EL POR QUÉ DE UN NUEVO BLOG

Después de abrir y mantener actualizado el blog: CENTRO VIRTUAL DE ESTUDIOS

ESPIRITISTAS Y AFINES, para la formación doctrinaria dentro de los postulados eminentemente racionalistas y laicos de la filosofía espírita codificada por el Maestro Allan Kardec que exhibe la Confederación Espírita Panamericana, a la cual nos adherimos, creímos conveniente abrir un nuevo Blog de un formato más ágil y que mostrase artículos de opinión de lectura rápida, sin perder por ello consistencia, así como noticias y eventos en el ámbito espírita promovidos por la CEPA, a modo de actualizar al lector.
Esa ha sido la razón que nos mueve y otra vez nos embarcamos en un nuevo viaje en el cual esperamos contar con la benevolencia de nuestros pacientes y amables lectores y vernos favorecidos con su interés por seguirnos en la lectura.
Reciban todos vosotros un fraternal abrazo.
René Dayre Abella y Norberto Prieto
Centro Virtual de Estudios Espiritistas y Afines "Manuel S. Porteiro".



viernes, 28 de enero de 2011

MEDIUMNIDAD AL SERVICIO DEL HOMBRE POR: JACI REGIS(Capítulo extraído de la obra INTRODUCCIÓN A LA DOCTRINA KARDECISTA) EXTRAÍDO DEL BOLETÍN "PROGRESO" DE LA ASOCIACIÓN ESPÍRITA ANDALUZA "AMALIA DOMINGO SOLER".

JACI REGIS
(Capítulo extraído de la obra
INTRODUCCIÓN A LA DOCTRINA KARDECISTA)
La moral y la mediumnidad:
Algunos autores brasileiros incluyeron en la
clasificación de la mediumnidad, la mediumnidad
de “pruebas” y la mediumnidad “natural”.
Esas clasificaciones son inadmisibles pues
relacionan mediumnidad como un mecanismo para
resarcir culpas del pasado y niveles evolutivos
morales.
Son también impropios los calificativos de
“médium evangelizado” o “médium moralizado”,
“mediumnidad torturada” y otras del mismo
sentido.
Se refieren a la cualidad personal del médium. La
cualidad moral puede, ciertamente, influir en el uso
de la fenomenología. Pero no significa
necesariamente, la cualidad y autenticidad del
fenómeno en sí mismo. O sea, un médium no
evangelizado puede obtener fenómenos mucho
más auténticos que uno moralizado.
Esa tendencia fue apoyada, entre nosotros, por
escritores desencarnados como Emmanuel
(psicografía de Francisco Cándido Xavier), cuya
visión místico-moral que le es peculiar, le hace
afirmar que
“la verdadera definición de mediumnidad es
aquella luz que sería derramada sobre toda carne,
prometida por el Divino Maestro”
También dice que
“siendo luz que brilla en la carne, la mediumnidad
es atributo del espíritu, patrimonio del alma
inmortal”
(El Consolador, pregunta 382)
El peso de esa opinión es muy grande, sabiéndose
que la mayoría desconoce el Libro de los
Médiums, pero gusta de las obras psicografiadas,
debido a la fascinación que los espíritus
desencadenan en los creyentes y a la suposición de
que ellos saben todo.
Sin embargo, esa posición místico-evangélica, no
resiste al menor examen, pues aceptarla sería
desconocer que la facultad mediúmnica es inherente al
ser humano; es afirmar que habría comenzado hace
apenas unos dos mil años.
Se acostumbra también atribuir la misión mediúmnica
a ciertos médiums. Eso realmente es posible y Kardec
acuñó la expresión mediumnato para especificar esa
tarea. Pero él también advirtió que cuando un profeta
se afirma profeta ya no lo es. Por eso, el mediumnato
se inscribe en la lista de las posibilidades y debe ser
encarado con cautela.
Dentro del criterio que orientaba su acción, Kardec
descartó la mediumnidad profesional, considerándola
una facultad que, en el Espiritismo, debería ser
ejercida con sinceridad y total gratuidad. En ningún
momento dispensó la rigurosa fiscalización y el
análisis de la producción mediúmnica, sin la relación
objetiva y suprema de la mediumnidad con el
comportamiento moral.
La valoración excesiva del lado moral lleva a
actitudes peligrosas, como la de afirmar que por ser
moralizado, el médium no tiene ningún propósito de
engañar, mistificar o hacer fraude. Eso puede ser
verdad. No obstante, la característica de los
mecanismos mediúmnicos no admite la pasividad total
del médium, ni pueden ser olvidados factores
psicológicos de la personalidad del médium. Luego,
es preciso, en cualquier forma, analizar, investigar y
someter cualquier producción mediúmnica, de quien
quiera que sea, a los criterios establecidos por el
propio Kardec para la evaluación de la mediumnidad.
Cuando eso se deja de lado, a partir de premisas
moralistas y de la presunción de la superioridad moral
de los médiums, la evaluación de la mediumnidad
corre el riesgo de ser excluida.
PROGRESO ENERO / ABRIL 2009
5
La fijación en este aspecto moral del médium
permite que la mediumnidad se torne, en muchos
casos, instrumento místico, y deje de ser tratada
con el rigor recomendado por Kardec. Es
importante citar lo que dice el Libro de los
Médiums:
“¿Cuál es el médium que podríamos considerar
perfecto?
- ¿Perfecto? Es una pena, pero bien sabes que no hay
perfección sobre la Tierra. Si así fuese, no
estaríais en ella. Digamos antes, buen médium y ya
es mucho, pues son raros”
(Capítulo XX. Influencia moral del médium)
Kardec tenía razón al atribuir a la facultad
mediúmnica una base corporal, como también cuando
la desligó de la moral. Pero esa orientación encuentra
barreras porque la mayoría desea sacar, de la
comunicación con los “muertos” ventajas y formas
que garantizan auxilio, resuelven problemas y
predicen el futuro.
El Espiritismo, sin embargo, muestra que el plano
extrafísico es un lugar transitorio, habitado por
hombres desencarnados- los espíritus errantes- cuya
experiencia es de gran valor para reforzar la idea de la
inmortalidad, pero que no poseen la clave de los
misterios, ni tienen el poder para solucionar los
problemas humanos. Ellos opinan sobre lo que saben
o más precisamente, opinan sobre lo que creen saber,
es decir, en la forma como, de acuerdo con su grado
evolutivo, ven los hechos, la vida.

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