EL POR QUÉ DE UN NUEVO BLOG
Después de abrir y mantener actualizado el blog: CENTRO VIRTUAL DE ESTUDIOS
ESPIRITISTAS Y AFINES, para la formación doctrinaria dentro de los postulados eminentemente racionalistas y laicos de la filosofía espírita codificada por el Maestro Allan Kardec que exhibe la Confederación Espírita Panamericana, a la cual nos adherimos, creímos conveniente abrir un nuevo Blog de un formato más ágil y que mostrase artículos de opinión de lectura rápida, sin perder por ello consistencia, así como noticias y eventos en el ámbito espírita promovidos por la CEPA, a modo de actualizar al lector.
Esa ha sido la razón que nos mueve y otra vez nos embarcamos en un nuevo viaje en el cual esperamos contar con la benevolencia de nuestros pacientes y amables lectores y vernos favorecidos con su interés por seguirnos en la lectura.
Reciban todos vosotros un fraternal abrazo.
René Dayre Abella y Norberto Prieto
Centro Virtual de Estudios Espiritistas y Afines "Manuel S. Porteiro".
sábado, 25 de enero de 2014
EL PENSAMIENTO QUE CURA
PIERRE VACHET
por
L U C G R U N T Z
LE JOURNAL SPIRITE N° 95 janvier 2014
Pierre Vachet hizo numerosos experimentos para
demostrar la estrecha interdependencia entre el psiquismo
y lo físico. Comenzaron en 1914, cuando él
se encontraba en el frente como médico auxiliar. Seguiría
el concepto del eminente psicólogo profesor
Pierre Janet, que afirmaba: “Los médicos no deben limitarse
servilmente a curar el cuerpo… Cada vez más, la
ciencia médica descubre la influencia preponderante de
la imaginación sobre la salud del cuerpo. Cada vez más,
la terapéutica utiliza el factor moral en su lucha contra
las enfermedades” hasta definir una ciencia nueva
que es la psicosomática (de psyché: espíritu y de
soma: cuerpo) y a la que Pierre Vachet quiso dedicar
la obra El pensamiento que cura. Este libro se dirige
tanto a los enfermos orgánicos como a los enfermos
llamados “nerviosos”, así como a los hombres sanos
susceptibles de portar los gérmenes de desórdenes
nerviosos que pudieran terminar por eclosionar, “la
salud no es sino un estado provisional que no presagia
nada bueno”.
Pierre Vachet nos invita en primer lugar a aprender
el dominio de nosotros mismos y a controlar regularmente
nuestro organismo fisiológico y mental. Esto
quiere decir: aprender a contener los movimientos
por los cuales tienden a expresarse nuestras emociones,
a moderar nuestra sensibilidad y a dispensar
nuestra energía según las reglas “de una juiciosa ecopor
nomía”. El poder de la imaginación sobre el cuerpo
humano es más grande de lo que uno puede imaginar.
Múltiples y graves desórdenes pueden ser creados
de la nada y sostenidos por una imaginación mal
dirigida. La curación no está subordinada sino a una
sabia disciplina de la imaginación. El órgano importante
que, sobre todo, no hay que olvidar es el cerebro,
elemento esencial del cuerpo humano pues
es la sede del pensamiento. Éste ha sido estudiado
por numerosos investigadores que han llegado a
asegurar su división, lo que afecta la naturaleza de
ciertas zonas con sus interacciones. El autor recuerda
la distinción entre los centros nerviosos inferiores
que actúan instintivamente y los reflejos cerebrales
que comandan el comportamiento psíquico y que
son reflejos psíquicos llamados también reflejos imaginativos,
para subrayar su estrecha relación con la
imaginación. Para cada uno de nosotros, la educación
consiste entonces en hacer pasar el consciente
al inconsciente, es decir actuar constante y voluntariamente
sobre el inconsciente para inducir el hábito
que creará el reflejo.
Los ejemplos abundan. Tomemos la situación de alguien
que es irritable y que se enoja fácilmente. En
lugar de dejarse llevar por la furia, podrá decir o pensar
varias veces con una inspiración profunda: “yo
me tranquilizo”. Se comprobará una diminución de la
tensión nerviosa y se trocará en calmo y tranquilizado.
Después de un cierto tiempo y a más o menos largo
plazo, ya la persona no se enfadará en absoluto. El
hábito de serenidad dictado por el inconsciente será
adquirido por él, convirtiéndose en reflejo. El papel
de la imaginación, y las imágenes que a ella se asocian,
no sólo influyen sobre el psiquismo sino también
sobre los órganos. De esa manera, la evocación
de imágenes conmovedoras y felices, y el enunciado
de sugestiones fuertes provocan la curación. Por
el contrario, la constitución de imágenes bajo la influencia
de emociones deprimentes o de inquietudes
obsesivas es un factor nocivo, que expone a súbitas
y graves insuficiencias orgánicas. Igualmente, las reacciones
del cuerpo sobre la imaginación son tanto
más rápidas y tanto más amplias cuando el cuerpo
está más excitado, excitación que se manifiesta por
alborozo o por sufrimiento agresivo que favorece la
fijación de los reflejos imaginativos. Ella multiplica,
en extraordinarias proporciones, la sensibilidad del
cuerpo a la evocación de imágenes.
Es bien conocido que la absorción de ciertas drogas
o ciertos venenos, tomados en pequeñas dosis, son
medicamentos tónicos cuyo abuso provoca una sobrexcitación
anormal de la imaginación. Ciertos artistas
se embriagan para realizar un trabajo de imaginación.
Por el contrario, la depresión entrega el
individuo a la pasividad. Atenúa las reacciones imaginativas,
ahoga la emotividad y quita a las imágenes
su vivacidad y su poder de acción sobre la envoltura
física.
Pierre Vachet nos enseña a domesticar nuestra imaginación.
Para estar bien, basta con aprender a orientarla
por el buen camino. Se trata de enseñar el arte
de curarse por el pensamiento, es lo que el autor llama
“el suero moral”. A la psicoterapia, que es el conjunto
de tratamientos psicológicos, pueden asociarse
otros medios terapéuticos como el aislamiento,
el descanso, la desintoxicación, la fisioterapia y los
medicamentos calmantes o tónicos. El reposo, por
períodos breves pero suficientes, debe practicarse
en alternancia diaria con fases de esfuerzo fatigoso.
Se trata luego de aplicar un método de relajación
muscular para hacer desaparecer las tensiones y
buscar un vacío mental, método del yogui, para una
distensión psíquica. Se agrega también una higiene
alimenticia. El régimen anglosajón es recomendado
en comparación con el régimen francés, a fin de dar
preferencia al desayuno de la mañana en lugar del almuerzo
del mediodía. No hay azar, no hay fatalidad
ineluctable. Siempre hay una relación más o menos
lejana de causa a efecto.
El optimismo y la euforia son el resultado de la imaginación
bien dirigida, como lo son, por el contrario,
la angustia y la fatiga en una imaginación mal orientada.
La mayoría de los emotivos y los ansiosos están
aferrados a emociones antiguas y perniciosas de
las que no pueden liberarse. No se dan cuenta de
las circunstancias a favor de las cuales se ha fijado
sobre ellos un mal reflejo imaginativo. Sufren de un
“recuerdo inconsciente”. Estos recuerdos ofensivos
proceden a menudo de la niñez, porque es en ese
período cuando las emociones son más fuertes y sin
proporción con los eventos, al tiempo que el cuerpo
y el espíritu son nuevos. En efecto, un niño es incapaz
de comprobar la justeza de las opiniones y si le
provocan emociones violentas, guardará toda su vida
profundos rastros de ellas.
El papel de los terapeutas
Entonces el papel del médico es importante. Él debe
destruir los reflejos imaginativos funestos para la
salud, para luego crear y mantener en el paciente
reflejos imaginativos que lo curen. Debe ser un condensador
de energía y optimismo y su orientación es
importantísima. Es fácil comprender que los curanderos
ignorantes acierten, allí donde han fracasado
las terapéuticas más sabias de los más grandes médicos.
No es preciso decir que el curandero inspira
confianza a sus enfermos pero exige de ellos la más
insensata esperanza, lo más eficaz en la curación. La
historia proporciona múltiples ejemplos. El terapeuta
involucrado debe ayudar a encontrar los recuerdos
olvidados. Volverá a plantear el evento emotivo
que originó el desorden que persiste, por asociación
de ideas, alrededor de la representación de la enfermedad.
Aprovechará que la fantasía de un individuo
generalmente se orienta hacia los objetos de preocupaciones
inconscientes. Los ensueños expresan el
dramatismo simbólico de las inquietudes, los deseos
y los conflictos psicológicos profundos. Él necesitará
entonces crear en el enfermo hábitos de calma que
perduren cuando se presente la situación crítica. A
esos estados de distensión orgánica y confianza, se
asociarán fases imperativas, asegurándole contra
emociones que no se producirán más. La psicoterapia
se apoyará pues, esencialmente, en la sugestión.
La forma de pensamiento es necesaria, pero la voz
juega un papel esencial; es ella, la que asociada a las
palabras debe calmar repitiéndolas. Su timbre será
monótono y cada fórmula dicha en cadencia rítmica.
Durante la cura, es al paciente a quien corresponde
la tarea principal, limitándose el médico a regular y
mantener los efectos.
Necesitamos aprender desde ahora a cultivar nuestra
imaginación, a someter a nuestro cuerpo a los
decorados risueños y a las imágenes felices. La depresión
debe ser combatida buscando emociones
tónicas asociadas a representaciones. Obtenida la
curación, nada está definitivamente vencido. Sobre
todo no hay que flaquear, cada día hay que desear
la salud del espíritu y por tanto someterse a un régimen
mental para evitar el retorno efectivo del mal.
Para mantener la curación y el bienestar, es necesario
trabajar sobre la imaginación, creando emociones
positivas y tónicas de las cuales las más eficaces
son las que nacen de la acción lograda, es decir de
aquello a lo que nos hemos atrevido. El beneficio del
éxito, bajo todas sus formas, es suscitar una emoción
de alegría, de triunfo que actúa, no sólo sobre
la imaginación sino también sobre el estado orgánico
de un deprimido o de un ansioso.
Es preciso igualmente aprender a desear. Por voluntad,
entendemos algo distinto a una cháchara interna.
No basta con decir “yo quiero”, pues la voluntad
conlleva dos momentos. En primer lugar exige el dominio
de sí mismo, la disciplina rigurosa de la imaginación
y luego, cuando el cuerpo se ha vuelto dócil,
ella se ejercita en la constitución de un sistema de hábitos.
Se aconseja suponer que una acción siempre es
más fácil de lo que pensamos. No hay que atar nuestra
imaginación más que a las realizaciones inmediatas,
a medida que éstas se presentan. El ensueño es
enemigo de la acción pues dispone al hombre para
la ansiedad y la pasión. En cambio, la acción es liberadora
porque desvía la atención de sí mismo, para
orientarla hacia las cosas o hacia los demás. Nada es
peor que concentrarse sobre su propia persona y velar
a cada momento por sus placeres y sus penas. El
plan de una vida feliz es: “Olvídate de ti dentro de la
acción”.
El pensamiento en la acción
Las acciones más fáciles y más tónicas son las que no
exigen sino movimientos disciplinados. Para una depresión,
la elección de las acciones debe realizarse en
función de su naturaleza y de su grado. Es reconocido
que el deporte es una de las mejores distracciones de
la ansiedad, porque es consumo de fuerza que hubiera
podido descargarse en convulsiones viscerales.
También, insertarse en acciones sociales permite, si
se logra, una gran mejoría de nuestro estado. Estas
acciones y reacciones deben fijarse sólidamente en
nosotros como otros tantos reflejos imaginativos.
Pierre Vachet nos dispensa múltiples consejos para
favorecer decorados excitantes alrededor de nosotros,
para mantener nuestro buen humor y nuestra
alegría. Vivamos, si podemos, en un paisaje agradable
al aire libre entre árboles y flores; tengamos, de
preferencia, una vivienda clara con muebles cómodos,
cuadros luminosos y vasos siempre llenos de flores.
Tampoco es trivial cuidar su aseo o su traje, evitar
a los amigos tristes, buscar la compañía de gente
alegre y en buena salud, pues son condensadores de
energía. Elijamos libros estimulantes, algunos actúan
como un jarabe calmante y otros como un sinapismo.
Hay que adquirir el hábito de mantener en nuestro
espíritu imágenes beneficiosas que podamos evocar
en momentos de desfallecimiento y también formarse
lo que el autor llama “un paisaje moral apacible”.
Expulsemos el recuerdo del fracaso y estemos siempre
dentro de un sistema de esperanza.
Pierre Vachet aborda igualmente una reflexión en
relación con las condiciones de trabajo, donde existe
a menudo un desequilibrio entre las posibilidades
del hombre y el peso, el ritmo y la complejidad
de las tareas. El hombre moderno debe liberarse
de la intolerable presión del tiempo y del trabajo
y esforzarse por reducir el cansancio del cuerpo y
la tensión del espíritu. Y es allí donde interviene
el papel del pensamiento, el pensamiento que
cura. Sepamos utilizar estas fuerzas que son, alternativamente,
el veneno que mata o el suero
que cura. El autor también llama nuestra atención
sobre la necesidad de educar nuestros cinco
sentidos, pues estamos lejos de utilizar sus
virtudes (tema ampliamente desarrollado en su
libro: Sobre el camino del optimismo y la felicidad).
La elección de los colores de nuestro entorno es
importante y participa en nuestro equilibrio psíquico.
Miremos todo lo que nos rodea, a fin de
fijar nuestra atención sobre los objetos y los seres,
para poder proyectarlos en cierto momento
sobre la pantalla de nuestra imaginación y hacer
revivir así una película agradable, en lugar de mirarse
a uno mismo. La naturaleza que se expresa
por su diversidad y sus riquezas, en todos los registros,
todos los matices y todas las densidades,
participa en el equilibrio humano. Pierre Vachet
también insiste en los beneficios de la risa, cuyas
repercusiones sobre la salud del cuerpo son incalculables,
tanto como el cultivo de la alegría y
el gozo. Es deseable que cada humano aprenda a
vivir según otra definición, distinta a la señalada
por la mayoría de las personas, que cree que vivir
bajo presión, emprender trabajos, ganar dinero y
gastarlo en menudos placeres… eso es vivir. Vivir
es aprovechar las mil cosas pequeñas que se ofrecen
a nuestro disfrute en cualquier hora del día
presente. Apresurémonos a gozar del presente
y contemos lo menos posible con el porvenir, lo
que Georges Brassens ha expresado así: “Hay dos
días de la semana por los que no me preocupo más,
ayer y mañana”. Vivir, es mantenerse en el equilibrio
de la salud física y abrirse a esta alegría que
es la euforia.
En el desarrollo de nuestras sociedades modernas
todo concurre a la ruptura por el hombre de
un equilibrio que siempre será necesario buscar
individualmente, pues cada vez más está reducido
al estado de robot, en detrimento de las “cosas
del espíritu”, para citar a Leonardo da Vinci.
Es tiempo de reaccionar para imponer un nuevo
humanismo que el autor llama euforismo, nuevo
arte de vivir que combina la higiene del cuerpo
con la higiene alimenticia y el suero moral para el
pleno florecimiento de cada individuo en toda su
personalidad.
Pierre Vachet (1892/199?), autor francés de muchas
obras relativas a la salud, entre ellas El Pensamiento
que cura, publicado en 1926. Era Doctor
en medicina, psicólogo, y director de la Escuela de
Psicología y de la Revista de Psicología aplicada.
viernes, 24 de enero de 2014
RADIESTESIA Y ESPIRITISMO
por
C H R I S TOPHE CHEVA L I E R
LE JOURNAL SPIRITE N° 95 janvier 2014
Desde el principio de los tiempos, el hombre ha
practicado la radiestesia en diferentes campos tales
como la búsqueda de minerales, de agua o la identificación
de órganos enfermos. Si la radiestesia es
practicada todavía hoy, es porque en su ejercicio ha
permitido obtener numerosos resultados. Forzoso es
comprobar que en este campo, como en otros, hay
confusión cuando el radiestesista utiliza su péndulo
para responder preguntas fútiles o para comunicarse
con los muertos; se confunde entonces radiestesia y
mediumnidad. La radiestesia es una facultad física y
psíquica que no hace intervenir a los espíritus desencarnados.
Debe ser objeto de un estudio serio y profundo.
En el seno de nuestra asociación, los múltiples
beneficios de la radiestesia fueron revelados rápidamente
por los Espíritus. En este artículo vamos a ver
cuáles son los elementos que entran en juego en este
fenómeno y lo que una sana práctica experta permite
lograr. Relataremos también un caso concreto de
trabajo radiestésico con Luc, que responderá algunas
preguntas sobre su trabajo y su desarrollo en el seno
del Círculo.
Ante todo veamos en el diccionario la definición de
la palabra “radiestesia”: “Sensibilidad hipotética de los
seres vivos a ciertas radiaciones, conocidas o desconocidas.
Procedimiento adivinatorio que permite ejercer
esta sensibilidad por medio de una varilla (rabdomancia)
o de un péndulo sostenido en la mano”. Y luego la
definición y la explicación dada por los Espíritus: “La
radiestesia es la clarividencia atómica con soporte material;
pendular por medio de un material puro o de una
aleación, equivale a ‘acordarse’ de la materia. Ahora
bien, como actualmente ustedes son parte integrante
de la materia, pendular equivale a hacer telepatía inconscientemente
con la estructura atómica. Esta telepatía
del espíritu con la materia, por medio del péndulo,
permitirá al radiestesista ubicar a la vez la materia viva
y la materia inerte. Es así como el péndulo podría determinar
la localización de una enfermedad orgánica en
su manifestación periespiritual pero también la localización
de un material determinado, en su manifestación
radiante inherente a la materia de su estructura”.
Intentemos ahora una rápida síntesis de las dos definiciones.
Cuando el diccionario dice “sensibilidad
hipotética a ciertas radiaciones”, el espíritu habla de
telepatía con la materia viva e inerte en su estructura
atómica. En efecto, la materia que nos rodea,
cualquiera que sea, está compuesta de átomos que
se aglomeran entre ellos para formar moléculas y así
elaborar materiales y organismos de estructuras diferentes.
Entonces esa misma materia compuesta por
sus átomos posee formas geométricas distintas unas
de otras, y esas mismas formas engendran vibraciones
que les son propias. Este fenómeno es idéntico
tanto para la materia inerte (la roca, por ejemplo)
como para la materia animada, tal como el periespíritu,
si la búsqueda se refiere a una enfermedad orgánica
y su localización periespiritual. Lo que capta
el radiestesista, de manera inconsciente pero sin embargo
verdadera, son las vibraciones a pesar de que
no conozca, o conozca poco, la composición y la estructura
de la materia, objeto de su búsqueda.
¿Tiene el radiestesista una facultad “adivinatoria”?
El radiestesista no es médium y por extensión su facultad
no es “adivinatoria”. No entra en comunicación
con el más allá y ese mismo más allá no interfiere en
los trabajos radiestésicos. Su sensibilidad particular
es, de hecho, una disposición de un individuo para establecer
una comunión con la naturaleza circundante,
con sus múltiples formas de múltiples vibraciones.
El cuerpo físico del radiestesista es él mismo un “péndulo”
que necesariamente debe hacer contacto con
el suelo y con el espacio. Se convierte en una antena
viviente que capta todas las vibraciones que emanan
de la materia cercana. Esta facultad no es pues en
absoluto un procedimiento adivinatorio, pues no “es
ocultada a los sentidos y no predice el porvenir”. Muy
por el contrario, la radiestesia recurre a la naturaleza
física y a la capacidad telepática del radiestesista con
la materia. Entonces, ¡nada que ver con el más allá! La
causa de las creencias supersticiosas y las malas prácticas
de la radiestesia es el desconocimiento de las
leyes que rigen la materia. Es allí donde el espiritismo
aporta respuestas a nuestras preguntas, pues lo que
está “escondido” se explica por nuestras naturalezas
espirituales y vibratorias, pero también por el hecho
de que las circunstancias materiales que nos rodean
también provienen del mismo principio inteligente,
a saber, Dios. “Si la relación con la naturaleza está desprovista
de toda espiritualidad, el trabajo del radiestesista
es nulo y sin valor”, escribiría un Espíritu durante
una sesión de escritura. La radiestesia es pues, ante
todo, una facultad humana que puede ayudar al
hombre a comprender mejor su entorno y su naturaleza
espiritual.
¿Por qué la necesidad de un péndulo?
El péndulo puede ser fabricado con cualquier objeto:
un cordel atado a una sortija, por ejemplo. Pero,
materiales como el oro, el granito, el cobre y el cristal
de roca son preferibles pues facilitan la acción de
búsqueda. Estos son materiales “conductores” que
permiten el intercambio de energía entre dos sistemas.
El péndulo es un instrumento, un soporte, que
forma parte integrante del cuerpo del radiestesista,
convirtiéndose en su prolongación. Su papel es traducir
en movimientos, el contacto con la vibración
emitida por el objeto de la búsqueda. Por ejemplo,
el radiestesista puede entrenarse para buscar dentro
de un mazo de cartas mezcladas, las cartas cuyas figuras
son rojas. Sabe que debe encontrar las cartas
rojas y establece inconscientemente un contacto telepático
con las vibraciones emitidas por ese color. Es
el péndulo el que, por sus movimientos, indicará la
vibración que corresponde al objeto de su búsqueda.
¿Cómo son posibles esos movimientos? Para comprender,
es necesario agregar una condición esencial,
la necesidad para el radiestesista de crear una “convención”
de funcionamiento entre él y su péndulo, es
decir un sistema simple de respuesta, de comunicación,
por “sí” o por “no” a las preguntas que le hace.
Tal movimiento quiere decir “sí”, tal otro quiere decir
“no”. Para ser eficaz, esta convención debe ser totalmente
personal del radiestesista y seguir siendo la
misma durante todo el tiempo de su práctica. Sin ella,
el radiestesista no produciría nada sino un fenómeno
anárquico e inexplicable. Vamos a ver concretamente
el funcionamiento de esta convención en un caso
dado por Luc.
Encuentro con Luc, radiestesista
¿Cómo desarrollaste esta facultad?
“Fue en abril de 2000 cuando mi guía, en un mensaje
recibido en escritura, me propuso un trabajo conjunto
de dos misiones, una de ellas de radiestesia. Quedé sorprendido
pues nunca había sentido atracción particular
por ella. El espíritu además completó sus palabras
indicando que «esas funciones respondían al mayor
bienestar del espíritu encarnado que, en sus fronteras
ales y estrechas, ha olvidado su origen divino». Sin
saber cómo tomarlo, mi primer reflejo fue documentarme,
y en particular leer cierto número de libros que me
prestó un espírita, él mismo radiestesista confirmado.
Cuanto más leía más me inquietaba ante la complejidad
del asunto. Al cabo de cierto tiempo, me decidí por
fin a pasar a la acción. Definí primero una convención
mental para interpretar las respuestas indicadas por mi
péndulo. Por ejemplo, decidí que la respuesta «sí» se expresaría
en un giro en el sentido de las agujas de un reloj
y el «no» en sentido inverso. Me inspiré luego en un pequeño
libro de ejercicios prácticos y releí todos los mensajes
recibidos en nuestro Círculo sobre el asunto. Podía
tratarse de buscar un vaso lleno de agua disimulado entre
otros que estaban vacíos, o bien buscar el comodín
en una baraja o hasta la de un color, etc.”
¿Cuánto tiempo hizo falta para que te convirtieras
en “operativo”?
“Muy pronto me di cuenta de que, independientemente
de los ejercicios realizados, el psiquismo del radiestesista
es muy importante. No hay que hacer por hacer. En
efecto, antes de cada ejercicio, no hay que estar inquieto
por cualquier preocupación o contrariedad. Rápidamente
me di cuenta pues, para la época, como dirigente
de un club deportivo, tenía que hacer frente a múltiples
trámites o a proyectos que me atormentaban, lo cual
me obligó a poner fin a mi mandato en 2005. Y fue a
partir de aquel año, que pude comenzar a desarrollar
esta facultad con regularidad y serenidad. En enero de
2010, el espíritu me indicó que mi radiestesia se volvía
operativa. Me habían hecho falta, pues, varios años de
entrenamiento y provocar las buenas circunstancias
para llegar a ello”.
¿Cómo diriges tu radiestesia, es decir, trabajas en
casos médicos y de búsqueda de personas desaparecidas?
“Los ejercicios simples eran enseñanza y verificados
con justeza, yo fui atraído enseguida por la búsqueda
de personas desaparecidas leyendo y seleccionando las
fotos que la prensa local publicaba y sobre las cuales me
ejercitaba. Los casos podían referirse a adolescentes o
a adultos. En la mayoría de las situaciones, el periódico
indicaba después el lugar donde la persona había
sido encontrada y en qué condiciones. Al cabo de cierto
tiempo, me di cuenta de que obtenía buenos resultados.
He trabajado ocasionalmente en casas cuyos habitantes
estaban contrariados por la presencia de agua, de
un nudo de Hartmann u otros. De igual forma he efectuado,
y muy puntualmente, una búsqueda en el campo
médico para conocer el origen de un desorden físico.
Eso resultó exacto”.
¿Cómo procedes tú? ¿Puedes relatarnos una de
tus experiencias?
“Los casos más difíciles para mí son los hechos criminales.
Debo neutralizar mi psiquismo pues siempre espero
que los individuos todavía estén vivos y no fallecidos
por agresión violenta. No debo ser informado de ningún
elemento ofrecido por la prensa, ya que podría influenciar
inconscientemente la búsqueda. Por regla general,
trabajo en primer lugar sobre Europa para volver
eventualmente a Francia y a la región de origen, para
determinar luego con la mayor precisión posible la ciudad,
el barrio y el sector donde se puede hallar el cuerpo.
Un ejemplo de búsqueda me conmovió mucho pues
era la primera vez que se me presentaba un caso de homicidio.
Se trataba de una joven de treinta y dos años,
desaparecida el 3 de julio de 2009. Fue su patrón quien
alertó a los socorristas para que fueran a su domicilio
en un municipio cerca de Nancy. Encontraron a su perro,
mientras que su auto se había quedado en el garaje.
Avisaron a la policía que lanzó un aviso de búsqueda
difundido, por supuesto, en la prensa regional. El 16 de
julio hice este ejercicio:
− ¿Está viva?: No
− ¿Fallecida por accidente?: No
− ¿Se trata de una muerte natural?: No
− ¿Fue secuestrada?: Sí
− ¿Se trata de un homicidio?: Sí
− ¿Su cuerpo está en Lorraine?: Sí
− ¿En la propia Nancy?: No
− ¿Cerca de la ciudad de Nancy?: Sí
Hice entonces una búsqueda sobre los municipios en la
periferia de Nancy, entre ellos Essey-lès-Nancy donde
ella estaba domiciliada. Las respuestas fueron negativas,
con excepción de uno de ellos. Detuve allí mi trabajo,
pues pensé en una pareja de amigos que vivía
allí y yo podía ser influenciado inconscientemente. No
obstante, el cuerpo fue encontrado algunos días después,
en un campo cerca del municipio que yo había
detectado”.
¿Analizas las respuestas del péndulo, y de ser así,
cómo haces?
“Antes de llegar a la solución propuesta, es preciso analizar
las respuestas obtenidas para asegurarse de su
coherencia. Es también el manejo de la duda, pues una
respuesta falsa puede arrastrar pronto a un radiestesista
por otro camino. También me ocurre a veces que
busco una coherencia por medio de preguntas complementarias
que se cruzan con ciertas respuestas”.
¿Qué te ha aportado el espiritismo en el desarrollo
de tu radiestesia?
“La realización de esta misión me proporciona muchas
alegrías y emociones y participa en mi equilibrio. Sin
el espiritismo, me hubiera perdido totalmente esta facultad.
Además, esta misión, como todas las demás en
nuestro Círculo, se ejerce siempre en provecho del prójimo.
No se ejerce por asuntos fútiles o esotéricos”.
jueves, 23 de enero de 2014
UN CASO DE PSICOQUINESIA EN ESPIRITISMO:
LA EXPERIENCIA DE LA CUCHARITA
por
R É G I S B E R TAU D
LE JOURNAL SPIRITE N° 95 janvier 2014
Origen de la psicoquinesia
Más de 9.000 años antes de nuestra era, en tierras bretonas,
nacía una civilización que llegaría a ser la prueba
de que el espíritu puede dominar la materia. Los
druidas habían comprendido eso y ya, en el paleolítico
superior, bloques de piedra se elevaban por los
aires. Estos últimos adquirían, durante su elevación y
su desplazamiento, la forma progresiva que aún hoy
se puede ver en los emplazamientos megalíticos de
Carnac. En esa civilización, el hombre había encontrado
el camino del dominio de la fuerza del pensamiento
sobre la materia, y los menhires erigidos hacia
el cielo y plantados en el suelo, siguen siendo hoy un
testimonio auténtico de esa posibilidad.
Han pasado los siglos. La civilización druídica fue destruida
con su saber y su cultura pero sin contar con
la perpetuidad del espíritu druídico en su manifestación
y su voluntad de reencarnar.
Desde hace más de cuarenta años, el Círculo Allan
Kardec da testimonio de la supervivencia del alma y
si somos visitados, aconsejados y guiados por el espíritu
de un druida, no podía ser de otra manera que
seguir y conducir la idea de la supervivencia del alma,
la idea de su manifestación. Sin embargo, hoy ya no
somos los iniciados sino los testigos de esta fuerza de
pensamiento que vive, vibra y se manifiesta de muchas
maneras.
Naturaleza y acciones del pensamiento
El pensamiento, efluvio sutil e invisible, cuyo origen
es el espíritu, puede desplazarse, puede ser captado,
es la telepatía; también puede influenciar, puede
curar, es la telepsíquica; en sus efectos más visibles
también puede modificar la materia o desplazarla, es
la psicoquinesia.
La psicoquinesia es pues la acción del pensamiento
sobre la materia para provocar desplazamiento de
objetos, producir levitaciones y transformaciones de
la estructura de los materiales. En este sentido, hay
que distinguirla de los Poltergeist, movimiento y desplazamiento
de objetos bajo la influencia de espíritus
desencarnados. Ella proviene únicamente de la fuerza
del pensamiento de un espíritu encarnado.
¿Cómo puede un pensamiento, en su evanescencia,
producir un fenómeno físico sobre la materia?
Ante todo y paradójicamente, la psicoquinesia no es una
tensión sino una relajación del espíritu, cuya emisión
repetida de una información influenciará la orientación
molecular de un material. Para ello hace falta, no
una voluntad, sino más bien un anhelo fuerte, un deseo
vinculado a una imaginación; es preciso pensar
la forma, pensar el movimiento, el desplazamiento, la
transformación; simplemente hay que estar seguro
del resultado, viviéndolo como una evidencia.
Uri Geller y luego Jean-Pierre Girard, vulgarizaron
este fenómeno en los años 70. Conseguían torsión de
metales y diversos efectos en contradicción con los
testimonios conocidos de la ciencia. Y aunque estos
dos pioneros de la psicoquinesia han frecuentado
diferentes laboratorios y han sufrido una batería de
pruebas de control por los científicos, sus resultados
no han encontrado continuación en la ciencia actual.
Si bien Uri Geller se ha volcado hacia el show-business
y los shows televisados, Jean-Pierre Girard por
su parte continúa manteniendo un rumbo científico,
escribiendo y dictando conferencias sobre el tema.
La lucha por la modificación de los paradigmas es
muy lenta y muy difícil de alcanzar; como espíritas,
sabemos algo de eso.
La psicoquinesia en espiritismo
Desde un punto de vista espírita, la psicoquinesia es
admitida como una realidad pues es una variante de
las facultades del espíritu. En 1996, el Espíritu vino a
revelar una misión de psicoquinesia a uno de nosotros
para que la ejerciera en el seno de nuestra Asociación.
Joël Francheteau, a quien llamamos Horace (nombre
de una vida anterior), se había unido al Círculo en
1990. Después de seis años de presencia en el grupo,
fue su guía quien le confió esta misión y siguiendo
sus consejos, nuestro amigo se puso a trabajar dos
veces por semana con una duración de unos veinte
minutos con soporte musical. Durante este trabajo
de desarrollo, Horace podía ejercitarse con cualquier
objeto, siendo el objetivo en un primer momento desarrollar
la acción de la fuerza del pensamiento sobre
los objetos inanimados.
Psicoquinesia y mediumnidad
La psicoquinesia no tiene nada que ver con la mediumnidad.
En mediumnidad hay intervención de los
Espíritus; la fuerza del pensamiento procede únicamente
del deseo de un espíritu encarnado que trata
de conseguir un resultado por sí mismo sin recurrir a
los Espíritus desencarnados.
Los primeros resultados concluyentes
Los resultados más rápidos se obtuvieron con ayuda
de un soporte instalado sobre una horqueta. El colgante
estaba constituido por una pequeña piedra
perforada suspendida de un hilo. Horace, por su fuerza
pensamiento, daba entonces a esta piedra un mo-
vimiento circular o un movimiento de vaivén. He aquí
cómo explica él su forma de imaginar el movimiento:
“En el caso del colgante, cuando le doy un movimiento,
ya se trate de un movimiento circular o de vaivén, visualizo
mentalmente el movimiento que quiero darle. Lo
visualizo continuamente con mucha fuerza mirando el
objeto fija y constantemente, y al poco tiempo, el movimiento
que imagino se inicia en el objeto”.
Finalidad de la psicoquinesia
La protogénesis es la finalidad del trabajo que se
habría efectuado antes en psicoquinesia; siendo el
objetivo no trabajar más sobre un objeto inerte, sino
sobre la materia viviente. La acción de la protogénesis
permite reconstituir los tejidos celulares dañados
en un ser viviente. Se trata pues de una acción que
tiene virtudes terapéuticas que permiten sanar, curar
y regenerar las carnes que han sido perjudicadas por
alguna razón, cualquiera que ésta sea.
Psicoquinesia sobre el mineral y el vegetal
En la evolución de la psicoquinesia, Horace fue invitado
al cabo de dos años de ejercicios a un trabajo
en protogénesis sobre el mineral, sobre los suelos y
los subsuelos. Esta misión tenía como objetivo participar
en la construcción y reconstrucción de los
suelos y subsuelos dañados y que presentan riesgos
de sismo.
El ejercicio de la misión
El ejercicio de esta misión se realizaba del siguiente
modo. Un radiestesista localizaba por medio de su
péndulo una región sobre la que Horace debía trabajar.
Una vez localizada la región, se realizaba una
acción de pensamiento por un período de cuatro meses,
a razón de dos veces por semana, sobre el indicio
del sismo y el epicentro de la falla. Transcurrido ese
plazo, el radiestesista comprobaba la necesidad de
continuar y si no indicaba otro lugar.
Los resultados obtenidos
Horace trabajaba siempre en psicoquinesia sobre la
materia, entrenándose con diferentes materiales tales
como barras de metal o cucharitas. A fin de alentar
el trabajo en psicoquinesia, el Espíritu vino a explicar
que el pensamiento se imprimía en la materia y que
podían producirse efectos de modificación molecular
que permanecen invisibles.
Frente a esta regularidad, perseverancia y confianza,
Horace obtuvo una verdadera acción de macro-psicoquinesia.
He aquí las palabras de un testigo presente
en el evento.
El testimonio de Christophe
Cuando Christophe y Horace comenzaron a trabajar
juntos, Horace decidió concentrarse en la rotación de
un péndulo, colgado de una horqueta colocada sobre
una mesa. Cada sesión comenzaba por la puesta
en condición en silencio y un recogimiento propicio
para este trabajo, al resplandor de una vela como lo
había sugerido el Espíritu.
Cada sesión debía respetar un tiempo y una frecuencia
de trabajo definidos. Horace no necesitaba
de participantes que le dieran fluidos, como en
mediumnidad. Christophe estaba presente como
observador y testigo de los eventuales fenómenos
por venir.
Christophe: “Mi papel era el de observador y a la vez re
gistrador del buen desarrollo de la sesión. Me aseguraba
de la no intervención de alguna parte del cuerpo de
Horace contra la mesa donde se encontraba el péndulo
y permanecía atento a todo eventual fenómeno mientras
que él trabajaba por el pensamiento, con los ojos
abiertos o cerrados”.
Los resultados en cuanto al desplazamiento del
péndulo fueron muy rápidos y Christophe comprobó
una constancia del fenómeno: el péndulo se
movía siempre al final del ejercicio de pensamiento,
como si el hecho de aflojar la tensión de concentración
liberara una fuerza que imprimía entonces su
movimiento al objeto.
Christophe había podido observar las actitudes de
Horace durante aquellos largos meses de trabajo y lo
que notaba era una evidente correlación entre la actitud
física y los resultados de la psicoquinesia. Cuanto
más se crispaba Horace en manifestar su voluntad
menos visibles eran los fenómenos, e incluso inexistentes,
y cuanto más parecía Horace despegarse de
su objetivo en su concentración relajada, más visible
era la psicoquinesia.
Luego de la experiencia del péndulo y antes de llegar
a la cucharita, Horace trató de hacer mover una
bolita en un cenicero, hacer girar una hoja de aluminio
sobre un mondadientes y torcer barras, pero
en estas diversas pruebas los resultados no fueron
visibles y aumentó la pérdida de confianza en el posible
fenómeno.
Después de algunas tentativas sobre varios objetos,
Horace decidió concentrarse únicamente sobre una
cucharita y no cambiar el soporte hasta que los resultados
fueran aparentes.
Christophe: “Era una cucharita bastante gruesa. Horace
siempre utilizaba la misma durante nuestros experimentos.
Sin embargo, reconozco que no usamos otra
cucharilla como testigo para comprobar los progresos
de la primera. Simplemente esperábamos que se doblara
francamente”.
Pasaron semanas hasta que Horace tuvo una confianza
más evidente que de costumbre y, aquella noche
Christophe fue testigo de lo que podemos llamar, no
un milagro, sino la puesta en evidencia de la acción
de la fuerza del pensamiento sobre un objeto.
Christophe: “Horace estaba muy sereno y tenía la cucharita
entre el pulgar y el índice de su mano izquierda
mientras que, con la otra mano, acariciaba el utensilio.
Fue entonces cuando, desde los primeros minutos,
vi doblarse gradualmente la cucharita; se inclinaba
lentamente pero de manera constante. Horace me
confirmó que había sentido el metal ponerse blando
en la punta de sus dedos y que había pensado en el
movimiento de la cucharita que se torció para llegar a
la forma deseada”.
Y durante las experiencias que siguieron, Horace no
logró reproducir el fenómeno. Sin embargo, este estado
de cosas no significaba que este fuera un caso
excepcional y no reproducible; significaba simplemente
que habíamos experimentado y descubierto
que existían leyes vinculadas al espíritu, y que en este
campo nos quedaba todo por descubrir y aprender.
La fuerza del espíritu se revela. No obstante, nos falta
todavía experimentar el fenómeno para descubrir
pronto sus leyes, a fin de servirnos hábilmente de
ellas, en lo que debe convertirse en el futuro en una
nueva fuerza para el bienestar del prójimo.
miércoles, 22 de enero de 2014
APORTES Y MATERIALIZACIONES
EN EL CÍRCULO
por
MARIE-NOËLLE COURTIOL
LE JOURNAL SPIRITE N° 95 janvier 2014
Los fenómenos de aportes y materializaciones se han
vivido en nuestra Asociación desde hace cerca de
cuarenta años. Se inscriben dentro de la continuidad
de lo realizado hace años por nuestros pioneros,
espíritas e investigadores, según la voluntad del más
allá de hacernos vislumbrar todas las insospechadas
potencialidades del espíritu. Si los Espíritus han aportado
la prueba de su supervivencia, ellos igualmente
han demostrado las posibilidades de la fuerza del
pensamiento, ya sea encarnada o desencarnada, en la
materialización y aporte de objetos. Antes de relatar
algunos ejemplos de estas experiencias vividas en
nuestro grupo, definamos el aporte, la materialización
y la ideoplastia.
¿Qué es un aporte?
El aporte es una forma material, un objeto que ya existe,
que tiene una historia y que puede proceder de cualquier
lugar del globo. Esta forma material, por la fuerza
y la voluntad del espíritu, es sustraída del lugar donde
se encuentra para aparecer luego en el lugar deseado.
Para hacer esto, la forma sufrirá cambios moleculares
que la hacen momentáneamente invisible y desmaterializada
para recobrar luego en otro lugar su textura
inicial visible y palpable. Para realizar este aporte, el
Espíritu utilizará toda su fuerza de pensamiento pero
necesitará igualmente la energía de un médium.
¿Qué es una materialización?
Contrariamente al aporte, la materialización no corresponde
a un objeto ya existente. Por lo tanto, este objeto
es una creación del Espíritu que le dará, a partir de
diferentes energías de las que tendrá necesidad, una
forma que obtendrá en diferentes materiales. Estamos
allí ante la creación pura, tal como el artista pinta sobre
la tela virgen o esculpe la piedra para concretar y crear
su obra. Igual que para el aporte, el espíritu necesitará
la energía de un médium.
¿Qué es la ideoplastia?
A la inversa del aporte o la materialización, la ideoplastia
procede del pensamiento de seres encarnados,
impulsado, dirigido y reflexionado, y en los ejemplos
que seguirán, se tratará del pensamiento de espíritas
que dan lugar a la creación palpable y tangible de un
objeto.
En el pasado, en la historia del espiritismo, estos tres
fenómenos fueron experimentados y estudiados por
los investigadores, y estos tres aspectos particulares
de la creación se han renovado repetidas veces en el
seno de nuestro Círculo.
Para ilustrar el enunciado, he aquí el extracto de un
mensaje del espíritu Gustave Geley que nos habla de
la ideoplastia:
“El espíritu Gustave Geley está feliz de decirles, de explicarles
el mecanismo sutil, natural y divino de la ideoplastia.
Cuando el espíritu piensa y cuando sabe pensar, puede
dar todas las formas deseadas a su propia reflexión. Es
así como el pensamiento, atributo esencial del espíritu,
se proyecta en el espacio, energía viva proveniente de
la inteligencia y el amor que hace justamente ese amor,
que hace justamente que seamos capaces, por el impulso
dado por nuestro Padre divino, de volvernos autores de
un momento.
La ideoplastia es pues la expresión del pensamiento
impulsado y reflexionado con consecuencias físicas visibles
y palpables”.
Aportes: El rosario y su estuche
He aquí la historia de dos aportes vividos por Jacques
Peccatte y Michel Pantin, co-fundadores de nuestra
Asociación. Fue en 1974, en Montfort l’Amaury, cuando
se les presentaron fenómenos espontáneos de los que
no tenían ni la menor idea. Jacques Peccatte, autor del
libro Al encuentro de los espíritus, relata en su obra esta
primera manifestación:
La escena ocurre una mañana, a plena luz, con motivo
de las primeras experiencias de comunicación realizadas
por Michel y Jacques: “Súbitamente postrado,
Michel tiene en los ojos una expresión de viva inquietud.
Está como paralizado, con los ojos abiertos de por en por
y ya no puede hablar… Sobre sus labios se forma una
sustancia blancuzca, mientras confusamente aparece
algo dorado que se exterioriza progresivamente de
su boca. Por fin veo una pequeña cruz pero, para mi
gran estupefacción, la exteriorización es progresiva y
continua, ya no es sólo una cruz, sino todo un rosario lo
que sigue, un rosario de piedras rojas que sale lentamente
de la boca. Por un momento quedamos pasmados ante
este objeto religioso que acaba de formarse en algunos
instantes…”
A la mañana siguiente de esta primera experiencia,
Michel y Jacques asisten a un segundo aporte: “…
Michel se encuentra en un idéntico estado de postración.
Aparece sobre sus labios la espuma blancuzca. Sospecho
ahora el género de fenómeno que sobrevendrá. Pero,
para mi gran asombro, veo abrirse la boca, el objeto que
comienzo a entrever tiene aspecto de ser demasiado
grande para poder salir. Finalmente es expulsada una
caja de nácar de forma cuadrada, con la particularidad
de que su dimensión supera la de una boca abierta
normalmente. Esta caja contiene el sello de un bisutero
y parece ser el estuche del rosario recibido la víspera…”
La explicación que sigue, sobre la naturaleza de estos
dos aportes, se relata en el libro de Jacques Peccatte:
“Los dos objetos, el rosario y su caja, no corresponden
a creaciones materializadas, pues la inscripción incorporada
en el estuche, indica que estos objetos ya existían.
En el fenómeno de aporte hay pues una forma de
desmaterialización de los objetos en el entorno donde se
encuentran, y son re-materializados cerca del médium.
En los casos que hemos vivido, la re-materialización de
los objetos se opera a través el médium mismo. El objeto
recobra su densidad material al momento mismo en
que sale de la boca de Michel. En todo caso, los espíritus
utilizan el potencial energético del médium, para conseguir
la transformación provisional del material y su transporte
en el espacio. Es lo que se llama el aporte”.
Materialización de perlas blancas
(ver Revista N° 16)
En un artículo, Karine Chateigner nos cuenta: “Durante
una sesión espírita, los espíritus decidieron centrar sus
manifestaciones sobre esta forma y esta forma particular
se caracteriza por el aporte.
Así, en número de quince, hemos sido testigos de aportes
de decenas de perlas blancas y ello, por diferentes procedimientos.
Una vez, en una sesión espírita, el espíritu
incorporado materializó todo un collar de perlas blancas.
Aun otra vez, en una sesión que tuvo lugar en la noche, al
aire libre, bajo un cielo estrellado, el espíritu incorporado
parecía extraer de esa bóveda estelar, la energía que le
permitía bajar perlas de allí, para ofrecérnoslas equitativamente.
En otra ocasión, a plena luz del día y filmado, el espíritu
incorporado materializó cuatro perlas blancas, una por
una. Finalmente, inspeccionando lugares de nuestra
vivienda, descubrimos otras perlas, colocadas aquí y allá
en varios lugares.
Algún tiempo más tarde, dando testimonio de estas
diversas manifestaciones junto con otros espíritas, oímos
el ruido producido por un objeto al tocar el vaso y descubrimos
una perla dentro del vaso. Eso se repitió cuatro o
cinco veces en la noche y a cada ruido percibido, encontrábamos
una perla, caída sobre la mesa o rodando por
el suelo”.
Materialización de un bolígrafo azul por el
espíritu Jacques Brel
(Al encuentro de los Espíritus —Jacques Peccatte)
Por intermedio de Michel y en presencia de Karine y
Jacques, se desarrolló otra materialización, durante
una sesión de incorporación a comienzos de los años
80. En esa época, Maddly Bamy, la última compañera
de Jacques Brel se interesó por la supervivencia del
alma y naturalmente, nuestros amigos decidieron
contactarla. El encuentro se realizó y ella asistió a varias
sesiones espíritas y especialmente, a una sesión de
incorporación donde se presentó el espíritu Jacques
Brel. En esa oportunidad, este último y otros espíritus
se manifestaron a través de Michel y materializaron,
ante los espíritas presentes, perlas blancas en gran
número.
Otra vez, durante una sesión, el espíritu Jacques Brel
materializó, siempre por la boca de Michel, un objeto
que destinaba a la que fue su compañera. Ese presente
tenía para él un valor sentimental pero la materialización
era igualmente une prueba suplementaria de su
manifestación. El objeto era un bolígrafo azul. Maddly
quedó estupefacta afirmando que Jacques Brel sólo
utilizaba bolígrafos de ese modelo; decía que no había
nada como un bolígrafo para trabajar.
Aporte: una medalla (ver Revista N° 16)
El último caso de aporte que les relataremos se desarrolla
en París, en el cementerio Montmartre. He aquí el
testimonio de Karine Chateigner sobre esta manifestación
particular:
“Me acuerdo especialmente de un día pasado en París,
en el cementerio Montmartre donde debíamos encontrar
ciertas sepulturas. Ahora bien, ciertos personajes de la
historia ya no tienen lápida que dé testimonio del lugar
de su sepultura. Era el caso de Maximilien Robespierre
cuyo lugar de sepultura buscábamos.
Acompañada por Michel Pantin, un médium de nuestra
Asociación, fuimos dirigidos por sendas y tumbas con
ayuda de escrituras automáticas. Sabíamos que en el
lugar de la tumba de Robespierre, debíamos encontrar
una medalla. Después de haber sido dirigidos por las
indicaciones del espíritu, llegamos a un sitio. Ninguna
inscripción, sólo tierra abandonada. Tratamos entonces
de despejar algo el terreno y fue cuando encontramos la
medalla”.
Ideoplastia: Experiencia en sesión espírita
(hechos relatados por Karine Chateigner Revista N° 16)
Esta experiencia fue conducida por el espíritu incorporado
William Crookes que dio las orientaciones para
dirigir el pensamiento de los espíritas presentes en la
sesión:
“Necesitamos oscuridad. No crucen ni las piernas, ni los
brazos. Ahora, vamos a hacer silencio durante algunos
minutos y en ese silencio, se van a relajar, y a aflojar sus
músculos.
Ahora, cierren los ojos y concéntrense en la oscuridad
delante de ustedes. En esa oscuridad, imaginen un
pequeño círculo de cuatro centímetros de diámetro, muy
luminoso y háganlo girar muy, muy, muy rápido. Ese
pequeño círculo gira cada vez más rápido. Es muy luminoso.
Ahora, imaginen ese círculo incandescente y anaranjado.
Ese pequeño círculo es un pequeño círculo de fuego
anaranjado. Quema. Ahora caen gotas de agua fresca
sobre el círculo que se enfría. El color anaranjado desaparece
poco a poco. Ahora es un pequeño círculo opaco
que se ubica en la oscuridad que ustedes enfrentan. Un
soplo frío atraviesa el círculo y, progresivamente, de la
opacidad pasa a la transparencia. Piensen en él con
mucha, mucha fuerza. Este pequeño círculo se convierte
en un círculo de vidrio, un círculo de cristal límpido. Ahora
inclinen sus cabezas hacia atrás. El pequeño círculo
descansa sobre sus frentes. Lo toman, lo sostienen entre
el pulgar y el índice, luego lo encierran en el hueco de la
mano. Ahora, esa mano no es sino un puño que encierra
al pequeño círculo de cristal.
Dirijan todos sus puños hacia el centro de la habitación.
Cuando yo les diga abrirán sus manos violentamente y
su ideoplastia, así manifestada, se ubicará sobre la mesa
que ocupa el centro de la habitación.
Cuando abran sus manos, arrojarán el círculo de cristal
sobre la mesa.
Abran. Arrojen. Relájense.
Ahora, ordenamos las moléculas manifestadas por la
fuerza de su pensamiento, protegemos la estructura
molecular invisible así creada. Depositamos un globo
fluídico sobre su creación colectiva. Pienso que la experiencia
va a resultar”.
En efecto, encontramos sobre la mesa la forma cristalina,
resultado de nuestros pensamientos sumados.
Conclusión sobre el aporte y la materialización
La realización de estos fenómenos espíritas exige
y requiere la suma de muchas fuerzas y energías
indispensables para la materialización, y el aporte
de objetos que serán materializados a través de un
médium. El espíritu, por su voluntad y asistido por
otros espíritus, emitirá una energía psíquica radiante.
Para actuar sobre la materia y desmaterializar así un
objeto para re-materializarlo en otro lugar, el espíritu
actuará directamente sobre su estructura molecular y
atómica, es decir sobre su periespíritu. Por otra parte,
este periespíritu, sigue siendo indispensable para toda
manifestación del más allá. Al actuar sobre su estructura
molecular, ésta responderá a un movimiento
de rotación acelerado, lo que le permite transportar
después el objeto así desmaterializado. Luego, el espíritu
se manifiesta en sesión espírita y utiliza los fluidos
de los participantes en la sesión, pero utiliza igualmente
el fluido vital del médium que le permite así,
combinando sus vibraciones periespirituales, reconstituir
el objeto.
Todos estos aportes, todas estas materializaciones
tienen un solo objetivo: aportar pruebas suplementarias
en cuanto a la realidad de la supervivencia del
alma después de la muerte. También permiten demostrar
al Hombre todas las posibilidades de la fuerza del
pensamiento, ya sea éste de los desencarnados o de
los encarnados. Pero estas materializaciones, estos
aportes, estos dones amorosos representan ante
todo, el testimonio incontestable del sentimiento
que perdura más allá de la muerte. Y no es sino con
la expansión del espiritismo, aún demasiado caricaturizado,
aún demasiado desconocido, que algún día
otros hombres podrán vivir lo que nos ha sido dado
vivir, con la belleza y el compartir que ofrece la comunicación espírita.
martes, 21 de enero de 2014
EL CASO NINA KULAGINA
por
VA L É R I E P I E R R O T
LE JOURNAL SPIRITE N° 95 janvier 2014
Uno de los sujetos más célebres en macro-PK fue una
dama rusa, conocida con el nombre de Nina Kulagina
alias Ninel Sergeyevna Kulagina o Nelya Mikhailova
(1926-1990).
Ella da testimonio así del descubrimiento de su potencial:
“Hace algunos años no sabía que era capaz de hacer
mover un objeto a distancia. Fue un día en que estaba
trastornada y muy disgustada. Me adelanté hacia un
aparador que había en mi apartamento cuando, súbitamente,
una garrafa, que estaba colocada en el mueble,
se dirigió hacia el borde del estante, cayó y se rompió en
mil pedazos. Después de eso, comenzó a producirse toda
clase de cambios en mi apartamento. Los objetos parecían
ser atraídos hacia mí de alguna manera, como si se
hubieran convertido en seres animados”.
Fue estudiada sobre todo por científicos de la ex-Unión
Soviética. Desde 1967, Edouard Naumov trató de
profundizar la naturaleza física de la telequinesia de
Nina Kulagina, luego fueron Vassiliev, Rejdak, Zverev,
Sergeyev, etc. Los rusos afirmaban que ella había sido
observada por cuarenta científicos entre ellos dos
ganadores del premio Nobel. Los científicos comunistas,
que no eran para nada propensos a adoptar
una visión espiritualista del mundo, estimaron que
habían encontrado una nueva fuerza en la naturaleza.
Comprobaron que esta mujer podía ejercer una
influencia psicoquinética (telequinética) sobre objetos
estáticos, hacerlos mover a distancia y a voluntad,
desplazar mentalmente una amplia gama de objetos
no magnéticos, incluidos fósforos, trozos de pan,
cigarrillos, un tubo de puros, un salero, etc. “Basta,
por ejemplo, que ella pase suavemente la mano sobre
un montón de fósforos para que éstos se reúnan y se
deslicen por encima de la mesa. En la misma forma
ha desplazado igualmente una ensaladera colocada
entre los platos, sin que éstos se movieran. También ha
llegado a hacer mover simultáneamente cinco cigarrillos
dispuestos verticalmente debajo de un gran cubo de
plexiglás, y por tanto manualmente inaccesibles.
Por supuesto, se buscaron hilos invisibles, se radiografió a
Nelya y se la sometió a aparatos de detección ultra-sensibles
para descubrir si existía un ‘truco’ genial que,
hábilmente disimulado, le habría permitido realizar sus
proezas, pero fue en vano”. (Robert Tocquet)
Ella ha demostrado igualmente que por su sola dirección
mental, podía desplazar objetos a través de la
mesa, mover las agujas de la brújula, y hacer que un
montón de fósforos estallara hacia el exterior. “Creo
que las vibraciones de los campos de fuerza que rodean
el cuerpo de Mikhailova actúan como ondas magnéticas.
En el momento en que estas vibraciones, o estas ondas,
se manifiestan, obligan al objeto que toca la mirada de
Mikhailova, aunque no sea magnético, a comportarse
como si estuviera magnetizado. Es por eso que el objeto
en cuestión es atraído, ya sea hacia ella, ya sea rechazado”.
(Sergeyev)
“La demostración más extraordinaria confirmó sus
poderes sin discusión posible. En una ensaladera de
vidrio se puso agua salada en la que se cascó con precaución
un huevo y se pidió a Nelya, situada a 1,80 m. de la
ensaladera, que separara la clara de la yema sin ninguna
intervención manual. Lo cual hizo luego de esfuerzos
y un agotamiento que se tradujo en una perturbación
de todos sus circuitos eléctricos cerebrales. Después
de lo cual, reunió de nuevo la yema y la clara”. (Robert
Tocquet)
Demostró luego que, por PK, podía hacer latir más
rápido y luego lentamente el corazón de una rana
hasta detenerlo.
Para asegurarse de que no intervenían impulsos electromagnéticos
externos, ella fue colocada en el interior
de una jaula de metal, y demostró su capacidad
para extraer un fósforo marcado de entre un montón
de palitos, todos bajo una cúpula de vidrio.
Otro test fue realizado por los doctores Rejdak, Zverev,
Sergeyev y Blazek. Un tazón de vidrio fue llenado de
humo, luego volteado y colocado sobre una mesa
delante de Nina. A distancia y a través el vidrio, ella
cortó en dos la nube de humo como si se tratara de
una materia sólida.
Wilfried Chettéoui decía haber descubierto un sujeto
PK que había logrado a distancia señales idénticas a
las emisiones acústicas que producen ciertas dislocaciones
de estructuras atómicas.
Durante la guerra fría, Nina apareció en películas
mudas en blanco y negro donde desplazaba objetos
sobre una mesa ubicada frente a ella, sin tocarlos. Estas
películas, controladas por las autoridades soviéticas,
han provocado el entusiasmo de numerosos investigadores
psíquicos a través el mundo. Algunos han visto
allí una clara prueba de la existencia de los fenómenos
psíquicos. Por supuesto, ella tropezó con las críticas
y se plegó a las exigencias de los investigadores para
responder a la cuestión del fraude. Fue estudiada por
varios comités e individuos procedentes de institutos
científicos y médicos imparciales.
Desde 1968, varios grupos de investigadores occidentales
la probaron en circunstancias diferentes y sus
informes confirmaron la autenticidad de sus capacidades
de psicoquinesia. Algunos parapsicólogos
norteamericanos también pudieron efectuar algunos
experimentos con ella.
Otros efectos provocados por Nina Kulagina fueron
observados:
• Efectos térmicos: cuando apretaba su antebrazo
sobre la muñeca de una persona, producía una sensación
de calor intolerable que no podía ser soportada
sino por dos o tres minutos y que dejaba marcas rojas
más o menos importantes.
• Efectos sobre papel fotográfico: después de haber
visto letras, imágenes o una silueta, éstas aparecían
sobre una película fotográfica.
• Identificación del color de un objeto: ella podía
indicar el color de los objetos apenas tocándolos, sin
verlos.
También fueron observados efectos sobre ella: el Dr.
Genady Sergeyev, fisiólogo que trabaja en un laboratorio
militar de Leningrado, dirigió estudios muy
profundos y puso a punto un dispositivo que permitía
registrar los campos biológicos (electrostáticos y
magnéticos) alrededor del cuerpo de Nina Kulagina
a una distancia de alrededor de un metro del cuerpo,
sin ningún contacto directo, así como los potenciales
eléctricos de su cerebro. Estos estudios revelaron una
inusual actividad eléctrica. Durante la PK, se observaba
una tensión arterial excepcionalmente fuerte, incluso
peligrosamente elevada así como una aceleración de
los latidos cardiacos hasta 200, 240 latidos por minuto.
Se notaba que utilizaba una gran cantidad de energía
física: además de la aceleración de su ritmo cardiaco,
su glicemia luego de una sesión era más elevada; se
observaban también perturbaciones endocrinas y su
peso se reducía con una pérdida que llegaba hasta
los tres kilos. En toda investigación sostenida, era
necesario disponer de períodos de descanso para
permitirle recuperarse. “Su rostro está pálido y crispado,
su electrocardiograma acusa cierta arritmia… Su organismo
entero está debilitado como si hubiera sufrido una
considerable conmoción”. (R. Tocquet)
El Dr. Sergeyev comprobó que el campo biológico, el
campo de fuerza, descubierto alrededor del cuerpo
de Nina Kulagina era mucho más fuerte que en el
promedio de los individuos. Vio también que las
regiones occipitales de su cerebro (parte trasera del
cerebro) producían un voltaje cincuenta veces superior
al que puede detectarse en las partes frontales (parte
delantera del cerebro) mientras que en la mayoría
de los individuos, es sólo tres o cuatro veces mayor.
Durante la PK, la radiación de campos electrostáticos
y electromagnéticos era detectada por los detectores
de campo de fuerza a cuatro metros del organismo.
En 1974, Jürgen Keil, de la Universidad de Tasmania
visitó sorpresivamente a Nina Kulagina. Según él,
ella era simpática y lo había invitado a cenar. Realizó
entonces, sin preparación previa, fenómenos que
fueron filmados durante la cena.
La presión que soportaba influyó sobre su estado de
salud, llevándola a fines de los años 1970, a una crisis
cardíaca que la obligó a espaciar sus actividades. Según
un informe presentado por el Dr. Zverev, su pulso era
irregular, el nivel de azúcar en la sangre había aumentado
y su sistema endocrino había sido perturbado. A
largo plazo, sufría dolores en los brazos y las piernas, ya
no podía coordinarlas correctamente y tenía vértigos.
El informe decía que estos síntomas eran resultado de
sus esfuerzos paranormales y le pedía que limitara sus
ejercicios psicoquinéticos.
Nina Kulagina declaró que para producir el efecto,
necesitaba un período de meditación para borrar
todo pensamiento de su espíritu. Declaró: “Pienso en el
objeto y que debe desplazarse. Me concentro en él. Debo
conectarme con el objeto. Siento como si una suerte
de energía se vertiera sobre los lados y la punta de mis
dedos, y por los lados de mis manos”.
lunes, 20 de enero de 2014
BIBLIOGRAFÍA ESPIRITISTA ESPAÑOLA, 1857 – 1936 (III)by idafe |