsicología de la universidad de Virginia, el psiquiatra Ian Stevenson se interesó en el caso de Meenu con un enfoque más científico. Según otro parapsicólogo, que también estudió el caso de la reencarnación de Meenu, parece muy difícil que una niña de esa edad sea capaz, a través de un aprendizaje o de una manipulación cualquiera, de suministrar detalles tan precisos sobre la vida de Sudha. En vista de lo que sabemos, Meenu manifiestamente quería regresar con su abuela y al mismo tiempo dar testimonio del drama que vivió pero sin ninguna animosidad. Hace dos mil años, Jesús afirmó: “En verdad te digo, nadie puede conocer el reino de Dios, si no nace de nuevo”. Idea aceptada por la religión católica, y que sobreviviría hasta el siglo VI, cuando en el concilio de Constantinopla, el término reencarnación sería rechazado oficialmente por la Iglesia y sustituido por el de resurrección. Resurrección que significa regresar a la vida en el mismo cuerpo, lo cual no es la misma cosa. Trece siglos más tarde, Allan Kardec, gracias a la comunicación con los Espíritus, reveló que la reencarnación es uno de los principios fundamentales de la enseñanza de los Espíritus y por tanto de la filosofía espírita, una ley universal y divina. Desde hace cuarenta años, nuestro Círculo ha tomado el relevo de nuestros pioneros, y continúa transmitiendo, gracias a nuestros médiums, la filosofía de los Espíritus, entre otros, sus testimonios y sus palabras sobre la reencarnación. Desde hace más de cincuenta años, investigadores y psiquiatras se han interesado con seriedad en la cuestión y lo siguen haciendo. Y hoy podemos comprobar que, con sus estudios e investigaciones, han demostrado y probado sin lugar a dudas la realidad de la reencarnación. En conclusión, podríamos decir que por razones que pertenecen a la inferioridad humana, se quiere obstaculizar la verdad, que termina siempre por estallar.
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