EL ESPIRITISMO EN BANES
A lo largo de la historia escrita, la humanidad ha sido testigo de los
fenómenos propios del mediumnismo, y así lo han señalado los estudiosos de la
paranormalidad, al igual que los sociólogos y demás especialistas en
estos ámbitos. Desde ese ángulo podemos observar las prácticas del chamanismo
en las diferentes culturas y los fenómenos de levitación y de otros prodigios
dentro del contexto místico religioso, particularmente dentro del catolicismo.
Ahí tenemos los casos de San José de Copertino y de Santa Teresa de Ávila, por
ser los más divulgados y conocidos por clérigos y fieles de esa iglesia.
Siempre debemos tener en mente que una cosa es el mediumnismo
y otra muy diferente es el Espritismo. Mediumnismo
es fenómeno, tal y como señala con rigor Jon Aizpúrua, uno de los
expositores más brillantes y esclarecidos de la Doctrina Espírita, y el
Espiritismo es doctrina.
Con estos argumentos en mente deberemos distinguir siempre al mediumnismo
de la Doctrina Espírita que nace con Allan Kardec, quien la codifica dentro del
marco o paradigma positivista compteano, como un sistema de pensamiento
racionalista, librepensador y laico.
De modo que la Doctrina Espírita, su sistematización, postulados y principios
filosóficos nacen en el siglo XIX. Es relativamente joven, comparada con toda
la casuísitica de la paranormalidad donde florece el mediumnismo,
junto a los fenómenos propios del animismo y del chamanismo, que como
vemos, han existido desde la más remota antigüedad. Confundir mediumnismo
con Espiritismo es un craso error.
Otro detalle importante que hay que señalar es que estos brotes de mediumnismo
se dan con mayor propensión dentro de un ambiente telúrico. Como no soy un
especialista en el tema no puedo dar razones a este particular acontecimiento.
Invito al lector amable a reflexionar un poco en los Misterios de Delfos y en
otros lugares de peregrinación, sobre todo en los del catolicismo, como las
grutas y parajes agrestes, donde según la mitología católica han tenido lugar
las apariciones marianas. Todo gira en torno a las fuerzas telúricas. Ese
fenómeno nos es muy familiar a los cubanos, pues casi siempre atestiguamos
fenómenos, incluso muy auténticos, de fenomenismo mediúmnico en sierras y
parajes inhóspitos como se dio en el caso de un dotado paragnosta nombrado
Listoriel Moro Pérez, a quien se le atribuye ciertas curaciones y que vivía en
unas montañas en la región de Baracoa, en los años sesenta del pasado siglo.
Banes, una pequeña localidad, enclavada en la región oriental del país,
abrazada por un cíngulo de sierras y lomeríos, fue siempre fértil en médiums,
no así en espíritas.
El primer caso documentado de Espiritismo en Banes surge a través de la figura
de Isolina Feria Ricardo, quien además de poseer una desarrollada mediumnidad
de efectos intelectuales era una auténtica Espírita Kardeciana. Como he contado
en otra ocasión Isolina desarrolló sus dotes mediúmnicas en el Centro Espírita
que presidía Nine Sierra en la localidad de Aura, cerca de la vecina Gibara.
Este
personaje, Nine Sierra, del cual, lamentablemente no poseo datos, salvo que
había sido un bambí y al finalizar la contienda con la independencia de la
isla, se retiró a vivir muy humildemente con su prole a las localidades de Uñas
y de Aura, cerca de Gibara, y allí fundó su Centro Espírita.
Según el testimonio de mis padres, que eran espíritas, Nine había desarrollado
espontáneamente sus facultades durante la propia guerra de Independencia.
Aseguraban mis padres, según le contaba el propio Nine, que sus superiores le
confiaban ciertas misiones militares después de que el propio médium consultaba
a las inteligencias espirituales y salían siempre vencedores en esas batallas.
La influencia de Nine Sierra se dejó sentir muy fuertemente en aquel Banes de
comienzos del siglo XX. Muchos banenses acudían a Gibara a visitar el Centro de
Nine para recibir asistencia espiritual, así como bienestar físico; tal
fue el caso de la propia Isolina Feria, quien se recuperó totalmente de todas
sus dolencias físicas. Una curación realmente extraordinaria.
Alrededor de Isolina Feria, quien junto a sus padres y hermanas vivía en una
modesta vivienda de la calle Canales en Banes, comenzó a reunirse un grupo de
personas de ambos sexos y casi la mayoría de extracción o formación católica.
En mi humilde opinión, este fenómeno dio margen para que después de su
desencarnación muchos de sus seguidores opinasen que el espíritu Guía de la
médium era el propio Jesús de Nazareth. Algo que en vida de Isolina el propio
Guía refutara en más de una ocasión.
Al igual que en muchos de nuestros países de Latinoamérica, en Cuba, y Banes
no fue ajeno a este fenómeno, era muy típico que familias e individuos
católicos practicantes acudiesen al Centro Espírita, en particular a celebrar
los llamados aniversarios de la desencarnación de sus deudos, algo similar a
las famosas misas católicas de réquiem.
Entre los que formaban el cuerpo de mediumnidades del Centro de Isolina,
recuerdo con mucho cariño a Margarita Marrero --quien además de espírita era
teósofa y presidía la Logia Unidad de la Sección Cubana de la Sociedad
Teosófica--, a Angélica Alonso, José Manuel Pérez Diéguez,
Celia Puig, y a mis propios tíos, Walfrido Hernández y su esposa Blanca
Del Río Legrá, al igual que a mi madre, Manuela Hernández.
Por supuesto que hago importantes omisiones por faltarme la memoria de todo lo
acontecido, pues cuando Isolina Feria desencarnó yo apenas iba a cumplir nueve
años, por lo que no puedo recordar mucho de los protagonistas de estos
singulares acontecimientos.
Otra médium notable fue Esglórida Díaz, a quien cariñosamente nombraban Lalín.
Lamentablemente tampoco poseo datos que me permitan dar aunque sea
una breve semblanza de su vida y obra, salvo unas fotos que muy gentilmente me
ofreció un querido amigo, Ariel Miranda, donde se observa una materialización
ectoplásmica de una entidad femenina en un vaso de agua. Las tres fotos
muestran las fases de la materialización hasta aparecer completamente lograda y
muy nítida. Esas fotos pertenecieron a su abuelo, Don Santiago Miranda, quien
era asiduo a las sesiones que desarrollaba Lalín y las de la propia Isolina
Feria. Al contrario de Isolina, que era médium de efectos intelectuales
—según la semántica kardeciana—, Lalín era médium de efectos físicos.
El Espiritismo local recibió un gran empuje en el plano cultural gracias a dos
notables figuras del medio intelectual banense. La primera de ellas fue el
afamado periodista santiaguero, pero avecindado en Banes, Eduardo Abril
Amores, quien transitó al mismo tiempo entre la Teosofía y el Espiritismo, algo
muy común en aquella época. Y la otra figura de relieve fue la de Amado
Proenza, fotógrafo decano de Banes, quien se interesó por la investigación
psíquica, logrando con una primitiva cámara montada sobre un trípode y a la luz
del magnesio, las magníficas fotos a la que aludo más arriba.
Tanto Eduardo Abril Amores como el propio Amado Proenza se mantuvieron muy
activos en el movimiento teosófico y gracias a la iniciativa de ellos surgió
primero la Logia Unidad de la S.T. y luego El Pequeño Ciudadano y la Mesa
Redonda Infantil, proyectos nacidos al calor del altruismo teosófico que no
dista para nada del altruismo espírita.
Como vemos, el Espiritismo local banense también recibió el apoyo y la
solidaridad del Movimiento Teosófico, así como de la Masonería. Al igual
que recibió apoyo por parte de la prensa local. El periódico El Pueblo, el
decano de la prensa banense, era muy receptivo con las actividades que se
desenvolvían en el medio espírita. No hay que olvidar que allí laboraba como
notable periodista nuestra querida Cristina Aguilera, a quien cariñosamente
llamábamos Tina, lamentablemente ya fallecida y quien era una seguidora de la
Doctrina Espírita Kardecista. También Rolando Gómez de Cárdenas se hacía eco de
las notas sobre los aniversarios luctuosos de la desencarnación de Isolina
Feria cada 14 de abril, en su leída revista literaria ¨Portada¨. Todo este
material periodístico se puede consultar en la hemeroteca de la Biblioteca
Pública “Carlos Fernández” de la ciudad de Banes.
El Movimiento Espírita Banense, liderado por Isolina Feria Ricardo, también se
extendió a regiones vecinas como la ciudad de Antilla y los poblados de Deleite
y Tacajó, donde existía una importante fábrica de azúcar o ingenio, como se les
denomina en Cuba a estas industrias.
Tuve el privilegio de que mi padre, Juan Abella Bielsa, junto a su primera
esposa, de quien enviudó luego, presidieran una Sociedad o Centro Espírita en
el poblado de Tacajó, donde además de las labores mediúmnicas
y de orientación a entidades recién desencarnadas que no reconocen su nuevo
estado, se desarrollaban actividades de carácter cultural y de divulgación de la
Doctrina Espírita.
Como mi padre, además de espírita, también era masón y teósofo, recibió la
solidaridad de sus hermanos masones, quienes tradicionalmente se encuentran muy
identificados con el Espiritismo. Sabemos que León Denis era masón, así como
otras personalidades espíritas.
A través de la Masonería capitulada, mi padre --que ostentaba el grado
33-- conoció a Don Manuel Morales, director del ''Diario Masónico Hoy'', y como
he contado en otra oportunidad, el propio Don Manuel a través de una
experiencia tan dramática como lo es la muerte trágica de un hijo, encontró
sosiego contactando su espíritu a través de una auténtica médium y decidió
poner su periódico al servicio de la causa espírita. Desde entonces el
''Diario Masónico Hoy'' se convirtió en un periódico masónico-espiritista.
Mi padre fue el corresponsal de ese periódico, hasta su desaparición de
los medios de prensa espírita en los años treinta.
Cuando
mi padre y su primera esposa, Doña Josefa Rodríguez Zarzabal, se mudaron a
la vecina Antilla, continuaron sus labores espíritas celebrando sesiones en su
propia vivienda y realizando otras periódicas actividades culturales. Un
sobrino de mi padre, quien devino periodista y dirigía un periódico en Antilla,
“El Sol de Antilla”, Enrique Causarás Abella, se vinculó al grupo de estudios
espíritas y al igual que Don Manuel Morales, puso su periódico al servicio de
la causa espiritista. También visitaban muy regularmente el Centro Espírita de
Isolina en Banes.
Deleite es un poblado muy cercano a Banes y muy pintoresco. Allí residía una
notable médium y auténtica espiritista kardecista, Juana Bautista Serrano, a
quien cariñosamente la llamábamos Tita.
Tita
ejercía magistralmente la mediumnidad parlante y también su guía le había dictado
a una amanuense un folleto con el título “Inspiración”, siguiendo la misma
orientación ofrecida por la entidad que desenvolvía la mediumnidad de Isolina
Feria, o sea su Guía.
La labor básica en el Centro que presidía Tita era la orientación a espíritus
que desconocían su nuevo estado espiritual, la desobsesión siguiendo las
técnicas proporcionadas por Allan Kardec, la práctica de pases magnéticos como
terapia en determinados casos, así como la caridad y el amor al prójimo.
Una vez que Isolina Feria desencarnó el 14 de abril de 1954, la tarea de
continuar la obra espiritual recayó en una médium nombrada Ventura Martínez.
Ventura era habanera y sus familiares más allegados la habían llevado a Banes
para ser atendida por Isolina ya que estaba perturbada mentalmente y había
sufrido hospitalización en dos ocasiones en el Hospital Psiquiátrico de La
Habana, más conocido como Mazorra, sin mostrar mejoría alguna en su
condición.
El Guía espiritual de Isolina pudo librar a la joven mujer de aquella terrible
obsesión. Según me contaba mi madre, que fue testigo de fenómenos en la casa de
Isolina, en una ocasión Ventura fue levitada hasta el techo del Centro y desde
allí comenzó a lanzar blasfemias y a vociferar. La recuperación se obró en su
totalidad. La joven Ventura no sólo abandonó su perturbación mental sino que se
propuso estudiar las obras kardecianas y de autores como León Denis, Amalia
Domingo Soler y otros.
Como no tenía obligaciones familiares y era una joven soltera, decidió
quedarse en la Casa de Isolina y formar parte del cuerpo de médiums, pues
desarrolló más de una facultad.
Tengo una particular anécdota de Ventura. Como he dicho antes, al desencarnar
Isolina yo era muy pequeño. Puedo recordar los detalles de su sepelio, pero eso
es todo. Sin embargo, de Ventura puedo contar cosas muy curiosas. Recuerdo que
cuando me veía me decía: “ahí viene el curita de ayer”, y confieso que no me
agradaba esa observación y un día le dije un poco molesto: “¿por qué me
dice usted el curita de ayer?”. Y su respuesta me sorprendió: “porque
tu última, o más bien previa encarnación, transcurrió entre los hábitos. Sí,
Renecito tú fuiste un curita”. Mucho tiempo después. tres personas en
lugares muy alejados uno del otro y sin conocer apenas detalles de mi propia
existencia, confirmaron lo señalado por Ventura.
En este breve resumen del Espiritismo en Banes me he detenido a examinar la
génesis del Movimiento Espírita de orientación kardeciana centrándome en las
figuras de Isolina Feria Ricardo, Esglórida Díaz, Juana Bautista Serrano y por
último Ventura Martínez. Pero, para ser honestos, hubo también otras figuras
que aunque, lamentablemente, mezclaron creencias católicas o sincréticas, no
dejaron de ser auténticos médiums y de alguna forma divulgaron, aunque un poco
distorcionadamente, hay que reconocerlo, la Obra Espírita. Entre esas
personalidades recuerdo a Juanita Nápoles, Juana Quiñones, quien vivía en un
paraje conocido como El Donque, donde presencié sesiones y comprobé fenómenos
muy auténticos, aunque todo enmarcado en un ambiente místico-religioso. Y por
último, Flora Mederos, y Juana Petit.
Durante los años veinte y treinta de la pasada centuria, el Espiritismo a nivel
nacional había alcanzado una gran divulgación y prestigio en los ámbitos
intelectuales y culturales de la nación cubana gracias a la labor desarrollada
por la Sociedad Espiritista de Cuba, inspirada en el proyecto kardeciano de la
Sociedad Espiritista de París. Esta Sociedad nació de la iniciativa de Julio
Gálvez Otero, espírita borincano, quien, además, era un excelente periodista y
divulgaba temas de carácter espírita en la famosa Revista Carteles, así como de
destacadas figuras de la intelectualidad habanera, destacándose por su
dimensión Don Fernando Ortíz, el gran etnólogo e intelectual cubano.
La Sociedad Espiritista
de Cuba tenía como órgano difusor la Revista Psiquis y había organizado centros
y sociedades en las provincias occidentales del país, no así en el interior de
las provincias orientales. Desde Santiago de Cuba la doctora Fidela Cobo Sabas
había desarrollado un movimiento al que llamó Reivindicación que proponía la
integración de los centros y sociedades espíritas orientales. Editaba una
revista con el mismo nombre de su Movimiento; “Reivindicación”, la cual se
mantuvo en circulación hasta comienzos de los años setenta. Recuerdo que en
1973 la visité en su casa de la calle Trocha en Santiago de Cuba y me dijo que
estaba confrontando problemas con la impresión de la revista en la Editorial
Cáscara porque, a pesar de que la organización estaba registrada en el llamado
Registro de Asociaciones de la JUCEI provincial, la editorial había recibido
órdenes de no continuar imprimiendo la revista. Ya se veía la sombra del
oficialismo del gobierno marxista cubano interviniendo en el movimiento
espírita al que combatían como una forma de religión.
La Sociedad Espiritista
de Cuba tuvo una existencia un poco efímera para dar paso a la creación de una
poderosa y muy bien organizada Confederación Nacional Espiritista de Cuba,
formada por las seis Federaciones Provinciales y éstas, a su vez, estaban
constituidas en organismos locales con el nombre de Federaciones Municipales.
El Centro que presidía
Isolina estaba integrado a la Federación Espiritista de Oriente. Recuerdo que
sus directivos fueron, entre otros, Armando Payás Villalón y José Cruz Ferrera.
El Delegado del Centro ante la Federación era Don Rafael Ramallo.
Después de la
desencarnación de Isolina Feria en el año 1954, aparentemente el vínculo con la
Federación Provincial se rompió, e ignoro las causas. Justo en el año
1963 y de modo “accidental”, según refiero en uno los relatos que conforman mi
libro Banes en la memoria, pude adquirir de manos de José Manuel Pérez Diéguez
un ejemplar de la revista ¨Reivindicación¨, donde aparecía un directorio de
centros y sociedades, con los cuales comencé a desarrollar un intercambio de
correspondencias que me resultó muy provechoso.
A través de ese
directorio conocí de centros y sociedades en la región y también me puse en
contacto con Isidoro Díaz Anido, un espírita notable que residía en la ciudad
de Santa Clara y con Víctor Casalín, de la ciudad de Matanzas, quien me
comunicó que acababan de disolver en un congreso extraordinario la
Confederación Nacional Espiritista mediante la más irresponsable de las
decisiones. Se perdió el edificio social, ya que los directivos de la
Confederación, Nicolás Medina Escaño y Rodolfo Rigal Rusias, habían entregado a
la Dirección de la Reforma Urbana el inmueble. Se perdieron además de los
archivos, una gruesa biblioteca. Fue una lamentable pérdida.
Gracias al intercambio
epistolar con amigos y compañeros en el Ideal Espírita pude reunir algunos
volúmenes de obras de contenido doctrinario, las que agregué a la que pequeña biblioteca
que poseía mi padre y cuya lectura me produjo gran provecho espiritual,
ayudándome a crear una óptica y una cosmovisión completamente nuevas para mí,
superando esa fase de nihilismo materialista arraigada en mis años de
adolescencia.
A raíz de mi encuentro
con la doctora Fidela Cobo pude convencer a Ventura, la médium que presidía el
Centro Espírita, a adherirnos al Movimiento Reivindicación, incluso me aceptó
la propuesta de nombrar al Centro como “Memorias a Isolina” y así entró a
formar parte de la familia de Reivindicación, hasta que el movimiento, así como
la revista, desaparecieron en el año siguiente, o sea, en 1974.
Unos años antes de
contactar a la doctora Fidela Cobo Sabas, en 1967 recibí una invitación de
Marcos Álvarez y de Rubén Pérez Viciedo, de la ciudad de Sancti Spiritus, para
integrarme a una organización que acababan de crear con algunos de los antiguos
miembros y dirigentes de las Federaciones Provinciales. Así nació la
Fraternidad Espiritista de Cuba.
Pude participar de un
encuentro espírita en la Sociedad Amalia Domingo Soler, de Melones, una
localidad cerca de Gibara, en el oriente cubano. Nos reunimos en aquella
oportunidad unas sesenta personas de distintas provincias. Recuerdo que conocí
a una médium que me dio notables pruebas de identidad de una persona recién
fallecida muy cercana a mí de la cual, por supuesto, no tenía ni la menor idea,
ya que éramos desconocidos uno a otro. Recuerdo a otra médium notable,
Esperanza, pero he olvidado su apellido. Residía en Cienfuegos y
en una ocasión la visité en su casa. Muy amable y fraterna.
En 1968, me fui a Topes
de Collantes a estudiar la carrera magisterial en el antiguo Instituto
Pedagógico Manuel Ascunce Domenech, y perdí el contacto con el centro ¨Memorias
a Isolina¨. Sin embargo, a través de mis padres y demás
familiares supe que el Centro continuó con sus actividades regularmente hasta
la desencarnación de Ventura Martínez en los años noventa.
Según
tengo entendido, hay otra médium al frente de la Obra Espírita, por lo que la
labor que desarrolló Isolina Feria Ricardo fructificó de modo abundante. No hay
un solo banense, espírita o no espírita que no conozca la Casa de Isolina, como
familiarmente llaman al centro espírita.
Estas tres fotos
recogen el proceso de materialización
ectoplásmica en
un recipiente con agua, lograda a través de la
médium de
efectos físicos Esglórida Díaz, Lalin, de quien hablo
en el relato.
Las fotos son inéditas e históricas, porque es la primera
vez que se logra
una materialización en un vaso o recipiente con
agua. Desde los
tiempos de Eusapia Paladino y otras famosas
médiums de
efectos físicos las materializaciones siempre se daban
en un gabinete a
oscuras y luego salían del gabinete y recorrían la
estancia
dejándose fotografiar por los investigadores, a veces esas
materializaciones
eran parciales por lo que resultaban un poco
impresionantes o
repugnantes por ejemplo parte del busto con un
solo ojo formado
en el rostro o una figura sin extremidades. Sólo
un médium
brasileño famoso logró materializar espíritus a la luz
plena del dia,
se llamaba Carlos Mirabelli. Todavía se estudia su
caso porque
vivió en el siglo
pasado y sus
investigadores
contaban cor
recursos
tecnológicos más
avanzados
que en el siglo
XIX.
Lo que hace
singular
estas fotos y a
este caso de
materialización
en un
recipiente con
agua es que es
único. No se
registra ningún
caso semejante
en toda la
casuística del
fenómeno de las
materializaciones
ectoplásmicas
documentadas.
Las fotos
son de Ariel
Miranda, quien las
heredó de su
abuelo Don
Santiago Miranda
que escribía
para la prensa
local de Banes.
El fotógrafo fue
Amado
Proenza, de
quien hablo en el
relato. Tengo
autorización de
Ariel Miranda
para reproducir las fotos.
Fragmento de mi libro de relatos testimoniales Banes en la memoria, de próxima aparición a través de la Editora Linden Lane Press Colección Memorias 2013.
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